En aquel tiempo, Jesús se retiró al monte de los Olivos. Al amanecer se presentó de nuevo en el templo, y todo el pueblo acudía a él, y, sentándose, les enseñaba. Los escribas y los fariseos le traen una mujer sorprendida en adulterio, y, colocándola en medio, le dijeron: «Maestro, esta mujer ha sido sorprendida en flagrante adulterio. La ley de Moisés nos manda apedrear a las adúlteras; tú, ¿qué dices?». Le preguntaban esto para comprometerlo y poder acusarlo. Pero Jesús, inclinándose, escribía con el dedo en el suelo.
Como insistían en preguntarle, se incorporó y les dijo: «El que esté sin pecado, que le tire la primera piedra». E inclinándose otra vez, siguió escribiendo. Ellos, al oírlo, se fueron escabullendo uno a uno, empezando por los más viejos. Y quedó solo Jesús, con la mujer en medio, que seguía allí delante. Jesús se incorporó y le preguntó: «Mujer, ¿dónde están tus acusadores?; ¿ninguno te ha condenado?». Ella contestó: «Ninguno, Señor».Jesús dijo: «Tampoco yo te condeno. Anda, y en adelante no peques más».(Juan 8, 1-11)
Señor y Buen Dios:
Padre-Madre de corazón grande.
Cuando nos perdemos,
buscando la falsa felicidad
en la tierra oscura del pecado,
aviva en nosotros la nostalgia del hogar,
el deseo de ser buscados
y llevados de vuelta a casa.
Que sintamos profundamente
tu vehemente anhelo de acogernos con alegría
y restaurarnos en tu vida y en tu amor. AMÉN
«Hijo, tú estás siempre conmigo, y todo lo mío es tuyo; pero era preciso celebrar un banquete y alegrarse, porque este hermano tuyo estaba muerto y ha revivido; estaba perdido y lo hemos encontrado». (Lc. 15, 32)
Señor y Buen Dios:
Padre-Madre de corazón grande.
Cuando nos perdemos,
buscando la falsa felicidad
en la tierra oscura del pecado,
aviva en nosotros la nostalgia del hogar,
el deseo de ser buscados
y llevados de vuelta a casa.
Que sintamos profundamente
tu vehemente anhelo de acogernos con alegría
y restaurarnos en tu vida y en tu amor. AMÉN
#SomosInfinitos es la campaña del Día Mundial del Autismo 2025 que recordamos hoy 2 de abril, y nos unimos a la campaña con la oración de la mañana del Colegio
«Somos infinitos” persigue concienciar a la ciudadanía de que no hay dos personas con autismo iguales y que, por ello, cada una necesita unos apoyos especializados y adaptados a su situación y a su momento vital. Los y las profesionales de las entidades de autismo trabajan cada día para ofrecerles esos apoyos que cada una necesita, pero es fundamental contar con la colaboración y compromiso de las administraciones públicas para garantizar su financiación, sostenibilidad y calidad.
ORACIÓN
ORACIÓN
ORACIÓN EXTENDIDA...........
«Un hombre tenía dos hijos; el menor de ellos dijo a su padre: "Padre, dame la parte que me toca de la fortuna". El padre les repartió los bienes. No muchos días después, el hijo menor, juntando todo lo suyo, se marchó a un país lejano, y allí derrochó su fortuna viviendo perdidamente. Cuando lo había gastado todo, vino por aquella tierra un hambre terrible, y empezó él a pasar necesidad. Fue entonces y se contrató con uno de los ciudadanos de aquel país que lo mandó a sus campos a apacentar cerdos. Deseaba saciarse de las algarrobas que comían los cerdos, pero nadie le daba nada. Recapacitando entonces, se dijo: "Cuántos jornaleros de mi padre tienen abundancia de pan, mientras yo aquí me muero de hambre. Me levantaré, me pondré en camino adonde está mi padre, y le diré: Padre, he pecado contra el cielo y contra ti; ya no merezco llamarme hijo tuyo: trátame como a uno de tus jornaleros". Se levantó y vino adonde estaba su padre; cuando todavía estaba lejos, su padre lo vio y se le conmovieron las entrañas; y, echando a correr, se le echó al cuello y lo cubrió de besos. Su hijo le dijo: "Padre, he pecado contra el cielo y contra ti; ya no merezco llamarme hijo tuyo".
Pero el padre dijo a sus criados: "Sacad enseguida la mejor túnica y vestídsela; ponedle un anillo en la mano y sandalias en los pies; traed el ternero cebado y sacrificadlo; comamos y celebremos un banquete, porque este hijo mío estaba muerto y ha revivido; estaba perdido y lo hemos encontrado". Y empezaron a celebrar el banquete. Su hijo mayor estaba en el campo. Cuando al volver se acercaba a la casa, oyó la música y la danza, y llamando a uno de los criados, le preguntó qué era aquello. Este le contestó: "Ha vuelto tu hermano; y tu padre ha sacrificado el ternero cebado, porque lo ha recobrado con salud". El se indignó y no quería entrar, pero su padre salió e intentaba persuadirlo. Entonces él respondió a su padre: "Mira: en tantos años como te sirvo, sin desobedecer nunca una orden tuya, a mí nunca me has dado un cabrito para tener un banquete con mis amigos; en cambio, cuando ha venido ese hijo tuyo que se ha comido tus bienes con malas mujeres, le matas el ternero cebado". Él le dijo: "Hijo, tú estás siempre conmigo, y todo lo mío es tuyo; pero era preciso celebrar un banquete y alegrarse, porque este hermano tuyo estaba muerto y ha revivido; estaba perdido y lo hemos encontrado"».
ORACIÓN
- Seguir a Jesús crucificado es ser iconoclasta con respecto a las idolatrías e ideologías absolutas, en cuyo nombre se sacrifica al ser humano.
- Seguir al Jesús crucificado es solidarizarse con las víctimas de la sociedad, es ponerse de parte de los crucificados.
- Seguir a Jesús crucificado es hacer la experiencia de que la cruz de los seguidores es la consecuencia de la lucha por reino.
- Seguir a Jesús crucificado no es cultivar, ante todo, actitudes de pasividad y fatalismo. El seguimiento no es una llamada a la resignación. La cruz de Jesús es la cruz del rebelde; no adormece, sino que despierta e inquieta.
- Seguir a Jesús crucificado no implica cargar con cruces artificiales o inventadas; implica cargar con el dolor y las cruces que son consecuencia del seguimiento.
- Seguir a Jesús crucificado es asumir las consecuencias de la identificación con su estilo de vida y de misión.
- Seguir al Jesús crucificado en nombre de la ley significa renunciar radicalmente a la ley y el mérito como camino de salvación.
- Seguir al Crucificado implica hacer la experiencia del poder de la debilidad: El amor de Dios en Cristo vence incluso allí donde es rechazo y derrotado.
- Seguir al Mesías crucificado es asumir confiadamente los inevitables sufrimientos de la condición humana doliente, contingente y finita.
- Seguir al Mesías crucificado lleva consigo la rectificación de ciertas prácticas de mortificación que se basan en la idea de que todo dolor es redentor. Se falsifica el sentido de la cruz cuando se recurre a ella para sancionar la opresión, la sumisión en nombre del poder. Escuchar y adorar al Dios de la cruz requiere revisar la imagen de Dios, contaminada por ideas de castigo, de satisfacción, de deuda. El Dios de la cruz es el Dios del amor incondicional hecho silencio desconcertante en el crucificado.
ORACIÓN
En aquel momento se presentaron algunos a contar a Jesús lo de los galileos cuya sangre había mezclado Pilato con la de los sacrificios que ofrecían. Jesús respondió: «¿Pensáis que esos galileos eran más pecadores que los demás galileos porque han padecido todo esto? Os digo que no; y, si no os convertís, todos pereceréis lo mismo. O aquellos dieciocho sobre los que cayó la torre en Siloé y los mató, ¿pensáis que eran más culpables que los demás habitantes de Jerusalén? Os digo que no; y, si no os convertís, todos pereceréis de la misma manera».
Y les dijo esta parábola: «Uno tenía una higuera plantada en su viña, y fue a buscar fruto en ella, y no lo encontró. Dijo entonces al viñador: "Ya ves, tres años llevo viniendo a buscar fruto en esta higuera, y no lo encuentro. Córtala. ¿Para qué va a perjudicar el terreno?". Pero el viñador respondió: "Señor, déjala todavía este año y mientras tanto yo cavaré alrededor y le echaré estiércol, a ver si da fruto en adelante. Si no, la puedes cortar"».(Lucas 13, 1-9)
¿Estoy atravesando alguna situación de especial sufrimiento? ¿Me pregunto y pregunto a Dios ‘por qué’? ¿Me des-espero? ¿Siento la necesidad de convertirme a este Dios que padece con nosotros?
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SAN JOSÉ Y EL NIÑO, ESCULTURA DE SALZILLO REALIZADA EN LA ÉPOCA DE 1760, IGLESIA DE LAS CLARAS SAN JOSÉ Y EL NIÑO, SALZILLO |
En 1263 San Buenaventura, que era Ministro General, proclamó a San José modelo de consagración de los Frailes y protector de la Orden.
Siente que Dios te grita hoy en el corazón: “Vuelve a mí”. Quizás no seas capaz de escuchar esa voz porque te dices: “¿De dónde tengo que volver yo? ¡Yo estoy bien como estoy! ¡Yo me siento bien!”.
Te entiendo. Descubrir que hay otra manera de ser y de vivir, que hay cosas que podemos y tenemos que cambiar como creyentes no lo descubrimos si no nos lo descubren..., si no nos habla la Palabra de Dios. Hay cosas que “no son de cajón”. Lo de Dios “no es de cajón”. Lo de Dios es de susurro, de sensibilidad, de no vivir en superficialidad. Lo de Dios se percibe mejor cuando se vive con el corazón. Como sólo vivas con los ojos y con el bolsillo... no descubrirás a Dios.
Hay gente que no descubre que necesita dar más cariño, más tiempo, más detalles, más palabra, más besos, menos gritos a los de casa y a quien llama mujer o marido y a los hijos... Hay gente que no se da cuenta de que existen otros que necesitan algo más de nuestro corazón... Hay corazones que sufren porque los nuestros se hacen un poco de piedra...
Nos parece que estamos bien, y nos disculpamos o justificamos diciendo: “Es que yo soy así”... A lo mejor poco a poco te has hecho así, pero antes no eras así; en todo caso, puedes ser de otra manera. Estás llamado, invitado a ser de otra manera, más humana, más divina. Por delante tienes este tiempo de Cuaresma, tiempo de gracia y de esperanza, para escuchar: “Vuelve a mí de todo corazón”. “Vuelve a mí con todo el corazón”. “Vuelve también a tu corazón”.
En aquel tiempo, Jesús tomó a Pedro, a Juan y a Santiago y subió a lo alto del monte para orar. Y, mientras oraba, el aspecto de su rostro cambió y sus vestidos brillaban de resplandor. De repente, dos hombres conversaban con él: eran Moisés y Elías, que, apareciendo con gloria, hablaban de su éxodo, que él iba a consumar en Jerusalén. Pedro y sus compañeros se caían de sueño, pero se espabilaron y vieron su gloria y a los dos hombres que estaban con él. Mientras estos se alejaban de él, dijo Pedro a Jesús: «Maestro, ¡qué bueno es que estemos aquí!». Haremos tres tiendas: una para ti, otra para Moisés y otra para Elías». No sabía lo que decía. Todavía estaba diciendo esto, cuando llegó una nube que los cubrió con .su sombra. Se llenaron de temor al entrar en la nube. Y una voz desde la nube decía: «Este es mi Hijo, el Elegido, escuchadlo». Después de oírse la voz, se encontró Jesús solo. Ellos guardaron silencio y, por aquellos días, no contaron a nadie nada de lo que habían visto.(Lucas 9, 28b-36)

¿EN POSITIVO O EN NEGATIVO?.
Hay un cuento muy conocido (con diferentes versiones) sobre dos albañiles que están levantando un muro. Una persona le pregunta a uno de ellos qué está haciendo y le responde con resignación: ‘Pues poner ladrillos. Es duro, pero con algo hay que ganarse la vida’. Un poco después la misma persona pregunta al otro albañil qué está haciendo, y éste le responde con ánimo alegre: ‘Estoy construyendo una catedral’. El trabajo es el mismo para los dos, pero lo viven de forma completamente diferente: mientras que para el primero es un trabajo pesado y rutinario cuyo único fin es ganar el sueldo, para el segundo ese trabajo pesado y rutinario tiene un objetivo, una meta más grande, y eso le proporciona satisfacción porque da sentido al esfuerzo que está realizando.
Acabamos de iniciar la Cuaresma, el tiempo que la propia Iglesia nos ofrece para prepararos a la celebración y actualización del núcleo de nuestra fe: la Pasión, Muerte y Resurrección del Señor. Y un año más recibimos la llamada a la conversión, a volvernos más hacia Dios. Y hoy, dentro de ese proceso de conversión, la Palabra de Dios nos llama a revisar con qué actitud estamos viviendo no sólo la Cuaresma, sino todo lo que es nuestra vida como cristianos: en positivo o en negativo.
En el Evangelio, hemos escuchado el pasaje de la Transfiguración del Señor: “Tomó Jesús a Pedro, a Juan y a Santiago y subió a lo alto del monte”. Los discípulos, como Abrán, también habían obedecido a la llamada del Señor “y, dejándolo todo, lo siguieron” (Lc 5, 11), habían escuchado su predicación, le habían visto realizar varios milagros, y ahora tienen la experiencia de la Transfiguración de Jesús: “el aspecto su rostro cambió y sus vestidos brillaban de resplandor…” Y ellos “vieron su gloria”, pero esta manifestación del Señor, al contrario que en el caso de Abrán, no les produce terror, sino que hace exclamar a Pedro: “¡Qué bueno es que estemos aquí!” Lo están viviendo en positivo. ¿Qué es lo que provoca esta reacción en positivo? Que ellos no sólo están cumpliendo lo que Jesús les pide, sino que subieron al monte con Jesús “para orar”. Y por eso “espabilaron y vieron su gloria”.
Como dijimos el Miércoles de Ceniza, la oración es uno de los pilares maestros, no sólo de la Cuaresma, sino de toda la vida cristiana. Una oración no entendida como ‘rezos que debo hacer’, sino diálogo con Dios. La conversión cuaresmal nos llama a buscar nuestro ‘monte’, para orar; no hace falta que sea un tiempo prolongado, pero sí un tiempo ‘para el Señor’, tranquilo, sin prisas, sin interrupciones. La oración será la que nos hará enfocar nuestra vida cristiana en positivo, sin ‘miedos’, sin verla como una ‘obligación’ ni menos como una carga.
Que la oración sea un momento de Transfiguración que nos permita ‘ver’ la gloria del Señor y realicemos todo lo que conforma nuestra vida cristiana no como una obligación sino como una misión, un trabajo que, sin quitarle su parte de esfuerzo, tiene un sentido que hace que merezca la pena y, además, va a fortalecer nuestra esperanza, como estamos celebrando en este año jubilar.
Para los que tienen exámen:
¡Señor, antes de hacer el examen
dame paz, ven conmigo!
Concédeme la simplicidad y la alegría
de cosechar el fruto de las semillas que
planté en las horas de silencio y estudio.
Que el examen sea la ofrenda del esfuerzo
de estudiar cada día en medio de
mis alegrías, soledades y preocupaciones.
¡Que no haya orgullo cuando sepa mucho
ni miedo a recordar lo que aprendí!
No te pido milagros, solo la lucidez
que dinamice y de fuerzas a mi corazón.
Quédate Señor a mi lado, tú que
más de una vez fuiste puesto a prueba.
¡Concede que quienes han de examinarme,
sean razonables y justos con todos los que
vamos a examinarnos, que tengan paciencia y paz!
¡Señor, mi Dios, escúchame y ayúdame!
¡San Francisco, intercede por mi!
¡Ven espíritu Santo, ilumíname
y líbrame de todo miedo! Amen.
¡Señor, antes de hacer el examen
dame paz, ven conmigo!
Concédeme la simplicidad y la alegría
de cosechar el fruto de las semillas que
planté en las horas de silencio y estudio.
Que el examen sea la ofrenda del esfuerzo
de estudiar cada día en medio de
mis alegrías, soledades y preocupaciones.
¡Que no haya orgullo cuando sepa mucho
ni miedo a recordar lo que aprendí!
No te pido milagros, solo la lucidez
que dinamice y de fuerzas a mi corazón.
Quédate Señor a mi lado, tú que
más de una vez fuiste puesto a prueba.
¡Concede que quienes han de examinarme,
sean razonables y justos con todos los que
vamos a examinarnos, que tengan paciencia y paz!
¡Señor, mi Dios, escúchame y ayúdame!
¡San Francisco, intercede por mi!
¡Ven espíritu Santo, ilumíname
y líbrame de todo miedo! Amen.
¡Señor, antes de hacer el examen
dame paz, ven conmigo!
Concédeme la simplicidad y la alegría
de cosechar el fruto de las semillas que
planté en las horas de silencio y estudio.
Que el examen sea la ofrenda del esfuerzo
de estudiar cada día en medio de
mis alegrías, soledades y preocupaciones.
¡Que no haya orgullo cuando sepa mucho
ni miedo a recordar lo que aprendí!
No te pido milagros, solo la lucidez
que dinamice y de fuerzas a mi corazón.
Quédate Señor a mi lado, tú que
más de una vez fuiste puesto a prueba.
¡Concede que quienes han de examinarme,
sean razonables y justos con todos los que
vamos a examinarnos, que tengan paciencia y paz!
¡Señor, mi Dios, escúchame y ayúdame!
¡San Francisco, intercede por mi!
¡Ven espíritu Santo, ilumíname
y líbrame de todo miedo! Amen.
¡Señor, antes de hacer el examen
dame paz, ven conmigo!
Concédeme la simplicidad y la alegría
de cosechar el fruto de las semillas que
planté en las horas de silencio y estudio.
Que el examen sea la ofrenda del esfuerzo
de estudiar cada día en medio de
mis alegrías, soledades y preocupaciones.
¡Que no haya orgullo cuando sepa mucho
ni miedo a recordar lo que aprendí!
No te pido milagros, solo la lucidez
que dinamice y de fuerzas a mi corazón.
Quédate Señor a mi lado, tú que
más de una vez fuiste puesto a prueba.
¡Concede que quienes han de examinarme,
sean razonables y justos con todos los que
vamos a examinarnos, que tengan paciencia y paz!
¡Señor, mi Dios, escúchame y ayúdame!
¡San Francisco, intercede por mi!
¡Ven espíritu Santo, ilumíname
y líbrame de todo miedo! Amen.
¡Señor, antes de hacer el examen
dame paz, ven conmigo!
Concédeme la simplicidad y la alegría
de cosechar el fruto de las semillas que
planté en las horas de silencio y estudio.
Que el examen sea la ofrenda del esfuerzo
de estudiar cada día en medio de
mis alegrías, soledades y preocupaciones.
¡Que no haya orgullo cuando sepa mucho
ni miedo a recordar lo que aprendí!
No te pido milagros, solo la lucidez
que dinamice y de fuerzas a mi corazón.
Quédate Señor a mi lado, tú que
más de una vez fuiste puesto a prueba.
¡Concede que quienes han de examinarme,
sean razonables y justos con todos los que
vamos a examinarnos, que tengan paciencia y paz!
¡Señor, mi Dios, escúchame y ayúdame!
¡San Francisco, intercede por mi!
¡Ven espíritu Santo, ilumíname
y líbrame de todo miedo! Amen.
La solidaridad
Francisco encuentra en Dios el sumo bien. Tanto amor no se puede esconder. Es para agradecerlo y compartirlo. El regalo de Dios se convierte en empeño a favor de los otros, nos hace ser mensajeros de la paz y el bien. Poder anunciar a cada hombre y a cada mujer que “Tú también eres amado por Dios” y no sólo decírselo, sino plasmar con nuestro comportamiento una solidaridad humana que le permita comprobarlo. La espiritualidad franciscana en la vida concreta de cada persona es vivencia agradecida y humilde de entrega, compromiso, generosidad y altruismo con los otros, especialmente con los últimos. El franciscanismo es el anuncio de la paz y el bien que Dios nos ofrece.
ORACIÓN
Señor,
desde el silencio de este día que nace,
vengo a pedirte paz, sabiduría y fortaleza.
Quiero mirar hoy el mundo
con unos ojos llenos de amor;
quiero ser paciente, comprensivo y amable.
quiero ver, más allá de las apariencias,
a tus hijos, mis hermanos,
tal como tú los ves,
para no mirar nada más que lo bueno
de cada uno.
Cierra, Señor,
mis oídos a todo lo que sea calumnia;guarda mi lengua de toda ofensa;
que sólo permanezcan en mí
los pensamientos que te alaben.
que yo sea de tal manera,
que cuantos se acerquen a mí
descubran tu presencia.
Lléname de todo lo tuyo,
para que a lo largo del día
te revele en todo y a todos. AMÉN
¡Señor, antes de hacer el examen
dame paz, ven conmigo!
Concédeme la simplicidad y la alegría
de cosechar el fruto de las semillas que
planté en las horas de silencio y estudio.
Que el examen sea la ofrenda del esfuerzo
de estudiar cada día en medio de
mis alegrías, soledades y preocupaciones.
¡Que no haya orgullo cuando sepa mucho
ni miedo a recordar lo que aprendí!
No te pido milagros, solo la lucidez
que dinamice y de fuerzas a mi corazón.
Quédate Señor a mi lado, tú que
más de una vez fuiste puesto a prueba.
