🎓CONTENIDO ENTRADA DEL BLOG 30 DE NOV: ADVIENTO 2025
A. ADVIENTO COLEGIOS CAPUCHINOS 2025
A.2. SEGUNDA SEMANA DE ADVIENTO (COMPASIÓN)
A.1. PRIMERA SEMANA DE ADVIENTO (DIÁLOGO)
B. LECTURAS DE LOS 4 DOMINGOS QUE CORRESPONDEN AL CICLO "A"
DE LOS TIEMPOS LITÚRGICOS
5. SOLEMNIDAD DE LA INMACULADA CONCEPCIÓN (LECTURAS DEL DÍA Y COMENTARIO)
4. SEGUNDO DOMINGO DE ADVIENTO (LECTURAS DEL DÍA Y COMENTARIO)
3. PRIMER DOMINGO DE ADVIENTO (LECTURAS DEL DÍA Y COMENTARIO)
2. Pero, ¿Qué es realmente el tiempo de Adviento? (EXPLICACIÓN DEL ADVIENTO)1. SIN ADVIENTO NO HAY NAVIDAD (ARTÍCULO)
"JESÚS NACE HERMANO... [Y NOS HACE HERMANOS]"
A.2. Segunda semana de Adviento
Del 5 al 11 de diciembre de 2025
DE LOS QUE SUFREN]
Lo más fácil es dar cosas, colaborar con ciertos movimientos de ayuda social, hacer reivindicaciones sin perder nada de mi seguridad… pero san Francisco nos muestra el camino de denunciar lo injusto, haciéndonos carne de la carne de los excluidos. Despojarnos de nuestras seguridades, quedar al desnudo y caminar, sin más, junto a ellos como hizo el mismo Jesús al hacerse uno de nosotros. Restaurar el tejido social y eclesial convirtiendo la insolidaridad en comunión.
La fraternidad franciscana vive el compromiso con los pobres y marginados, considera a los pobres sus maestros, se deja afectar por la realidad de ellos y ellas, asume sus causas y es solidario con sus vidas. Una fraternidad que se nutre del Evangelio y hace de su comunión de vida fraterna su modo de anuncio del Reino.
A.1. Primera semana de Adviento
Del 1 al 5 de diciembre de 2025
DE TODOS]
Capacidad de encuentro respetuoso con el diferente, reconociendo la presencia de Dios más allá de las fronteras confesionales y culturales. La Fraternidad no es fruto de nuestra iniciativa sino un don que nos concede Dios. Francisco nos dirá que fue el Señor el que le concedió los hermanos (Test 14). La Fraternidad supone la convicción de que todos somos hermanos, no solamente por ser iguales en dignidad, sino porque nuestras relaciones están fundadas en Jesús hermano, Hijo del Padre. La invitación de Francisco consiste en establecer unas relaciones fraternas basadas en la comunión con el otro que es mi hermano. Abrazar lo fragmentado de cada uno, nos hace abrazar lo fragmentado del otro…
B. LECTURAS DE LOS 4 DOMINGOS QUE CORRESPONDEN AL CICLO "A" DE LOS TIEMPOS LITÚRGICOS
En el Adviento nos preparamos para la celebración de la Navidad, así que tenemos cuatro semanas donde los textos de la biblia nos introducen al misterio de la Encarnación. Dios que se hace uno como nosotros, que busca y abraza todo lo humano y esto es una experiencia para orar y reflexionar.
Dios en Persona viene a hablarnos sobre sí mismo y a mostrarnos el camino por el cual es posible alcanzarlo.
5. Solemnidad de la INMACULA CONCEPCIÓN
8 DE DICIEMBRE
Cada día 8 de diciembre, la Iglesia celebra la Inmaculada Concepción de Santa María, un misterio que muestra cómo Dios fue preparando su corazón desde el primer momento para que Jesús encontrara en ella un hogar. Esta fiesta no pretende presentar a María como alguien distante de la vida de cada día, sino recordar la ternura con la que Dios actúa en la historia y en cada persona. En ella se descubre cómo la gracia abre camino en lo más pequeño y en silencio, incluso cuando nosotros no sabemos cómo puede ser eso.
