JUEVES 31 DE OCTUBRE DE 2024: VÍSPERA DE LA FIESTA DE TODOS LOS SANTOS
Esta celebración la vamos a hacer de una forma especial, llamada "holywins" una iniciativa, en la que cada vez somas mas, la intención no es cambiar nada ni decir si es bueno o malo, la intención es devolver la originalidad y el origen de esta fiesta.
¿Qué es Holywins?
Esta iniciativa nació en la diócesis de París en el año 2002 y hoy se ha extendido en muchas comunidades escolares y parroquiales del mundo, podemos ser meras fotocopias y hacer lo que todos hacen de forma automática y sin saber porqué, o arriesgarnos y hacer algo diferente dándole sentido,
LA SANTIDAD ES LA QUE AL FINAL VENCE
“Holywins” es un juego de palabras que significa
“la santidad vence”. La similitud fonética con la palabra “Halloween” no es casual, pues Holywins tiene la pretensión de ayudar a reforzar la fiesta cristiana de Todos los Santos, ante el eclipse cada vez mayor que está sufriendo por la potente implantación de la fiesta pagana de Halloween.
Aunque
“Halloween” significa “víspera de Todos los Santos”, actualmente esta celebración no tiene ninguna relación con la fe cristiana. Por el contrario, su forma de plantear la vida y la muerte, el bien y el mal, son completamente distintas a las del Evangelio y a la Tradición de la Iglesia. Por eso, los católicos queremos devolver a este día su verdadero sentido y celebrar a todos aquellos que siguieron heroicamente a Jesús, con una luminosa fiesta de Todos los Santos que desborde luz y esperanza.
Como Colegio de ideario cristiano, queremos hacer algo diferente LA VESTIDURA BLANCA como signo de luz y esperanza. Con la celebración de Holywins queremos transmitir un mismo mensaje: la vida es hermosa y su meta es el Cielo, son muchos los que ya han llegado y todos estamos llamados a compartir su felicidad, pues todos podemos ser santos.
UNA MUESTRA DE LAS MUCHAS QUE PARTICIPARON:
VIERNES 1 DE NOVIEMBRE DE 2024SOLEMNIDAD DE TODOS LOS SANTOS
El Día de Todos los Santos es una festividad de origen religioso en la que cada año se rinde homenaje a los difuntos. Cada 1 de noviembre se celebran toda una serie de tradiciones en España de la que, sin duda, la más destacada es visitar las tumbas de los seres queridos para mostrar que todavía se les recuerda. Se suelen llevar flores a modo de recordatorio y se aprovecha
la ocasión para arreglar las tumbas.
Está generalizado, además, que entorno a esta fecha otras religiones y culturas celebren fiestas parecidas, como por ejemplo Halloween, de origen pagano, que también tiene a los difuntos como eje central. Pero,
¿Cuál es el origen de el Día de Todos los Santos? Origen del Día de Todos los Santos
En la mayor parte de los países de tradición cristiana el 1 de noviembre es el día para homenajear de forma especial a los santos, tanto a los conocidos como a los desconocidos. Fue el Papa Gregorio IV en el año 835 quien estableció el 1 de noviembre como el Día de Todos los Santos.
Escogió esta fecha porque coincidía con una festividad de los pueblos germánicos y en aquella época el objetivo de la Iglesia era ir eliminando las fiestas paganas del calendario. La fiesta a la que nos referimos es el Samaín, una tradición de origen celta (que todavía se celebra en algunas partes de Galicia) y que es el origen del actual Halloween.
El verdadero sentido de la festividad
de Todos los Santos
Los matemáticos dicen que la distancia de cualquier número, por grande que sea, al infinito, es siempre infinita. Para Dios todos somos iguales, no hay posible distinción. ¿Qué sentido tiene entonces el marcar las diferencias entre unos y otros? La fiesta de “Todos los Santos”, entendida como diferencia de perfección entre los seres humanos no tiene mucho sentido. Por eso le he cambiado el título y he puesto: “Todos santos” porque lo divino nos atraviesa; aunque también podía haber puesto “Todos pecadores” y sería exactamente igual de cierto. Para Dios no hay diferencia ninguna, porque nos ama a todos por lo que Él es.
