18 DE SEPTIEMBRE
JUEVES
Cada año, del 1 de Septiembre al 4 de Octubre, la familia cristiana se une en esta celebración global de oración y acción para proteger nuestra casa común EL TIEMPO DE LA CREACIÓN. Este tiempo fue iniciado por el Patriarca Ecuménico Dimitrios I en 1989 como un día de oración por la creación para los ortodoxos.
Es un tiempo especial en el que celebramos a Dios como Creador y reconocemos a la Creación como el acto divino continuo que nos convoca como colaboradores para amar y cuidar el don de todo lo creado. Como seguidores de Cristo de todo el mundo, compartimos una llamada común a cuidar de la Creación. Somos co-creaturas y parte de todo lo que Dios ha hecho. Nuestro bienestar está entrelazado con el bienestar de la Tierra.
Este año nos unimos en torno al tema “Paz con la Creación” con el símbolo “Jardín de la Paz”, inspirado en el libro de Isaías, del Antiguo Testamento.
La paz es algo más que la ausencia de guerra. En la Biblia hebrea, shalom representa un concepto mucho más profundo, que va más allá de la ausencia de conflicto y se extiende a la plena restauración de las relaciones rotas, con Dios.
La restauración abarca nuestra relación con Dios, con nosotros mismos, con la familia humana y con el resto de la Creación. A lo largo de la historia, muchas actividades humanas han contribuido a la destrucción de
la Creación. Pero hoy, más que nunca, algunas actividades humanas adoptan la forma de una guerra contra la Creación. Nuestro impacto ha pasado de lo local a lo global, manifestándose en estilos de vida insostenibles, consumo excesivo, contaminación duradera y una cultura de usar y tirar.
ORACIÓN POR LA PAZ
Toda la Creación está llena de alabanzas a Dios, y nosotros estamos llamados a unirnos a ellas con alegría, rectitud y paz.
Sin embargo, cuando miramos a nuestro alrededor, vemos conflicto y destrucción.
Reconocemos que: Nosotros mismos causamos conflicto y destrucción, y a menudo no caminamos por la senda de la paz. En todas partes del planeta, los seres humanos causan grandes daños, aun cuando sabemos que el alcance de la destrucción varía, y que en todas partes los seres humanos se encuentran entre las víctimas de nuestro profundo conflicto con la Creación.
Con demasiada frecuencia, no vivimos como estamos llamados a vivir. No somos
embajadores de la paz, la justicia y la reconciliación.
Dios de la Vida, cura tu Tierra herida.
Danos poder para elegir el camino que conduce a la vida.
Guíanos por los senderos de la justicia, por amor a tu nombre,
para que podamos experimentar de nuevo
tu PAZ en la tierra.
Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.
MIÉRCOLES
Vivimos tiempos de turbulencias, agitación e incertidumbre, por lo que es urgente y fundamental que todos emprendamos acciones concretas para movilizarnos en favor de la paz.
Todas las personas tenemos un papel que desempeñar, desde las fuerzas de mantenimiento de la paz en primera línea de conflicto hasta los miembros de la comunidad educativa y los estudiantes en las aulas de todo el mundo, es necesaria la oración, el silencio y el diálogo para conseguir una paz plena y duradera.
ORACIÓN POR LA PAZ
y nosotros estamos llamados a unirnos a ellas con alegría, rectitud y paz.
Sin embargo, cuando miramos a nuestro alrededor, vemos conflicto y destrucción.
Reconocemos que: Nosotros mismos causamos conflicto y destrucción, y a menudo no caminamos por la senda de la paz. En todas partes del planeta, los seres humanos causan grandes daños, aun cuando sabemos que el alcance de la destrucción varía, y que en todas partes los seres humanos se encuentran entre las víctimas de nuestro profundo conflicto con la Creación.
Con demasiada frecuencia, no vivimos como estamos llamados a vivir. No somos
embajadores de la paz, la justicia y la reconciliación.
Dios de la Vida, cura tu Tierra herida.
Danos poder para elegir el camino que conduce a la vida.
Guíanos por los senderos de la justicia, por amor a tu nombre,
para que podamos experimentar de nuevo
tu PAZ en la tierra.
Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.
15 DE SEPTIEMBRE
LUNES
La devoción a la Virgen de la Fuensanta en Murcia es un vínculo arraigado en la historia y el alma de esta región. Como patrona, su presencia trasciende lo meramente religioso para convertirse en un símbolo de identidad y esperanza para los murcianos. Cada año, multitudes acuden a su santuario para elevar una oración y encontrar consuelo en su intercesión.
La Virgen de la Fuensanta no es solo una figura venerada, también una protectora que simboliza la conexión entre lo divino y lo terrenal. Su imagen evoca la maternidad, la compasión y la fortaleza espiritual, cualidades que inspiran confianza y devoción en aquellos que la invocan. Para los habitantes de Murcia, acudir a ella en oración es buscar su amparo y consuelo en momentos de necesidad y gratitud en tiempos de alegría.
Oración a la Virgen de la Fuensanta
Oh Dios, que a tu pueblo sediento
lo llevaste a las aguas salvadoras,
haz que comprendamos las maravillas de tu misericordia,
para que, ayudados poderosamente
con el auxilio de la Virgen María de la Fuensanta,
bebamos con alegría en la Fuente, que es Cristo,
el agua del Espíritu.
Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo,
que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo
y es Dios por los siglos de los siglos. Amén.
llena eres de gracia;
el Señor es contigo.
Bendita Tú eres
entre todas las mujeres,
y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús.
Santa María, Madre de Dios,
ruega por nosotros, pecadores,
ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén
Nos ponemos en presencia del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, para unirnos en la oración de los "buenos días". Somos conscientes de que “sin ti no podemos nada”, sin estar unidos a ti solo haremos “ruido”, pondremos parches, pero no llegaremos al corazón de las personas ni al corazón de sus problemas, ni seremos transformadores de realidades rotas. Necesitamos que tu Espíritu nos inunde, y nos envíe cada día a ser instrumentos de tu Reino. Hacemos un momento de silencio, para dejarnos llenar de tu SILENCIO cargado de ESPÍRITU, un SILENCIO que apague el ruido de nuestras pobres palabras… y nos silencie para dejar que nuestro corazón se LLENE DE TI.
🙏ORACIÓN🙏
Haznos mensajeros de buenas noticias
Dios Padre Bueno, al comenzar un nuevo curso queremos renovar nuestros deseos de ser seguidores de Jesús al estilo de Francisco de Asís, mensajeros de alegría y constructores de un mundo nuevo más cercano a tu Reino. Haznos sentir la presencia de tu Espíritu que nos envía a proclamar la liberación de los oprimidos, la dignidad de todas las personas, el consuelo de los que sufren, la justicia para los empobrecidos, la defensa de los vulnerables y la preferencia por los pequeños y necesitados. Ayúdanos también a saber llevar todas las cruces que se nos puedan presentar a lo largo del curso: las incomprensiones, los fracasos, las frustraciones, las heridas, las complicaciones.
Fortalece nuestra clase, nuestro Colegio, nuestra familia y multiplica en nosotros los dones de la disponibilidad, la afabilidad, el servicio, el perdón, la misericordia y la alegría… Que este curso sea un año para sentirnos hermanos unos de otros, comenzando por nuestro entorno más cercano, y extendiéndolos allí donde donde me encuentre y con quien me encuentre . María, madre de la alegría, mujer atenta a las necesidades de los que te rodeaban, fiel compañera al pie de la Cruz, corazón profundo y lleno de Dios, acompaña nuestros buenos deseos, y muéstranos cómo endulzar todo desde la ternura, la mansedumbre y la cordialidad.
AMÉN
Por eso hoy, celebrando a María, tomamos como ejemplo a la que supo ser la llena de gracia. Que Ella nos bendiga en este nuevo curso, para hacer el bien a nuestro alrededor y para hacer felices a los demás. Y también a tener presente que Dios nos elige desde que nos pensó para que desarrollemos una labor concreta, una vocación, que es necesario descubrir desde la oración de cada mañana en el cole, desde la oración en nuestra casa, con la familia y fortaleciendo la vida interior. Y al igual que hizo la Virgen tenemos que ser plenamente consciente de ello y descubrir lo que Dios quiere de nosotros.