La Inmaculada no es solo un título, sino una forma de mirar a María: una mujer sencilla, transparente, capaz de dejar que la Palabra encuentre espacio en ella. Su pureza no es distancia, sino cercanía; no es frialdad, sino apertura para que Dios pueda actuar con libertad. Desde esa actitud, María se convierte en camino para muchos. Una invitación: "Pasar tiempo con María este Adviento"
PASA TIEMPO CON MARÍA ESTE ADVIENTO
No podemos celebrar la Navidad sin pensar en Jesús… pero tampoco sin pensar en María, su madre. Ella vivió el primer Adviento: esperó a Jesús con alegría, con paciencia y con fe. Por eso, si queremos vivir bien este tiempo, mirar a María puede ayudarnos mucho.
San Juan Pablo II decía que nadie conoce a Jesús mejor que María, y que ella puede ayudarnos a entenderlo y a acercarnos más a Él. Por eso, en Adviento no solo nos preparamos para la Navidad: también aprendemos a vivir esa espera como lo hizo María.
María vivió la espera de Jesús de una manera muy especial: Fue una espera alegre. Una espera confiada. Una espera que cambió la historia.
Sin María no tendríamos a Jesús. Su “sí” lo hizo posible. Así decía san Agustín
Durante estas semanas, la Iglesia nos invita a mirar a María porque ella nos enseña cómo prepararnos para recibir a Jesús en nuestra vida hoy, no solo en Navidad.
Fiestas marianas de Adviento
En Adviento celebramos varias fiestas dedicadas a María, por ejemplo:
8 de diciembre – Inmaculada Concepción
Celebramos que María fue preparada por Dios desde el principio para ser la madre de Jesús. Su vida nos recuerda que Dios siempre actúa y nos prepara para grandes cosas.
10 de diciembre – Virgen de Loreto
Recordamos la casa donde María vivió y donde dijo “sí” a Dios. Es una fiesta que nos invita a abrirle espacio a Dios en nuestra propia vida.
12 de diciembre – Virgen de Guadalupe
María se apareció en México y dejó un mensaje de consuelo, cercanía y amor. Nos recuerda que María camina con nosotros.
Estas fiestas nos ayudan a entender que el Adviento también es el tiempo de la virgen, porque María estuvo en el centro de la primera Navidad.
María en la liturgia de Adviento
Los papas han explicado en muchas ocasiones que Adviento es un tiempo especial para mirar a María.
Adviento no es solo recordar lo que pasó hace más de 2000 años; también es prepararnos para reconocer a Jesús en nuestra vida hoy. Como decía San Juan Pablo II, toda nuestra vida debería ser como un “Adviento”: una espera activa, buscando a Jesús en lo que vivimos cada día.
María nos enseña a estar atentos, a decir “sí” a Dios, a confiar incluso cuando no lo entendemos todo.
En algunas tradiciones se enciende la vela de María durante el Adviento. Es una vela blanca colocada junto a una imagen de María, para recordar su espera llena de luz.
Es un gesto sencillo pero muy bonito que simboliza cómo María esperó a Jesús con el corazón encendido. Muchos niños entienden muy bien esta idea: María llevaba en su vientre al “Niño Luz del Mundo”. Encender la vela es un modo de decir: “Quiero preparar mi corazón como María”.
Adviento es un tiempo para caminar con María. Ella esperó a Jesús de forma única, y puede ayudarnos a preparar nuestro corazón para recibirlo también nosotros.
Adviento = tiempo de espera + tiempo de preparación + tiempo para aprender de María.
4. [Segundo domingo] de Adviento
7 de diciembre de 2025
Convertíos el Reino está cerca (Mt 3,1-12)
Disponibilidad, nuevos retos y planes, futuro, acogida de Dios en mi vida, vocación y llamada
Comentario a las lecturas
El tiempo de Adviento, nos prepara para lo más insólito, Dios cumpliendo su palabra y como resultado, entrando en este mundo haciéndose uno de tantos. Las cosas ya no podrán ser como siempre.
Isaías, en medio de la aflicción de este mundo es capaz de ver lo imposible, y de esperar un futuro y anunciarlo para que los demás no perdamos tampoco la esperanza. La lectura es breve, pero concentra una varias imágenes con mucha fuerza.
El extracto de la carta a los romanos se centra por un lado en el valor de las escrituras, para recordarnos a continuación que la vida de Jesús hizo que se cumplieran las promesas de los profetas.
El evangelio nos sitúa a Juan como la voz que grita en el desierto. El desierto tiene una carga simbólica muy fuerte en las escrituras. En nuestra mentalidad actual, que quizá no hemos visto ni de cerca algo que se parezca a un desierto, podemos entenderlo como un lugar de fuerte soledad, de gran dificultad, donde es muy fácil perderse, donde se producen espejismo: visiones engañosas que nos confunden y desesperan. En medio de este desierto resuena un anuncio con fuerza: preparar el camino al Señor, porque ya viene.