¡Concede que quienes han de examinarme,
sean razonables y justos con todos los que
vamos a examinarnos, que tengan paciencia y paz!
¡Señor, mi Dios, escúchame y ayúdame!
¡San Francisco, intercede por mi!
¡Ven espíritu Santo, ilumíname
y líbrame de todo miedo! Amen.
En aquel tiempo, dijo Jesús a los discípulos una parábola: «¿Acaso puede un ciego guiar a otro ciego? ¿No caerán los dos en el hoyo? No está el discípulo sobre su maestro, si bien, cuando termine su aprendizaje, será como su maestro. ¿Por qué te fijas en la mota que tiene tu hermano en el ojo y no reparas en la viga que llevas en el tuyo? ¿Cómo puedes decirle a tu hermano: "Hermano, déjame que te saque la mota del ojo", sin fijarte en la viga que llevas en el tuyo? ¡Hipócrita! Sácate primero la viga de tu ojo, y entonces verás claro para sacar la mota del ojo de tu hermano. Pues no hay árbol bueno que dé fruto malo, ni árbol malo que dé fruto bueno; por ello, cada árbol se conoce por su fruto; porque no se recogen higos de las zarzas, ni se vendimian racimos de los espinos. El hombre bueno, de la bondad que atesora en su corazón saca el bien, y el que es malo, de la maldad saca el mal; porque de lo que rebosa el corazón habla la boca.
- Todos tenemos una historia que contar. Cuando realizas voluntariado en una comunidad necesitada aprendes y entiendes que todas las personas tienen historias que contar- una historia acerca de quiénes son y cómo llegaron a estar en el lugar que se encuentran en ese momento. Si bien es importante recordar que cada persona es singular y tiene su propia narrativa, es igual de importante respetar, apreciar y dedicar tiempo a escuchar y compartir esas historias.
- Pequeños cambios pueden generar un gran impacto. Es cierto que pintar un mural, limpiar un jardín o donar ropa puede parecer poco, pero con la actitud correcta, estas pequeñas acciones pueden generar un gran impacto y trascender más allá. Pintar un mural o limpiar un jardín contribuye a embellecer toda una comunidad, mientras que donar ropa puede ayudar a mantener caliente a una persona durante el invierno. En el judaísmo, se suele decir la frase “quien salva una vida, salva al mundo entero”. Teniendo en cuenta esta enseñanzas del voluntariado, te darás cuenta de cómo las acciones diarias y simples que realizas pueden generar un gran impacto y marcar la diferencia.
- Las sonrisas son universales. Sonreír es parte de un idioma universal. Una simple sonrisa tiene el poder de derribar barreras idiomáticas, culturales, económicas y demás limitantes. ¡Cuando tengas algún tipo de duda, simplemente muestra tu dentadura! Una sonrisa transmite empatía, y la mejor parte es que es contagiosa.
- Gratitud. El voluntariado te da la oportunidad de apreciar todo lo que posees en tu vida, ya que al ayudar a personas con necesidades te puede servir como un recordatorio de lo realmente importante – familia, amigos y salud. Normalmente, al hacer voluntariado logras contemplar tu vida desde otra óptica, posiblemente apreciando los pequeños momentos que te aportan felicidad y bienestar.
- El Voluntariado es un gran aprendizaje. Como voluntario, nunca terminas de aprender. Desarrollas nuevas habilidades, descubres nuevas pasiones, te conoces más a fondo y aprendes más sobre el mundo que te rodea. Aunque suene increíble, el voluntariado cubre todos estos aspectos. Con el voluntariado aprendes y conoces nuevas comunidades, personas, organizaciones y realidades al mismo tiempo que te conoces a ti mismo y aprendes sobre tus gustos y capacidades.
- El Voluntariado es un camino de ida. Dejando a un lado el hecho ya comprobado científicamente de que Hacer el Bien es contagioso y genera más buenas acciones, el voluntariado es una experiencia que te acompañará por el resto de tu vida. La satisfacción que uno siente al ayudar a otro ser humano, el sentirse completo y en paz con uno mismo al saber que has marcado la diferencia, y la alegría que hacer voluntariado nos produce, son solo algunas de las muchas razones por las cuales se dice que el voluntariado es un viaje de ida y una forma de vida.
Ser voluntario en la actualidad es más fácil de lo que pensamos y nos da mayor contribución de la que podríamos buscar. Ser voluntarios nos saca momentáneamente de tu rutina para introducirte en la realidad social, sin duda, te hace más humano. El voluntariado es muestra de espíritu de servicio, generosidad, entusiasmo y valores
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: “A vosotros los que me escucháis os digo: amad a vuestros enemigos, haced el bien a los que os odian, bendecid a los que os maldicen, orad por los que os calumnian. Al que te pegue en una mejilla, preséntale la otra; al que te quite la capa, no le impidas que tome también la túnica. A quien te pide, dale; al que se lleve lo tuyo, no se lo reclames. Tratad a los demás como queréis que ellos os traten. Pues si amáis a los que os aman, qué mérito tenéis?
También los pecadores aman a los que los aman. Y si hacéis el bien sólo a los que os hacen bien, ¿qué mérito tenéis? También los pecadores hacen lo mismo. Y si prestáis a aquellos de los que esperáis cobrar, ¿qué mérito tenéis? También los pecadores prestan a otro pecadores, con intención de cobrárselo Por el contrario, amad a vuestros enemigos, haced el bien y prestad sin esperar nada; será grande vuestra recompensa y seréis hijos del Altísimo, que es bueno con los malvados y desagradecidos. Sed misericordiosos como vuestro Padre es misericordioso; no juzguéis, y no seréis y no seréis juzgados; no condenéis, y no seréis condenados; perdonad, y seréis perdonados; dad, y se os dará: os verterán una medida generosa, colmada, remecida, rebosante, pues con la medida con que midiereis se os medirá a vosotros.
Es muy común decir que ser cristiano es ir contracorriente, pero al escuchar el Evangelio de hoy esto se nota de un modo más patente. Las indicaciones que Jesús da a sus discípulos chocan frontalmente con el modo común de pensamiento: “Amad a vuestros enemigos, haced el bien al os que os odian, bendecid a los que os maldicen, al que te pegue en una mejilla, preséntale la otra…” Por mucho que nos empeñemos, este modo de obrar no es el que sale normalmente de nosotros, más bien lo contrario.
Sin embargo, también sabemos que ese modo de obrar sólo conduce a perpetuar el mal y lo único que se consigue es hacer que las cosas vayan cada vez peor. Sentimos que sería necesario cortar por algún sitio, pero no sabemos cómo hacerlo, y también nos faltan las fuerzas necesarias para ello.
Por eso, también el Señor nos da la clave para empezar a cortar esa dinámica de la violencia. No se trata de hacer un esfuerzo casi sobrehumano de contención y represión, sino de seguir un proceso, que tiene dos fases. La primera es: “Tratad a los demás como queréis que ellos os traten… pues con la medida que midiereis se os medirá a vosotros”. Y esto ya lo entendemos mejor, porque nos hace poner la mirada en nosotros mismos: ¿Cómo me gusta que me traten los demás? ¿Con educación, respeto, comprensión, paciencia…? Pues para seguir las indicaciones de Jesús he de ser yo el que trate a los demás con educación, respeto, comprensión y paciencia, empezando por los temas más cotidianos y por las personas más cercanas, no devolviendo mal por mal ni insulto por insulto. (cfr. 1Pe 3, 9)
Y la segunda fase de este proceso para cortar la dinámica de la violencia es: “Sed misericordiosos como vuestro Padre es misericordioso”. Aquí ya ponemos a Dios como el punto de referencia; seguimos partiendo de nosotros mismos pero vamos más allá. ¿Cómo y en qué ocasiones ha sido Dios misericordioso conmigo? ¿Cuántas veces no me ha condenado, sino que me ha perdonado? Es esta conciencia de la misericordia de Dios que hemos recibido la que nos dará ‘la medida’ que debemos usar con los demás, y la fuerza necesaria para ir contracorriente, para no juzgar ni condenar, sino perdonar y amar. Como dijo el Papa Francisco en la Bula de convocatoria del Jubileo de la Misericordia (2015): «La misericordia no es sólo el obrar del Padre, sino que ella se convierte en el criterio para saber quiénes son realmente sus hijos. Así entonces, estamos llamados a vivir de misericordia, porque a nosotros en primer lugar se nos ha aplicado misericordia. El perdón de las ofensas es la expresión más evidente del amor misericordioso y para nosotros cristianos es un imperativo del que no podemos prescindir. ¡Cómo es difícil muchas veces perdonar! Y, sin embargo, el perdón es el instrumento puesto en nuestras frágiles manos para alcanzar la serenidad del corazón. Dejar caer el rencor, la rabia, la violencia y la venganza son condiciones necesarias para vivir felices».
La humildad en la vida de Francisco se plasma en diferentes movimientos: humildad ante Dios, pobreza espiritual; humildad ante uno mismo para conocerse verdaderamente; y humildad con los otros: minoridad como comunión de vida. Renuncia, en definitiva, a toda pretensión de poder espiritual o material. La espiritualidad franciscana es interpelación que nos invita a afrontar la vida y nuestras dificultades y posibilidades desde un profundo sentido de la humildad, es decir, desde la conciencia de nuestra verdadera limitación. Nos invita a ser pobres, conscientes de nuestra verdad y menores como itinerario de autenticidad espiritual, personal, vital y convivencial.
Hoy, Señor
venimos a pedirte por nosotros mismos.
por nosotros, que decimos y no hacemos.
que vemos la paja en el ojo del vecino
y no vemos la viga del nuestro.
por nosotros, que somos sal insípida
y luz que se esconde.
que amamos al amigo y aborrecemos al enemigo.
Por nosotros que no perdonamos las ofensas.
que pretendemos compaginar
el servirte a ti y al egoísmo.
Por nosotros, que no nos atrevemos
a ir por la senda estrecha.
que nos contentamos con decir: “Señor, Señor”
sin hacer caso de tu voluntad.
Por nosotros, que no amamos con obras y de verdad.
que queremos seguirte
sin renunciar a nuestras comodidades
y haciendo nuestros gustos.
Míranos con cariño para que lleguemos a ser personas nuevas,
La búsqueda personal del Absoluto en Francisco de Asís
“¿Quién eres tú, Dios, y quién soy yo?”. Francisco fue un hombre de búsquedas y preguntas que le llevaron al encuentro y la relación personal con Dios. “Señor, ¿Qué quieres que haga?”. En este proceso de preguntas y búsquedas va intuyendo que su camino es ser seguidor de Jesús y de su Palabra evangélica. La espiritualidad franciscana implica una voluntad de relación incesante y personalizada con Dios y de seguimiento de la vida de Jesús mediante la escucha y lectura de su Palabra.
Señor,
desde el silencio de este día que nace,
vengo a pedirte paz, sabiduría y fortaleza.
Quiero mirar hoy el mundo
con unos ojos llenos de amor;
quiero ser paciente, comprensivo y amable.
quiero ver, más allá de las apariencias,
a tus hijos, mis hermanos,
tal como tú los ves,
para no mirar nada más que lo bueno
de cada uno.
Cierra, Señor,
mis oídos a todo lo que sea calumnia;
guarda mi lengua de todo malquerer;
que sólo permanezcan en mí
los pensamientos que te alaben.
que yo sea de tal manera,
que cuantos se acerquen a mí
descubran tu presencia.
Lléname de todo lo tuyo,
para que a lo largo del día
te revele en todo y a todos. AMÉN
Ellos caminan por el mundo queriendo salirse, liberados, de la pretensión del poder, quieren crear una relación nueva no basada en la jerarquización ni en el perpetuar desigualdades. Todo eso son los modos viejos de siempre: “no será así entre los hermanos”.
Desde el principio llamó la atención en ellos la novedad de su relación que iguala, junta lo diverso, e integra lo opuesto: ricos y pobres, laicos y clérigos, nobles y plebeyos… Asumiendo todos las mismas opciones y cauces de vida, abriéndose y acercándose a toda persona; pero desde el ocupar un lugar menor en el mundo.
Si algo encontramos en Francisco es RELACIÓN. El ser hermano, el hacerse hermano, es hacerse ser una fuente de relación: hacia dentro y hacia fuera; en lo social, fraterno, eclesial, naturaleza; en las situaciones; en las situaciones que la niegan; en el silencio; con los excluidos y negados; cuando abunda el pecado y la fragilidad; con el rico que abre la puerta... Hacia todos, y todo desde un lugar.
Diríamos, menores para poder ser siempre hermanos. Por eso, el vocabulario de la fraternidad y la minoridad atraviesa sus textos: hermanos, reciprocidad, cuidados mutuos, madres, siervos, lavarse los pies, ponerse en el lugar del otro, acogida que da otra oportunidad…Lo hermoso de este nombre, de esta identidad nueva, “hermanos menores”, nos hace constructores hoy, en medio de nuestro mundo, de una cultura de la inclusión.
La oración de hoy es especial, terminando la semana dedicada a MANOS UNIDAS, es costumbre en el Colegio celebrar "el bocadillo solidario" un gesto que nos ayuda a pensar y reflexionar, y esto lo hemos ido haciendo durante veinte años, por eso hoy estamos de fiesta, vamos a escuchar este bonito relato que resume lo que ha sido esta inolvidable experiencia y lo hacemos oración.
Sí, parece mentira pero ya han llegado. Fue en el año 2003, aunque no os salgan las cuentas, ya que lógicamente hubo que dejar de celebrarlo tras la pandemia, cuando se nos ocurrió la idea de hacer algo significativo para la anual “Campaña contra el Hambre” organizada por Manos Unidas. Una campaña en la que verdaderamente se recaudase dinero pero también se agitaran las conciencias y pudiésemos vivir a la vez una experiencia con nuestros alumnos. Ambos objetivos veinte años después se siguen cumpliendo.
Recaudar se logra, más de mil euros en cada campaña y lo que vivimos es muy sencillo: la experiencia consiste en comer en ese recreo un bocadillo con el que no podemos elegir ni qué comer, solo es pan, aceite y sal y solo uno, aunque te quedes con hambre y sobre…porque en los países en los que no hay recursos es así, ni la gente elige qué, ni cuánto comer.
El funcionamiento cada año es el mismo. El día anterior, nuestros compañeros de mantenimiento, mejorando cada año, nos lo preparan todo: tablones pesados como mesas de trabajo, plásticos por el suelo para no resbalar… Con el día recién comenzado, 7:15 de la mañana, los profesores vamos al colegio, con el frío de febrero, cuchillo de sierra en mano que cada uno traemos de nuestra casa, encomendándonos a Dios para que ningún policía a esa hora por la calle nos pida abrir el bolso o la mochila y al llegar al Club Social, donde nos esperan aproximadamente unos 1200 bocadillos comenzamos la tarea. A las 8:30 de la mañana aproximadamente todos los bocadillos están hechos. Toca entonces recoger y son nuestras compañeras de la limpieza las que entran como un ejército bien organizado para que nada se note.
Lógicamente cada año hemos ido depurando la técnica y desde las primeras montañas de bocadillos que vendíamos a la hora del recreo uno por uno, hemos pasado a estar perfectamente organizados metiéndolos en cajas. Y desde las botellas de aceite Manzano, que todos los años nos han regalado, y que se nos resbalaban por la manos ya impregnadas del líquido elemento, hemos pasado a echarlo sobre el pan con cómodos recipientes de plástico. Otro año apostamos por el cuidado de nuestra Madre Tierra eliminando cientos de botellines de agua que en pocos minutos se gastaban y generaban residuo. Pero de una manera u otra todos los años, como si de un milagro se tratara lo conseguimos y brota la alegría franciscana de hacer algo juntos que revierta en otros, los descartados de esta sociedad.
Imaginaos las anécdotas vividas, los nervios por no llegar a tiempo, la seguridad de que el pan fuera el suficiente, que nadie se cortara… y así veinte años. Echando un cálculo unos 24.000 bocadillos. Un año nos faltó pan y tuvimos que salir a comprar, otro año el panadero se durmió y el pan no llegó hasta las ocho de la mañana, otro año desapareció aceite… pero todo eso no hace sino tener aún más ganas de sacar la tarea adelante, porque ante la dificultad el hombre se crece y los compañeros de las tres etapas nos hacemos uno para sacarlo.
No quiero nombrar a nadie para no dejarme a nadie fuera: mantenimiento, limpieza, profesores, dirección, alumnos… solo quiero AGRADECER que en esa mañana el evangelio se hace vida, el milagro de la multiplicación de los panes y los peces es real, la fraternidad se palpa y el Colegio es una casa, un hogar.
Un sencillo bocadillo de pan y aceite en el que Dios se parte y se reparte es la excusa para que seamos una gran familia. Por otros veinte años.
Se necesitan mecanismos estructurales fiables y sólidos para vivir y compartir la prosperidad. Un ejemplo es la “Economía de Francisco”, referida a San Francisco de Asís que busca consolidar la vida digna de toda la humanidad, situar a los descartados en el centro de la realidad socio-económica. Descansa sobre la “cultura del encuentro”, como forma de vida respetuosa con las particularidades de cada pueblo. Una economía en la que el descarte y la indiferencia se sustituyan por el cuidado; un movimiento de compromiso para “cambiar la economía actual y dar alma a la economía de mañana”. Las formas de la Economía de Francisco son muy variadas, muchas conocidas y otras nuevas: cooperativas, mutualidades, comercio justo, economía de comunión… Manos Unidas propone en esta campaña que caminemos hacia el destino universal de los bienes, el bien común y una cultura de comunión, para alcanzar una humanidad asentada sobre la “cultura del compartir”.
Señor Padre Bueno Dios, tú eres el Dios que sostiene, acompaña y da fuerzas a los pobres y desvalidos, a los pequeños y abatidos, a los vulnerables y excluidos. Ellos son tus predilectos. Tú eres el Dios de los humillados, de los que no importan, de los ninguneados, de los invisibles. Dios de los desgarrados, Dios de las desamparadas, de los abandonados a su suerte, de los entristecidos a golpes de egoísmo ajeno, de los deprimidos, de los fracasados, de los angustiados, de los agobiados. Señor de las personas sin familia, sin amigos, sin calor humano. Señor Soberano de los mal aprovechados, de los despreciados, de los minusvalorados, de los desgastados en sobrevivir, de los encallecidos por un trabajo mal pagado. Señor de los marginales, Dios de los que viven a la intemperie. Señor de los hundidos, de los caídos, de los tenidos por desadaptados y los errados a tantos ojos. Dios de los rechazados, de los jamás escogidos. Señor Padre, Hijo y Espíritu Santo de los descartados. Tú Señor Jesús, que viviste en carne propia, la suerte de los descartados, de los rechazados, de los que no tienen donde reclinar la cabeza. AMÉN
Una vez que la gente se agolpaba en torno a él para oír la palabra de Dios, estando él de pie junto al lago de Genesaret, vio dos barcas que estaban en la orilla; los pescadores, que habían desembarcado, estaban lavando las redes. Subiendo a una de las barcas, que era la de Simón, le pidió que la apartara un poco de tierra. Desde la barca, sentado, enseñaba a la gente. Cuando acabó de hablar, dijo a Simón: «Rema mar adentro, y echad vuestras redes para la pesca». Respondió Simón y dijo: «Maestro, hemos estado bregando toda la noche y no hemos recogido nada; pero, por tu palabra, echaré las redes». Y, puestos a la obra, hicieron una redada tan grande de peces que las redes comenzaban a reventarse. Entonces hicieron señas a los compañeros, que estaban en la otra barca, para que vinieran a echarles una mano Vinieron y llenaron las dos barcas, hasta el punto de que casi se hundían. Al ver esto, Simón Pedro se echó a los pies de Jesús diciendo: «Señor, apártate de mí, que soy un hombre pecador». Y es que el estupor se había apoderado de él y de los que estaban con él, por la redada de peces que habían recogido; y lo mismo les pasaba a Santiago y Juan, hijos de Zebedeo, que eran compañeros de Simón. Y Jesús dijo a Simón: «No temas; desde ahora serás pescador de hombres». Entonces sacaron las barcas a tierra y, dejándolo todo, lo siguieron.
Cuando se cumplieron los días de su purificación, según la ley de Moisés, los padres de Jesús lo llevaron a Jerusalén para presentarlo al Señor, de acuerdo con lo escrito en la ley del Señor: «Todo varón primogénito será consagrado al Señor», y para entregar la oblación, como dice la ley del Señor: «un par de tórtolas o dos pichones».
Había entonces en Jerusalén un hombre llamado Simeón, hombre justo y piadoso, que aguardaba el consuelo de Israel; y el Espíritu Santo estaba con él. Le había sido revelado por el Espíritu Santo que no vería la muerte antes de ver al Mesías del Señor. Impulsado por el Espíritu, fue al templo. Y cuando entraban con el niño Jesús sus padres para cumplir con él lo acostumbrado según la ley, Simeón lo tomó en brazos y bendijo a Dios diciendo:
«Ahora, Señor, según tu promesa, puedes dejar a tu siervo irse en paz.
Porque mis ojos han visto a tu Salvador, a quien has presentado ante todos los pueblos: luz para alumbrar a las naciones y gloria de tu pueblo Israel».
Su padre y su madre estaban admirados por lo que se decía del niño. Simeón los bendijo y dijo a María, su madre:
«Este ha sido puesto para que muchos en Israel caigan y se levanten; y será como un signo de contradicción —y a ti misma una espada te traspasará el alma—, para que se pongan de manifiesto los pensamientos de muchos corazones».