Si por santo entendemos un ser humano perfecto, significaría que ya ha llegado a su plenitud y por lo tanto se habrían acabado sus posibilidades de crecer. Pero su verdadero ser, y por lo tanto su perfección, nada tiene que ver con su biología o con su moralidad. A esa parte de nuestro ser no afectan las limitaciones, sean del orden que sean. Es una realidad que permanece siempre intacta. Descubrir, vivir y manifestar ese verdadero ser, es lo que podíamos llamar santidad y es posible para todas las personas.
Cuando creemos que para ser santo tenemos que anular los sentidos, reprimir los sentimientos, machacar la inteligencia y someter la voluntad, nos estamos exigiendo la más torpe inhumanidad. La plenitud de lo humano solo se alcanza en lo divino, que ya está en nosotros. Vivir lo divino que hay en nosotros es la meta de lo humano. El verdadero santo no es el perfecto sino el sincero. El santo nunca descubrirá que lo es. Por favor, que nadie caiga en la tentación de aspirar a la “santidad”. Aspiremos solo, a ser cada día más humanos, desplegando el amor que es Dios y está en nosotros.
Cuando hemos puesto la santidad en lo extraordinario, nos hemos salido de todo marco de referencia evangélico. Si creemos que santo es aquel que hace lo que nadie es capaz de hacer, o deja de hacer lo que todos hacemos, ya hemos caído en la trampa del ideal de perfección griega, que durante siglos se nos ha vendido como cristiana. Cuando un joven le dice a Jesús: «Maestro bueno”. Jesús le responde: ¿Por qué me llamas bueno? Nadie es bueno más que Dios. ¿Qué hubiera contestado si le hubiera llamado santo?
Todos somos santos, porque nuestro verdadero ser es lo que hay de Dios en nosotros; aunque la inmensa mayoría no lo hemos descubierto todavía, y de ese modo, tampoco podemos manifestar lo que somos. Somos santos por lo que Dios es en nosotros, no por lo que nosotros somos para Dios o para los demás. La creencia generalizada de que la santidad consiste en desplegar las virtudes morales, no tiene nada que ver con el evangelio. Recordemos: “Las prostitutas y los pecadores os llevan la delantera en el reino de Dios”. Para Jesús, es santo quien descubre el amor que llega a él sin mérito ninguno por su parte. La perfección moral es consecuencia de la santidad, no su causa.
Debemos tener mucho cuidado a la hora de hablar de los santos como “intercesores”. Si lo entendemos pensando en un Dios, que solo atiende las peticiones de sus amigos o de aquellos que son “recomendados”, estamos ridiculizando a Dios. En Jn 16,26-27 dice Jesús: “no será necesario que yo interceda ante el Padre por vosotros, porque el Padre mismo os ama”. Lo hemos dicho hasta la saciedad, Dios no nos ama porque somos buenos o por recomendación de uno que lo es, sino porque Él es amor. Es un poco ridículo seguir repitiendo una y otra vez: Señor, ten piedad (15 veces en cada eucaristía).
Se puede entender la intercesión de una manera aceptable. El ejemplo de esas personas, que han tomado conciencia de su verdadero ser y son capaces de hacer presente a Dios en todo lo que hacen, puede ayudarnos a descubrirlo, y por lo tanto puede acercarnos a Dios. Descubrir que ellos confiaron en Dios, a pesar de sus defectos, nos tiene que animar a confiar más en nosotros. No solo valdría para los que conviven con ellos, sino para todos los que, después de su muerte, tuvieran noticia de ‘su vida y milagros’. Sería el camino más fácil para que creciera el número de los “conscientes”.
Debemos tener cuidado con la “comunión de los santos”. No se trata de unos “dones” o unas “gracias” que ellos han merecido y que nos ceden a nosotros. Es ridículo cuantificar y almacenar los bienes espirituales. Todo lo que nos viene de Dios es siempre gratuito y nunca se puede merecer. “Cuando hayáis hecho todo lo mandado, decid: somos unos pobres siervos, hemos hecho lo que teníamos que hacer”. Ahora bien, en el momento que se tiene conciencia de la unidad, se comprende que todo lo que hace uno repercute en el todo.