Primera Lectura: Lectura del libro de Isaías (Is 11,1-10)
Aquel día, brotará un renuevo del tronco de Jesé, y de su raíz florecerá un vástago. Sobre él se posará el espíritu del Señor: espíritu de prudencia y sabiduría, espíritu de consejo y valentía, espíritu de ciencia y temor del Señor. Le inspirará el temor del Señor. No juzgará por apariencias ni sentenciará sólo de oídas; juzgará a los pobres con justicia, con rectitud a los desamparados. Herirá al violento con la vara de su boca, y al malvado con el aliento de sus labios. La justicia será cinturón de sus lomos, y la lealtad, cinturón de sus caderas.Habitará el lobo con el cordero, la pantera se tumbará con el cabrito, el novillo y el león pacerán juntos: un muchacho pequeño los pastorea. La vaca pastará con el oso, sus crías se tumbarán juntas; el león comerá paja con el buey. El niño jugará en la hura del áspid, la criatura meterá la mano en el escondrijo de la serpiente. No harán daño ni estrago por todo mi monte santo: porque está lleno el país de ciencia del Señor, como las aguas colman el mar. Aquel día, la raíz de Jesé se erguirá como enseña de los pueblos: la buscarán los gentiles, y será gloriosa su morada.
Salmo 71,1-2.7-8.12-13.17
R/. Que en sus días florezca la justicia,y la paz abunde eternamenteDios mío, confía tu juicio al rey,tu justicia al hijo de reyes,para que rija a tu pueblo con justicia,a tus humildes con rectitud. R/.Que en sus días florezca la justiciay la paz hasta que falte la luna;que domine de mar a mar,del Gran Río al confín de la tierra. R/.Él librará al pobre que clamaba,al afligido que no tenía protector;él se apiadará del pobre y del indigente,y salvará la vida de los pobres. R/.Que su nombre sea eterno,y su fama dure como el sol:que él sea la bendición de todos los pueblos,y lo proclamen dichoso todas las razas de la tierra. R/.
Segunda Lectura: Lectura de la carta a los Romanos (Rm 15,4-9)
Todas las antiguas Escrituras se escribieron para enseñanza nuestra, de modo que entre nuestra paciencia y el consuelo que dan las Escrituras mantengamos la esperanza. Que Dios, fuente de toda paciencia y consuelo, os conceda estar de acuerdo entre vosotros, según Jesucristo, para que unánimes, a una voz, alabéis al Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo. En una palabra, acogeos mutuamente, como Cristo os acogió para gloria de Dios. Quiero decir con esto que Cristo se hizo servidor de los judíos para probar la fidelidad de Dios, cumpliendo las promesas hechas a los patriarcas; y, por otra parte, acoge a los gentiles para que alaben a Dios por su misericordia. Así dice la Escritura: «Te alabaré en medio de los gentiles y cantaré a tu nombre.»
Lectura del Evangelio según san Mateo (Mt 3,1-12)
Por aquel tiempo, Juan Bautista se presentó en el desierto de Judea, predicando: Convertíos, porque está cerca el reino de los cielos.Éste es el que anunció el profeta Isaías, diciendo: Una voz grita en el desierto: «Preparad el camino del Señor, allanad sus senderos.»Juan llevaba un vestido de piel de camello, con una correa de cuero a la cintura, y se alimentaba de saltamontes y miel silvestre. Y acudía a él toda la gente de Jerusalén, de Judea y del valle del Jordán; confesaban sus pecados; y él los bautizaba en el Jordán.Al ver que muchos fariseos y saduceos venían a que los bautizará, les dijo: ¡Camada de víboras!, ¿quién os ha enseñado a escapar del castigo inminente? Dad el fruto que pide la conversión. Y no os hagáis ilusiones, pensando: «Abrahán es nuestro padre», pues os digo que Dios es capaz de sacar hijos de Abrahán de estas piedras. Ya toca el hacha la base de los árboles, y el árbol que no da buen fruto será talado y echado al fuego. Yo os bautizo con agua para que os convirtáis; pero el que viene detrás de mí puede más que yo, y no merezco ni llevarle las sandalias. Él os bautizará con Espíritu Santo y fuego. Él tiene el bieldo en la mano: aventará su parva, reunirá su trigo en el granero y quemará la paja en una hoguera que no se apaga.