Había también una profetisa, Ana, hija de Fanuel, de la tribu de Aser, ya muy avanzada en años. De joven había vivido siete años casada, y luego viuda hasta los ochenta y cuatro; no se apartaba del templo, sirviendo a Dios con ayunos y oraciones noche y día. Presentándose en aquel momento, alababa también a Dios y hablaba del niño a todos los que aguardaban la liberación de Jerusalén.
Y, cuando cumplieron todo lo que prescribía la ley del Señor, se volvieron a Galilea, a su ciudad de Nazaret. El niño, por su parte, iba creciendo y robusteciéndose, lleno de sabiduría; y la gracia de Dios estaba con él.
Cuando nos presentan a alguien, la persona que lo hace nos dice su nombre, algún dato (parentesco, profesión, cargo que ocupa…) y tenemos un gesto hacia esa persona, que varía según la confianza: una sonrisa, un apretón de manos, un beso… A veces esta presentación se realiza sólo por un motivo ‘social’, para un momento o actividad determinados, y todo queda en un plano superficial. Pero otras veces, tras la presentación, surge un interés hacia quien nos han presentado, y queremos conocer mejor a esa persona, y comienza una relación más personal y profunda.
El 2 de febrero, cuarenta días después de la Navidad, celebramos la fiesta de la Presentación del Señor en el templo. Como hemos escuchado, “los padres de Jesús lo llevaron a Jerusalén para presentarlo al Señor, de acuerdo con lo escrito en la ley del Señor… y para entregar la oblación, como dice la ley del Señor?”. Al caer en domingo, esta fiesta sustituye litúrgicamente al Domingo IV del Tiempo Ordinario.
En algunos lugares se mantiene la costumbre de tener montado el Belén hasta el día de hoy, y en anteriores domingos hemos dicho que la verdadera Navidad no acaba, porque hemos celebrado al “Dios-con-nosotros”, y la fiesta de hoy nos invita a mantener esa continuidad de la Navidad.
Siguiendo con el ejemplo del principio, hoy podemos decir que unos personajes ‘nos presentan’ a Jesús, y se nos invita a reflexionar sobre cómo acogemos esta presentación:
En primer lugar, lo presentan María y José, que en este pasaje no dicen ni una palabra, pero están cumpliendo la ley del Señor con sencillez y fidelidad.
Después, hemos encontrado a Simeón, “hombre justo y piadoso…”. Simeón es un hombre con una vida espiritual profunda, por eso se resalta que “el Espíritu Santo estaba con él. Le había sido revelado por el Espíritu Santo que no vería la muerte antes de ver al Mesías del Señor. Impulsado por el Espíritu, fue al templo”.
Y por último está “una profetisa, Ana, ya muy avanzada en años; no se apartaba del templo, sirviendo a Dios con ayunos y oraciones noche y día… y hablaba del niño a todos”. En nuestras comunidades parroquiales hay muchas personas, sobre todo mujeres de edad avanzada, que a pesar de ello sirven cada día a Dios. A menudo se encargan del orden y limpieza de los ornamentos y otros elementos litúrgicos, o bien dirigen el rezo del Santo Rosario y otros actos de devoción, y se puede contar con su presencia en todo lo que organice la parroquia.
Aunque ya nos encontramos con el Señor en Navidad, hoy nos es presentado ‘oficialmente’: ¿Qué vamos a hacer ahora? Si la Navidad fue para nosotros sólo algo ‘social’, basado en unos días de comidas o cenas con familiares y amigos e intercambio de regalos, probablemente la relación con el Señor no pasará de ser algo superficial, limitado a momentos puntuales, sin incidencia en mi vida.
Pero si en Navidad hemos procurado celebrar el encuentro con el “Dios-con-nosotros”, ahora probablemente querremos conocerle mejor, y buscaremos una relación personal y profunda con Él, aprovechando las indicaciones y oportunidades que se ofrecen desde el Colegio y la comunidad parroquial para crecer y madurar en la fe, que es la respuesta que damos a la presentación del Señor.
«Ahora, Señor, según tu promesa, puedes dejar a tu siervo irse en paz.
Porque mis ojos han visto a tu Salvador, a quien has presentado ante todos los pueblos: luz para alumbrar a las naciones y gloria de tu pueblo Israel».
En este día celebramos el aniversario de la muerte del Mahatma Gandhi (India, 1869-1948), líder pacifista que defendió y promovió la no violencia y la resistencia pacífica frente a la injusticia y que fue asesinado por defender estas ideas.
Una educación inspirada en una cultura de no violencia y paz nos permite a adquirir conocimientos, actitudes y competencias que refuercen nuestro desarrollo como ciudadanos globales críticos y comprometidos con nuestros derechos y los de otras personas.
Santo Tomás de Aquino, doctor de la Iglesia, patrón de las universidades y de los profesores y alumnos,
Nacido en Italia en el siglo XIII, Tomás de Aquino fue uno de los pensadores y filósofos más influyentes del cristianismo. El fraile dominico pasó la mayor parte de su vida viajando e intentado demostrar la existencia de Dios en todos sus escritos y tratados filosóficos, como en su monumental "Summa Theologiae".
Oración de Santo Tomás de Aquino
Dame, Señor y Dios mío,
que no decaiga, ni en la prosperidad ni en la adversidad;
que no me ensoberbezca en alguna cosa,
ni me deprima en otra;
de nada goce o me duela
sino en lo que me lleve a ti o me separe de ti.
A nadie desee agradar,
ni a nadie tema disgustar, sino a ti.
Sea para mí despreciable todo lo pasajero,
y sea para mí querido todo lo tuyo.
Que me hastíe el gozo de lo que sea sin ti,
que no desee nada que esté fuera de ti.
Que me deleite el trabajo hecho por ti,
que me sea penoso todo descanso que sea sin ti.
Concédeme, Señor, dirigir constantemente el corazón hacia ti,
y que en mis fallos sepa dolerme con el propósito de la enmienda.
Hazme, Señor y Dios mío,
obediente sin contradecir,
pobre sin ser miserable,
casto sin depravación,
paciente sin murmuración.
Humilde sin ficción,
alegre sin disolución,
triste sin abatimiento,
maduro sin pesadez,
ágil sin ligereza,
temeroso sin desesperación.
Que sea sincero sin hipocresía,
que haga el bien sin ser presuntuoso,
que corrija al prójimo sin arrogancia,
que lo edifique con la palabra y el ejemplo.
Concédeme, Señor, un corazón:
vigilante, que ninguna curiosidad lo aparte de ti,
noble, que ninguna influencia indigna lo envilezca,
recto, que ninguna intención siniestra lo desvíe,
firme, que ninguna tribulación lo debilite,
libre, que ningún afecto violento lo reclame.
Concédeme, Señor Dios mío,
inteligencia que te conozca,
diligencia que te busque,
sabiduría que te encuentre,
conducta que te agrade,
perseverancia que te espere confiada
y confianza de que un día al final te abrazaré.
Concédeme soportar ya aquí tus castigos como penitencia,
servirme de tus beneficios por tu gracia,
y gozar de tu gozo en la patria para tu gloria.
Tu que vives y reinas y eres Dios por los siglos de los siglos. Amén.
Recordamos el esplendor que acompañaba las celebraciones ecuménicas, durante el mes de enero, de aquellas Semanas de Oración por la Unidad y que congregaban a fieles de todas las denominaciones cristianas. Templos abarrotados, cambio de predicadores: el pastor protestante predicando en la parroquia católica, el párroco católico actuando en el templo evangélico. Gentes entusiasmadas. Eran los años inmediatos al Concilio. Cuando «lo ecuménico», al menos para muchos católicos, era una feliz novedad y un descubrimiento sorprendente.
Habían pasado aquellos primeros tiempos, tiempos audaces, en que el «Centro Unidad Cristiana» de Lyón había comenzado a preparar el tema para la Semana en colaboración con la Comisión «Fe y Constitución», del Consejo Ecuménico de las Iglesias (Ginebra). Colaboración estrecha que se re-monta a 1958. Después, el Vaticano II corroboraría totalmente tales iniciativas llamando a la oración «alma del movimiento ecuménico» (UR 8) y el Secretariado para la Unidad —hoy Consejo Pontificio para la Promoción de la Unidad de los Cristianos— comenzaba a trabajar conjuntamente con «Fe y Constitución» (1968) a la hora de preparar no ya sólo los temas, sino los textos de la Semana de cada año.
La pregunta debería hacer pensar sobre lo que es y no es esta Semana en la que tantas esperanzas se han puesto. No es, ciertamente, una devoción más: No trata de temas accidentales sobre los que discrepar o pasar de ellos. Es, por el contrario, un tiempo fuerte —no un tiempo litúrgico— en el que aspectos fundamentales de la Iglesia se ponen delante del Señor para que se realice visiblemente lo que él pidió al Padre con tanta insistencia en la oración sacerdotal. La Semana de Oración es el momento en el que la obediencia que las Iglesias deben a Cristo respecto a ser uno «para que el mundo crea» se hace plegaria humilde y esperanzada. La espiritualidad de la Semana hace que la tarea (lo que los cristianos y sus Iglesias deben trabajar en orden a la restauración de la unidad) se ponga bajo la perspectiva del don (sabiendo que la unidad finalmente es más don divino que realización humana).
Señor Dios, Padre de las luces, fortalece nuestros corazones en la espera y la esperanza mientras trabajamos por la unidad y juntos buscamos la armonía de toda la creación. Que seamos lámparas encendidas, hasta el día de la venida de tu Hijo en la gloria, con todos los santos en el reino eterno. Bendito seas, ahora y siempre, y por todos los siglos.
ORACIÓN
Creemos en un solo Dios, Padre todopoderoso, creador del cielo y de la tierra, de todo lo visible y lo invisible.
Creemos en un solo Señor, Jesucristo, hijo único de Dios nacido del Padre antes de todos los siglos. Luz de luz, Dios verdadero de Dios verdadero, engendrado, no creado, de la misma naturaleza del Padre, por quien todo fue hecho; que por nosotros, los hombres, y por nuestra salvación bajo del cielo, y por obra del Espíritu Santo se encarnó de María, la Virgen, y se hizo hombre; y por nuestra causa fue crucificado en tiempos de Poncio Pilato; padeció y fue sepultado, y resucitó al tercer día, según las Escrituras, y subió al cielo, y está sentado a la derecha del Padre; y de nuevo vendrá con gloria para juzgar a vivos y muertos, y su reino no tendrá fin.
Creemos en el Espíritu Santo, Señor y dador de vida, que procede del Padre, que con el Padre y el Hijo recibe una misma adoración y gloria, y que habló por los profetas.
Creemos en la Iglesia, que es una, santa, católica y apostólica. Confesamos que hay un solo bautismo para el perdón de los pecados. Esperamos la resurrección de los muertos y la vida del mundo futuro. Amén.
En 1594, por petición del obispo Sancho Dávila, llegaron a la ciudad de Murcia parte de las reliquias de san Fulgencio y de su hermana santa Florentina, provenientes de Berzocana (Cáceres) donde reposaban sus cuerpos. Al obispo Dávila se debe el patronazgo fulgentino de la Diócesis de Cartagena. Desde entonces, cada 16 de enero está marcado en el calendario diocesano como el día de la fiesta de san Fulgencio.
Celebramos con alegría la fiesta de san Fulgencio, que vivió entre los siglos VI y VII. Él ha sido fiel al camino del Evangelio, él vive para siempre la vida de Dios. Y su recuerdo, su celebración, es para todos nosotros una llamada a la fe, a la esperanza, a la alegría de pertenecer a una misma comunidad diocesana. Que esta fiesta sea un estímulo para crecer, como san Fulgencio, en el deseo de fidelidad al Señor.
A lo largo de la historia, los cristianos han encontrado en esta oración un lazo de unión con Dios y con todos los cristianos repartidos por el mundo. Hoy, cada vez que decimos el Padrenuestro, unimos nuestra voz a la de millones de cristianos a lo largo de la historia. Es la oración de cada creyente y de toda la Iglesia. Más que palabras, el Padrenuestro es un encuentro eterno con Dios. Por eso decimos con fe y esperanza:
Padre nuestro que estás en el cielo,
santificado sea tu Nombre;
venga a nosotros tu Reino;
hágase tu voluntad
en la tierra como en el cielo.
Danos hoy
nuestro pan de cada día;
perdona nuestras ofensas,
como también nosotros perdonamos
a los que nos ofenden;
no nos dejes caer en la tentación,
y líbranos del mal. AMÉN
En aquel tiempo, como el pueblo estaba expectante, y todos se preguntaban en su interior sobre Juan si no sería el Mesías, Juan les respondió dirigiéndose a todos: «Yo os bautizo con agua; pero viene el que es más fuerte que yo, a quien no merezco desatarle la correa de sus sandalias. Él os bautizará con Espíritu Santo y fuego».
Y sucedió que, cuando todo el pueblo era bautizado, también Jesús fue bautizado; y, mientras oraba, se abrieron los cielos, bajó el Espíritu Santo sobre él con apariencia corporal semejante a una paloma y vino una voz del cielo: «Tú eres mi Hijo, el amado; en ti me complazco».
Padre nuestro que estás en el cielo,
santificado sea tu Nombre;
venga a nosotros tu Reino;
hágase tu voluntad
en la tierra como en el cielo.
Danos hoy
nuestro pan de cada día;
perdona nuestras ofensas,
como también nosotros perdonamos
a los que nos ofenden;
no nos dejes caer en la tentación,
y líbranos del mal. Amén.
Jesús, junto a los pastores de Belén, quiero ofrecerte mis mejores regalos:
Te entrego mi vida para que en tus manos no se aparte de ti.
Te entrego a mis padres, para que de ti aprendan a querer y a dar lo mejor de ellos mismos.
Te entrego a mis profesores para que además de las asignaturas, me enseñen lo que de verdad importa: paz, amor, ilusión, cariño, confianza…
Te entrego a mis amigos, que como yo, queremos ser tus amigos y conocerte cada vez un poco más.
Gracias, Jesús, por todo lo que me das.
Jóvenes
Desde el corazón, quiero ofrecerte lo mejor que tengo:
mi cariño para repartirlo con lo que están a mi alrededor,
mi alegría para que nadie esté triste,
mi generosidad para que a nadie le falte nada.
Desde el corazón,
te pido para que me ayudes a una persona responsable y atenta a las necesidades de los demás.
Que me ayudes a ser apoyo y ayuda para los que me acompañan: amigos, compañeros de clase y familiares.
Que en el camino de la vida nunca les falte una sonrisa, una palabra de consuelo, una mano amiga que les ayude a caminar
Te doy gracias Jesús, por todos ellos, y por las cosas que comparto.
Gracias por todos los bienes que me das
Adultos
Te ofrezco, Señor, mis pensamientos,
ayúdame a pensar en TI,
te ofrezco mis palabras, ayúdame a hablar de TI,
te ofrezco mis obras, ayúdame a cumplir TU voluntad,
te ofrezco mis trabajo, ayúdame a colaborar en TU reino,
te ofrezco mis hijos, ayúdame a llevarlos a TI
te ofrezco mi familia, ayúdame a que TU crezcas en ella,
te ofrezco mis bienes, ayúdame a compartir con los que más lo necesitan,
te ofrezco mi oración, ayúdame a escucharte y estar atento a TU palabra,
te ofrezco mi comunidad, ayúdame a que sea testimonio de TU presencia en el mundo,
te ofrezco mis amigos, ayúdame a mostrarles TU amor,
te ofrezco mis compañeros de trabajo, ayúdame a verte a TI en ellos
te ofrezco mis penas, ayúdame a sufrir por TI,
te ofrezco mis alegrías, ayúdame a darte las gracias por todo cuanto me das.
Todo aquello que quieras TU, Señor, lo quiero yo,
precisamente porque lo TU quieres, como TU lo quieras y durante todo el tiempo que quieras.
Gracias por todo lo que me has dado y por todo lo que me pediste.
Gracias Señor, por la sonrisa de Tu rostro y por la mano amiga que me mantiene fuerte
Gracias por la soledad, por el trabajo, por las inquietudes, los temores, las dificultades y las lágrimas.
Gracias por todo lo que me acerca a Ti.
¡Gracias, Señor por enseñarme a esperar para que Jesús nazca en nuestro corazón esta Navidad! AMÉN
santificado sea tu Nombre;
venga a nosotros tu Reino;
hágase tu voluntad
en la tierra como en el cielo.
Danos hoy
nuestro pan de cada día;
perdona nuestras ofensas,
como también nosotros perdonamos
a los que nos ofenden;
no nos dejes caer en la tentación,
y líbranos del mal. Amén.
Evangelio según San Lucas 3, 10-18
En aquel tiempo, la gente preguntaba a Juan:
«¿Entonces, qué debemos hacer?».
Él contestaba: «El que tenga dos túnicas, que comparta con el que no tiene; y el que tenga comida, haga lo mismo».
Vinieron también a bautizarse unos publicanos y le preguntaron:
«Maestro, ¿qué debemos hacer nosotros?».
Él les contestó: «No exijáis más de lo establecido».
Unos soldados igualmente le preguntaban: «Y nosotros ¿qué debemos hacer?».
Él les contestó: «No hagáis extorsión ni os aprovechéis de nadie con falsas denuncias, sino contentaos con la paga».
Como el pueblo estaba expectante, y todos se preguntaban en su interior sobre Juan si no sería el Mesías, Juan les respondió dirigiéndose a todos: «Yo os bautizo con agua; pero viene el que es más fuerte que yo, a quien no merezco desatarle la correa de sus sandalias. Él os bautizará con Espíritu Santo y fuego; en su mano tiene el bieldo para aventar su parva, reunir su trigo en el granero y quemar la paja en una hoguera que no se apaga». Con estas y otras muchas exhortaciones, anunciaba al pueblo el Evangelio.
Aquí estoy, Señor, caminando en este Adviento,
un Adviento más estremecido, asustado, aturdido y expectante,
percibiendo cómo avivas en mi pobre corazón
las cenizas del deseo, cómo después de un toque de nostalgia,
la memoria que se despereza y abre sus ojos al pasado
deslumbrado por el agradecimiento.
Aquí estoy, Señor, caminando en este Adviento,
desempolvando mi esperanza,
consintiendo en este esperar, siempre mismo, siempre nuevo,
consintiendo en este tener que esperar para vivir,
en este esperar como afirmación fundamental de mi vida,
en este esperar que traduce la profunda y secreta necesidad
de tender hacia lo que se me presente como inalcanzable
y, por ello, inesperable con mis propias fuerzas.
Aquí estoy, Señor, caminando en este Adviento,
una vez más enfrentado a la paradoja de esperar lo inesperable,
de tener que ejercer esta esperanza para existir,
de hacerme consciente de que ser es esperar.
Aquí estoy, Señor, con la mirada del corazón clavada en este Adviento,
con el anhelo encendido, con el deseo ardiendo,
luchando contra mis miedos y esperanzas
para que el fuego de la esperanza se abra e ilumine el primer paso.
Aquí estoy, Señor, caminando en este Adviento,
estremecido, asustado, expectante, enamorado
y sintiendo tu llamado como la cosa más cierta, más real,
como la única verdad de mi espera.
No te canses de llamar, Señor, no te canses de llegar,
no te canses de venir, Señor, que aquí estoy caminando,
Señor, a tu encuentro en este Adviento.
llena eres de gracia;
el Señor es contigo.
Bendita Tú eres
entre todas las mujeres,
y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús.
Santa María, Madre de Dios,
ruega por nosotros, pecadores,
ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén

santificado sea tu Nombre;
venga a nosotros tu Reino;
hágase tu voluntad
en la tierra como en el cielo.
Danos hoy
nuestro pan de cada día;
perdona nuestras ofensas,
como también nosotros perdonamos
a los que nos ofenden;
no nos dejes caer en la tentación,
y líbranos del mal. Amén.
El que con fe se acerca a Dios,
Fe es lo que da valor a las cosas que no podemos ver
Fe es acercarse a Dios y es llevar fruto aun en la debilidad
Fe es la palabra de aliento para los que están en sufrimiento
Fe es el regalo de Navidad que tenemos para lograr la paz
Fe es lo que recibimos al oír la palabra de Dios
Fe es la que debe permanecer en nuestros corazones,
Fe es el escudo o defensa que tenemos los cristianos para rechazar
¡LEVANTAOS! Teniendo tanto por hacer,
Oración de Adviento
Adviento, tiempo de esperanza,
en el seno de María crece el fermento
de un mundo nuevo,
el hijo del Dios vivo que llega a compartir
con nosotros.
Nace Emanuel, Dios-con-nosotros,
hecho niño, pobre, pequeño y necesitado.
María nos enseña el camino
para hacer nacer a Jesús
en nuestro tiempo:
confianza, entrega, fidelidad, coraje,
y mucha fe en el Dios de la Vida.
Tiempo de espera,
de atención y cuidados,
de respeto y contemplación.
Señor, hay mucho dolor en nuestro tiempo,
hay sufrimiento e injusticia, ayúdanos a sembrar
semillas de esperanza.
Enséñanos a hacer crecer
la esperanza de algo nuevo,
anímanos a entregar nuestras vidas
para la construcción del Reino.
Es tiempo de espera, Señor,
pero también es tiempo de donación
y compromiso efectivo.
Contágianos la fe sencilla de María,
que dio su vida
para alumbrar el Reino
y hacer nacer la esperanza
en medio de su pueblo. AMÉN
¡Señor, antes de hacer el examen
dame paz, ven conmigo!
Concédeme la simplicidad y la alegría
de cosechar el fruto de las semillas que
planté en las horas de silencio y estudio.
Que el examen sea la ofrenda del esfuerzo
de estudiar cada día en medio de
mis alegrías, soledades y preocupaciones.
