viernes, 25 de diciembre de 2020

NAVIDAD 2020

Uno de los momentos más bonitos en la vida es cuando nace un niño. Un hermanito o hermanita, un primo, un sobrino, un hijo… Los niños son la alegría y esperanza del mundo. Alimentan de esperanza con sólo su presencia. Todos se llenan de alegría, se cambias las caras, se escapan sonrisas cuando vas a ver a ese niño recién nacido, metido en un carrito y arrullado entre sabanitas y mantitas. Nos entra ternura. Lo vemos chiquito y desprotegido. Si llora, nos da pena y rápido avisamos a su mamá o a su papá para que le dé mimos.

Así ocurre con las buenas noticias, con las cosas bonitas de la vida. Nos cambian la mirada porque sí. Sin razones.

Así es la esperanza. Y eso es lo que hace realidad un todos-juntos. Ojalá se nos llene la cara de sonrisas cuando pensemos en un mundo de todos y para todos.

Dios viene al mundo a decirnos que todo es de todos, que no hay rivales, sino hermanos. Que no hay límites más allá del amor. Que disfrutar de la vida es un derecho de todos. Y así forja la Iglesia, con la esperanza de que sea casa de todos y para todos, el lugar donde celebrar, donde acoger y donde encontrar una mano amiga.

Jesús nace para decirnos lo importante que es sentirnos hermanos. Viene como un niño, quiere a los niños, su inocencia y su fe. Y viene a decirnos que esta casa que tenemos, este mundo, es de todos y para todos, y que debemos cuidarlo.

DIOS YA ESTÁ EN CASA. ¡FELIZ NAVIDAD!

jueves, 24 de diciembre de 2020

NOCHEBUENA

REZANDO EN FAMILIA FRENTE AL BELÉN

Lector 1: Querido Padre, Dios del cielo y de la tierra, en esta noche santa te queremos dar gracias por tanto amor. Gracias por nuestra familia y por nuestro hogar. Gracias por las personas que trabajan con nosotros.

Bendícenos en este día tan especial en el que esperamos el nacimiento de tu Hijo. Ayúdanos a preparar nuestros corazones para recibir al Niño Jesús con amor, con alegría y esperanza. Estamos aquí reunidos para adorarlo y darle gracias por venir a nuestro mundo a llenar nuestras vidas.

Hoy al contemplar el pesebre recordamos especialmente a las familias que no tienen techo, alimento y comodidad. Te pedimos por ellas para que la Virgen y San José les ayuden a encontrar un cálido hogar.

Lector 2: Padre bueno, te pedimos que el Niño Jesús nazca también en nuestros corazones para que podamos regalarle a otros el amor que Tu nos muestras día a día. Ayúdanos a reflejar con nuestra vida tu abundante misericordia.

Que junto con tus Ángeles y Arcángeles vivamos siempre alabándote y glorificándote.

(En este momento alguien de la familia pone al Niño Jesús en el pesebre o si ya esta allí se coloca un pequeño cirio o velita delante de El).

Lector 3: Santísima Virgen Maria, gracias por aceptar ser la Madre de Jesús y Madre nuestra, gracias por tu amor y protección. Sabemos que dia a dia intercedes por nosotros y por nuestras intenciones, gracias Madre.

Querido San José, gracias por ser padre y protector del Niño Jesús, te pedimos que ruegues a Dios por nosotros para que seamos una familia unida en el amor y podamos ser ejemplo de paz y reconciliación para los demás.

Amén.

miércoles, 23 de diciembre de 2020

NAVIDAD EN FAMILIA

Señor Jesús, llena nuestros hogares de tu paz, de tu alegría, de tu cariño.

Derrama tu amor para que sepamos dialogar, entendernos, ayudarnos, para que aprendamos a acompañarnos y a sostener nuestras familias en el duro camino de la vida.

Danos pan y trabajo. Enséñanos a cuidar lo que tenemos y a compartirlo con los demás.

Tómanos como instrumento, Jesús, para que llegue a todos tu luz y tu poder, para que te conozcan y te amen cada día más.