30 de noviembre de 2025
Estad en vela, no sabéis qué día vendrá el Señor (Mt 24,37-44)
Estar atento, abrir los ojos y el corazón, estar preparado
Comentario a las lecturas
Comenzamos el Adviento como una invitación a vivir algo nuevo, porque necesitamos refrescar nuestra mirada y forma de vivir, despertar aquello que hemos dejado dormido y ya olvidado.
Las lecturas del adviento nos invitan en primer lugar a dar esa mirada descansada y esperanzada, a una ruptura con la rutina que nos lleve a un nuevo encuentro con nuestro Dios que viene a nuestro encuentro.
La lectura de Isaías es un gran anuncio de cambios que se producen cuando se camina bajo la luz del Señor. De la misma manera el fragmento que leemos de la carta a los Romanos nos invita a dejar las obras de las tinieblas y tomar las armas de la luz.
En el evangelio, Jesús nos invita a tener una vida alerta y despierta. No nos detengamos en los ejemplos que nos muestra en su relato de lo que ocurría en tiempos de Noe, igual que no son importantes los ejemplos que aparecen en la carta a los Romanos porque el egoísmo, la soberbia o el exceso se presenta de muchas maneras. Todos podemos distinguir lo que son obras de la oscuridad, igual que todos podemos caer en un adormecimiento que nos impida reaccionar ante la injusticia.
Mientras la lectura de Isaías nos habla de qué debemos esperar, cuál es la promesa, el evangelio se centra en cómo debemos esperar, en cuanto a nuestra actitud básica. La carta a los romanos entra en más detalla, concretando qué debemos hacer o evitar mientras estemos en esa espera.
👉Por lo tanto, busquemos para nuestra vida diaria las armas de la luz.
Visión de Isaías, hijo de Amós, acerca de Judá y de Jerusalén.En los días futuros estará firmeel monte de la casa del Señor,en la cumbre de las montañas,más elevado que las colinas.Hacia él confluirán todas las naciones,caminarán pueblos numerosos y dirán:«Venid, subamos al monte del Señor,a la casa del Dios de Jacob.Él nos instruirá en sus caminosy marcharemos por sus sendas;porque de Sión saldrá la ley,la palabra del Señor de Jerusalén».Juzgará entre las naciones,será árbitro de pueblos numerosos.De las espadas forjarán arados,de las lanzas, podaderas.No alzará la espada pueblo contra pueblo,no se adiestrarán para la guerra.Casa de Jacob, venid;caminemos a la luz del Señor.
Salmo 121, 1-2. 3-4a. 4b-5. 6-7. 8-9
R/. Vamos alegres a la casa del Señor.
V/. ¡Qué alegría cuando me dijeron:«Vamos a la casa del Señor»!Ya están pisando nuestros piestus umbrales, Jerusalén. R/.
V/. Allá suben las tribus,las tribus del Señor,según la costumbre de Israel,a celebrar el nombre del Señor;en ella están los tribunales de justicia,en el palacio de David. R/.
V/. Desead la paz a Jerusalén:«Vivan seguros los que te aman,haya paz dentro de tus muros,seguridad en tus palacios». R/.
V/. Por mis hermanos y compañeros,voy a decir: «La paz contigo».Por la casa del Señor,nuestro Dios, te deseo todo bien. R/.
Segunda Lectura: Lectura de la carta a los Romanos (Rm 13,11-14)
Hermanos, comportaos reconociendo el momento en que vivís, pues ya es hora de despertaros del sueño, porque ahora la salvación está más cerca de nosotros que cuando abrazamos la fe. La noche está avanzada, el día está cerca: dejemos, pues, las obras de las tinieblas y pongámonos las armas de la luz.Andemos como en pleno día, con dignidad. Nada de comilonas y borracheras, nada de lujuria y desenfreno, nada de riñas y envidias. Revestíos más bien del Señor Jesucristo.