ORACIÓN
"Feliz cumpleaños, Madre de Dios y madre nuestra madre. Hoy celebramos el día en que naciste en este mundo, pero también celebramos tu papel único en la historia de la salvación.
Tú, oh María, fuiste elegida por Dios para ser la madre de su Hijo, Jesús. Tú fuiste la que lo llevaste en tu vientre, lo criaste y lo guiaste en sus primeros pasos. Tú fuiste la que lo vio morir en la cruz y lo vio resucitar al tercer día.
Tu amor y tu dedicación a Dios y a su Hijo son un ejemplo para todos nosotros. Tu humildad, tu fe y tu obediencia son virtudes que nos inspiran a seguir tus pasos.
Así que en este día especial, te pedimos que sigas siendo nuestra guía y nuestra protectora. Ayúdanos a seguir tus pasos y a amar a Dios y a los demás como tú nos has enseñado.
Feliz cumpleaños, Madre mía. Que este día sea un día de alegría y de celebración para ti y para todos los que te amamos."
Dios te salve, María,
llena eres de gracia;
el Señor es contigo.
Bendita Tú eres
entre todas las mujeres,
y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús.
Santa María, Madre de Dios,
ruega por nosotros, pecadores,
ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén
llena eres de gracia;
el Señor es contigo.
Bendita Tú eres
entre todas las mujeres,
y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús.
Santa María, Madre de Dios,
ruega por nosotros, pecadores,
ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén
SAN CARLO ACUTIS,
DESDE AYER DOMINGO 7 DE SEPTIEMBRE DE 2025,
CARLO ACUTIS ENTRÓ A FORMAR PARTE
DE LA LISTA DE LOS SANTOS DEL CIELO.
¡SAN CARLO ACUTIS RUEGA Y CUIDA DE NOSOTROS!
Al anochecer de aquel día, el primero de la semana, estaban los discípulos en una casa, con las puertas cerradas por miedo a los judíos. Y en esto entró Jesús, se puso en medio y les dijo: «Paz a vosotros». Y, diciendo esto, les enseñó las manos y el costado. Y los discípulos se llenaron de alegría al ver al Señor. Jesús repitió: «Paz a vosotros. Como el Padre me ha enviado, así también os envío yo». Y, dicho esto, sopló sobre ellos y les dijo: «Recibid el Espíritu Santo; a quienes les perdonéis los pecados, les quedan perdonados; a quienes se los retengáis, les quedan retenidos.
(Juan 14, 15-16.23b-26)
Introducción
Isaac y Dina están con su familia en Jerusalén para la gran fiesta judía de Pentecostés. Sus corazones todavía recuerdan lo que pasó con Jesús. Pero esta mañana, algo extraordinario sucede. Están cerca de la casa donde se reúnen los discípulos. De pronto, un viento fuerte sacude el lugar. Se oyen voces, cantos, idiomas que no entienden. Se acercan corriendo y ven a los apóstoles salir con los rostros radiantes, con alegría, hablando con personas de todas partes. Dina mira a Isaac: “¿Qué ha pasado?” Él sonríe: “¡Es el Espíritu que Jesús prometió!” Los niños no entienden todo, pero sienten una paz y una fuerza nuevas. Algo ha comenzado… y ellos también quieren ser parte.
Comentario
Jesús sabía que sus amigos podían sentirse tristes, confundidos o con miedo después de su partida. Por eso, antes de irse, les hizo una promesa: les enviaría el Espíritu Santo. El Espíritu Santo es el gran regalo de Jesús para nosotros. No se ve, no se toca, pero se siente en el corazón. Es como el aire, no lo vemos, pero lo necesitamos para vivir. Así es el Espíritu, nos da vida, luz, alegría, fuerza y sabiduría. Jesús dice que el Espíritu Santo nos recordará todo lo que Él nos enseñó. Es como un amigo invisible que nos habla por dentro, que nos ayuda a tomar buenas decisiones, que nos anima cuando tenemos miedo. En Pentecostés, celebramos que esa promesa se cumplió. El Espíritu bajó como viento y fuego, y los discípulos salieron llenos de valentía a contar al mundo todo lo que habían vivido con Jesús. Hoy, el Espíritu también está contigo. Te ayuda a amar, a perdonar, a rezar, a decidir bien, a no rendirte. Cuando te portas como Jesús, ¡es porque el Espíritu vive en ti!