Danos la palabra justa en el momento oportuno y enséñanos lo que tenemos que hacer en cada momento.

Te damos gracias, Jesús, por nuestros seres queridos, por los momentos hermosos que pasamos, y por las cosas buenas que tenemos.

María, madre buena, tu presencia también nos hace falta. Que no nos falte tu ternura y tu protección.

Jesús, José y María, preciosa comunidad de Nazaret, ayudadnos a vivir en familia.

Amén.

martes, 22 de diciembre de 2020

REFLEXIÓN: DIOS EN CASA

Hoy terminamos las clases y nos preparamos para disfrutar de las vacaciones y de las fiestas de Navidad. Es el momento para recordar y analizar. ¿Qué hemos hecho de especial en estos días de adviento para preparar la venida de Jesús, para preparar una casa para Jesús?  La casa que debemos preparar es nuestro interior, el corazón. ¿Como tienes tu casa? ¿limpia? ¿ordenada? ¿preparada para recibir a Dios?

lunes, 21 de diciembre de 2020

ORACIÓN: CÓMO VIVIR ESTA NAVIDAD

Falta poco tiempo
para que vuelvas a nacer entre nosotros, Jesús.

Quiero vivir esta Navidad
con el amor de la virgen María,
que te cuidó con cariño
y te llevó en su vientre
durante nueve meses
porque era fiel a lo que Dios le pedía.

Quiero vivir esta Navidad
con la confianza y la fe de José,
que supo estar dispuesto para cumplir
con todo lo que el Señor le mandaba,
y formó con María y contigo
una familia unida y llena de amor.

Quiero vivir esta Navidad
con muchas ganas
de que nazcas en mi corazón
para ser cada día más bueno,
más generoso y más servicial.
Amén.

viernes, 18 de diciembre de 2020

[PRIMARIA] VIERNES DE ADVIENTO: CUARTA SEMANA

María dijo sí y la luz llegó a ella, se hizo persona en el bebé de su vientre. ¡Alégrate tú también, porque Dios cuenta contigo! Sigue preparándote este Adviento para poder escuchar su voz y saber lo que te dice, conocer cuál es tu misión. Y esa vida con Dios es genial, es grande y llena de sorpresas. Llena de Amor. Vamos a leer en el Evangelio la gran noticia que anuncia el ángel Gabriel. ¿Te imaginas a quién?

A los seis meses, el ángel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de Galilea, llamada Nazaret, a una virgen desposada con hun hombre llamado Jossé, de la estirrpe de David; la virgen se llamaba María. El ángel, entrando a su presencia, dijo: - Alégrate, llena de gracia, el Señor esta contigo; bendita tú entre las mujeres. Ella se turbó antes estas palabras, y se preguntaba qué saludo era aquél. El ángel le dijo: - No temas, María, porque has encontrado gracia ante Dios. Concebirás en tu vientre y darás a luz un hijo y le pondrás por nombre Jesús. Será grande, se llamará Hijo del Altísimo, el Señor Dios le dará elt rono de David su padre; reinará sobre la casa de Jacob para siempre, y su reino no tendrá fin. Y María dijo al ángel: - ¿Cómo será eso, pues no conozco varón? El ángel le contestó - El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y la fuerza del Altísimo te cubrirá con su sombra; por eso el santo que va a nacer se llamará Hijo de Dios. Ahí tienes a tu pariente Isabel que, a pesar de vejez, ha concebido un hijo, y ya está de seis meses la que llamaban estéril, porque para Dios nada hay imposible. María contestó: - Aquí está la esclava del Señor, hágase en mí según tu palabra. (Lc 1, 26-28)

María estaba prometida a José para casarse pronto con él. Vivía en un pueblecito llamado Nazaret. Y un día se vio sorprendida por una voz que en su corazón la saludó así: "¡Qué buena eres, María! ¿Quieres ser la madre de Dios? Tú le darás vida dentro de ti y le llamarás Jesús". Y ella dijo: "Sí, que se cumpla en mí lo que Dios, el Señor, desea".