Comentario al Evangelio:
👉Estad en vela, no sabéis qué día vendrá el Señor (Mt 24,37-44)
Lectura del Evangelio según San Mateo (Mt 24,37-44)
Lectura del Evangelio según San Mateo (Mt 24,37-44)
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:Cuando venga el Hijo del hombre, pasará como en tiempo de Noé.En los días antes del diluvio, la gente comía y bebía, se casaban los hombres y las mujeres tomaban esposo, hasta el día en que Noé entró en el arca; y cuando menos lo esperaban llegó el diluvio y se los llevó a todos; lo mismo sucederá cuando venga el Hijo del hombre: dos hombres estarán en el campo, a uno se lo llevarán y a otro lo dejarán; dos mujeres estarán moliendo, a una se la llevarán y a otra la dejarán.Por tanto, estad en vela, porque no sabéis qué día vendrá vuestro Señor.Comprended que si supiera el dueño de casa a qué hora de la noche viene el ladrón, estaría en vela y no dejaría que abrieran un boquete en su casa.Por eso, estad también vosotros preparados, porque a la hora que menos penséis viene el Hijo del hombre.
2. Pero, ¿Qué es realmente el tiempo de Adviento?
Tiempo de espera ¿de quién o de qué?
El Adviento es un tiempo de espera para un acontecimiento importante. Si esto ya lo sabemos es necesario hacernos varias preguntas: qué esperamos, para qué, si tiene sentido ahora para nosotros…
El Adviento es un tiempo de espera y preparación interior de la venida de Jesús, el Señor, para mantenernos con un corazón de jóvenes. Una venida que tiene sentido y actualidad ahora. No es el recordatorio de algo que ocurrió hace muchos años y que ha pasado a la historia. Si solo fuera esa celebración, sería igual todos los años, sin «espera» o preparación interior.
Prepararnos no es que cuando «él llegue» nos encuentre sin mancha, como si nunca hubiésemos «roto un plato»…
La preparación en el tiempo de Adviento es revisar nuestro corazón y nuestra debilidad. Es el tiempo de recoger en un cesto todos nuestros pecados, nuestros problemas, nuestros miedos e inseguridades y ofrecerlo a aquel que puede destruir la muerte, este Jesús que está vivo.
¿Cómo nos preparamos?
Debemos ser capaces de detenernos, de parar, de hacer un alto en nuestra vida y mirarnos por dentro, de ver que frutos son los que damos…
Es el momento de reconocer que no somos tan «libres» como pensábamos, que siempre hay algo que nos hace dudar: un fracaso, un desengaño, un problema del cual no sabemos cómo vamos a salir…
Es el momento de descubrir que Dios no es un absurdo, que no es el monstruo y el causante de que todo te salga mal, el que premia a los buenos y castiga a los malos…
Para prepararnos a esperar a alguien, primero tenemos que saber a quién esperamos, es decir, conocer a ese a quien esperamos…
Y a El solo se le conoce a través de la lectura de la Palabra, que es la que nos dice como es, como piensa, como actúa, y no como fue, como pensaba y como actuó.
“Adventus Redemptoris”
(venida del Redentor)
Es el primer período del año litúrgico cristiano. Es un tiempo de preparación espiritual para la celebración del nacimiento de Cristo.
El está organizado en torno a los cuatro domingos previos a la Navidad, que luego se integran en la gran celebración del Nacimiento de Jesucristo, y su posterior Epifanía. Los días de Adviento componen un camino litúrgico y espiritual cuyo núcleo es la espera de la llegada de Jesús.
El es como cuando esperamos que lleguen invitados a nuestras casas, encendemos las luces; Anticipamos su llegada y los recibimos con alegría. En Adviento, preparamos nuestros hogares e iglesias mientras anticipamos con alegría Su llegada, y la luz también se vuelve más brillante a medida que nos acercamos al día de Navidad, el día en que nació la Luz del Mundo.
El es un tiempo de preparación, reflexión y esperanza:
Tiempo de preparación: no se trata de la preparación material de la navidad que, paradójicamente, es lo que más nos preocupa. La comida, los regalos, el dinero que hay que gastar. Dónde y con quiénes la pasamos (¡los conflictos que esto genera!). No. Se trata de preparar el corazón. Sin Jesús no hay Navidad. Sin Jesús la Navidad se vuelve una fiesta pagana. Hay que preparar el corazón. Y el adviento es un tiempo privilegiado para ello.
