celebramos tú Navidad, Jesús;
y una vez más te damos gracias por ello.
Nos sentimos felices
porque la paz es más fácil estos días.
Los hombres parecen quererse más
y en realidad se quieren más de verdad.
Te damos las gracias
por todo lo bello que trae la Navidad:
las luces, las vacaciones,
los regalos, los dulces, las personas…
Y te pedimos por los que no pueden
disfrutar de todas estas cosas:
el que pasa hambre, el que no tiene casa,
el que sufre la guerra, el que está enfermo,
el que está triste y el que está solo.
Gracias porque durante estos días
las personas comparten más las cosas y su vida.
Nos acordamos,
de los que no están en paz,
de los que están solos,
de los que sufren,
de los pobres.
Que todos nosotros
hagamos que la Navidad
no dure sólo los días de vacaciones,
sino que dure todo el año.