¡Que no haya orgullo cuando sepa mucho
ni miedo a recordar lo que aprendí!
No te pido milagros, solo la lucidez
que dinamice y de fuerzas a mi corazón.
Quédate Señor a mi lado, tú que
más de una vez fuiste puesto a prueba.
¡Concede que quienes han de examinarme,
sean razonables y justos con todos los que
vamos a examinarnos, que tengan paciencia y paz!
¡Señor, mi Dios, escúchame y ayúdame!
¡San Francisco, intercede por mi!
¡Ven espíritu Santo, ilumíname
y líbrame de todo miedo! Amen.
¡Señor, antes de hacer el examen
dame paz, ven conmigo!
Concédeme la simplicidad y la alegría
de cosechar el fruto de las semillas que
planté en las horas de silencio y estudio.
Que el examen sea la ofrenda del esfuerzo
de estudiar cada día en medio de
mis alegrías, soledades y preocupaciones.
¡Que no haya orgullo cuando sepa mucho
ni miedo a recordar lo que aprendí!
No te pido milagros, solo la lucidez
que dinamice y de fuerzas a mi corazón.
Quédate Señor a mi lado, tú que
más de una vez fuiste puesto a prueba.
¡Concede que quienes han de examinarme,
sean razonables y justos con todos los que
vamos a examinarnos, que tengan paciencia y paz!
¡Señor, mi Dios, escúchame y ayúdame!
¡San Francisco, intercede por mi!
¡Ven espíritu Santo, ilumíname
y líbrame de todo miedo! Amen.
DE NOVIEMBRE
¡Señor, antes de hacer el examen
dame paz, ven conmigo!
Concédeme la simplicidad y la alegría
de cosechar el fruto de las semillas que
planté en las horas de silencio y estudio.
Que el examen sea la ofrenda del esfuerzo
de estudiar cada día en medio de
mis alegrías, soledades y preocupaciones.
¡Que no haya orgullo cuando sepa mucho
ni miedo a recordar lo que aprendí!
No te pido milagros, solo la lucidez
que dinamice y de fuerzas a mi corazón.
Quédate Señor a mi lado, tú que
más de una vez fuiste puesto a prueba.
¡Concede que quienes han de examinarme,
sean razonables y justos con todos los que
vamos a examinarnos, que tengan paciencia y paz!
¡Señor, mi Dios, escúchame y ayúdame!
¡San Francisco, intercede por mi!
¡Ven espíritu Santo, ilumíname
y líbrame de todo miedo! Amen.

22 y 25 DE NOVIEMBRE
SANTA CECILIA
"Patrona de los músicos"
Me he hecho tantas preguntas
Intentando entender
Me he lanzado a buscarte
Sin saberte ver
Me he asomado al abismo
Me he atrevido a saltar y caer.
Y un huracán Romperá el cielo desde mi garganta
Gritándote: "¿dónde estás cuando me haces falta?"
Pero no sé qué hacer
He prometido seguirte
Sin entender
Y hay un eco en lo hondo
Que me empuja hacia ti
Y aunque sea sin sentirte
Te buscaré gritándote:
Estoy aquí, en el silencio
Estoy aquí, en este viento
Estoy aquí, soy este trozo de pan
Estoy aquí, en tu lamento
Estoy aquí, en este eco
Estoy aquí, soy este trozo de pan
Dios de toda vida,
Ayúdanos a valorar el gran don que es la vida humana
formada a tu imagen, reflejo de tu santidad.
Ayúdanos a reconocerte
en todos los que has creado:
niños todavía no nacidos,
familias afectadas por la pobreza y la guerra,
personas de habilidades diferentes,
personas de otras tierras, y
todos los que son víctimas del odio y el racismo.
Ayúdanos a dar testimonio de la dignidad de todos los que has creado,
sin importar la etapa de la vida,
o la riqueza,
o la habilidad,
o el color, o el credo,
porque cada persona es completamente igual ante tus ojos amorosos.
Comparte con nosotros tu santo conocimiento
de que todos somos tus hijos,
cada uno dotado de dignidad inherente.
¡Que tu justicia reine para siempre!
Amén.
ORACIÓN
Dios de toda vida,
Ayúdanos a valorar el gran don que es la vida humana
formada a tu imagen, reflejo de tu santidad.
Ayúdanos a reconocerte
en todos los que has creado:
niños todavía no nacidos,
familias afectadas por la pobreza y la guerra,
personas de habilidades diferentes,
personas de otras tierras, y
todos los que son víctimas del odio y el racismo.
Ayúdanos a dar testimonio de la dignidad de todos los que has creado,
sin importar la etapa de la vida,
o la riqueza,
o la habilidad,
o el color, o el credo,
porque cada persona es completamente igual ante tus ojos amorosos.
Comparte con nosotros tu santo conocimiento
de que todos somos tus hijos,
cada uno dotado de dignidad inherente.
¡Que tu justicia reine para siempre!
Amén.
santificado sea tu Nombre;
venga a nosotros tu Reino;
hágase tu voluntad
en la tierra como en el cielo.
Danos hoy
nuestro pan de cada día;
perdona nuestras ofensas,
como también nosotros perdonamos
a los que nos ofenden;
no nos dejes caer en la tentación,
y líbranos del mal. Amén.
Señor Dios, te agradecemos la sabiduría que nos trasmite tu ejemplo de amor universal. Danos el coraje de abrir el corazón y el espíritu a nuestro prójimo sin mirar su raza, su color o su religión, pues sabemos que toda la humanidad es hija tuya. Concédenos la gracia de superar las barreras de la indiferencia, de los prejuicios y del odio, para construir la civilización de tu amor. Amén.
Ten misericordia de ellos, Señor,
permite que puedan conseguir la forma
de salir adelante en este momento de dificultad.
Señor, en tu amor protege a los niños
y a los ancianos, que puedan estar en buena salud.
Te ruego por aquellas personas que están enfermas,
heridas o afectadas psicológicamente,
pon tu mano sobre ellos,
que puedan recuperarse con prontitud,
provee personas solidarias, con corazones decididos,
de crisis y de no entender nada.
Señor, sabemos que podemos contar contigo
aún en los momentos más duros,
ayuda en estos momentos a las familias
que se han quedado sin hogar.
aún cuando estamos tristes,
en ti encontramos esperanza y sentido,
al dolor que nos rodea. AMÉN
Llegar a ser la voz de los humildes, descubrir la injusticia y la maldad, denunciar al injusto y al malvado… Es solidaridad.
Padre misericordioso, tú eres nuestra esperanza,
En todo tiempo y lugar tú eres nuestra fuerza.
Porque confiamos en ti, nos atrevemos a creer:
La bondad es más fuerte que el mal;
el amor es más fuerte que el odio;
la luz es más fuerte que la oscuridad;
la esperanza es más fuerte que la desesperación.
En medio de la duda y el miedo nos llamas a ser un pueblo de oración.
Ayúdanos, Señor, a poner nuestra confianza en ti mientras rezamos por
a todos los que han perdido a sus seres queridos en nuestra vecina comunidad de Valencia, las personas que se han quedado sin nada,
- Hoy hace 557 años se dedicó la CATEDRAL DE MURCIA 1467 DEDICAR UN TEMPLO: Bendecir y consagrar la mesa del Señor, el lugar donde se celebrará la Eucaristía.

Dios no se muda, la paciencia todo lo alcanza,
quien a Dios tiene nada le falta sólo Dios basta".
llena eres de gracia;
el Señor es contigo.
Bendita Tú eres
entre todas las mujeres,
y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús.
Santa María, Madre de Dios,
ruega por nosotros, pecadores,
ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén
EL CÁNTICO DE LAS CRIATURAS
Altísimo y omnipotente buen Señor,
tuyas son las alabanzas,
la gloria y el honor y toda bendición.
A ti solo, Altísimo, te convienen
y ningún hombre es digno de nombrarte.
Alabado seas, mi Señor,
en todas tus criaturas,
especialmente en el Señor hermano sol,
por quien nos das el día y nos iluminas.
Y es bello y radiante con gran esplendor,
de ti, Altísimo, lleva significación.
Alabado seas, mi Señor,
por la hermana luna y las estrellas,
en el cielo las formaste claras y preciosas y bellas.
Alabado seas, mi Señor, por el hermano viento
y por el aire y la nube y el cielo sereno y todo tiempo,
por todos ellos a tus criaturas das sustento.
Alabado seas, mi Señor, por el hermano fuego,
por el cual iluminas la noche,
y es bello y alegre y vigoroso y fuerte.
Alabado seas, mi Señor,
por la hermana nuestra madre tierra,
la cual nos sostiene y gobierna
y produce diversos frutos con coloridas flores y hierbas.
Alabado seas, mi Señor,
por aquellos que perdonan por tu amor,
y sufren enfermedad y tribulación;
bienaventurados los que las sufran en paz,
porque de ti, Altísimo, coronados serán.
Alabado seas, mi Señor,
por nuestra hermana muerte corporal,
de la cual ningún hombre viviente puede escapar.
Ay de aquellos que mueran
en pecado mortal.
Bienaventurados a los que encontrará
en tu santísima voluntad
porque la muerte segunda no les hará mal.
Alaben y bendigan a mi Señor
y denle gracias y sírvanle con gran humildad.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.
San Francisco pasó los últimos días antes de su muerte alabando al Señor y enseñando a sus compañeros a quienes amaba tanto a alabar a Cristo con él. Él mismo, en la medida de sus posibilidades, estalló con el Salmo: clamo al Señor con mi voz; al Señor, hago una fuerte súplica. Asimismo, invitó a todas las criaturas a alabar a Dios y, con las palabras que había compuesto antes, las exhortó a amar a Dios. Incluso la muerte misma, considerada por todos como terrible y odiosa, fue exhortada a alabar, mientras él mismo, yendo alegremente a su encuentro, la invitaba a hospedarse con él. "Bienvenido", dijo, "mi hermana Muerte".
que estás presente en todo el universo y en la más pequeña de tus criaturas,
Tú, que rodeas con tu ternura todo lo que existe,
Dios de los pobres, ayúdanos a rescatar a los abandonados y olvidados de esta tierra que tanto valen a tus ojos.
Sana nuestras vidas, para que seamos protectores del mundo y no depredadores,
para que sembremos hermosura y no contaminación y destrucción.
a costa de los pobres y de la tierra.
a reconocer que estamos profundamente unidos con todas las criaturas
en nuestro camino hacia tu luz infinita.
Gracias porque estás con nosotros todos los días. Aliéntanos, por favor, en nuestra lucha por la justicia, el amor y la paz.
DE SEPTIEMBRE
que estás presente en todo el universo y en la más pequeña de tus criaturas,
Tú, que rodeas con tu ternura todo lo que existe,
Dios de los pobres, ayúdanos a rescatar a los abandonados y olvidados de esta tierra que tanto valen a tus ojos.
Sana nuestras vidas, para que seamos protectores del mundo y no depredadores,
para que sembremos hermosura y no contaminación y destrucción.
a costa de los pobres y de la tierra.
a reconocer que estamos profundamente unidos con todas las criaturas
en nuestro camino hacia tu luz infinita.
Gracias porque estás con nosotros todos los días. Aliéntanos, por favor, en nuestra lucha por la justicia, el amor y la paz.
que estás presente en todo el universo y en la más pequeña de tus criaturas,
Tú, que rodeas con tu ternura todo lo que existe,
Dios de los pobres, ayúdanos a rescatar a los abandonados y olvidados de esta tierra que tanto valen a tus ojos.
Sana nuestras vidas, para que seamos protectores del mundo y no depredadores,
para que sembremos hermosura y no contaminación y destrucción.
a costa de los pobres y de la tierra.
a reconocer que estamos profundamente unidos con todas las criaturas
en nuestro camino hacia tu luz infinita.
Gracias porque estás con nosotros todos los días. Aliéntanos, por favor, en nuestra lucha por la justicia, el amor y la paz.
que estás presente en todo el universo y en la más pequeña de tus criaturas,
Tú, que rodeas con tu ternura todo lo que existe,
Dios de los pobres, ayúdanos a rescatar a los abandonados y olvidados de esta tierra que tanto valen a tus ojos.
Sana nuestras vidas, para que seamos protectores del mundo y no depredadores,
para que sembremos hermosura y no contaminación y destrucción.
a costa de los pobres y de la tierra.
a reconocer que estamos profundamente unidos con todas las criaturas
en nuestro camino hacia tu luz infinita.
Gracias porque estás con nosotros todos los días. Aliéntanos, por favor, en nuestra lucha por la justicia, el amor y la paz.
que estás presente en todo el universo y en la más pequeña de tus criaturas,
Tú, que rodeas con tu ternura todo lo que existe,
Dios de los pobres, ayúdanos a rescatar a los abandonados y olvidados de esta tierra que tanto valen a tus ojos.
Sana nuestras vidas, para que seamos protectores del mundo y no depredadores,
para que sembremos hermosura y no contaminación y destrucción.
a costa de los pobres y de la tierra.
a reconocer que estamos profundamente unidos con todas las criaturas
en nuestro camino hacia tu luz infinita.
Gracias porque estás con nosotros todos los días. Aliéntanos, por favor, en nuestra lucha por la justicia, el amor y la paz.
que estás presente en todo el universo y en la más pequeña de tus criaturas,
Tú, que rodeas con tu ternura todo lo que existe,
Dios de los pobres, ayúdanos a rescatar a los abandonados y olvidados de esta tierra que tanto valen a tus ojos.
Sana nuestras vidas, para que seamos protectores del mundo y no depredadores,
para que sembremos hermosura y no contaminación y destrucción.
a costa de los pobres y de la tierra.
a reconocer que estamos profundamente unidos con todas las criaturas
en nuestro camino hacia tu luz infinita.
Gracias porque estás con nosotros todos los días. Aliéntanos, por favor, en nuestra lucha por la justicia, el amor y la paz.
DE LA BUENA NOTICIA SEGUN SAN MARCOS
Salieron de allí y atravesaron Galilea. Jesús no quería que se supiera, porque estaba enseñando a sus discípulos. Les decía: «El Hijo del hombre va a ser entregado en manos de los hombres; lo matarán y, después de muerto, a los tres días resucitará». Pero ellos no entendían estas palabras y no se atrevían a preguntarle.
Llegaron a Cafarnaúm y, una vez en casa, les preguntó: «¿Qué discutíais por el camino?». Pero ellos callaban, porque en el camino habían discutido sobre quién entre ellos sería el más grande. Jesús se sentó, llamó a los doce y les dijo: «El que quiera ser el primero que sea el último y el servidor de todos». Tomó en sus brazos a un niño, lo puso en medio de ellos y les dijo: «El que acoge a uno de estos pequeños en mi nombre me acoge a mí; y el que me acoge a mí, no es a mí a quien acoge, sino al que me ha enviado a mí»
En el Evangelio Jesús les dice a sus discípulos que quien quiera ser el primero, debe ser el último y servir a los demás. Jesús les muestra que la verdadera grandeza no está en ser el más fuerte o el más poderoso, sino en ser humilde y ayudar a los demás.
Al comenzar este nuevo curso escolar, podemos aplicar esta enseñanza en nuestra vida diaria. No se trata solo de sacar buenas notas o ser el mejor en la clase, sino de ser generosos con nuestros amigos, ayudar a quien lo necesite y hacer todo con amor. Jesús quiere que tratemos a nuestros compañeros con respeto y que busquemos formas de servir, como por ejemplo ayudando a un amigo con sus tareas o siendo amables con todos. ¡Así es como realmente podemos seguir a Jesús en este nuevo año escolar!
que estás presente en todo el universo y en la más pequeña de tus criaturas,
Tú, que rodeas con tu ternura todo lo que existe,
Dios de los pobres, ayúdanos a rescatar a los abandonados y olvidados de esta tierra que tanto valen a tus ojos.
Sana nuestras vidas, para que seamos protectores del mundo y no depredadores,
para que sembremos hermosura y no contaminación y destrucción.
a costa de los pobres y de la tierra.
a reconocer que estamos profundamente unidos con todas las criaturas
en nuestro camino hacia tu luz infinita.
Gracias porque estás con nosotros todos los días. Aliéntanos, por favor, en nuestra lucha por la justicia, el amor y la paz.
que estás presente en todo el universo y en la más pequeña de tus criaturas,
Tú, que rodeas con tu ternura todo lo que existe,
Dios de los pobres, ayúdanos a rescatar a los abandonados y olvidados de esta tierra que tanto valen a tus ojos.
Sana nuestras vidas, para que seamos protectores del mundo y no depredadores,
para que sembremos hermosura y no contaminación y destrucción.
a costa de los pobres y de la tierra.
a reconocer que estamos profundamente unidos con todas las criaturas
en nuestro camino hacia tu luz infinita.
Gracias porque estás con nosotros todos los días. Aliéntanos, por favor, en nuestra lucha por la justicia, el amor y la paz.
una casa común.
Confesamos que no nos relacionamos con la Tierra como un don
maternal tuyo, nuestro Creador. Nuestro egoísmo, avaricia,
negligencia y abuso han causado la crisis climática, la pérdida
de biodiversidad, el sufrimiento humano y el sufrimiento de
todas las otras criaturas.
Confesamos que no hemos escuchado los gemidos de la Tierra,
los gemidos de todas las criaturas y los gemidos del Espíritu de
esperanza y justicia que vive en nosotros.
Que tu Espíritu Creador nos ayude en nuestra debilidad, para
que conozcamos el poder redentor de Cristo y la esperanza que
se encuentra en él.
nosotros la voluntad de servirte fielmente, para que
escuchemos y sanemos la Creación, para que esperemos y
actuemos junto con ella, para que florezcan las primicias de la
esperanza.
Dios amoroso y creador, te rogamos que nos hagas sensibles a
estos gemidos y nos capacites para tener la misma compasión
que la de Jesús, el Señor redentor. Concédenos una nueva
visión de nuestra relación con la Tierra, y de unos con otros,
como criaturas hechas a tu imagen.
En el nombre de Aquel que vino a proclamar la buena nueva a
toda la Creación, Jesucristo. AMÉN
una casa común.
Confesamos que no nos relacionamos con la Tierra como un don
maternal tuyo, nuestro Creador. Nuestro egoísmo, avaricia,
negligencia y abuso han causado la crisis climática, la pérdida
de biodiversidad, el sufrimiento humano y el sufrimiento de
todas las otras criaturas.
Confesamos que no hemos escuchado los gemidos de la Tierra,
los gemidos de todas las criaturas y los gemidos del Espíritu de
esperanza y justicia que vive en nosotros.
Que tu Espíritu Creador nos ayude en nuestra debilidad, para
que conozcamos el poder redentor de Cristo y la esperanza que
se encuentra en él.
nosotros la voluntad de servirte fielmente, para que
escuchemos y sanemos la Creación, para que esperemos y
actuemos junto con ella, para que florezcan las primicias de la
esperanza.
Dios amoroso y creador, te rogamos que nos hagas sensibles a
estos gemidos y nos capacites para tener la misma compasión
que la de Jesús, el Señor redentor. Concédenos una nueva
visión de nuestra relación con la Tierra, y de unos con otros,
como criaturas hechas a tu imagen.
En el nombre de Aquel que vino a proclamar la buena nueva a
toda la Creación, Jesucristo. AMÉN
Oh Dios, que a tu pueblo sediento lo llevaste a las aguas salvadoras,
haz que comprendamos las maravillas de tu misericordia, para que,
ayudados poderosamente con el auxilio de la Virgen María de la Fuensanta,
bebamos con alegría en la Fuente, que es Cristo, el agua del Espíritu.
A tus cuidados, Virgen de la Fuensanta,
confiamos las necesidades de todas las familias, las alegrías de los niños,
la ilusión de los jóvenes, los desvelos de los adultos,
el dolor de los enfermos y el sereno atardecer de los ancianos.
Socorre a los que padecen desgracias, a los que sufren en soledad,
ignorancia, hambre o falta de trabajo.
Fortalece a los débiles en su fe, consolida nuestra esperanza y aviva nuestra caridad.
Protege nuestra ciudad, a sus hombres y mujeres.
Asiste, maternalmente Oh María, a cuantos te invocamos como Patrona nuestra,
Fuente Santa y Madre de la Iglesia.
Bendita Tú eres entre todas las mujeres,
Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros, pecadores,
En aquel tiempo, Jesús y sus discípulos se dirigieron a las aldeas de Cesarea de Filipo; por el camino preguntó a sus discípulos: «¿Quién dice la gente que soy yo?». Ellos le contestaron: «Unos, Juan el Bautista; otros, Elías, y otros, uno de los profetas». Él les preguntó: «Y vosotros, ¿quién decís que soy?». Tomando la palabra Pedro le dijo: «Tú eres el Mesías». Y les conminó a que no hablaran a nadie acerca de esto.Y empezó a instruirlos: «El Hijo del hombre tiene que padecer mucho, ser reprobado por los ancianos, sumos sacerdotes y escribas, ser ejecutado y resucitar a los tres días». Se lo explicaba con toda claridad. Entonces Pedro se lo llevó aparte y se puso a increparlo. Pero él se volvió y, mirando a los discípulos, increpó a Pedro: «¡Aléjate de mí, Satanás! ¡Tú piensas como los hombres, no como Dios!». Y llamando a la gente y a sus discípulos les dijo: «El que quiera venir en pos de mí, que se niegue a sí mismo, que cargue con su cruz y me siga. Porque, quien quiera salvar su vida, la perderá; pero el que pierda su vida por mí y por el Evangelio, la salvará.
Enséñanos tu forma de vida, para aprender a vivir en Fraternidad.