El ángel saluda a María diciendo: “¡Alégrate!” María se alegra porque Dios se ha fijado en ella y cuenta con ella para una gran misión: que nazca Jesús, que se haga niño como nosotros.

Dios también cuenta contigo y tiene una misión para ti: que seas mensajero de esta gran alegría.

YO TE SALUDO, MARÍA
Yo te saludo, María,
porque el Señor está contigo,
porque concebiste y diste a luz
un hijo, Jesús, la vida;
y nos enseñaste cuánta vida
hay que gestar y cuidar
si queremos hacer a Dios presente en esta tierra.
Yo te saludo, María.
madre de Jesús y madre nuestra,
camina con nosotros,
llévanos junto a los otros
y mantén viva nuestra fe!

[SECUNDARIA] VIERNES DE ADVIENTO: CUARTA SEMANA

Para hacerse presente, Dios no se sirve de grandes personajes, sino de una joven y sencilla pareja que se conoce, se enamora y se casa. El nombre de Jesús –Dios salva- expresa su destino y su misión.

Todos tenemos un nombre en el corazón de Dios -nos conoce y nos llama por nuestro nombre- , y una misión que cumplir.

Dios sigue necesitando nuestra capacidad de amar, de creer, de crear, de servir, para seguir naciendo en el mundo y para hacer posible su mensaje de ternura, cercanía, paz, justicia y liberación.

Nuestra fe no consiste en creer que Dios existe, sino en descubrir con inmensa alegría que, en Jesús, Dios se hace cercano. No estamos solos. Dios está con nosotros, compartiendo y solidarizándose con la vida, dificultades, alegrías, aspiraciones y anhelos de cada persona. Camina con cada ser humano, con cada criatura, dándonos fuerza, ilusión, apoyo y luz.

Si, como María y José, nos abrimos al Misterio, al Espíritu, Dios viene a nuestra casa, nace en cada uno de nosotros y llena nuestra vida de encuentro, de alegría, de esperanza y de sentido. Y en cada uno de nosotros nace Dios.

Cuando Dios viene a nuestra casa en realidad viene a su casa. Por eso se encuentra tan a gusto.

  • ALÉGRATE por haber sido tocado por Dios desde el día de tu Bautismo. Eres hijo suyo y, además, en Belén te demostrará una vez más su gran amor: JESÚS.
  • ALÉGRATE en medio de las contrariedades. Sonríe, aunque a veces, estés llorando por dentro.
  • ALÉGRATE aunque la suerte no te sonría. Dios te acompaña y, tarde o temprano, te dará respuesta.
  • ALÉGRATE porque Dios sale a tu encuentro. Se hace hombre por salvarnos, para que le veamos, para romper las distancias existentes entre la tierra y el cielo.
  • ALÉGRATE para infundir alegría a nuestro mundo. El pesimismo no se combate con más kilos de tristeza y, por el contrario, sí con una buena dosis de alegría cristiana.
  • ALÉGRATE aunque, aparentemente, no consigas los efectos deseados. Tampoco Dios, en Belén, se hizo sentir con mucho éxito sino todo lo contrario.
  • ALÉGRATE en el trabajo. Que se note que eres cristiano. Que irradies la alegría de la próxima Navidad: Dios en medio de nosotros.
  • ALÉGRATE porque, como Juan Bautista, también tú puedes ser pregonero del nacimiento de Cristo, de su fuerza y de su Palabra.
  • ALÉGRATE esperando en Dios y, sobre todo, trabajando y optando por su inminente llegada: ¡El Señor está cerca!
  • ALÉGRATE y, lejos de pretender que cambien los demás, cambia un poco tú. Que el Señor, cuando llegue, encuentre por lo menos tu camino limpio y bien preparado para su nacimiento.

jueves, 17 de diciembre de 2020

LOADO SEAS: ALABANZAS AL DIOS ALTÍSIMO

Tú eres santo, Señor Dios único, que haces maravillas

Así comienzan las Alabanzas al Dios Altísimo que escribió hace 800 años san Francisco. Hoy nosotros también queremos decirte Señor que eres santo y único para todos nosotros. Que somos muy afortunados de haberte encontrado y conocido.