Tiempo de reflexión: Un precioso momento para pensar y preguntarnos por el sentido de nuestra existencia. Ponemos la mirada en esa primera venida del Señor, aquella que cambió la historia. Nos adentramos al interior del pesebre y contemplamos al niño envuelto en pañales. Ese niño que da sentido a nuestra vida. Y, al mismo tiempo, nuestra mirada se posa en el horizonte, esperando la última venida, al final de los tiempos. Ahora bien, ese Jesús que ya vino y que va a volver, sigue viniendo. Es la venida permanente, cotidiana. Jesús viene en su palabra, en la Eucaristía, en el día a día del colegio, en los compañeros y compañeras, en el enfermo, en el pobre, en el que sufre. Si dos mil años atrás, alguno de los pobladores de Belén hubiese estado convencido de que quien estaba en el vientre de María era el Mesías, seguramente no habría cerrado sus puertas. ¿No será que nosotros no terminamos de convencernos y por eso cerramos las puertas a los hermanos? Cómo nos cuesta descubrir la presencia de Dios en lo cotidiano. Pues bien, el adviento es un tiempo para reflexionar y agudizar la mirada, un tiempo para SANAR.
Tiempo de esperanza: Si la Navidad es el tiempo de la alegría, el Adviento es el tiempo de la esperanza. Cuesta esperar en la cultura de la inmediatez y lo instantáneo. Hoy basta apretar un botón o abrir un WhatsApp y ya está. Todo es rápido. Todo es instantáneo. Cómo cuesta esperar. El adviento es el tiempo de la espera. Nos ejercita en la paciencia. No se trata de cualquier espera. Es una espera dichosa. No esperamos con angustia, desde la incertidumbre. Sabemos, creemos, que Jesús viene. Y ese es el motivo de nuestra esperanza.
- Este 2025 el Tiempo de Adviento comienza el domingo 30 de noviembre, el domingo posterior a CRISTO REY(final del año litúrgico) y primer domingo de adviento de noviembre y terminará este tiempo de adviento el miércoles 24 de diciembre, para dar paso al tiempo de navidad
- Su duración suele ser de 22 a 28 días, dado que lo integran los cuatro domingos más próximos a la festividad de la Natividad (celebración litúrgica de la Navidad), pero en el caso de la Iglesia ortodoxa el Adviento se extiende por 40 días, desde el 28 de noviembre hasta el 6 de enero.
- Este tiempo de adviento, para que tenga un auténtico sentido de salir de un sitio para llegar a otro recorriendo un camino, se distribuyen en 4 DOMINGOS DE ADVIENTO, 4 SEMANAS DE ADVIENTO Y 2 PARTES; PRIMERA PARTE DEL PRIMER DOMINGO DE ADVIENTO, HASTA EL DIA 17 DE DICIEMBRE Y LA SEGUNDA PARTE DEL 17 DE DICIEMBRE HASTA EL 24 DE DICIEMBRE
Las cuatro semanas de Adviento:
Primera semana: Las lecturas de la misa invitan a vivir la esperanza en la venida del Señor en todos sus aspectos: su venida al final de los tiempos, su venida ahora, cada día, y su venida hace dos mil años.
Segunda semana: La segunda semana nos invita, por medio de Juan el Bautista a «preparar los caminos del Señor»; esto es, a mantener una actitud de permanente conversión
Cuarta semana: La cuarta semana ya nos habla del advenimiento del Hijo de Dios al mundo. María es figura, central, y su espera es modelo estímulo de nuestra espera.
La liturgia
Durante el Adviento, el color que se usa en la liturgia de la Iglesia es el morado. Este color simboliza austeridad y evoca sentido de penitencia. Se usa porque ayuda a que los fieles sean conscientes de la necesidad de la conversión, de “estar preparados”, de que hay que avivar los corazones ante la inminente llegada del Señor.
Las lecturas bíblicas durante el Adviento están tomadas sobre todo del profeta Isaías (primera lectura), pero también de otros pasajes proféticos del Antiguo Testamento. Todas en referencia a la llegada del Mesías.
SIGNOS Y SÍMBOLOS DEL ADVIENTO
Los símbolos nos ayudan a celebrar mejor. Además de las oraciones, los cantos y las lecturas bíblicas, puede ser de mucha ayuda en la parroquia, en la familia o en clase.
- PERSONAJES Y MODELOS DEL ESPIRITU DEL ADVIENTO
Los personajes y al mismo tiempo los modelos del espíritu del Adviento en los textos litúrgicos de este tiempo litúrgico de Adviento son:
La Inmaculada Concepción 8 diciembre y Santa María de la Esperanza (o "Virgen de la O") 18 de diciembre, el profeta Isaías y Juan el Bautista, San José , esposo de la Virgen. Personajes de este tiempo de Adviento que sirve para, como recitan las Escrituras, "Preparar el camino al Señor", que está a punto de llegar.