Para reflexionar
- ¿Cuándo he sentido que Dios me daba fuerza o alegría en el corazón?
- ¿Escucho al Espíritu Santo cuando tengo que elegir entre el bien y el mal?
- ¿En qué momentos puedo invocar al Espíritu Santo durante el día?
Oración
Espíritu Santo,
vienes del cielo
como viento suave
y fuego brillante.
No tienes rostro,
pero te siento.
No tienes voz,
pero me hablas.
No tienes manos,
pero actúas en mí.
Tú eres la fuerza
que me anima cuando estoy triste,
la luz que me guía
cuando tengo dudas.
Espíritu de Dios,
llena mi corazón de alegría,
enséñame a rezar con verdad,
a hablar con amor,
a perdonar sin rencor.
Hoy quiero decirte:
sí, Espíritu Santo.
Ven a mi vida,
quédate conmigo,
guíame siempre
por el camino de Jesús.
Amén.

“Francisco y Clara de Asís, morada del Espíritu Santo, Un nuevo Pentecostés franciscano”
Estar llamados a lo que se decía al inicio sobre el carisma franciscano: no consiste en mirar a Francisco, sino en mirar a Cristo con los ojos de Francisco. Hay algo que permanece inmutable desde Francisco hasta nosotros, sean cuales sean los cambios históricos y sociales: el Espíritu del Señor. Toda la vida del Pobrecillo, si se le presta atención, acontece bajo la guía del Espíritu Santo. Casi cada capítulo de su vida se abre con la observación: “Francisco, movido, o inspirado, por el Espíritu Santo, fue, dijo, hizo…”.
Los seguidores de Francisco se preguntan qué puede significar, acoger la gracia del “nuevo Pentecostés” invocada por Juan XXIII. Esa gracia exclama y dice: Ven Espíritu creador. Renueva el prodigio obrado al comienzo del mundo. Entonces la tierra estaba vacía, desierta, y las tinieblas cubrían la faz del abismo; pero cuando empezaste a aletear sobre él, el caos se transformó en cosmos (Cf. Gn 1,1-2), o sea, en algo bello, ordenado, armonioso. También nosotros experimentamos un vacío, la impotencia de darnos una forma y una vida nueva. Mueve tus alas, ven sobre nosotros; transforma nuestro caos personal y colectivo en una nueva armonía, en “algo bello para Dios” y para la Iglesia.
Buscando el reencuentro con uno mismo, recorremos el camino de San Francisco de Asís en este nuevo pentecostés, interiorizando las etapas de su conversión, buscando la pobreza, el desapego de las influencias de este mundo, vaciando el ser, y abriendo las puertas del alma al Espíritu Santo. Discerniendo la vida evangélica, buscamos sembrar y cosechar los dones del Espíritu de Dios, considerando las gracias que se consiguen en la superación de cada etapa de nuestra vida.
ORACIÓN
Señor, derrama tu gracia sobre mí. Y que tu poder haga de mí una nueva creación.
Envíanos Padre los dones del Espíritu Santo, y por la intercesión de la Virgen María, envía a nuestro corazón el Espíritu Santo. Ven, Espíritu Santo, y dame el don de Sabiduría. Ven, Espíritu Santo, y dame el don de Entendimiento. Ven, Espíritu Santo, y dame el don de Consejo. Ven, Espíritu Santo, y dame el don de Fortaleza. Ven, Espíritu Santo, y dame el don de Ciencia. Ven, Espíritu Santo, y dame el don de Piedad. Ven, Espíritu Santo, y dame el don del Santo Temor de Dios. ¡Ven Espíritu Santo!, llena nuestros corazones y enciende en nosotros el fuego de tu amor. Amén
Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.