Señor, el mundo nos llama a recorrer caminos fáciles y rápidos, pero Tú nos recuerdas que las cosas buenas son lentas, que los cambios requieren de nosotros paciencia para poder cambiar el mundo a tu imagen. Que lo nuestro no es deteriorar, sino transformar. Que la nueva creación está en nuestras manos y que está inscrita en nuestros sueños y nuestras ilusiones.

Gracias, Señor, por estar tan cerquita de nosotros.

miércoles, 16 de diciembre de 2020

REFLEXIÓN: TIEMPO DE ALEGRÍA

Estamos en los días previos a una de las fiestas más importantes de nuestro calendario.

En estos días nos preparamos y esperamos unidos el nacimiento de Jesús. Durante este tiempo de espera, es importante que preparemos nuestro corazón, que vivamos la Navidad con autenticidad. Este año será un año un poco extraño y diferente, pero no por eso tenemos que perder la ilusión y la esperanza de vivir la Navidad con alegría. Nuestras casas, seguramente con menos gente que de costumbre, se convertirán en hogares para preparar la Navidad y recibir a Jesús.

La Navidad representa muchas cosas que tienen que ver con el núcleo de nuestra vida. Vivencias de familia, buenos deseos, tiempo compartido, la alegría de tener a nuestro lado a …, y por qué no, vacaciones y tiempo para descansar.

Para los cristianos también es un tiempo de especial celebración, la venida, el nacimiento un año más de Jesús entre nosotros, no significa nada complicado, solo que Dios mismo quiere vivir a nuestro lado. Acompañarnos en primera persona, y eso nos llena de alegría y esperanza.

Alguien quiere hacerse presente en tu vida, no por lo importante e interesante que pareces, no por la gente con la que te mueves, no por tu conversación interesante o por lo guapo/a que eres. Sino, como en tu familia, simplemente porque eres, porque existes, y Dios te quiere.

Puede ser interesante que esta semana pienses en si estás dispuesto/a a disfrutar, a dejarte querer, a vivir con ilusión y alegría estos días, y a fomentar en tu familia el dialogo y el cariño. ¿Y si dejara que la alegría de la Navidad llenara mi vida, mi corazón, mi casa?

martes, 15 de diciembre de 2020

CUENTO: LOS PINOS

Cuando Dios creó a los árboles los proveyó de raíces y ramas. Las unas se afirmaban a la tierra, las otras se elevaban hacia el cielo, pues ellos habían venido de allá y no debían olvidarse jamás de su verdadera patria. Desde entonces, los árboles tienden sus ramas hacia lo alto como una plegaria silenciosa y perpetua, recordando a su Creador.

El pino, hace mucho tiempo, hacía lo mismo y, dirigiendo hacia arriba sus largas y anchas ramas dominaba incluso a los otros árboles. Pero esto cambió un día; ¿sabéis por qué?

Ocurrió así: una noche, María la dulce madre de Jesús y José, su marido, se encontraban en un gran bosque de pinos. Estaban lejos de toda casa y no habían encontrado albergue esa noche. Entonces se acostaron al pie de un árbol para tratar de dormir. Pero se levantó un viento fresco que se hacía cada vez más fuerte. Incluso acercándose mucho al tronco de los árboles elevados, no se estaba protegido. Entonces María, en su angustia, se puso a acariciar el tronco del árbol que le protegía y dijo: “Perdóname que interrumpa la plegaria que diriges a nuestro padre. Pero mira: Dios mismo se ha inclinado hacia la tierra. Yo llevo a su hijo bajo mi corazón. Y tiene necesidad de tu ayuda”. Con las palabras de María, un estremecimiento recorrió todo el árbol.