- EL CALENDARTIO DE ADVIENTO
- LA CORONA DE ADVIENTO
Un símbolo tan sencillo como el de la corona de Adviento, o como lo llama el Bendicional, "la corona de las luces de Adviento"
En este enlace encontraras más información sobre la CORONA DE ADVIENTO
- Estructura litúrgica del adviento actualmente
La reforma litúrgica del Concilio Vaticano II ha salvado los dos sentidos del Adviento en su desarrollo histórico:
1. el de preparación para la Navidad y el de
2. espera de la segunda venida de Cristo:
El tiempo de Adviento tiene una doble índole: es el tiempo de preparación para las solemnidades de Navidad, en las que se conmemora la primera venida del Hijo de Dios a los hombres, y es a la vez el tiempo en el que por este recuerdo se dirigen las mentes hacia la expectación de la segunda venida de Cristo al fin de los tiempos. Por estas dos razones el Adviento se, nos manifiesta como tiempo de una expectación piadosa y alegre (Normas universales sobre el año litúrgico y sobre el calendario n. 39).
En la liturgia actual el adviento consta de cuatro domingos. Sin perder su unidad, como lo prueban los textos litúrgicos y sobre todo la casi diaria lectura del profeta Isaías, este tiempo subraya de manera bastante clara los sentidos antes mencionado.
-Partes del Adviento
1ª PARTE DEL ADVIENTO;
DESDE EL PRIMER DOMINGO HASTA EL 16 DE DICIEMBRE
En esta primera parte, se resalta más el aspecto escatológico, orientando el espíritu hacia la espera de la gloriosa venida de Cristo;
2ª PARTE DEL ADVIENTO:
DEL 17 AL 24 DE DICIEMBRE
Tanto en la misa como en la liturgia de las horas, todos los textos se orientan más directamente a preparar la Navidad.
- "ANTÍFONAS DE LA O"
En la tradición católica, las antífonas de Adviento se cantan o se recitan en las Vísperas desde el 17 de diciembre hasta el 23 de diciembre.
Son Antífonas de las Vísperas de los siete días que preceden a la Vigilia de Navidad y que se rezan o cantan antes y después de la recitación del Magníficat.
En ellas se expresa el vivo deseo que se tiene de ver al Salvador.
Tienen este nombre porque todas empiezan con la letra “O”, a modo de interjección o exclamación, en latín. En castellano usaríamos el “Oh”.
Es una de las tradiciones más antiguas y bellas, desde el punto de vista bíblico y litúrgico, que hay como preparación a las Pascuas.
También se llaman “antífonas mayores”.
Fueron compuestas hacia los siglos VII-VIII, y se puede decir que son un magnífico compendio de la Cristología más antigua de la Iglesia, y, a la vez, un expresivo deseo de salvación de todos los hombres.
Son breves oraciones dirigidas a Cristo, que condensan el espíritu de Adviento y la Navidad.
Es la admiración de toda la Iglesia ante el Misterio del Dios hecho hombre. La comprensión más profunda de su verdad. Son la súplica a que apresure el paso y venga a nuestro encuentro.
Cada antífona empieza por una exclamación, como dijimos, “O”, seguida de un título mesiánico tomado, evidentemente, del Antiguo Testamento, que recibirá toda su plenitud a partir de la Encarnación. Terminan, siempre, con la súplica “ven”, no esperes más.
Son las siguientes:
O Sapientia = Sabiduría, Palabra.
O Adonai = Señor Poderoso.
O Radix = Raíz, renuevo del tronco de Jesé (padre de David).
O Clavis = Llave de David, que abre y cierra.
O Oriens = Oriente, Luz, Sol.
O Rex = Rey.
O Emmanuel = Dios-con-nosotros.
Leídas en sentido inverso las iniciales de las palabras en latín, esto es, la primera palabra, y la primera letra de la misma, después de la “O”, dan el acróstico, o expresión, “ERO CRAS”, que significa “SERÉ MAÑANA/VENDRÉ MAÑANA”, que es como la respuesta velada y oculta del Mesías a nuestras súplicas. Su promesa es firme.
ERO CRAS.
María de la O es uno de los nombres con los que se le llama a la Virgen de la Esperanza. Su fiesta está marcada el 18 de diciembre en el calendario mozárabe desde el siglo VII.
