Por tantos que no tienen paz, aclamemos a María, la mujer que ha traído al mundo al Príncipe de la paz. A través de las manos de una Madre, la paz de Dios quiere entrar en nuestras casas, en nuestros corazones, en nuestro mundo.
María, hoy venimos con el corazón abierto, para recibir de ti los consejos que necesitamos para vivir con espíritu de convivencia.
Necesitamos convivir mejor en casa, en el colegio, en el patio… Necesitamos una sociedad más humana, entregada, respetuosa…
Queremos que tu ejemplo nos ilumine, y nos acerques a nuestros hermanos con el deseo de aprender algo de ellos.
María, te pedimos por la paz y justicia en el mundo, para que podamos ver nuestros sueños cumplidos de amor entre todos las personas.
Haz de nosotros, niños y niñas comprometidos y solidarios en el mundo y partícipes de una existencia y fraternidad con todos los que habitan la tierra.
Rezamos un AVEMARÍA.