Lentamente, muy lentamente, fue volviendo sus ramas hacia el suelo, de forma que pareciese un enorme techo. El pino había perdido sus agujillas siempre una vez al año, pero aquí comenzaron a crecer. Así, las ramas del pino sirvieron de abrigo a María y José durante la noche. Y desde ese día, el pino nunca pierde sus agujillas.

lunes, 14 de diciembre de 2020

ORAMOS DANDO GRACIAS

Señor, te damos gracias por todas las personas que han preparado el camino para que te encontraras con nosotros. Gracias por nuestros padres y abuelos, catequistas y sacerdotes, religiosas y religiosos...

Queremos preparar el camino en este Adviento, para seguir a tu lado, y para que nuestros amigos y familias, y los que más necesiten tu consuelo, también se encuentren contigo.

Contigo a nuestro lado, nuestro mundo crecerá en fraternidad, justicia y paz. Amén.

viernes, 11 de diciembre de 2020

[PRIMARIA] VIERNES DE ADVIENTO: TERCERA SEMANA

Seguro que a veces tus padres o tus profesores te piden cosas que no te gusta mucho hacer y no entiendes para qué. En realidad lo hacen porque es lo mejor para ti y porque te quieren. Y es que, a veces, vivimos situaciones que no entendemos y es Jesús quien nos va a “encender” la luz cuando todo está un poco oscuro. Además, si Jesús es la Luz y lo llevamos dentro de nosotros, ninguna situación será tan difícil ni oscura.

Vamos a leer en el Evangelio quién contaba a la gente la gran noticia de Jesús.

Surgió un hombre enviado por Dios, que se llamaba Juan: éste venía como testigo, para dar testimonio de la luz, para que por él todos vinieran a la fe. No era él la luz, sino testigo de la luz. Los judíos enviaron desde Jerusalén sacerdotes y levitas a Juan, a que le preguntaran: - ¿Tú quién eres? El confesó sin reservas: - Yo no soy el Mesías. Le preguntaron: - Entonces, ¿qué? ¿Eres Elías? El dijo: - No lo soy. - ¿Eres tú el Profeta? Respondió: - No. Y le dijeron: - ¿Quién eres? Para que podamos dar una respuesta a los que nos han enviado, ¿qué dices de ti mismo? El contestó: - Yo soy "la voz que grita en el desierto: Allanad el camino del Señor" (como dijo el profeta Isaías=. Entre los enviados había fariseos y le preguntaron: - Entonces, ¿por qué bautizas, si tú no eres el Mesías, ni Elías, ni el Profeta? Juan les respondió: - Yo bautizo con agua; en medio de vosotros hay uno que no conocéis, el que viene detrás de mí, que existía antes que yo y al que no soy digno de desatar la correa de la sandalia. Esto pasaba en Betania, en la otra orilla del Jordán, donde estaba Juan bautizando. (Jn 1, 6-8. 19-28)

Juan fue elegido para “dar testimonio” de Jesús. Jesús tiene que ser “anunciado” por alguien. Si no, tendría muy difícil llegar al corazón de las personas. Todos le preguntaban a Juan Bautista : "¿Quién eres?". Y él respondía: "Yo sólo soy una voz que os dice a gritos y con fuerza que preparéis el camino al Señor, que llega pronto. Estad atentos para recibirle, conocerle y amarle.

Se necesitan chicos y chicas que puedan contar a los demás que Jesús está entre nosotros y nos ama con locura. ¿A quién puedo yo anunciarle esta buena noticia? ¿Cómo puedo hacerlo? Proponte un compromiso.

Jesús, ayúdanos a ser luces, de esperanza, de espera,
de buenas obras, de amor, de paz, de justicia.
Sé nuestro guía en este proyecto.
Danos lo que necesitamos
para mantener nuestras luces encendidas,
para que alumbren el camino que lleva a otros a ti. Amén.
 

[SECUNDARIA] VIERNES DE ADVIENTO: TERCERA SEMANA

El Adviento es un tiempo para hacernos conscientes de que esperamos algo más, algo diferente que puede transformarnos, alegrarnos, llenarnos el corazón.