Ayúdanos a descubrir la gratuidad del Amor de Dios, entrega generosa, don de vida que se regala.Queremos compartir tu sueño
de construir un mundo justo,
donde exista igualdad
y una fraternidad real,
donde haya pan para todos
y la libertad sea una luz
que ilumine a todas las personas.
Enséñanos tu forma de vida Francisco, para perseverar
en nuestra búsqueda,
para seguir en camino,
para animarnos a la esperanza activa de hacer un Reino de paz
y de bondad para todos.
Francisco de Asís,
que pasaste haciendo el bien,
viviendo la fraternidad
en la atención a los leprosos,
en la búsqueda de los marginados,
en la denuncia de las injusticias,
en el anuncio del Reino para todos.
Enséñanos, tu forma de vida, Francisco, para seguirte, para hacer el bien en nuestros días, en el camino de cada uno, para vivir en la bondad,
caminando hacia el Reino de tu amado. Amén
los caminos de la sencillez evangélica;
tus caminos verdaderos, tus caminos desvelados y ofrecidos, seguros, limpios y fraternos, tus caminos del Reino, tus caminos de abandono confiado en tu providencia.
Enséñame tus caminos de gracia, brisa y vida, tus caminos más queridos,
tus caminos a contracorriente de lo que la propaganda ofrece, de vida compartida y desprendida, que se recorren en compañía
y nos dejan a la puerta de tu casa fraterna.
Llévame por tus avenidas de paz y justicia,
por tus rotondas solidarias y humanas,
por tus autopistas de libertad y dignidad,
por tus cañadas de austeridad y pobreza,
por tus sendas de utopía y novedad,
y si es preciso, campo a través siguiendo tus huellas por la calle real de la compasión y la misericordia.
Y que al llegar a la puerta de tu casa fraterna, pueda lavarme y descansar en el umbral,
oír tu voz que me llama, y entrar para comer y beber contigo, y sentirme hijo y hermano en el banquete preparado por ti y tus amigos.
Enséñame, Señor, tus caminos, los caminos de la sencillez evangélica. AMÉN
los caminos de la sencillez evangélica;
tus caminos verdaderos, tus caminos desvelados y ofrecidos, seguros, limpios y fraternos, tus caminos del Reino, tus caminos de abandono confiado en tu providencia.
Enséñame tus caminos de gracia, brisa y vida, tus caminos más queridos,
tus caminos a contracorriente de lo que la propaganda ofrece, de vida compartida y desprendida, que se recorren en compañía
y nos dejan a la puerta de tu casa fraterna.
Llévame por tus avenidas de paz y justicia,
por tus rotondas solidarias y humanas,
por tus autopistas de libertad y dignidad,
por tus cañadas de austeridad y pobreza,
por tus sendas de utopía y novedad,
y si es preciso, campo a través siguiendo tus huellas por la calle real de la compasión y la misericordia.
Y que al llegar a la puerta de tu casa fraterna, pueda lavarme y descansar en el umbral,
oír tu voz que me llama, y entrar para comer y beber contigo, y sentirme hijo y hermano en el banquete preparado por ti y tus amigos.
Enséñame, Señor, tus caminos, los caminos de la sencillez evangélica. AMÉN
los caminos de la sencillez evangélica;
tus caminos verdaderos, tus caminos desvelados y ofrecidos, seguros, limpios y fraternos, tus caminos del Reino, tus caminos de abandono confiado en tu providencia.
Enséñame tus caminos de gracia, brisa y vida, tus caminos más queridos,
tus caminos a contracorriente de lo que la propaganda ofrece, de vida compartida y desprendida, que se recorren en compañía
y nos dejan a la puerta de tu casa fraterna.
Llévame por tus avenidas de paz y justicia,
por tus rotondas solidarias y humanas,
por tus autopistas de libertad y dignidad,
por tus cañadas de austeridad y pobreza,
por tus sendas de utopía y novedad,
y si es preciso, campo a través siguiendo tus huellas por la calle real de la compasión y la misericordia.
Y que al llegar a la puerta de tu casa fraterna, pueda lavarme y descansar en el umbral,
oír tu voz que me llama, y entrar para comer y beber contigo, y sentirme hijo y hermano en el banquete preparado por ti y tus amigos.
Enséñame, Señor, tus caminos, los caminos de la sencillez evangélica. AMÉN

MARTES 4
ORACIÓN
Gracias Madre María.
Gracias por haberte abierto a la gracia,
y a la escucha de la Palabra, desde siempre.
Gracias por haber acogido en tu seno a Jesús,
el Hijo de Dios, el Salvador.
Gracias por haber mantenido tu “Hágase”
a acontecimientos de tu vida.
Gracias por tus ejemplos.
Gracias por tu sencillez,
por tu docilidad,
por tu capacidad de escucha,
por tu humildad,
por tu fidelidad,
por tu gran corazón,
y por todas aquellas virtudes que Dios te ha dado
y que quiere que nosotros
aprendamos de ti.
Gracias por tu mirada de Madre,
Porque siempre cuidas de nosotros,
por tu ternura, tu ayuda y por los consejos que nos das.
Gracias por tantas cosas buenas que vemos en ti.
Gracias por ser la Madre del Señor Jesús y nuestra. Amén.
¡Santa María Madre de Jesús y Madre Nuestra, ruega por nosotros!
Dios te salve, María, llena eres de gracia; el Señor es contigo.
Bendita Tú eres entre todas las mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús. Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros, pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén
Bendita Tú eres entre todas las mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús. Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros, pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén
ORACIÓN A LA VIRGEN DE MI COLEGIO
Virgen María de los Buenos Libros
fiel testigo de nuestro crecer,
que guías con cariño
nuestra vida de estudiantes.
Hoy me acerco de nuevo a Ti.
Vengo a saludarte y pronunciar tu nombre.
Quiero sentir el calor de tu presencia
y de tu mirada toda mi vida,
como Madre que no puede faltar.
Y junto a mi saludo,
Vengo a ofrecerme ante Ti.
Te ofrezco los caminos nuevos de cada día.
Y te pido que me lleves por ellos
hacia el encuentro con Jesús.
Santa María, haz que nosotros seamos
instrumentos generosos de tu Hijo
para sembrar el amor, la paz y el consuelo,
desterrando el odio, la ofensa y la discordia.
Bendice nuestro trabajo y nuestro descanso
y ayúdanos a ser fuertes,
esforzados y serviciales
para que venga a todos los hombres
el Reino de tu Hijo Jesucristo.
Amén.
Bendita Tú eres entre todas las mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús. Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros, pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén
Bendita Tú eres entre todas las mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús. Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros, pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén
Bendita Tú eres entre todas las mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús. Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros, pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén
Invocación al Espíritu Santo
Ven, Espíritu Divino
manda tu luz desde el cielo.
Padre amoroso del pobre;
don, en tus dones espléndido;
luz que penetra las almas;
fuente del mayor consuelo.
Ven, dulce huésped del alma,
descanso de nuestro esfuerzo,
tregua en el duro trabajo,
brisa en las horas de fuego,
gozo que enjuga las lágrimas
y reconforta en los duelos.
Entra hasta el fondo del alma,
divina luz y enriquécenos.
Mira el vacío del hombre,
si tú le faltas por dentro;
mira el poder del pecado,
cuando no envías tu aliento.
Riega la tierra en sequía,
sana el corazón enfermo,
lava las manchas, infunde
calor de vida en el hielo,
doma el espíritu indómito,
guía al que tuerce el sendero.
Reparte tus siete dones,
según la fe de tus siervos;
por tu bondad y tu gracia,
dale al esfuerzo su mérito;
salva al que busca salvarse
y danos tu gozo eterno. Amén.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.
Bendita Tú eres entre todas las mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús. Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros, pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén
fiel testigo de nuestro crecer,
que guías con cariño
nuestra vida de estudiantes.
Hoy me acerco de nuevo a Ti.
Vengo a saludarte y pronunciar tu nombre.
Quiero sentir el calor de tu presencia
y de tu mirada toda mi vida,
como Madre que no puede faltar.
Y junto a mi saludo,
Vengo a ofrecerme ante Ti.
Te ofrezco los caminos nuevos de cada día.
Y te pido que me lleves por ellos
hacia el encuentro con Jesús.
Santa María, haz que nosotros seamos
instrumentos generosos de tu Hijo
para sembrar el amor, la paz y el consuelo,
desterrando el odio, la ofensa
y la discordia.
Bendice nuestro trabajo y nuestro descanso
y ayúdanos a ser fuertes,
esforzados y serviciales
para que venga a todos los hombres
el Reino de tu Hijo Jesucristo.
Amén.
Bendita Tú eres entre todas las mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús. Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros, pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén
DE MAYO
ACTO DE CONSAGRACIÓN DE LOS JÓVENES A MARÍA
(EN ROMA POR SAN JUAN PABLO II 2003)
«He ahí a tu Madre» (Jn 19, 27).
Es Jesús, oh Virgen María,
quien desde la cruz
nos quiso encomendar a ti,
no para atenuar,
sino para reafirmar
su papel exclusivo de Salvador del mundo.
Si en el discípulo Juan
te han sido encomendados
todos los hijos de la Iglesia,
mucho más me complace
ver encomendados a ti, oh María,
a los jóvenes del mundo.
A ti, dulce Madre,
cuya protección he experimentado siempre,
esta tarde los encomiendo de nuevo.
Bajo tu manto,
bajo tu protección,
todos buscan refugio.
Tú, Madre de la divina gracia,
haz que resplandezcan con la belleza de Cristo.
Son los jóvenes de este siglo,
que en el alba del nuevo milenio
viven aún los tormentos que derivan del pecado,
del odio, de la violencia,
del terrorismo y de la guerra.
Pero son también los jóvenes a quienes la Iglesia
mira con confianza, con la certeza
de que, con la ayuda de la gracia de Dios,
lograrán creer y vivir
como testigos del Evangelio
en el hoy de la historia.
Oh María,
ayúdales a responder a su vocación.
Guíalos al conocimiento del amor verdadero
y bendice sus afectos.
Sostenlos en el momento del sufrimiento.
Conviértelos en anunciadores intrépidos
del saludo de Cristo
el día de Pascua: ¡La paz esté con vosotros!
Juntamente con ellos,
también yo me encomiendo
una vez más a ti.
Amén.
(Papa, San Juan Pablo II)
Bendita Tú eres entre todas las mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús. Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros, pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén
ORACIÓN
Gracias Madre María.
Gracias por haberte abierto a la gracia,
y a la escucha de la Palabra, desde siempre.
Gracias por haber acogido en tu seno a Jesús,
el Hijo de Dios, el Salvador.
Gracias por haber mantenido tu “Hágase”
a acontecimientos de tu vida.
Gracias por tus ejemplos.
Gracias por tu sencillez,
por tu docilidad,
por tu capacidad de escucha,
por tu humildad,
por tu fidelidad,
por tu gran corazón,
y por todas aquellas virtudes que Dios te ha dado
y que quiere que nosotros
aprendamos de ti.
Gracias por tu mirada de Madre,
Porque siempre cuidas de nosotros,
por tu ternura, tu ayuda y por los consejos que nos das.
Gracias por tantas cosas buenas que vemos en ti.
Gracias por ser la Madre del Señor Jesús y nuestra. Amén.
¡Santa María Madre de Jesús y Madre Nuestra, ruega por nosotros!
Bendita Tú eres entre todas las mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús. Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros, pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén
María, ayúdanos a darnos cuenta de las maravillas que
Dios va haciendo en nosotros:
la vida, la familia, la educación, los amigos...
Ayúdanos a admirarnos con sencillez de lo bueno de cada día
y a ser sencillamente agradecidos.
Que no nos pueda el orgullo de ser más que los demás,
sino que sintamos el deber de poner lo que tenemos
al servicio de los demás.
Ojalá aprendamos que ‘amor con amor se paga’,
y hagamos de nuestra vida un acto de servicio a Dios y al prójimo.
¡Santa María BIENAVENTURADA, ruega por nosotros! AMÉN
Dios te salve, María, llena eres de gracia; el Señor es contigo.
Bendita Tú eres entre todas las mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús. Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros, pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén
En mi primer libro, querido Teófilo, escribí de todo lo que Jesús hizo y enseñó desde el comienzo hasta el día en que fue llevado al cielo, después de haber dado instrucciones a los apóstoles que había escogido, movido por el Espíritu Santo. Y ascendió al cielo. Se les presentó él mismo después de su pasión, dándoles numerosas pruebas de que estaba vivo, apareciéndoseles durante cuarenta días, hablándoles del reino de Dios. Una vez que comían juntos, les ordenó que no se alejaran de Jerusalén: «aguardad que se cumpla la promesa del Padre, de la que me habéis oído hablar, porque Juan bautizó con agua, pero vosotros seréis bautizados con Espíritu Santo dentro de no muchos días».
Los que se habían reunido, le preguntaron, diciendo: «Señor, ¿es ahora cuando vas a restaurar el reino de Israel?». Les dijo: «No os toca a vosotros conocer los tiempos y los momentos que el Padre ha establecido con su propia autoridad; en cambio recibiréis la fuerza del Espíritu Santo que va a venir sobre vosotros y seréis mis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria y “hasta los confines del mundo”». Dicho esto, a la vista de ellos, fue elevado al cielo, hasta que una nube se lo quitó de la vista. Cuando miraban fijos al cielo, mientras él se iba marchando, se les presentaron dos hombres vestidos de blanco, que les dijeron: «Galileos, ¿qué hacéis ahí plantados mirando al cielo? El mismo Jesús que ha sido tomado de entre vosotros y llevado al cielo, volverá como lo habéis visto marcharse al cielo». Palabra de Dios Breve momento de silencio Gracias a tantas personas y comunidades cristianas, también nosotros hemos recibido lo que Jesús hizo y enseñó desde el comienzo hasta el día en que fue llevado al cielo, después de haber dado instrucciones a los apóstoles que había escogido, movido por el Espíritu Santo. Al igual que a los apóstoles, también se nos promete que “recibiremos la fuerza del Espíritu Santo que va a venir sobre nosotros y seremos sus testigos hasta los confines del mundo”.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.
Cuando brilla el sol,
Cuando es noche oscura.
Cuando se masca tu presencia,
Cuando abruma tu ausencia.
YO ESTOY CON VOSOTROS.
Cuando cuesta ir,
Cuando cuesta hacer discípulos.
Cuando asalta el miedo,
Cuando da ganas de dar marcha atrás.
YO ESTOY CON VOSOTROS.
Cuando no interesa nuestra oferta,
Cuando nos dicen “mañana te escucharé”.
Cuando hacemos “chiringuitos privados”,
Cuando creemos que todo depende de nosotros.
YO ESTOY CON VOSOTROS.
Cuando el cielo está lejos,
Cuando la tierra es desierto.
Cuando llega el pesimismo,
Cuando solo vemos cizaña.
YO ESTOY CON VOSOTROS.
Cuando miramos al cielo y no pisamos tierra.
Cuando pisamos tierra y no miramos al cielo.
Cuando sin ti nos apañamos.
Cuando evangelizamos sin ti.
YO ESTOY CON VOSOTROS.
Cuando no nos lo creemos.
Cuando no te sentimos.
Cuando buscamos tu presencia.
YO ESTOY CON VOSOTROS.
Cuando olvidamos todo y de ti nos olvidamos.
Cuando estás y nuestras manos no te alcanzan.
YO ESTOY CON VOSOTROS.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.
Cuando brilla el sol,
Cuando es noche oscura.
Cuando se masca tu presencia,
Cuando abruma tu ausencia.
YO ESTOY CON VOSOTROS.
Cuando cuesta ir,
Cuando cuesta hacer discípulos.
Cuando asalta el miedo,
Cuando da ganas de dar marcha atrás.
YO ESTOY CON VOSOTROS.
Cuando no interesa nuestra oferta,
Cuando nos dicen “mañana te escucharé”.
Cuando hacemos “chiringuitos privados”,
Cuando creemos que todo depende de nosotros.
YO ESTOY CON VOSOTROS.
Cuando el cielo está lejos,
Cuando la tierra es desierto.
Cuando llega el pesimismo,
Cuando solo vemos cizaña.
YO ESTOY CON VOSOTROS.
Cuando miramos al cielo y no pisamos tierra.
Cuando pisamos tierra y no miramos al cielo.
Cuando sin ti nos apañamos.
Cuando evangelizamos sin ti.
YO ESTOY CON VOSOTROS.
Cuando no nos lo creemos.
Cuando no te sentimos.
Cuando buscamos tu presencia.
YO ESTOY CON VOSOTROS.
Cuando olvidamos todo y de ti nos olvidamos.
Cuando estás y nuestras manos no te alcanzan.
YO ESTOY CON VOSOTROS.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.
DE MAYO
Cuando brilla el sol,
Cuando es noche oscura.
YO ESTOY CON VOSOTROS.
Cuando se masca tu presencia,
Cuando abruma tu ausencia.
YO ESTOY CON VOSOTROS.
Cuando cuesta ir,
Cuando cuesta hacer discípulos.
YO ESTOY CON VOSOTROS.
Cuando asalta el miedo,
Cuando da ganas de dar marcha atrás.
YO ESTOY CON VOSOTROS.
Cuando no interesa nuestra oferta,
Cuando nos dicen “mañana te escucharé”.
YO ESTOY CON VOSOTROS.
Cuando hacemos “chiringuitos privados”,
Cuando creemos que todo depende de nosotros.
YO ESTOY CON VOSOTROS.
Cuando el cielo está lejos,
Cuando la tierra es desierto.
YO ESTOY CON VOSOTROS.
Cuando llega el pesimismo,
Cuando solo vemos cizaña.
YO ESTOY CON VOSOTROS.
Cuando miramos al cielo y no pisamos tierra.
Cuando pisamos tierra y no miramos al cielo.
YO ESTOY CON VOSOTROS.
Cuando sin ti nos apañamos.
Cuando evangelizamos sin ti.
YO ESTOY CON VOSOTROS.
Cuando no nos lo creemos.
YO ESTOY CON VOSOTROS.
Cuando no te sentimos.
YO ESTOY CON VOSOTROS.
Cuando en silencio lloramos desolados.
YO ESTOY CON VOSOTROS.
Cuando buscamos tu presencia.
YO ESTOY CON VOSOTROS.
Cuando olvidamos todo y de ti nos olvidamos.
YO ESTOY CON VOSOTROS.
Cuando estás y nuestras manos no te alcanzan.
YO ESTOY CON VOSOTROS.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.
Oración
Señor Jesús, en este día en que recordamos la cruz de tu Pasión,
Tú, Señor, entregaste tu vida por nuestra salvación, y nos has señalado un sendero por recorrer: solo quien entrega, podrá recibir.
Ayúdame a acoger el inmenso don de tu amor,
y a seguirte en el camino de la cruz, que es paso para la resurrección. Amén
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.
Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo.
Oración de Pascua
Resucitó el Señor.
Tú eres el fuego del amor que incendia nuestros corazones.
SEÑOR, que resuciten mis manos para que sean delicadas y sepan dar.
SEÑOR, que resuciten mis ojos para que sepan ver al necesitado
y para que los demás se sientan felices por mi modo de mirarles.
SEÑOR, que resuciten mis oídos para que sepan oír tu voz
y no queden sordos a las voces que llaman y piden comprensión.
SEÑOR, que resucite mi boca para que dé testimonio de Ti
y consiga despertar sonrisas.
SEÑOR, que resucite mi corazón para que sea templo vivo de tu Espíritu
y sepa dar calor y refugio, que sea generoso en perdonar y comprender
y aprenda a compartir dolor y alegría con un gran amor.
DIOS mío, dispón de mí con todo lo que soy y con todo lo que tengo.
Que mi vida tenga el sabor y el perfume de Jesús Resucitado.
Amén..»
Oración de acción de gracia pascual
“Es justo que aclamemos tu nombre, Padre santo,
y te bendigamos de corazón,
es lo que nos corresponde hacer
en esta fiesta de resurrección y vida.
Aunque todavía vivimos en una penumbra de fe,
te damos gracias porque vislumbramos ya
un amplio horizonte de esperanza.
Hoy celebramos la pascua,
el paso por nuestra historia de Jesús
y cantamos gozosos el aleluya.
Creemos que él sigue viviendo en Ti,
de igual forma que Tú, su Padre y fuente de vida,
viviste siempre en él.
Jesús nos ha descubierto que esta fiesta también puede ser nuestra propia pascua de liberación
si pasamos de nuestros egoísmos
y nos decidimos a vivir plenamente para los hermanos.
Gracias, Padre Dios.
Por todo ello te bendecimos
y cantamos en tu honor este himno de alegría.”
Que vaya delante de nosotros para iluminar el camino.
Que camine a nuestro lado para ser siempre nuestro amigo.
Que vaya detrás de nosotros para protegernos de cualquier daño.
Que sus brazos cariñosos estén debajo de nosotros para sostenernos
cuando el camino sea duro y estemos cansados.
Que esté con nosotros para cuidar a todos los que amamos.
Que viva en nuestro corazón para darnos su alegría y su paz.
Padre bueno:
Danos un corazón de POBRE; capaz de amar, para abrirse y entregarse.
Danos un corazón PACIENTE; capaz de amar, viviendo esperanzados.
Danos un corazón PACIFICO; capaz de amar, sembrando la paz en el mundo.
Danos un corazón JUSTO; capaz de amar la justicia.
Danos un corazón MISERICORDIOSO; capaz de amar, comprendiendo y perdonando.
Danos un corazón SENSIBLE; capaz de amar, llorando sin desalientos.
Danos un corazón PURO; capaz de amar, descubriendo a Dios en el ser humano.