En esta fiesta celebramos la bondad, se encuentre donde se encuentre. Es una fiesta de optimismo, porque, a pesar de los telediarios, hay mucho bien en el mundo si sabemos descubrirlo. Es cierto que mete más ruido uno tocando el tambor que mil callando. Por eso nos abruma el ruido que hace el mal y no nos queda espacio para descubrir el bien. Hoy es el día de la alegría. La Vida y el Bien triunfan sobre la muerte y el mal. La vida merece siempre la pena. Esta alegría de vivir tenemos que mantenerla a pesar de tanto sufrimiento y dolor como hay en nuestro mundo. A pesar de que muchos seres humanos consumen su existencia sin enterarse de lo que son y se conforman con vegetar.
Las bienaventuranzas nos descubren el verdadero rostro del “santo”. ¿Quién es dichoso? ¿Quién es bienaventurado? Felicitar a uno porque es pobre, porque llora, porque pasa hambre, porque es perseguido, sería un sarcasmo para el común de los mortales. Sobre todo, si le engañamos con la promesa de que serán felices más allá. Haber reservado la palabra “bienaventurado” para los que han muerto, es una manipulación del evangelio inaceptable. Aquí abajo, el dichoso es el rico, el poderoso, el que puede consumir de todo sin dar un palo al agua. Esa escala de valores queda trastocada por el evangelio.
Las bienaventuranzas no se pueden entender racionalmente, ni se pueden explicar con argumentos. Cuando Pedro se puso a increpar a Jesús, porque no entendía su muerte, Jesús le contestó: “Tú piensas como los hombres, no como Dios”. Solo entrando en la dinámica de la trascendencia, podemos descubrir el sentido de las bienaventuranzas. Solo descubriendo lo que hay de Dios en mí, podré darme cuenta del verdadero valor. Para que una persona sea dichosa le tenemos que dar aquello que considera el valor supremo para ella. Tenga lo que tenga, si no lo percibe como valor absoluto, no le hará feliz.
Las bienaventuranzas no son un sí de Dios a la pobreza y al sufrimiento, sino un rotundo “no” de Dios a las situaciones de injusticia, asegurando a los pobres lo más grande que pudieran esperar, el amor que es Dios. En Él los pobres pueden esperar, tener confianza. No para un futuro lejano, sino ya, aquí y ahora. Puede ser bienaventurado el que llora, pero nunca el que hace llorar. Puede ser feliz el que pasa hambre, pero no el que tiene la culpa del hambre de los demás. Buscar la salvación en las seguridades terrenas es la mejor prueba de que no se ha descubierto el amor de Dios. Aún en las peores circunstancias imaginables, las posibilidades de ser, nadie puede quitártelas.
En la celebración de este día, no tenemos que pensar en los “santos” canonizados, ni en los que desarrollaron virtudes heroicas, sino en todos los seres humanos que descubren la marca de lo divino en ellos, y ese descubrimiento le empuja a mayor humanidad. No se trata de celebrar los méritos de personas extraordinarias, sino de reconocer la presencia de Dios, que es el único Santo, en cada una de las personas. El mérito será siempre de Dios. Muchas de esas personas, que se han ido y recordaremos siempre, son verdaderos santos y santas.
SÁBADO 2 DE NOVIEMBRE DE 2024: Conmemoración de todos los fieles difuntos
La Conmemoración de los Difuntos es una solemnidad que tiene un valor profundamente humano y teológico, pues abarca todo el misterio de la existencia humana, desde sus orígenes hasta su fin sobre la tierra e incluso más allá de esta vida temporal. Nuestra fe en Cristo nos asegura que Dios es nuestro Padre bueno que nos ha creado, pero además también tenemos la esperanza de que un día nos llamará a su presencia para "examinarnos sobre el mandamiento de la caridad". (Cf. CIC n. 1020-1022).
La conmemoración de los fieles difuntos, nos recuerda esta futura realidad; por eso la Iglesia intercede por nuestras hermanas y hermanos difuntos, rezando por ellos, haciendo sufragios y limosnas, pero sobre todo ofreciendo el mismo sacrificio de Cristo en la Eucaristía, de modo que todos los que aún después de su muerte necesitasen ser purificados de las fragilidades humanas, puedan ser definitivamente admitidos a la visión de Dios.
Historia y orígenes de la conmemoración
La pietas y el recuerdo de los difuntos se remonta a los albores de la historia de la humanidad. En la plenitud de los tiempos (cf. Ga 4, 4), con el evento de la Resurrección de Jesús (cf. Mt 28, 8-15), la memoria y la piedad hacia ellos se enriqueció radicalmente. Ya los primeros cristianos, como se puede ver fácilmente en las catacumbas, esculpían en las tumbas la figura de Lázaro resucitado, como signo de la esperanza de que su pariente amado también volvería a la vida gracias a Cristo (cf. Jn 11, 38-44).