Todos buscamos aquello que nos transforma, nos enriquece, saca de nosotros lo mejor, aunque venga acompañado de dudas, desconcierto o pereza. Es como la madre que espera la llegada de su bebé, como una familia que sabe que su vida va a cambiar y ha de transformarse para abrir un hueco a alguien más…

Que este tiempo nos ayude a ser conscientes de lo importante que es saber esperar y saber prepararse para la llegada de alguien importante. La llegada de Jesús.

Hay que vivir despiertos: abrir bien los ojos del corazón; desear ardientemente que el mundo cambie; cambiar de manera de pensar y de actuar; vivir buscando y acogiendo el «Reino de Dios».

«Vivir despiertos» significa no caer en el escepticismo y la indiferencia ante la marcha del mundo. No dejar que nuestro corazón se endurezca. No quedarnos sólo en quejas, críticas y condenas. Despertar activamente la esperanza.

«Vivir despiertos» significa vivir de manera más lúcida. Atrevernos a ser diferentes. No dejar que se apague en nosotros el deseo de buscar el bien para todos.

«Vivir despiertos» significa vivir con pasión la pequeña aventura de cada día. No desentendernos de quien nos necesita. Seguir haciendo esos «pequeños gestos» que, aparentemente, no sirven para nada, pero sostienen la esperanza de las personas y hacen la vida un poco más amable.

«Vivir despiertos» significa despertar nuestra fe. Buscarle a Dios en la vida y desde la vida. Intuirlo muy cerca de cada persona. Descubrirlo atrayéndonos a todos hacia la felicidad. Vivir, atentos al proyecto de Dios. 

 

jueves, 10 de diciembre de 2020

CUENTO: EL PRIMER BANCO

A un arquitecto le pidieron construir un templo cuyo titular fuese la Virgen. El día de la inauguración los cientos de fieles que asistieron a la celebración, incluso el Obispo, se quedaron sorprendidos y en cierto modo decepcionados. La imagen de María no ocupaba ningún retablo. No se encontraba en el centro del altar. Mucho menos cerca del sagrario.

La estatua de la Virgen, el arquitecto la diseñó para ponerla y colocarla sentada en el primer banco.

Ante las protestas de los asistentes, la explicación del arquitecto fue la siguiente: “La Virgen no está para que la contemplemos y admiremos, sino para que la imitemos. Es la primera, el modelo y nosotros vamos detrás, la seguimos. Su postura ante Dios y los hombres la debemos hacer nuestra. Caminando tras sus huellas llegaremos hasta Jesucristo. Ella, y por eso la he puesto en el primer banco, es la primera oyente de la Palabra de Dios para saber cómo tiene que responder ante El”.

Reflexión:

  • ¿Qué nos sugiere esta lectura?
  • ¿Cómo vemos a María? ¿En el altar, o como un modelo de referencia?
  • ¿Qué nos inspira la Virgen María? ¿Sólo ternura?
  • ¿Caemos en la cuenta de que, María, es la portadora más auténtica del Evangelio de Dios?
  • ¿No la dejamos, con frecuencia, demasiado elevada en las hornacinas, retablos, procesiones, etc., sin trascendencia para nuestra vida cristiana?

miércoles, 9 de diciembre de 2020

CELEBRAMOS LA INMACULADA

Mirando a María,
descubrimos su corazón de Madre
que nos invita al encuentro con Jesús a una con Ella.
 
Mirando a María, a su ejemplo,
nos ayuda a estar en pie y vigilantes con Ella
ante los días santos que se acercan.
 
Mirando a María, vemos en el fondo de la noche
la estrella que empieza a brillar y a destellar
la grandeza de la próxima Navidad.
 
Mirando a María, a su interior,
aprendemos a confiar en un Dios
que cumple todas sus promesas.
 
Si una estrella guió a los Magos hasta el Portal,
María es nuestra estrella que nos conduce en el camino a la Navidad.
 