Danos un corazón FUERTE; capaz de amar, siendo fiel hasta la muerte.
Danos tu corazón.
Que la fuerza de tu Resurrección me alcance, impulse mi Fe, mi permanencia en Ti, y aliente mi compromiso por servirte, viviendo al servicio de mi prójimo, de mis hermanos y hermanas, de los más frágiles y vulnerables… y pasar como tú, haciendo el bien. Tu Amor será mi fuerza para dar testimonio de ti, con mi estilo de ser, obrar y vivir. Así podré mostrar que tu resurrección me ha alcanzado y transformado… Y podré decir como Pedro: “¡Alabado sea Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo! Por su gran misericordia, nos ha hecho nacer de nuevo mediante la resurrección de Jesucristo, para que tengamos una esperanza viva.” 1Pe 1,3

DE MARZO
36 día de Cuaresma
ORACIÓN
Enséñame a vivir
con mis luces y sombras,
mis momentos dulces y coléricos,
mis risas y mis lágrimas,
mi pasado y mi presente.
Concédeme acoger como tú acoges,
amar como tú amas.
Apártame de la Perfección a la que aspiro,
ábreme a la Santidad que tú me das.
Líbrame de los remordimientos de Judas,
entrando en sí mismo para no volver a salir,
espantado y desesperado por su pecado.
Concédeme el arrepentimiento de Pedro,
reencontrándose en el silencio de su mirada,
llena de ternura y piedad.
Y si tengo que llorar,
que no sea sobre mí mism@
sino sobre tu amor ofendido.
Dame el coraje de salir de mí mism@,
Dime que todo es posible para el que cree.
Dime que todavía puedo curarme
en la luz de tu mirada y tu palabra.
¿Seré yo, Maestro, quien afirme o quien niegue? ¿Seré quien te venda por treinta monedas o seguiré a tu lado con las manos vacías? ¿Pasaré alegremente del «hossannah» al «crucifícalo», o mi voz cantará tu evangelio? ¿Seré de los que tiran la piedra o de los que tocan la herida? ¿Seré levita, indiferente al herido del camino, o samaritano conmovido por su dolor? ¿Seré espectador o testigo? ¿Me lavaré las manos para no implicarme, o me las ensuciaré en el contacto con el mundo? ¿Seré quien se rasga las vestiduras y señala culpables, o un buscador humilde de la verdad?
Hijo mío, que estás en la tierra,
haz que tu vida sea
el mejor reflejo de mi nombre.
Adéntrate en mi reino
en cada paso que des,
en cada decisión que tomes,
en cada caricia y cada gesto.
Constrúyelo tú por mí, y conmigo.
Esa es mi voluntad
en la tierra y en el cielo.
Toma el pan de cada día,
consciente de que es un privilegio
y un milagro.
Perdono tus errores,
tus caídas, tus abandonos,
pero haz tú lo mismo
con la fragilidad de tus hermanos.
Lucha para seguir
el camino correcto en la vida,
que yo estaré a tu lado
y no tengas miedo
que el mal no ha de tener en tu vida
la última palabra. AMÉN
dame paz, ven conmigo!
Concédeme la simplicidad y la alegría
de cosechar el fruto de las semillas que
planté en las horas de silencio y estudio.
Que el examen sea la ofrenda del esfuerzo
de estudiar cada día en medio de
mis alegrías, soledades y preocupaciones.
¡Que no haya orgullo cuando sepa mucho
ni miedo a recordar lo que aprendí!
No te pido milagros, solo la lucidez
que dinamice y de fuerzas a mi corazón.
Quédate Señor a mi lado, tú que
más de una vez fuiste puesto a prueba.
¡Concede que quienes han de examinarme,
sean razonables y justos con todos los que
vamos a examinarnos, que tengan paciencia y paz!
¡Señor, mi Dios, escúchame y ayúdame!
¡San Francisco, intercede por mi!
¡Ven espíritu Santo, ilumíname
y líbrame de todo miedo! Amen.
Gloria al Padre…
dame paz, ven conmigo!
Concédeme la simplicidad y la alegría
de cosechar el fruto de las semillas que
planté en las horas de silencio y estudio.
Que el examen sea la ofrenda del esfuerzo
de estudiar cada día en medio de
mis alegrías, soledades y preocupaciones.
¡Que no haya orgullo cuando sepa mucho
ni miedo a recordar lo que aprendí!
No te pido milagros, solo la lucidez
que dinamice y de fuerzas a mi corazón.
Quédate Señor a mi lado, tú que
más de una vez fuiste puesto a prueba.
¡Concede que quienes han de examinarme,
sean razonables y justos con todos los que
vamos a examinarnos, que tengan paciencia y paz!
¡Señor, mi Dios, escúchame y ayúdame!
¡San Francisco, intercede por mi!
¡Ven espíritu Santo, ilumíname
y líbrame de todo miedo! Amen.
Gloria al Padre…
dame paz, ven conmigo!
Concédeme la simplicidad y la alegría
de cosechar el fruto de las semillas que
planté en las horas de silencio y estudio.
Que el examen sea la ofrenda del esfuerzo
de estudiar cada día en medio de
mis alegrías, soledades y preocupaciones.
¡Que no haya orgullo cuando sepa mucho
ni miedo a recordar lo que aprendí!
No te pido milagros, solo la lucidez
que dinamice y de fuerzas a mi corazón.
Quédate Señor a mi lado, tú que
más de una vez fuiste puesto a prueba.
¡Concede que quienes han de examinarme,
sean razonables y justos con todos los que
vamos a examinarnos, que tengan paciencia y paz!
¡Señor, mi Dios, escúchame y ayúdame!
¡San Francisco, intercede por mi!
¡Ven espíritu Santo, ilumíname
y líbrame de todo miedo! Amen.
Gloria al Padre…
Cuando Jesús tiene este cambio frente a los apóstoles, se quedan tan completos al tener esa experiencia de felicidad que Pedro propone al Señor hacer tres tiendas de campaña para quedarse ahí siempre junto a El, “Maestro, bueno es para nosotros que estemos aquí» sin embargo esto no puede hacer así ya que Jesús les ha llevado ahí para prepararlos y para indicarles que es necesario alejarse del ruido, de la actividad en que cada hombre vive sumergido para conectarse a Dios y escucharlo. En ese monte, ellos escuchan también una voz desde el cielo que les dice “Escuchadle”. ¿Cómo podremos escuchar cuando no nos alejamos, cuando no bajamos el volumen de lo que pasa en nuestra vida para escuchar lo que Dios quiere de mí? Este acto de hacer silencio representa entrar en la oración para luego bajar al mundo “a volver hacia abajo, a la llanura, donde nos encontramos con muchos hermanos abrumados por fatigas, injusticias, pobreza material y espiritual. A estos hermanos nuestros que están en dificultad, estamos llamados a brindarles los frutos de la experiencia que hemos vivido con Dios, compartiendo con ellos los tesoros de la gracia recibida” ha dicho el Papa Francisco. «La cuaresma es una invitación, la gran invitación que la Iglesia y que Dios nos hacen para entrar y quedarnos durante cuarenta días en nuestra habitación interior. Para meditar la vida, nuestra vida: su calidad, su entrega, su limpieza, su sentido, su temperatura. Son cuarenta días en los podemos acompañar a Jesús, desayunar, comer, cenar y retirarnos de la vida con El con el objeto de comprender la vida, el sentido de ser cristiano y así dar la respuesta que se quiera dar como seguidor de la cruz.
¡Señor, antes de hacer el examen
dame paz, ven conmigo!
Concédeme la simplicidad y la alegría
de cosechar el fruto de las semillas que
planté en las horas de silencio y estudio.
Que el examen sea la ofrenda del esfuerzo
de estudiar cada día en medio de
mis alegrías, soledades y preocupaciones.
¡Que no haya orgullo cuando sepa mucho
ni miedo a recordar lo que aprendí!
No te pido milagros, solo la lucidez
que dinamice y de fuerzas a mi corazón.
Quédate Señor a mi lado, tú que
más de una vez fuiste puesto a prueba.
¡Concede que quienes han de examinarme,
sean razonables y justos con todos los que
vamos a examinarnos, que tengan paciencia y paz!
¡Señor, mi Dios, escúchame y ayúdame!
¡San Francisco, intercede por mi!
¡Ven espíritu Santo, ilumíname
y líbrame de todo miedo! Amen.
Gloria al Padre…
Hay cruces casi «inevitables»... ciertas edades, ciertos climas, ciertos trabajos, ciertos caracteres,
ciertas convivencias, ciertas palabras, ciertos silencios, ciertos momentos, ciertos...
Y uno debe asumirlas.
Señor, sé que no puedo hacer nada
para añadir o quitar un solo segundo a mi vida;
sé que hay borrascas y anticiclones
aunque yo prefiera siempre justo lo contrario;
sé que el carácter de algunas personas a veces me supera;
sé que hay convivencias que no entiendo;
sé que hay palabras que borraría para siempre del diccionario;
sé que hay silencios que duelen
y momentos por los que me gustaría no tener que pasar nunca...
Dame la fuerza necesaria
para hacer de la experiencia de la Cuaresma
una oportunidad para conocerme más a mi mismo y adherirme más a ti;
dame la fuerza necesaria
para abrazar las cruces casi “inevitables”, asumirlas y crecer con ellas.
ORACIÓN ANTES DE HACER UN EXAMEN
¡Señor, antes de hacer el examen
dame paz, ven conmigo!
Concédeme la simplicidad y la alegría
de cosechar el fruto de las semillas que
planté en las horas de silencio y estudio.
Que el examen sea la ofrenda del esfuerzo
de estudiar cada día en medio de
mis alegrías, soledades y preocupaciones.
¡Que no haya orgullo cuando sepa mucho
ni miedo a recordar lo que aprendí!
No te pido milagros, solo la lucidez
que dinamice y de fuerzas a mi corazón.
Quédate Señor a mi lado, tú que
más de una vez fuiste puesto a prueba.
¡Concede que quienes han de examinarme,
sean razonables y justos con todos los que
vamos a examinarnos, que tengan paciencia y paz!
¡Señor, mi Dios, escúchame y ayúdame!
¡San Francisco, intercede por mi!
¡Ven espíritu Santo, ilumíname
y líbrame de todo miedo! Amen.
Gloria al Padre…
DE FEBRERO
6º DÍA DE CUARESMA
DE FEBRERO
7º DÍA DE CUARESMA
1. Enfermedades de pesadez de bolsillo y de espíritu. Las primeras se caracterizan por un deseo de tener cada vez más (más dinero, mayor nómina, más vacaciones, mejor casa, mejor coche,...). Las segundas por un deseo de ser cada vez menos (menos persona, menos ciudadano, menos cristiano,...).
voluntad y solo la mía es la que cuenta.
DE FEBRERO
8º DÍA DE CUARESMA
![]() |
CRECER |
Aprovechar la Cuaresma para fortalecer vuestra conexión con lo divino y para descubrir la alegría en el servicio a los demás. Encontrareis que, al final del camino cuaresmal, sentimos que sanamos y que somos más conscientes del mundo que nos rodea. Que esta Cuaresma sea un viaje significativo, un tiempo para sanar y renovar la belleza de nuestra fe. Que cada oración, cada renuncia y cada compartir sea una oportunidad para crecer.
Comenzamos en la Iglesia el tiempo de Cuaresma, un tiempo que nos prepara para el acontecimiento salvífico de la Pascua de Jesús.
Para nuestra cuaresma que comienza:
- Tiempo de conversión y sanación. Lo importante es el corazón. Si en este tiempo no llegamos a él, no hemos hecho nada.
- Tiempo de desierto y silencio. Lo esencial se pone delante, dejemos lo accesorio.
- Tiempo de entrenamiento para la vida. Nos acercamos a los misterios de la muerte y resurrección de Cristo, que como dice nuestro lema de Cuaresma. Él es ÚNICO QUE LO CURA TODO.
El miércoles de ceniza se fija 40 días antes desde el Domingo de Ramos. El Domingo de Ramos es una fiesta móvil, ya que es el inicio de la Semana Santa, que se celebra de acuerdo a la primera luna llena de la primavera. Por lo tanto el miércoles de ceniza no es siempre el mismo día.
para comenzar el camino de cuaresma al que tú nos invitas.

El papa Francisco nos dice que “en cada época, la paz es tanto un don de lo alto como el fruto de un compromiso compartido.” Agradecemos vuestro trabajo diario, constante, comprometido y anónimo en favor de la paz y la no violencia. Seguro que, entre todos, continuaremos abriendo caminos de diálogo y compromiso donde pactemos por un mundo más justo y fraterno.
Es de justicia, educar a los alumnos en valores para que sean más justos y solidarios. No olvidemos que nos encontramos en un momento difícil, a nivel social, nacional e internacional de conflictos y pérdida de valores. Alumnos que se sienten desmotivados; alumnos que hacen daño a sus compañeros sin ninguna justificación. Todos somos diferentes y aprendemos a ritmos distintos, pero todos debemos entender lo que conlleva la palabra “Educación”. Cuando nuestros alumnos vayan adquiriendo hábitos saludables al hacer actividades preparadas para tal fin, irán entendiendo la difícil tarea de “Educar en valores”. No olvidemos que estamos preparando a personas democráticas con las herramientas necesarias en el aula, pero sabiendo que nos enfrentamos a muchas contrariedades en la calle y en los lugares donde vivimos, maltrato, vandalismo, agresiones físicas, acosos, xenofobia, racismo, que tendremos que ir resolviendo para que nuestro mundo cada vez sea más justo y tolerante.
CREDO DE LA PAZ
Creo en la paz de las personas nuevas.
En la paz, grabada en el corazón.
En la paz en la paz sin tiempo.
Creo en la paz que destruye las armas.
En la paz de bombas de risa.
En la paz de la verdad.
Creo en la paz del ser frente al tener.
En la paz sin barrotes.
Creo en la paz de los que se abrazan y besan.
En la paz de los que perdonan y olvidan.
En la paz con letras mayúsculas.
Creo en la paz de campos de girasoles.
En la paz de ríos limpios.
En la paz que no se compra en los mercados.
Creo en la paz de la justicia.
En la paz de la solidaridad.
En la paz de la misericordia.
Creo en la paz del Creador de la Paz. AMÉN
Como el Maestro. ¿Por qué acudían tantas personas, y no siempre las más recomendables, a Jesús en el Evangelio? ¿Por qué se sentían aplastadas por la personalidad o perfección de Jesús? ¡Todo lo contrario! Porque cuando se acercaban a Él, «manso y humilde de corazón», se sentían tan respetadas, que se llenaban de vida y se volvían capaces de llevar una vida y de ofrecer una paz y un
perdón que antes les eran imposibles. ¡Ese fue el secreto de Jesús, el Dios que se hace humilde para que podamos seguir sus huellas!
Nos dice San Francisco: «La paz que proclamáis con la boca, debéis tenerla en vuestros corazones, de tal suerte que para nadie seáis motivo de ira ni de escándalo, antes bien por vuestra paz y mansedumbre invitéis a todos a la paz y a la benignidad. Para esto hemos sido llamados, para curar a los heridos, vendar las heridas y atraer a los descarriados. Una forma muy bella de terminar esta semana en la que hemos celebrado EL DÍA DE LA NO VIOLENCIA Y LA PAZ, como herederos del carisma franciscano estamos llamados a ver en el otro un hermano, una hermana y contemplar en la creación al mismo Dios, solo desde ahí, seremos constructores de PAZ
A continuación visualizamos este gesto de Francisco con el lobo de Gubbio
Padre nuestro, de todos: ni mío ni tuyo,
sino de todos y para todos por igual: paz.
Que estas en el cielo y en la tierra, allí donde crece la paz,
y, con entrañas de madre, estás en quien hace presente la paz,
y quieres estar en quien todavía vive dominado por el odio o el rencor.
Santificado sea tu nombre
y el nombre de todos aquellos que aman la paz,
que calladamente trabajan por la paz,
que son constructores de paz
haciendo nuestro mundo más santo y habitable.
Venga a nosotros tu Reino
que es un reino de justicia para todos, cuyo fruto es la paz.
Hágase tu voluntad de paz en la tierra a todas las personas de bien
y paz en el corazón a todas las personas de mal.
Danos hoy -y siempre- nuestro pan de cada día,
y fuerza para ganarlo y salud para disfrutarlo
y fe para compartirlo en paz, con paz.
Perdona nuestras ofensas
para que nos sintamos perdonados y aprendamos a perdonar,
y perdonemos nosotros también
contagiando la paz de nuestro corazón a un mundo
cada vez más lleno de amor.
No nos dejes caer en la tentación de imponer nuestra paz
o de desesperar ante el lento crecimiento de la semilla de la paz.
Y líbranos del mal de un corazón sin paz. AMÉN
En este año 2024, debemos intensificar nuestra preparación para el Jubileo ordinario del 2025. El papa Francisco, siguiendo la costumbre de la Iglesia, convoca este año jubilar como un tiempo de gracia y de misericordia para todo el pueblo santo de Dios. La celebración del jubileo se caracteriza por el perdón de los pecados y, en particular, por la indulgencia plenaria, expresión de la misericordia divina, por medio de la Iglesia, depositaria de la gracia en favor de la humanidad. El primer año santo fue celebrado en 1300, promulgado por Honorio III, y era voluntad de este pontífice que se celebrase cada cien años. Pero para que la gracia llegara a varias generaciones a lo largo del tiempo, la cadencia pasó a los cincuenta y después a los veinticinco años, como lo celebramos actualmente. Recordemos que el último jubileo fue en 2000, con grandes recuerdos para quienes lo celebramos.
La fe y la fidelidad a Cristo no se mantienen por mis fuerzas, se sostiene porque el Señor la dirige por medio del Espíritu Santo. Es su fidelidad la que hace posible la mía. Jesús nos acompaña, nos atiende, está muy presente en nuestra vida, nos sana, nos protege, nos renueva, nos da la esperanza, la serenidad, la alegría, nos fortalece, nos perdona, nos ilumina, nos habla en su Palabra y en la oración…
Relato:
«Le preguntaban un día a un hombre con fama de sabio: Tú tienes muchos hijos, ¿Cuál es tu preferido? ¿El hombre respondió? Mi preferido es el más pequeño hasta que se hace grande. El que está lejos hasta que vuelve. El que está enfermo, hasta que se cura. El que está prisionero, hasta que es liberado. El que está sufriendo, hasta que le llega el consuelo» (De un sabio persa).
ORACIÓN
“Oh Santísimo Padre Nuestro: creador, redentor, consolador y salvador nuestro. Que estás en el cielo: en los ángeles y en los santos; iluminándolos para el conocimiento, porque tú Señor eres luz; inflamándolos para el amor, porque tú Señor eres amor; habitando en ellos y colmándolos para la bienaventuranza, porque tú Señor eres sumo bien, eterno bien, del cual viene todo bien, sin el cual no hay ningún bien. Santificado sea tu nombre: clarificada sea en nosotros tu anuncio, para que conozcamos cuál es la amplitud de tus beneficios, la largura de tus promesas, la sublimidad de la majestad y la profundidad de los juicios. Venga a nosotros tu reino: para que Tú reines en nosotros por la gracia y nos hagas llegar a tu Reino, donde la visión de ti es manifiesta, la dilección de ti perfecta, la compañía de ti bienaventurada, la fruición de ti sempiterna. Hágase tu voluntad en la Tierra como en el Cielo: para que te amemos con todo el corazón, pensando siempre en ti; con toda el alma, deseándote siempre a ti; con toda la mente, dirigiendo todas nuestras intenciones a ti, buscando en todo tu honor; y con todas nuestras fuerzas, dando todas nuestras fuerzas y los sentidos del alma y del cuerpo en servicio de tu amor y no en otra cosa; y para que amemos a nuestro prójimo como a nosotros mismos, atrayéndolos a todos a tu amor según nuestras fuerzas, alegrándonos del bien de los otros como del nuestro y compadeciéndolos en sus males y no dando a nadie ocasión alguna de tropiezo. Danos hoy nuestro pan de cada día: tu amado Hijo, nuestro Señor Jesucristo, para memoria e inteligencia y reverencia del amor que tuvo por nosotros, y de lo que por nosotros dijo, hizo y padeció. Perdona nuestras ofensas: por tu misericordia inefable, por la virtud de la pasión de tu amado Hijo y por los méritos e intercesión de la beatísima Virgen y de todos tus elegidos. Así como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden: y lo que no perdonamos plenamente, haz tú Señor, que lo perdonemos absolutamente, para que, por ti, amemos verdaderamente a los enemigos, y ante ti por ellos devotamente intercedamos, no devolviendo a nadie mal por mal, y nos apliquemos a ser provechosos para todos en ti. No nos dejes caer en la tentación: oculta o manifiesta, súbita o importuna, y líbranos del mal: pasado, presente y futuro.” AMÉN
que recibiste los estigmas en La Verna,
el mundo tiene nostalgia de ti
como icono de Jesús crucificado.
Tiene necesidad de tu corazón
abierto a Dios y al hombre,
de tus pies descalzos y heridos,
y de tus manos traspasadas e implorantes.
Tiene nostalgia de tu voz débil,
pero fuerte por el poder del Evangelio.
la urgencia de la paz
en las naciones y entre los pueblos.
Infunde en los jóvenes tu alegría de vida,
concédeles, Francisco,
tu alegría de saber perdonar.
A todos los crucificados por el sufrimiento,
el hambre y la guerra,
ábreles de nuevo las puertas de la esperanza. Amén.