Pero sólo en el siglo IX aparece la conmemoración litúrgica de los difuntos, herencia de la costumbre monástica ya en boga en el siglo VII de consagrar, dentro de los monasterios, un día entero a la oración por los difuntos. La piadosa práctica, sin embargo, ya estaba presente en el rito bizantino que celebraba a los difuntos el sábado anterior al inicio de la cuaresma o en un período entre finales de enero y el mes de febrero.
Más tarde, en el año 809, el obispo de Tréveris, Amalario Fortunato de Metz, colocaría la memoria litúrgica de los difuntos -que esperan contemplar el rostro del Padre- al día siguiente de la dedicada a los santos, que ya gozan de la vida divina. Finalmente, en el año 998, a disposición del Abad de Cluny, Odilón di Mercoeur, se fijó la solemnidad para el 2 de noviembre incluyendo un período de preparación de nueve días, conocido como la Novena de los Difuntos, que comienza el 24 de octubre.
MOMENTO DE ORACIÓN POR LOS DIFUNTOS
(Se puede rezar en familia, o bien, en tu ratico que te encuentres a solas)
Cabe recordar que el 2 de noviembre tiene un significado especial dentro del calendario de la iglesia católica, puesto que se conmemora el Día de los Fieles Difuntos, donde se recuerdan a las personas que un día convivieron entre nosotros y que han pasado a las manos de Dios.
Ante ello, la iglesia incluye en las misas oraciones y recordatorios por aquellos que acabaron su vida.
VAMOS A TENER UN RECUERDO ESPECIAL POR LOS DESASTRES Y MUERTES CAUSADOS POR LA DANA EN VALENCIA OCTUBRE 2024
Oremos confiadamente al Señor, soberano de cielos y tierra, para que otorgue la salvación eterna a las víctimas de las inundaciones, consuele a sus familiares, mueva a los que gobiernan a buscar soluciones al desastre natural y nos conceda la caridad para socorrer a nuestros hermanos damnificados. TE LO PEDIMOS POR JESUCRISTO NUESTRO SEÑOR. AMÉN
👉Hoy también es buen día para participar en la Eucaristía y dar gracias
👉El recuerdo también es importante para hoy, una vela encendida, unas flores, música y que se haga la magia...
👉Te propongo:
VERSIÓN REDUCIDA
(Nos reunimos los miembros de la familia, si es posible, y disponemos un espacio que nos ayude a orar. Podemos encender una vela, símbolo de nuestra fe que nos guía en el peregrinar de la vida; si lo consideremos conveniente, una foto de la familia. Dejamos un breve silencio para ponernos en presencia de Dios como familia. Luego el que dirige –padre, madre- inicia la oración).
V/ En el nombre del Padre + y del Hijo + y del Espíritu Santo.+
T/ Amén.
MONICIÓN PARA COMENZAR Y SITUARNOS:
La oración por nuestros difuntos es un gesto de importantísimo valor que nos hace crecer en la fe y a través del cual pedimos la gracia de la vida eterna para nuestros familiares y amigos que han fallecido.
Rezar por nuestros difuntos es una obra de misericordia, pero además nos ayuda a tomar conciencia de la comunión de los santos y es expresión de fe en la resurrección de los muertos y en la vida eterna.
Como familia, en este momento, recordemos a nuestros familiares fallecidos y oremos al Dios de la Vida para que, en su misericordia, los acoja a gozar de las alegrías de la vida eterna y en todos nosotros avive la fe en la resurrección futura.
(Hacemos un breve silencio y los recordamos con su nombre, incluso podemos recordar juntos algo de su vida que nos ha dejado huella. Luego el que dirige o uno de la familia reza en voz alta esta oración a la que los demás nos unimos en silencio).
TIEMPO DE MEDITACIÓN EN SILENCIO, UN LECTOR LEE:
· Quien resucitó al Señor Jesús también nos resucitará a nosotros con Jesús... Señor, aviva nuestra fe en la resurrección y haz que nuestros familiares puedan gozar de ella.
· Todo esto es para vuestro bien: A veces hay situaciones que no entendemos, pero Tú nunca nos abandonas. Danos la gracia de confiar más en ti y ser testigos de tus dones. Te damos gracias por los dones que nos concediste por medio de nuestros seres queridos que han muerto (Se puede dejar un momento para recordarlos).