Sí, Inmaculada... lo eres aunque no te lo creas.
Lo eres... aunque no te des importancia.
Lo eres... aunque permanezcas a la sombra y entre cortinas.
Lo eres... aunque, otras luces, intenten imponerse y desafiar los destellos de tu luz propia.
Lo eres... porque nunca consideraste ser digna de ello.
Lo eres... porque, sin entender ni comprender, sin saber ni esperar….dijiste ¡SI!
Y eso, Virgen Inmaculada, fue más que suficiente. 

Al igual que María visitó a su prima Isabel cuando se enteró de su embarazo, tambien Maria, nuestra Madre, nos visitará a lo largo de la mañana para que le podamos agradecer su presencia entre nosotros y su intercesion ante Dios por cada uno de sus hijos.

Dios te salve Maria, ¡eres llena de gracia!

viernes, 4 de diciembre de 2020

[SECUNDARIA] VIERNES DE ADVIENTO: SEGUNDA SEMANA

Adviento, tiempo de espera y preparación para acoger al Señor que se encarna, en nuestra tierra, en nuestra historia concreta y en el corazón de cada persona, en el misterio de Navidad. Estamos viviendo, a nivel mundial, una situación de pandemia que genera una gran crisis en todos los aspectos. Tenemos experiencia de vulnerabilidad. Se han trastocado nuestros planes. Aprovechemos esta situación para cultivar el silencio y el encuentro profundo con el Señor, puede ser una oportunidad.

Debemos estar siempre alerta y esperar al Señor con la esperanza de encontrarlo. Se nos ofrece una ocasión especial para cultivar actitudes como la esperanza, el deseo de paz y de justicia, la alegría de sabernos salvados, la paciencia... que ayudan a preparar los caminos del Señor y contribuir a construir el Reino de Dios.

He cantado muchas canciones y de mil maneras,
pero siempre decían sus notas: “Él viene, viene, viene siempre.”
En los días fragantes del sol de abril,
por la vereda del bosque, Él viene, viene, viene siempre.
En la oscura angustia lluviosa de las noches de julio,
sobre el carro atronador de las nubes, Él viene, viene, viene siempre.
De pena en pena mía, son tus pasos los que oprimen mi corazón,
y el dorado roce de sus pies es lo que hace brillar mi alegría
porque Él viene, viene, viene siempre.
(R. Tagore)

[PRIMARIA] VIERNES DE ADVIENTO: SEGUNDA SEMANA

¿Sabes ya qué quieres ser de mayor? Seguro que lo has pensado muchas veces, y aún tienes tiempo para descubrirlo. Elijas lo que elijas, no te olvides que eres enviado por Jesús para contarles a los demás que Él les quiere. A todos. Jesús va a nacer, pero tú, igual que Juan, vas por delante. Por eso tienes dos trabajos ahora: preparar el camino por el que va a llegar, que es el corazón, y avisar a los demás de que preparen el suyo.

Vamos a leer en el Evangelio cómo preparaba Juan el bautista la llegada de Jesús.

Comienza el Evangelio de Jesucristo, Hijo de Dios. Está escrito en el profeta Isaías: Yo envío a mi mensajero delante de ti para que te prepare el camino. Una voz grita en el desierto: Preparadle el camino al Señor, allanad sus senderos. Juan bautizaba en el desierto: predicaba que se convirtieran y se bautizaran, para que se les perdonasen los pecados. Acudía la gente de Judea y de Jerusalén, confesaban sus pecados y él los bautizaba en el Jordán. Juan iba vestido de piel de camello, con una correa de cuero a la cintura, y se alimentaba de saltamontes y miel silvestre. Y proclamaba: Detrás de mí viene el que puede más que yo, y yo no merezco agacharme para desatarle las sandalias. Yo os bautizo con agua, pero él os bautizará con Espíritu Santo. (Mc 1, 1-8)

Juan Bautista fue un judío del tiempo de Jesús, primo suyo, que tenía muy buena fama por su sinceridad y sencillez. No hacía la pelota a nadie. Además realizó una misión muy importante, preparando los corazones de sus paisanos para que acogieran a Jesús diciéndoles que era, sin duda, el mejor y a quien debían conocer y querer.