Cruz de Caravaca 2024. El Año Jubilar caravaqueño tiene su base en un hecho religioso, cuya trascendencia se remonta a casi ochocientos años. La presencia de la Santísima y Vera Cruz en estas tierras desde el siglo XIII, y en la que la tradición religiosa y la fe cristiana considera depositada una astilla del «Lignum Crucis» en que murió Jesucristo; guardada por los caballeros Templarios y, tras su desaparición, por la Orden de Santiago.
El 2024 la Iglesia celebra el Año de la Oración, siguiendo la propuesta del Papa Francisco. En el marco de la preparación del Jubileo del 2025, un momento importante para la cristiandad de poder dar gracias a Dios. Nuestra oración en este año será una oración de acción de gracias.
su Amor nos “queme las entrañas”.
El que viene nos descoloque y
su Camino “nos proponga cambios de sentido”.
El que viene nos habite y
su Verdad “nos haga libres”.
El que viene nos interpele y
su Vida “nos sane las heridas”.
El que viene nos ilusione y
su Luz “nos sostenga en la confianza”.
El que viene nos recree y
su Pobreza “nos provoque vértigo”.
El que viene nos cuestione y
su Alegría “nos encuentre buscando la felicidad en él”.
El que viene nos contagie y
su Palabra “nos encienda el corazón”.
El que viene nos espabile y
su Espíritu “nos arranque las viejas formas y costumbres”.
El que viene nos okupe y
su Promesa “nos mantenga con la fuerza de su fidelidad”.
El que viene nos movilice y
su Esperanza “nos haga soñar y profetizar”.
El que viene nos aliente y
su Encarnación “nos impulse a optar por los más débiles”.
El que viene nos irradie y
su Pasión por la Humanidad “nos proyecte a Anunciar la utopía de la Cruz”. AMÉN
Símbolo: el niño Jesús

“Y al final, todo lo demás resultará insignificante y carente de importancia,excepto esto: Padre, Hijo y Amor”. – San (Papa) Juan Pablo II
DE DICIEMBRE
“Pero el ángel les dijo: 'No temáis; porque ved, os doy una buena noticia de gran alegría para todo el pueblo: os ha nacido hoy, en la ciudad de David, un Salvador, que es el Mesías, el Señor. Esto os servirá de señal: encontraréis al niño envuelto en pañales y acostado en un pesebre'” (Lucas 2:10-12).
La tercera vela nos retrotrae a la gozosa anticipación de los pastores que viajaron para ver a Jesús en Belén, incluso antes que los Reyes Magos. En este tercer domingo de Adviento, que la Iglesia llama “Domingo Gaudete”, que significa regocijo o alabanza, encendemos la tercera vela y nos regocijamos como los pastores. Por este motivo, la tercera vela del Adviento se llama “Vela del Pastor”, y su color es el rosa, el color litúrgico de la alegría.
Jesús entró en una sinagoga, y había allí un hombre que tenía una mano paralizada. Los fariseos observaban atentamente a Jesús para ver si lo sanaba en sábado, con el fin de acusarlo.Jesús dijo al hombre de la mano paralizada:“Ven y colócate aquí delante”.Y les dijo:“¿Está permitido en sábado hacer el bien o el mal, salvar una vida o perderla?”Pero ellos callaron. Entonces, dirigiendo sobre ellos una mirada llena de indignación y apenado por la dureza de sus corazones, dijo al hombre:“Extiende tu mano”.Él la extendió y su mano quedó sana.
Pero hoy Jesús viene a nosotros a traernos la alegría desde un humilde pesebre, lleno de pajas y animales. En el pesebre está el pequeño Jesús: Dios es imprevisible, fuera de nuestros esquemas y así se presenta, en un niño, para ser acogido en nuestros brazos.
La segunda vela de la corona de Adviento representa la Paz. Como la primera vela, también es violeta. A menudo llamada el “velo de Belén”, el segundo cirio de Adviento nos recuerda el viaje de María y José de Nazaret a Belén antes de que María diera a luz a Jesús. Basándose en el significado de la Vela de la Profecía, esta segunda vela recuerda que después de toda la división, destrucción y dispersión del reino en el Antiguo Testamento, finalmente podría haber paz en la Tierra: Jesús viene, y también su Reino de Paz. Como leemos en la cita del Papa Francisco, esta luz de paz brilló desde Belén para todo el mundo.
- AYUDA ECONÓMICA ASILO DE LAS HERMANITAS DE LOS POBRES
- ALIMENTOS: CÁRITAS
santificado sea tu Nombre;
venga a nosotros tu Reino;
hágase tu voluntad
en la tierra como en el cielo.
Danos hoy
nuestro pan de cada día;
perdona nuestras ofensas,
como también nosotros perdonamos
a los que nos ofenden;
no nos dejes caer en la tentación,
y líbranos del mal. Amén.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.
GLOBALES: 1º 2º ESO - 1º Y 2º BACH
https://laudato.blogspot.com/p/oracion-antes-de-hacer-un-examen.html
3º Y 4º ESO:
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.
- Está dispuesta a ayudar a quien lo necesita, sin interés personal alguno
- Con una actitud amable, compasiva y generosa hacia las personas y animales.
- Defiende los derechos humanos.
- Son personas agradecidas ante cualquier circunstancia.
- Siente un gran respeto por las personas y se preocupan por su bienestar.
- Acepta a las demás personas sin prejuicios.
Evangelio del DOMINGO,
EL PROGRAMA DE LA FELICIDAD
Dichosos los que tienen un corazón de pobre,
abierto a Dios y a los otros; Dios está con ellos.
Dichosos los que saben llorar y compartir
el sufrimiento de los hermanos, también serán consolados.
Dichosos los humildes y sencillos,
que no se ponen encima de los otros; todo el mundo los amará.
Dichosos los que tienen hambre y sed de ser justos
y buenos; un día serán saciados.
Dichosos los que tienen un corazón transparente;
descubrirán y vivirán el amor de Dios.
Dichosos los que hacen la Paz;
Dios los reconocerá como hijos suyos.
Dichosos los que están dispuestos a sufrir por ser fieles a Dios;
Dios está con ellos y les recompensará.
Oración.
Hoy, Señor, al comenzar este nuevo día
te ofrezco todo lo que soy y lo que tengo.
Te ofrezco las pequeñas cosas que suelo hacer cada día:
el esfuerzo que supone levantarse,
la rutina de vestirse, desayunar e ir al colegio, la monotonía de las clases
y la satisfacción de estar con mis amigos.
Te presento el tiempo de estudio y el descanso, la relación con mis padres
y el sacrificio de colaborar en las cosas de casa.
Gracias, Señor, porque todo, aún lo más ordinario y cotidiano,
es una oportunidad que me das para vivir intensamente,
poniendo amor en todo lo que hago.
Que al final del día, sienta la cercanía de tu presencia
y la satisfacción de saber que en este día he hecho lo que a ti te agrada. AMÉN
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.
A Ti, que eres Dios de la Vida
ORACIÓN
AL comenzar este nuevo dia, Señor,
nuestros corazones se levantan hacia Ti
en busca de tu mirada.
Escúchanos, Señor.
Da respuesta a nuestras preguntas,
y ayúdanos en nuestras inquietudes,
Tú que eres nuestro Dios
en quien nosotros confiamos.
En este nuevo día, ponemos en tus manos
nuestros miedos e ilusiones.
En tus ojos, ponemos la pureza y sinceridad
de nuestra búsqueda.
Guíanos, Señor, Tú que eres bueno
y que tu Espíritu Santo
nos ayude en cada paso.
Que nuestra boca sea hoy
la expresión de nuestro interior;
que nuestras palabras
arranquen de lo profundo,
y sean verdaderas.
Señor, danos un corazón limpio
para que podamos ver.
A Ti abrimos los proyectos y planes
de nuestra clase: Acompáñanos.
A Ti ofrecemos lo que somos
y lo que tenemos: Acógelo.
A Ti, que eres Dios de la Vida,
te pedimos fuerza: Anímanos.
Que nuestros corazones
se alegren y regocijen hoy
porque todo lo esperamos de Ti.
Bendice, Señor, este nuevo día
y guíalo por el camino justo. Amén
Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.
ORACIÓN
Gracias, Señor, por tu amistad,
Gracias, Señor, por el amor de amigo
que nos ofreces.
Gracias, Señor, porque eres siempre fiel.
Quiero ser capaz de entender tu amistad;
quiero entender por qué fuiste capaz
de hacerte hombre
para ser amigo del hombre;
quiero entender tu paciencia
en esperar un nuevo sí de cada hombre.
Quiero vivir las exigencias de la amistad:
comprender... antes que ser comprendido;
deseo de ayudar... antes que ser ayudado;
deseo de servir... antes que ser servido;
deseo de dar... antes que recibir.
En el momento de la dificultad,
no permitas que me aleje de ti.
En mis horas de debilidad, sé tú más amigo.
En los momentos de desaliento, llámame.
Cuenta, Señor, con mis brazos
dispuestos para construir una ciudad eterna. AMÉN
Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.
JUNTOS HACEMOS TIERRA
Nunca digas
no sé, no valgo, no puedo
no tengo fuerzas, no entiendo,
esas cosas son para los que saben...
Para hacer pueblo y tierra
todos valemos, sabemos y podemos.
Si tienes cinco, pon cinco
si tienes dos, pon dos
si tienes uno, pon uno
si eres ciego, sostén al que es cojo
si eres cojo, sostén al que es ciego
si eres cojo y ciego, aún puedes cantar
y no es poco en tiempos de desencanto
Se valiente y humilde
para descubrir y reconocer tu don
acéptalo y acéptate a ti mismo con él.
si Dios te dio corazón
que tu corazón no falte en la hora de la fraternidad.
si Dios te dio alegría
que tu alegría no falta en la fiesta de los pobres.
si Dios te hizo reflexivo
que tu reflexión no falte
a la hora de medir los pasos
para conseguir un mañana mejor.
¡¡Anímate!!! Juntos hacemos tierra!!
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.
Evangelio según san Mateo 25, 1-13
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos esta parábola:
«Se parecerá el reino de los cielos a diez vírgenes que tomaron sus lámparas y salieron al encuentro del esposo.
Cinco de ellas eran necias y cinco eran prudentes.
Las necias, al tomar las lámparas, no se proveyeron de aceite; en cambio, las prudentes se llevaron alcuzas de aceite con las lámparas.
El esposo tardaba, les entró sueño a todas y se durmieron.
A medianoche se oyó una voz: “¡Qué llega el esposo, salid a su encuentro!”.
Entonces se despertaron todas aquellas vírgenes y se pusieron a preparar sus lámparas.
Y las necias dijeron a las prudentes: “Dadnos de vuestro aceite, que se nos apagan las lámparas”.
Pero las prudentes contestaron: “Por si acaso no hay bastante para vosotras y nosotras, mejor es que vayáis a la tienda y os lo compréis”.
Mientras iban a comprarlo, llegó el esposo, y las que estaban preparadas entraron con él al banquete de bodas, y se cerró la puerta.
Más tarde llegaron también las otras vírgenes, diciendo: “Señor, señor, ábrenos”.
Pero él respondió: “En verdad os digo que no os conozco”.
Por tanto, velad, porque no sabéis el día ni la hora».
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.
El Espíritu de Asís
en tiempo de paz armada
Jesús, amigo y hermano,
haz de nosotros instrumentos de tu paz,
donde hay odio, pongamos amor,
donde hay ofensa, pongamos perdón,
donde hay error, pongamos verdad,
donde hay desesperación,
pongamos esperanza,
donde hay tinieblas, pongamos tu luz,
donde hay tristeza, pongamos alegría,
donde hay egoísmo, pongamos generosidad.
Que no busquemos tanto
ser consolados como consolar,
ser comprendidos como comprender,
ser amados como amar,
ser ayudados como ayudar.
Porque dando se recibe,
olvidando se encuentra,
perdonando se es perdonado,
muriendo se resucita a la vida eterna. AMÉN
COMO ERA EN EL PRINCIPIO, AHORA Y SIEMPRE,
POR LOS SIGLOS DE LOS SIGLOS. AMÉN
MARTES 24
“PAZ Y BIEN”
Jesús, amigo y hermano,
haz de nosotros instrumentos de tu paz,
donde hay odio, pongamos amor,
donde hay ofensa, pongamos perdón,
donde hay error, pongamos verdad,
donde hay desesperación,
pongamos esperanza,
donde hay tinieblas, pongamos tu luz,
donde hay tristeza, pongamos alegría,
donde hay egoísmo, pongamos generosidad.
Que no busquemos tanto
ser consolados como consolar,
ser comprendidos como comprender,
ser amados como amar,
ser ayudados como ayudar.
Porque dando se recibe,
olvidando se encuentra,
perdonando se es perdonado,
muriendo se resucita a la vida eterna. AMÉN
COMO ERA EN EL PRINCIPIO, AHORA Y SIEMPRE,
POR LOS SIGLOS DE LOS SIGLOS. AMÉN
MIÉRCOLES 25
Francisco, el desarmado
Jesús, amigo y hermano,
haz de nosotros instrumentos de tu paz,
donde hay odio, pongamos amor,
donde hay ofensa, pongamos perdón,
donde hay error, pongamos verdad,
donde hay desesperación,
pongamos esperanza,
donde hay tinieblas, pongamos tu luz,
donde hay tristeza, pongamos alegría,
donde hay egoísmo, pongamos generosidad.
Que no busquemos tanto
ser consolados como consolar,
ser comprendidos como comprender,
ser amados como amar,
ser ayudados como ayudar.
Porque dando se recibe,
olvidando se encuentra,
perdonando se es perdonado,
muriendo se resucita a la vida eterna. AMÉN
COMO ERA EN EL PRINCIPIO, AHORA Y SIEMPRE,
POR LOS SIGLOS DE LOS SIGLOS. AMÉN
JUEVES 26
La paz desarmada
Jesús, amigo y hermano,
haz de nosotros instrumentos de tu paz,
donde hay odio, pongamos amor,
donde hay ofensa, pongamos perdón,
donde hay error, pongamos verdad,
donde hay desesperación,
pongamos esperanza,
donde hay tinieblas, pongamos tu luz,
donde hay tristeza, pongamos alegría,
donde hay egoísmo, pongamos generosidad.
Que no busquemos tanto
ser consolados como consolar,
ser comprendidos como comprender,
ser amados como amar,
ser ayudados como ayudar.
Porque dando se recibe,
olvidando se encuentra,
perdonando se es perdonado,
muriendo se resucita a la vida eterna. AMÉN
COMO ERA EN EL PRINCIPIO, AHORA Y SIEMPRE,
POR LOS SIGLOS DE LOS SIGLOS. AMÉN
VIERNES 27
Nos preparamos para el domingo.
XXX Domingo del tiempo ordinario (Ciclo A)
Evangelio según san Mateo 22, 34-40
En aquel tiempo, los fariseos, al oír que Jesús había hecho callar a los saduceos, se reunieron en un lugar y uno de ellos, un doctor de la ley, le preguntó para ponerlo a
prueba: «Maestro, ¿cuál es el mandamiento principal de la ley?».
Él le dijo: «“Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu mente”.
Este mandamiento es el principal y primero. El segundo es semejante a él:
“Amarás a tu prójimo como a ti mismo”.
En estos dos mandamientos se sostienen toda la Ley y los Profetas».
REFLEXIÓN
¿No nos sentimos a veces envueltos en una multitud de preceptos y normas, tradiciones y costumbres que debemos cumplir? ¿Nos hemos preguntado alguna vez, en síntesis, qué es lo más importante en la vida cristiana?
Estamos viviendo tiempos complejos y difíciles en un mundo convulsionado por violencias e injusticias, pero a la vez, estamos presenciando un kairós en la Iglesia Católica: el proceso sinodal. De nuevo, necesitamos preguntarnos: ¿Qué es lo más importante para un discípulo-misionero de Jesucristo?
Se ha escrito que el espíritu de Asís se inscribe en algunas actitudes típicamente franciscanas: humildad, fraternidad, intercesión por la paz, comunión, confianza para salir al encuentro del otro y establecer con él un diálogo. Y la convicción de estar todos bajo la mirada clemente y misericordiosa del único Absoluto, que precisamente por serlo nos supera a todos. Con esperanza de una paz posible rezamos:
Jesús, amigo y hermano,
haz de nosotros instrumentos de tu paz,
donde hay odio, pongamos amor,
donde hay ofensa, pongamos perdón,
donde hay error, pongamos verdad,
donde hay desesperación,
pongamos esperanza,
donde hay tinieblas, pongamos tu luz,
donde hay tristeza, pongamos alegría,
donde hay egoísmo, pongamos generosidad.
Que no busquemos tanto
ser consolados como consolar,
ser comprendidos como comprender,
ser amados como amar,
ser ayudados como ayudar.
Porque dando se recibe,
olvidando se encuentra,
perdonando se es perdonado,
muriendo se resucita a la vida eterna. AMÉN
COMO ERA EN EL PRINCIPIO, AHORA Y SIEMPRE,
POR LOS SIGLOS DE LOS SIGLOS. AMÉN
DOMINGO MUNDIAL
Señor, en este mundo de corazones apagados,
ojos que se cierran y pies que se arrastran,
¡enciende, abre, mueve nuestra vida!
Prende una vez más tu llama en nuestro corazón,
lava y despega nuestros ojos,
haz que el mundo se quede pequeño bajo nuestros pies.
Vuelve a salir a nuestro encuentro,
para que, contigo y por tu amor,
seamos misión que encienda, abra,
mueva la vida de los demás,
como tú haces con la nuestra. Amén.
GLORIA AL PADRE Y AL HIJO Y AL ESPÍRITU SANTO.
COMO ERA EN EL PRINCIPIO, AHORA Y SIEMPRE,
POR LOS SIGLOS DE LOS SIGLOS. AMÉN.
MARTES 17
“Corazones ardientes,
Señor, en este mundo de corazones apagados,
ojos que se cierran y pies que se arrastran,
¡enciende, abre, mueve nuestra vida!
Prende una vez más tu llama en nuestro corazón,
lava y despega nuestros ojos,
haz que el mundo se quede pequeño bajo nuestros pies.
Vuelve a salir a nuestro encuentro,
para que, contigo y por tu amor,
seamos misión que encienda, abra,
mueva la vida de los demás,
como tú haces con la nuestra. Amén.
GLORIA AL PADRE Y AL HIJO Y AL ESPÍRITU SANTO.
COMO ERA EN EL PRINCIPIO, AHORA Y SIEMPRE,
POR LOS SIGLOS DE LOS SIGLOS. AMÉN.
MIÉRCOLES
Señor, en este mundo de corazones apagados,
ojos que se cierran y pies que se arrastran,
¡enciende, abre, mueve nuestra vida!
Prende una vez más tu llama en nuestro corazón,
lava y despega nuestros ojos,
haz que el mundo se quede pequeño bajo nuestros pies.
Vuelve a salir a nuestro encuentro,
para que, contigo y por tu amor,
seamos misión que encienda, abra,
mueva la vida de los demás,
como tú haces con la nuestra. Amén.
GLORIA AL PADRE Y AL HIJO Y AL ESPÍRITU SANTO.
COMO ERA EN EL PRINCIPIO, AHORA Y SIEMPRE,
POR LOS SIGLOS DE LOS SIGLOS. AMÉN.
JUEVES 19
¿Por qué es importante donar dinero?
Señor, en este mundo de corazones apagados,
ojos que se cierran y pies que se arrastran,
¡enciende, abre, mueve nuestra vida!
Prende una vez más tu llama en nuestro corazón,
lava y despega nuestros ojos,
haz que el mundo se quede pequeño bajo nuestros pies.
Vuelve a salir a nuestro encuentro,
para que, contigo y por tu amor,
seamos misión que encienda, abra,
mueva la vida de los demás,
como tú haces con la nuestra. Amén.
GLORIA AL PADRE Y AL HIJO Y AL ESPÍRITU SANTO.
COMO ERA EN EL PRINCIPIO, AHORA Y SIEMPRE,
POR LOS SIGLOS DE LOS SIGLOS. AMÉN.
VIERNES 20
Evangelio del DOMINGO 29 DEL TIEMPO ORDINARIO
Evangelio según san Mateo 22, 15-21
Señor, en este mundo de corazones apagados,
ojos que se cierran y pies que se arrastran,
¡enciende, abre, mueve nuestra vida!
Prende una vez más tu llama en nuestro corazón,
lava y despega nuestros ojos,
haz que el mundo se quede pequeño bajo nuestros pies.
Vuelve a salir a nuestro encuentro,
para que, contigo y por tu amor,
seamos misión que encienda, abra,
mueva la vida de los demás,
como tú haces con la nuestra. Amén.
GLORIA AL PADRE Y AL HIJO Y AL ESPÍRITU SANTO.
COMO ERA EN EL PRINCIPIO, AHORA Y SIEMPRE,
POR LOS SIGLOS DE LOS SIGLOS. AMÉN.
“PEDIMOS LA PAZ, PARA UN MUNDO EN GUERRA”
Jesús, amigo y hermano,
haz de nosotros instrumentos de tu paz,
donde hay odio, pongamos amor,
donde hay ofensa, pongamos perdón,
donde hay error, pongamos verdad,
donde hay desesperación,
pongamos esperanza,
donde hay tinieblas, pongamos tu luz,
donde hay tristeza, pongamos alegría,
donde hay egoísmo, pongamos generosidad.
Que no busquemos tanto
ser consolados como consolar,
ser comprendidos como comprender,
ser amados como amar,
ser ayudados como ayudar.
Porque dando se recibe,
olvidando se encuentra,
perdonando se es perdonado,
muriendo se resucita a la vida eterna. AMÉN
GLORIA AL PADRE, Y AL HIJO, Y AL ESPÍRITU SANTO.