Desde entonces, los cristianos han cantado con la oración del Magnifica, en los 7 últimos días de Adviento, las antifonas de vísperas comenzando con la interjección “oh”, como advocación a una Virgen admirada ante el Misterio de Dios que se hace hombre. Es la Iglesia entera, la “esposa” del Apocalipsis que dice ¡ven, Señor, Jesús! Y a la que el esposo responde “Vengo pronto”.
Cada día Jesús es invocado en la antifona y con cada llamada, se va formando el acróstico: «Ero cras» en orden inverso que significa: “Vendré mañana” o “Mañana estaré allí”
Esta semana de las oes tiene la función de acrecentar la espera y la esperanza, la alegría, la ilusión por la llagada de la Navidad.
1. SIN ADVIENTO NO HAY NAVIDAD
[...Como es costumbre a estas alturas de diciembre, todas las tiendas están decoradas con motivos navideños. Este año noto más creatividad que en años anteriores. Parece que corre un poco más el dinero. Hay personas a las que les encanta este ambiente un poco postizo creado a base de bolas de colores, árboles falsos y luces intermitentes. Y hay personas que odian todo este montaje. Yo me sitúo en un punto medio. Ni me entusiasmo ni lo odio, pero reconozco que, a base de tanto cartón piedra, se ha esfumado el verdadero motivo por el que celebramos la Navidad. Y, con él, la verdadera alegría. No me extraña que un porcentaje alto de personas sienta ansiedad ante los días que se avecinan. En vez de ser días portadores de alegría y paz, que son los valores que se proclaman a diestro y siniestro, parecen sumirnos en la tristeza. Algunas personas viven experiencias de tensión y conflicto, aun en el seno de las propias familias, precisamente cuando se supone que están celebrando el deseado/temido encuentro anual. Ya es un tópico referirse a las discusiones con el cuñado o la suegra a propósito de herencias, ideas políticas o rencillas del pasado. Es como si al descorchar el cava o la sidra saltasen también todos los rencores acumulados durante el año.
¿Por qué suceden estas cosas? No quiero jugar a psicólogo de familia, pero, más allá de las razones individuales, hay algo que nos afecta a todos: desde hace mucho tiempo estamos celebrando la Navidad sin vivir el Adviento. Cuando se elimina de un plumazo la espera, cuando no experimentamos en carne propia la necesidad de “redención” (utilizo deliberadamente esta vieja palabra de la dogmática cristiana), no tenemos nada que celebrar. Experimentamos entonces un vacío mortal que el comercio se encarga de rellenar con la lista de productos navideños que cada año se incrementa un poco y que parecen conectar con nuestros deseos superficiales de felicidad, amistad, fiesta, etc. Pero el resultado es engañoso. A mayor consumo, mayor vacío. Y a mayor vacío, más tristeza y soledad. Son los “efectos colaterales” de una Navidad que no responde a una búsqueda personal de sentido, que no tiene nada profundo que ofrecer, sino que ha degenerado en una fiesta de invierno envuelta en papel celofán. El Misterio se ha quedado reducido a pasatiempo.
Y, sin embargo, la liturgia cristiana nos ofrece un hermoso camino de preparación a lo largo de las cuatro semanas de Adviento. Conecta nuestra búsqueda personal con la multisecular espera del pueblo judío, alimenta la utopía de un mundo distinto según el plan de Dios, nos invita a recorrer la “vía del desierto” y a acompañar a María y a José en su viaje a Belén para, en la sencillez de una posada popular, acoger el Misterio del Dios hecho ser humano. Cuando uno se toma en serio las etapas previas, cuando procura unir el ritmo personal y la liturgia, llega a la Navidad con un secreto deseo de contemplar el Misterio, con una alegría profunda y discreta que no necesita de muchas alharacas para expresarse. ¡Qué pena que desperdiciemos este tesoro que la Iglesia nos ofrece y quedemos subyugados por la publicidad de un gordinflón coca-colero (léase Papá Noel, a quien no le tengo la menor simpatía) que acaba ocupando casi todo el espacio! Soy testigo de que algunas personas que se toman el Adviento en serio, que van encendiendo cada semana la vela que marca el comienzo de una nueva etapa, llegan a la Navidad con otro espíritu. Quien espera, encuentra; quien busca, halla. Ne sono assolutamente convinto, que dirían mis amigos italianos.
Gonzalo Fernández Sanz. Misionero claretiano.
Director de la editorial Publicaciones Claretianas y de la revista Vida Religiosa.











