· No nos fijamos en lo que se ve, sino en lo que no se ve: Nos cuesta mucho, Señor, mirar más allá de las evidencias que ven nuestros ojos. Danos esperanza y fe para confiar en ti y creer que nuestros hermanos están llamados a gozar de tu presencia. Danos la gracia de descubrir que lo esencial es invisible a los ojos.
V/ Todos juntos oramos como el Señor nos enseñó: Padre nuestro...
V/ Y a nuestra Madre, la Virgen María, a quien nuestro (a) hermano (a), invocó, como todos nosotros, pedimos que interceda por nosotros ahora y en la hora de nuestra muerte: Dios te salve María... Santa María...
2 tipos de oración para finalizar (elige una)
1. Oración del día de los difuntos
“Dios de misericordia y amor, ponemos en tus manos a nuestros hermanos y hermanas …..................que has llamado de esta vida a tu presencia. En esta vida les demostraste tu gran amor, y ahora que ya están libres de toda preocupación concédeles pasar con seguridad las puertas de la muerte y gozar de la luz y la paz eterna. Habiendo terminado su vida terrena recíbelos en el paraíso, en donde ya no habrá tristeza ni dolor, sino únicamente felicidad y alegría con Jesús, tu hijo, y con el Espíritu Santo para siempre, AMÉN”.
2. Oración de San Agustín
“No lloréis si me amabais. ¡Si conocierais el don de Dios y lo que es el Cielo! ¡Si pudiérais oír el cántico de los Ángeles y verme en medio de ellos! ¡Si pudiérais ver con vuestros ojos los horizontes, los campos eternos y los nuevos senderos que atravieso! ¡Si por un instante pudiérais contemplar como yo la belleza ante la cual todas las bellezas palidecen!
Creedme: Cuando la muerte venga a romper vuestras ligaduras como ha roto las que a mí me encadenaban y, cuando un día que Dios ha fijado y conoce, vuestra alma venga a este Cielo en el que os ha precedido la
TRADICIONALMENTE TERMINANA LOS ACTOS DE ESTE DÍA
CON LA ORACIÓN DEL REPOSO
TERMINAMOS ESCUCHANDO ÉSTA BELLÍSMA CANCIÓN EN SILENCIO Y LA GUARDAMOS EN EL CORAZÓN
(IR AL FINAL DEL DOCUMENTO)
VERSIÓN EXTENDIDA
(Nos reunimos los miembros de la familia, si es posible, y disponemos un espacio que nos ayude a orar. Podemos encender una vela, símbolo de nuestra fe que nos guía en el peregrinar de la vida; si lo consideremos conveniente, una foto de la familia. Dejamos un breve silencio para ponernos en presencia de Dios como familia. Luego el que dirige –padre, madre- inicia la oración).
V/ En el nombre del Padre + y del Hijo + y del Espíritu Santo.+
T/ Amén.
MONICIÓN PARA COMENZAR Y SITUARNOS:
La oración por nuestros difuntos es un gesto de importantísimo valor que nos hace crecer en la fe y a través del cual pedimos la gracia de la vida eterna para nuestros familiares y amigos que han fallecido.
Rezar por nuestros difuntos es una obra de misericordia, pero además nos ayuda a tomar conciencia de la comunión de los santos y es expresión de fe en la resurrección de los muertos y en la vida eterna.
Como familia, en este momento, recordemos a nuestros familiares fallecidos y oremos al Dios de la Vida para que, en su misericordia, los acoja a gozar de las alegrías de la vida eterna y en todos nosotros avive la fe en la resurrección futura.
(Hacemos un breve silencio y los recordamos con su nombre, incluso podemos recordar juntos algo de su vida que nos ha dejado huella. Luego el que dirige o uno de la familia reza en voz alta esta oración a la que los demás nos unimos en silencio).
Oramos con el Salmo 22 (23):
MONICIÓN
Ahora oramos con el Salmo 22. Dios, como un pastor bueno, nos cuida y guía. Por eso aunque a veces sintamos que transitamos por cañadas oscuras, no debemos temer porque Él nos acompaña. A cada estrofa de este Salmo respondemos:
El Señor es mi pastor, nada me falta.