COMO ERA EN EL PRINCIPIO, AHORA Y SIEMPRE,
POR LOS SIGLOS DE LOS SIGLOS. AMÉN
MARTES 10
“PEDIMOS LA PAZ, PARA UN MUNDO EN GUERRA”
Jesús, amigo y hermano,
haz de nosotros instrumentos de tu paz,
donde hay odio, pongamos amor,
donde hay ofensa, pongamos perdón,
donde hay error, pongamos verdad,
donde hay desesperación,
pongamos esperanza,
donde hay tinieblas, pongamos tu luz,
donde hay tristeza, pongamos alegría,
donde hay egoísmo, pongamos generosidad.
Que no busquemos tanto
ser consolados como consolar,
ser comprendidos como comprender,
ser amados como amar,
ser ayudados como ayudar.
Porque dando se recibe,
olvidando se encuentra,
perdonando se es perdonado,
muriendo se resucita a la vida eterna. AMÉN
GLORIA AL PADRE, Y AL HIJO, Y AL ESPÍRITU SANTO.
COMO ERA EN EL PRINCIPIO, AHORA Y SIEMPRE,
POR LOS SIGLOS DE LOS SIGLOS. AMÉN
MIÉRCOLES 11
“PEDIMOS LA PAZ, PARA UN MUNDO EN GUERRA”
Jesús, amigo y hermano,
haz de nosotros instrumentos de tu paz,
donde hay odio, pongamos amor,
donde hay ofensa, pongamos perdón,
donde hay error, pongamos verdad,
donde hay desesperación,
pongamos esperanza,
donde hay tinieblas, pongamos tu luz,
donde hay tristeza, pongamos alegría,
donde hay egoísmo, pongamos generosidad.
Que no busquemos tanto
ser consolados como consolar,
ser comprendidos como comprender,
ser amados como amar,
ser ayudados como ayudar.
Porque dando se recibe,
olvidando se encuentra,
perdonando se es perdonado,
muriendo se resucita a la vida eterna. AMÉN
GLORIA AL PADRE, Y AL HIJO, Y AL ESPÍRITU SANTO.
COMO ERA EN EL PRINCIPIO, AHORA Y SIEMPRE,
POR LOS SIGLOS DE LOS SIGLOS. AMÉN
JUEVES 12
Evangelio según san Lucas 11, 27-28
En aquel tiempo, mientras Jesús hablaba a la gente, una mujer de entre el gentío levantando la voz, le dijo:
«Bienaventurado el vientre que te llevó y los pechos que te criaron».
Pero él dijo:
«Mejor, bienaventurados los que escuchan la palabra de Dios y la cumplen».
LUNES 2
Semana de San Francisco de Asís, “el sanador”
LUNES 18
“Recordar, Regresar, Descansar, Reparar y Alegrarse”
Recordar constantemente que «todo está relacionado, y que el auténtico cuidado de nuestra propia vida y de nuestras relaciones con la naturaleza es inseparable de la fraternidad, la justicia y la fidelidad a los demás» (LS, 70).
Regresar y acoger de nuevo el proyecto original y amoroso de Dios para la creación como una herencia común, un banquete para compartir con todos los hermanos y hermanas en un espíritu de convivencia.
Descansar para eliminar de nuestras economías los aspectos no esenciales y nocivos y crear formas fructíferas de comercio, producción y transporte de mercancías.
Reparar la armonía original de la creación y sanar las relaciones humanas perjudicadas.
Alegrarse de que las comunidades de creyentes se estén uniendo para crear un mundo más justo, pacífico y sostenible. Es motivo de especial alegría que el Tiempo de la Creación se esté convirtiendo en una iniciativa verdaderamente ecuménica.
ORACIÓN
Espíritu eterno, creador de la Tierra, portador del dolor, dador de vida, fuente de todo lo que es y todo lo que será, padre y madre de todos nosotros Dios de amor, en quien está el cielo: ¡el eco de tu nombre santificado resuena por el universo! ¡Que los pueblos del mundo sigan el camino de tu justicia! ¡Que todos los seres creados cumplan tu voluntad celestial! Tu comunión de paz y libertad sustenta nuestra esperanza y viene a la Tierra. Con el pan que necesitamos para hoy, aliméntanos. En las heridas que nos absorbemos mutuamente, perdónanos. En tiempos de tentación y de prueba, fortalécenos. De las pruebas demasiado grandes para soportarlas, líbranos. Libéranos de todo mal. Porque tú reinas en la gloria del poder, que es el amor, ahora y siempre. Amén
GLORIA AL PADRE, Y AL HIJO Y AL ESPIRITU SANTO.
COMO ERA EN EL PRINCIPIO, AHORA Y SIEMPRE,
MARTES 19
“Cuidar la fragilidad, Custodiar lo creado”
ORACIÓN
Espíritu eterno, creador de la Tierra, portador del dolor, dador de vida, fuente de todo lo que es y todo lo que será, padre y madre de todos nosotros Dios de amor, en quien está el cielo: ¡el eco de tu nombre santificado resuena por el universo! ¡Que los pueblos del mundo sigan el camino de tu justicia! ¡Que todos los seres creados cumplan tu voluntad celestial! Tu comunión de paz y libertad sustenta nuestra esperanza y viene a la Tierra. Con el pan que necesitamos para hoy, aliméntanos. En las heridas que nos absorbemos mutuamente, perdónanos. En tiempos de tentación y de prueba, fortalécenos. De las pruebas demasiado grandes para soportarlas, líbranos. Libéranos de todo mal. Porque tú reinas en la gloria del poder, que es el amor, ahora y siempre. Amén
GLORIA AL PADRE, Y AL HIJO Y AL ESPIRITU SANTO.
COMO ERA EN EL PRINCIPIO, AHORA Y SIEMPRE,
MIÉRCOLES 20
“Espiritualidad del cuidado”
ORACIÓN
Espíritu eterno, creador de la Tierra, portador del dolor, dador de vida, fuente de todo lo que es y todo lo que será, padre y madre de todos nosotros Dios de amor, en quien está el cielo: ¡el eco de tu nombre santificado resuena por el universo! ¡Que los pueblos del mundo sigan el camino de tu justicia! ¡Que todos los seres creados cumplan tu voluntad celestial! Tu comunión de paz y libertad sustenta nuestra esperanza y viene a la Tierra. Con el pan que necesitamos para hoy, aliméntanos. En las heridas que nos absorbemos mutuamente, perdónanos. En tiempos de tentación y de prueba, fortalécenos. De las pruebas demasiado grandes para soportarlas, líbranos. Libéranos de todo mal. Porque tú reinas en la gloria del poder, que es el amor, ahora y siempre. Amén
GLORIA AL PADRE, Y AL HIJO Y AL ESPIRITU SANTO.
COMO ERA EN EL PRINCIPIO, AHORA Y SIEMPRE,
"Día internacional de la paz"
La Asamblea General de las Naciones Unidas estableció el DÍA INTERNACIONAL DE LA PAZ en 1981. Dos décadas más tarde, en 2001, la Asamblea General decidió por unanimidad designar este día jornada de no violencia y alto el fuego.
La paz es un requisito fundamental para el progreso humano, la justicia social, la prosperidad económica y la estabilidad global en un mundo cada vez más interconectado. La promoción y el mantenimiento de la paz son responsabilidades compartidas que requieren el compromiso de gobiernos, organizaciones internacionales, la sociedad civil y cada individuo.
ORACIÓN
Espíritu eterno, creador de la Tierra, portador del dolor, dador de vida, fuente de todo lo que es y todo lo que será, padre y madre de todos nosotros Dios de amor, en quien está el cielo: ¡el eco de tu nombre santificado resuena por el universo! ¡Que los pueblos del mundo sigan el camino de tu justicia! ¡Que todos los seres creados cumplan tu voluntad celestial! Tu comunión de paz y libertad sustenta nuestra esperanza y viene a la Tierra. Con el pan que necesitamos para hoy, aliméntanos. En las heridas que nos absorbemos mutuamente, perdónanos. En tiempos de tentación y de prueba, fortalécenos. De las pruebas demasiado grandes para soportarlas, líbranos. Libéranos de todo mal. Porque tú reinas en la gloria del poder, que es el amor, ahora y siempre. Amén
GLORIA AL PADRE, Y AL HIJO Y AL ESPIRITU SANTO.
COMO ERA EN EL PRINCIPIO, AHORA Y SIEMPRE,
Lectura del santo evangelio según san Mateo 20, 1-16
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos esta parábola:
«El reino de los cielos se parece a un propietario que al amanecer salió a contratar jornaleros para su viña. Después de ajustarse con ellos en un denario por jornada, los mandó a la viña.
Salió otra vez a media mañana, vio a otros que estaban en la plaza sin trabajo y les dijo: “Id también vosotros a mi viña y os pagaré lo debido».
Ellos fueron.
Salió de nuevo hacia mediodía y a media tarde, e hizo lo mismo.
Salió al caer la tarde y encontró a otros, parados, y les dijo: “Cómo es que estáis aquí el día entero sin trabajar?”.
Le respondieron: “Nadie nos ha contratado”.
Él les dijo: “Id también vosotros a mi viña».
Cuando oscureció, el dueño dijo al capataz: “Llama a los jornaleros y págales el jornal, empezando por los últimos y acabando por los primeros”.
Vinieron los del atardecer y recibieron un denario cada uno. Cuando llegaron los primeros, pensaban que recibirían más, pero ellos también recibieron un denario cada uno. Al recibirlo se pusieron a protestar contra el amo: “Estos últimos han trabajado solo una hora y los has tratado igual que a nosotros, que hemos aguantado el peso del día y el bochorno”.
Él replicó a uno de ellos: “Amigo, no te hago ninguna injusticia. ¿No nos ajustamos en un denario? Toma lo tuyo y vete. Quiero darle a este último igual que a ti. ¿Es que no tengo libertad para hacer lo que quiera en mis asuntos? ¿O vas a tener tú envidia porque yo soy bueno?”.
Así, los últimos serán primeros y los primeros, últimos».
REFLEXIÓN
La parábola de los obreros de la viña nos invita a reflexionar una vez más sobre el Reino de los Cielos o Reino de Dios donde muestra que lo esencial de la vida cristiana radica en descubrir la novedad de la llamada que Dios ha realizado y lo sigue haciendo en la vida de cada persona, lo hace en distintos momentos de la vida. Los que hemos acogido la llamada desde la infancia o juventud debemos mirar con generosidad el plan de Dios que consiste integrar a los últimos o aquellos que no cuentan.
El volver a Dios implica disponer el corazón para rastrear la presencia de Dios que está cerca de nosotros, y nos otorga su gracia para que siempre lo hallemos.
El Dios de Jesucristo nos llama a cada uno de nosotros a trabajar en su viña. No importa el tiempo ni las circunstancias en la que hemos recibido, sino que debemos estar agradecidos por trabajar en ella.
ORACIÓN
Espíritu eterno, creador de la Tierra, portador del dolor, dador de vida, fuente de todo lo que es y todo lo que será, padre y madre de todos nosotros Dios de amor, en quien está el cielo: ¡el eco de tu nombre santificado resuena por el universo! ¡Que los pueblos del mundo sigan el camino de tu justicia! ¡Que todos los seres creados cumplan tu voluntad celestial! Tu comunión de paz y libertad sustenta nuestra esperanza y viene a la Tierra. Con el pan que necesitamos para hoy, aliméntanos. En las heridas que nos absorbemos mutuamente, perdónanos. En tiempos de tentación y de prueba, fortalécenos. De las pruebas demasiado grandes para soportarlas, líbranos. Libéranos de todo mal. Porque tú reinas en la gloria del poder, que es el amor, ahora y siempre. Amén
GLORIA AL PADRE, Y AL HIJO Y AL ESPIRITU SANTO.
COMO ERA EN EL PRINCIPIO, AHORA Y SIEMPRE,
MIÉRCOLES 13 DE SEPTIEMBRE
“Un nuevo curso escolar para SANAR HERIDAS”
¡Un nuevo curso escolar! Una nueva oportunidad, para construir, para renovar, para recrear, para aprender, para crecer... para escribir... El nuevo Año y curso es una página en blanco. Cada mañana, al repuntar el sol, inician 24 horas que son una oportunidad para esforzarse en llegar, esforzarse en lograr. Cada una de las 24 horas vamos haciendo camino, creando lazos, construyendo puentes, o lamentablemente en ocasiones construyendo muros, creando barreras.
“Si te amas a ti mismo. Entonces, otros también pueden hacerlo”.
“¡Acepto todas mis peculiaridades, fortalezas y debilidades, y estoy bien tal como estoy!” A menudo piensas: “No soy lo suficientemente bueno. Nunca podré hacerlo. Soy perezoso. Nadie debería notar que me siento así, no puedo sentirme así, tengo que ser diferente”. Amarte y cuidar de ti mismo es el camino hacia una vida más feliz, es el camino para comenzar a SANAR HERIDAS.
Si no te cuidas a ti mismo, te resultará mucho más difícil aprovechar el poder de tu mente para desarrollarte, aprender y lograr más en la vida.
El acto de generosidad más grande que puedes hacer por ti y por los que te rodean es ser feliz. Recuerda que la felicidad no es solo un destino, sino también el camino que todos y todas debemos transitar con la ayuda del poder de confiar en la oportunidad que se te regala en este curso, poniendo tu confianza en tus profesores y profesoras, en ti mismo y en Dios que te acompaña siempre.
Todo un sueño, que, si nos abrimos a experiencias nuevas con una mirada parecida a Francisco y Clara de Asís, capaces de sanar de las heridas de la vida.
ORACIÓN
Aquí estamos Señor, dispuestos a caminar de tu mano durante este año escolar que hoy pones en nuestras manos, para crecer en responsabilidad, en sabiduría, y sobre todo en fraternidad.
Venimos con el corazón dispuesto a vivir como hermanos que siendo diferentes estamos unidos por un mismo ideal. Queremos avanzar a la luz de los Valores que tú mismo has colocado en nuestras manos. Ayúdanos a caminar en búsqueda del conocimiento que nos permita valorarte cada día más.
Que en cada página que investiguemos, podamos descubrir tu grandeza y tu generosidad.
Que en cada rincón de nuestro Colegio sintamos tu presencia que nos invita a la unidad y la fraternidad.
Danos la gracia de respetarnos sin desconocer que las diferencias constituyen nuestra riqueza y nos permiten valorar la individualidad en cada uno de nuestros compañeros.
Señor, que nuestra alegría sea auténtica y sincera y que sepamos vivir en solidaridad cuando algún compañero pase por un momento difícil.
Que podamos ser testimonio de verdad y sinceridad, y que la mentira nunca tenga cabida en nuestras aulas.
Te pedimos que los profesores preparen su temario de cada día con amor y responsabilidad. Ilumina el entendimiento de los estudiantes para que crezcan cada día en la verdadera sabiduría.
Señor te pedimos que guíes y acompañes nuestros pasos cuando vamos de camino; aleja de nosotros cualquier peligro que pueda dañarnos en el cuerpo o en el alma.
Danos la gracia de ser fieles al proyecto de nuestra institución y que cada día de este año escolar sea un espacio de paz y bien, y un escalón para acercarnos a Ti. Bendícenos y protégenos… AMÉN
GLORIA AL PADRE, Y AL HIJO, Y AL ESPÍRITU SANTO…
JUEVES 14 DE SEPTIEMBRE
“Tiempo de la Creación 2023”
El Tiempo de la Creación es la celebración cristiana anual para orar y responder juntos al clamor de la Creación. 2.200 millones de cristianos de todo el mundo somos invitados a orar y a cuidar de la creación. Este año nos uniremos en torno al tema “Que la justicia y la paz fluyan”.
El mundo que los humanos han conocido, disfrutado y celebrado está cambiando rápidamente sin remedio. La biodiversidad se está perdiendo a un ritmo jamás visto desde. La esperanza de mantener el aumento de la temperatura se desvanece. El futuro de los jóvenes está amenazado por los efectos multiplicadores de la pérdida de biodiversidad y el cambio climático. La industrialización, la colonización y la extracción y el consumo de recursos han creado una gran riqueza, desigualmente distribuida. La "Celebración" comienza el 1 de septiembre, Jornada Mundial de Oración por el Cuidado de la Creación, y termina el 4 de octubre, Fiesta de San Francisco de Asís, patrón de la ecología querido por muchas confesiones cristianas.
La urgencia crece y debemos hacer visible la paz con la Tierra y en la Tierra, al mismo tiempo que la justicia nos llama al arrepentimiento y a un cambio de actitud y de acciones. La justicia, aliada con la paz, nos llama a arrepentirnos de nuestros pecados ecológicos y a cambiar nuestras actitudes y acciones. Como familia educativa del Colegio San Buenaventura podemos comprometernos en estas acciones y contribuir a garantizar que se preserve y cuide la red de la vida. A través de la oración de buenos días, la sensibilización práctica y las acciones sostenibles. ¡Que caminemos juntos en comunión como pueblo de Dios para que la justicia y la paz fluyan!
Oración del Tiempo de la Creación
Dios omnipotente, que estás presente en todo el universo y en la más pequeña de tus criaturas, Tú, que rodeas con tu ternura todo lo que existe, derrama en nosotros la fuerza de tu amor para que cuidemos la vida y la belleza. Inúndanos de paz, para que vivamos como hermanos y hermanas sin dañar a nadie. Dios de los pobres, ayúdanos a rescatar a los abandonados y olvidados de esta tierra que tanto valen a tus ojos. Sana nuestras vidas, para que seamos protectores del mundo y no depredadores, para que sembremos hermosura y no contaminación y destrucción. Toca los corazones de los que buscan sólo beneficios a costa de los pobres y de la tierra. Enséñanos a descubrir el valor de cada cosa, a contemplar admirados, a reconocer que estamos profundamente unidos con todas las criaturas en nuestro camino hacia tu luz infinita. Gracias porque estás con nosotros todos los días. Aliéntanos, por favor, en nuestra lucha por la justicia, el amor y la paz. AMÉN
GLORIA AL PADRE, Y AL HIJO, Y AL ESPÍRITU SANTO…
VIERNES 15 DE SEPTIEMBRE
“Evangelio del XXIV Domingo del tiempo ordinario”
Lectura del santo evangelio según san Mateo 18, 21-35
En aquel tiempo, acercándose Pedro a Jesús le preguntó:
«Señor, si mi hermano me ofende, ¿cuántas veces tengo que perdonarlo? ¿Hasta siete veces?».
Jesús le contesta: «No te digo hasta siete veces, sino hasta setenta veces siete. Por esto, se parece el reino de los cielos a un rey que quiso ajustar las cuentas con sus criados. Al empezar a ajustarlas, le presentaron uno que debía diez mil talentos. Como no tenía con qué pagar, el señor mandó que lo vendieran a él con su mujer y sus hijos y todas sus posesiones, y que pagara así. El criado, arrojándose a sus pies, le suplicaba diciendo: “Ten paciencia conmigo y te lo pagaré todo”.
Se compadeció el señor de aquel criado y lo dejó marchar, perdonándole la deuda.
Pero al salir, el criado aquel encontró a uno de sus compañeros que le debía cien denarios y, agarrándolo, lo estrangulaba diciendo:
“Págame lo que me debes”.
El compañero, arrojándose a sus pies, le rogaba diciendo: “Ten paciencia conmigo y te lo pagaré”.
Pero él se negó y fue y lo metió en la cárcel hasta que pagara lo que debía.
Sus compañeros, al ver lo ocurrido, quedaron consternados y fueron a contarle a su señor todo lo sucedido.
Entonces el señor lo llamó y le dijo: “¡Siervo malvado! Toda aquella deuda te la perdoné porque me lo rogaste ¿no debías tener tú también compasión de un compañero, como yo tuve compasión de ti?”.
Y el señor, indignado, lo entregó a los verdugos hasta que pagara toda la deuda.
Lo mismo hará con vosotros mi Padre celestial, si cada cual no perdona de corazón a su hermano».
REFLEXIÓN
En este vigésimo cuarto domingo del Tiempo Ordinario, las lecturas nos invitan a reflexionar sobre el perdón y la reconciliación. A través de estas lecturas, Dios nos llama a ser misericordiosos y a perdonar a nuestros hermanos, siguiendo el ejemplo de Jesús.
El proceso de corrección que Jesús describe es una muestra de su deseo de restaurar la relación rota. No se trata de condenar o juzgar, sino de guiar a nuestro hermano hacia el camino de la rectitud y la reconciliación.
Oración del Tiempo de la Creación
Dios omnipotente, que estás presente en todo el universo y en la más pequeña de tus criaturas, Tú, que rodeas con tu ternura todo lo que existe, derrama en nosotros la fuerza de tu amor para que cuidemos la vida y la belleza. Inúndanos de paz, para que vivamos como hermanos y hermanas sin dañar a nadie. Dios de los pobres, ayúdanos a rescatar a los abandonados y olvidados de esta tierra que tanto valen a tus ojos. Sana nuestras vidas, para que seamos protectores del mundo y no depredadores, para que sembremos hermosura y no contaminación y destrucción. Toca los corazones de los que buscan sólo beneficios a costa de los pobres y de la tierra. Enséñanos a descubrir el valor de cada cosa, a contemplar admirados, a reconocer que estamos profundamente unidos con todas las criaturas en nuestro camino hacia tu luz infinita. Gracias porque estás con nosotros todos los días. Aliéntanos, por favor, en nuestra lucha por la justicia, el amor y la paz. AMÉN
GLORIA AL PADRE, Y AL HIJO, Y AL ESPÍRITU SANTO…
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