(Las estrofas puede recitarlas uno y los demás nos unimos con la respuesta o si somos varios, una estrofa cada uno y todos en común el responsorio)
El Señor es mi pastor, nada me falta. (Ahora lo repite la asamblea)
El Señor es mi pastor, nada me falta:
en verdes praderas me hace recostar;
me conduce hacia fuentes tranquilas y repara mis fuerzas;
me guía por el sendero justo, por el honor de su nombre. R.
El Señor es mi pastor, nada me falta. (lo decimos todos a la vez)
Aunque camine por cañadas oscuras,
nada temo, porque tú vas conmigo:
tu vara y tu cayado me sosiegan. R.
El Señor es mi pastor, nada me falta. (lo decimos todos a la vez)
Preparas una mesa ante mí,
enfrente de mis enemigos;
me unges la cabeza con perfume,
y mi copa rebosa. R.
El Señor es mi pastor, nada me falta. (lo decimos todos a la vez)
Tu bondad y tu misericordia me acompañan
todos los días de mi vida,
y habitaré en la casa del Señor por años sin término. R
El Señor es mi pastor, nada me falta. (lo decimos todos a la vez)
(Se puede dejar un breve silencio para dejar resonar la frase que más nos llamó la atención).
TIEMPO DE MEDITACIÓN:
· Quien resucitó al Señor Jesús también nos resucitará a nosotros con Jesús... Señor, aviva nuestra fe en la resurrección y haz que nuestros familiares puedan gozar de ella.
· Todo esto es para vuestro bien: A veces hay situaciones que no entendemos, pero Tú nunca nos abandonas. Danos la gracia de confiar más en ti y ser testigos de tus dones. Te damos gracias por los dones que nos concediste por medio de nuestros seres queridos que han muerto (Se puede dejar un momento para recordarlos).
· No nos fijamos en lo que se ve, sino en lo que no se ve: Nos cuesta mucho, Señor, mirar más allá de las evidencias que ven nuestros ojos. Danos esperanza y fe para confiar en ti y creer que nuestros hermanos están llamados a gozar de tu presencia. Danos la gracia de descubrir que lo esencial es invisible a los ojos.
ORACIÓN DE LOS FIELES
V/ Jesucristo ha resucitado de entre los muertos y está sentado a la derecha del Padre, y desde allí intercede por su Iglesia. Confiados en que Dios oye las voces de aquellos que esperan en el Señor Jesús, unimos nuestras oraciones a las suyas. A cada petición, respondemos. ESCÚCHANOS, SEÑOR.
Lector: En el Bautismo nuestros seres queridos difuntos recibieron la luz de Cristo. Aleja ahora de ellos la oscuridad y condúcelos a gozar de tu presencia.
Roguemos al Señor. R/ ESCÚCHANOS, SEÑOR.
Lector: Nuestro hermano (nuestra hermana) N. fue alimentado (alimentada) en la mesa del Salvador. Acógelo (acógela) en las mansiones del banquete celestial. Roguemos al Señor. R/ESCÚCHANOS, SEÑOR.
Lector: Muchos amigos y miembros de nuestras familias nos han precedido y aguardan el Reino. Concédeles un hogar eterno con tu Hijo. Roguemos al Señor. R/ESCÚCHANOS, SEÑOR.
Lector: Cada día mueren muchas personas a causa de la violencia, de la guerra y del hambre y, en este momento, del covid-19. Muestra tu misericordia a los que sufren estas situaciones y congrégalos en el Reino eterno de tu paz. Roguemos al Señor. R/ESCÚCHANOS, SEÑOR.
Lector: Los que confiaron en el Señor duermen ahora en Él. Dales alivio, descanso y paz a todos aquellos cuya fe solo Tú conociste. Roguemos al Señor. R/ESCÚCHANOS, SEÑOR.
Lector: La familia y los amigos de N. buscamos paz y consuelo. Alivia nuestras penas y disipa la oscuridad y la duda que nacen de la aflicción. Roguemos al Señor. R/ESCÚCHANOS, SEÑOR.
Lector: Estamos reunidos aquí en la confianza que da la fe para orar por nuestro hermano (nuestra hermana)...................................Fortalece nuestra esperanza para que podamos vivir aguardando la venida de tu Hijo. Roguemos al Señor. R/ESCÚCHANOS, SEÑOR.
Lector: Hoy, Señor, queremos acordarnos de todos los fieles difuntos, en especial de aquellos de quienes nadie se acuerda. Puríficalos de sus faltas y acógelos en tu regazo de Padre. Roguemos al Señor. R/ESCÚCHANOS, SEÑOR.
V/ Todos juntos oramos como el Señor nos enseñó: Padre nuestro...
V/ Y a nuestra Madre, la Virgen María, a quien nuestro (a) hermano (a), invocó, como todos nosotros, pedimos que interceda por nosotros ahora y en la hora de nuestra muerte: Dios te salve María... Santa María...
2 tipos de oración para finalizar (elige una)
1. Oración del día de los difuntos
“Dios de misericordia y amor, ponemos en tus manos a nuestros hermanos y hermanas …..................que has llamado de esta vida a tu presencia. En esta vida les demostraste tu gran amor, y ahora que ya están libres de toda preocupación concédeles pasar con seguridad las puertas de la muerte y gozar de la luz y la paz eterna. Habiendo terminado su vida terrena recíbelos en el paraíso, en donde ya no habrá tristeza ni dolor, sino únicamente felicidad y alegría con Jesús, tu hijo, y con el Espíritu Santo para siempre, AMÉN”.
2. Oración de San Agustín
“No lloréis si me amabais. ¡Si conocierais el don de Dios y lo que es el Cielo! ¡Si pudiérais oír el cántico de los Ángeles y verme en medio de ellos! ¡Si pudiérais ver con vuestros ojos los horizontes, los campos eternos y los nuevos senderos que atravieso! ¡Si por un instante pudiérais contemplar como yo la belleza ante la cual todas las bellezas palidecen!
Creedme: Cuando la muerte venga a romper vuestras ligaduras como ha roto las que a mí me encadenaban y, cuando un día que Dios ha fijado y conoce, vuestra alma venga a este Cielo en el que os ha precedido la mía, ese día volveréis a ver a aquel que os amaba y que siempre os ama, y encontraréis su corazón con todas sus ternuras purificadas.
Volveréis a verme, pero transfigurado y feliz, no ya esperando la muerte, sino avanzando con vosotros por los senderos nuevos de la Luz y de la Vida, bebiendo con embriaguez a los pies de Dios un néctar del cual nadie se saciará jamás. Amén.”
TRADICIONALMENTE TERMINANA LOS ACTOS DE ESTE DÍA
CON LA ORACIÓN DEL REPOSO
FINALIZAMOS ESCUCHANDO ESTA BELLÍSIMA CANCIÓN EN SILENCIO Y LA GUARDAMOS EN EL CORAZÓN
"Una canción sobre una persona que se ha ido, una canción que queda y es vida en la muerte", una canción que abraza y cobija el dolor de las personas que se quedan".
Tears In Heaven - Lágrimas En El CieloEric Clapton
¿Sabrías mi nombre? Would you know my name
Si te viera en el cielo If I saw you in Heaven?
¿Sería lo mismo? Would it be the same
Si te viera en el cielo If I saw you in Heaven?
Debo ser fuerte I must be strong
Y seguir adelante And carry on
Porque sé que no pertenezco' Cause I know I don't belong
Aquí en el cielo Here in Heaven
¿Me tomarías de la mano? Would you hold my hand
Si te viera en el cielo If I saw you in Heaven?
¿Me ayudarías a pararme? Would you help me stand
Si te viera en el cielo If I saw you in Heaven?
Encontraré mi camino I'll find my way
A través de la noche y el día Through night and day
Porque sé que no puedo quedarme' Cause I know I just can't stay
Aquí en el cielo Here in Heaven
El tiempo puede dejarte triste Time can bring you down
El tiempo puede dejarte de rodillas Time can bend your knees
El tiempo puede romperte el corazón Time can break your heart
Hacer rogar por favor Have you begging please
Rogar por favor Begging please
Más allá de la puerta Beyond the door
Hay paz, estoy seguro There's peace, I'm sure
Y sé que no habrá más And I know there'll be no more
Lágrimas en el cielo Tears in Heaven
¿Sabrías mi nombre? Would you know my name
Si te viera en el cielo If I saw you in Heaven?
¿Serías el mismo? Would you be the same
Si te viera en el cielo If I saw you in Heaven?
Debo ser fuerte I must be strong
Y seguir adelante And carry on
Porque sé que no pertenezco' Cause I know I don't belong
Aquí en el cielo Here in Heaven