Juan predicaba un “bautismo de conversión”. Convertirse es CAMBIAR. Jesús quiere que nuestro corazón cambie y que así, nosotros también podamos ayudar a cambiar el corazón de los demás. ¿Qué cosas puedes ayudar a cambiar a tu alrededor? Elige una de esas cosas que puedes cambiar y proponte un compromiso para hacer durante la semana.

Señor, enséñanos a preparar tus caminos,
a preparar tu llegada a nuestros corazones
para que así te podamos acoger dentro de nosotros.

Queremos, Señor, allanar tus senderos.
Quitar de nosotros todo aquello que estorba,
todo aquello que nos aleja de ti
y de nuestros hermanos.

Cuando llegues,
tendremos preparado un gran belén,
un belén que abarque todo el mundo,
donde el amor será el gran río que lo riegue todo
y donde la estrella que lo ilumine
será la luz de tu reino.

jueves, 3 de diciembre de 2020

LOADO SEAS: CANTAD LAS ALABANZAS DE DIOS

Altísimo, omnipotente, buen Señor, tuyas son las alabanzas, la gloria y el honor y toda bendición

Así comienza el cántico de san Francisco y así queremos que comience hoy nuestra oración y nuestra alabanza, Señor. A ti queremos darte gracias y pedirte que no nos perdamos en los caminos que el mundo pone ante nuestros ojos y que, muchas veces, nos deslumbran con sus destellos artificiales. Que sepamos, Señor, mirar hacia dentro, hacia el centro, al corazón. Que sepamos caminar hacia lo importante… que sepamos gustar tu cercanía y tu amor. Con alegría, como los enamorados. Con lágrimas en los ojos y con manos llenas de tu ternura. Que seamos capaces de vivir abiertos, muy abiertos, a todo lo que nos hable de ti.

Gracias, Señor, por la oración que brota de nuestros corazones y que es regalo tuyo.
Gracias porque al orar nos sentimos hermanados,
no sólo entre nosotros, sino con toda la creación.
Sentimos que somos polvo y viento.
Que somos tierra y somos cielo a la vez.
Te pedimos que nos hagas sensibles a todo lo que nos rodea.
Que, como Tú, pasemos por el mundo haciendo el bien.

 

miércoles, 2 de diciembre de 2020

REFLEXIÓN: APRENDER A ESCUCHAR LA VOZ DE DIOS

Esta semana comenzamos el Adviento que culminará en la Navidad. El Señor viene a nuestro encuentro (si queremos, claro). Por eso debemos estar alerta y esperar al Señor con la esperanza de encontrarlo. En el evangelio Jesús nos dice que estemos atentos, que vigilemos pues no sabemos cuándo será el momento de su venida y a lo mejor nos encuentra despistados.

Por eso tenemos que aprender a escuchar y prestar menos atención a todas aquellas cosas que nos embelesan, absorben y ocupan mucho tiempo de nuestra vida, como son la Play Station, el móvil, la televisión…

Ya va siendo hora de que te des un tiempo para ti, sin esos ruidos que te impiden escuchar la voz de Dios. Esa voz te hará de nuevo sonreír y volverte a querer.

Vamos a recordar qué es el Adviento y porqué lo celebramos.

martes, 1 de diciembre de 2020

CUENTO: EL TESORO DE LA VIÑA

Un campesino viendo que se acercaba la hora de su muerte, llamó a sus hijos y les dijo:

- Voy a dejaros, pero he pensado en vosotros. Cavad en la viña y dividid lo que encontréis.

Los hijos pensaron que el padre se refería a un tesoro escondido; así cuando el padre murió, empezaron a cavar y cavar con mucho ímpetu. No encontraron el tesoro, porque nunca había existido: pero la tierra, bien trabajada, aquel año produjo una espléndida cosecha de uvas.

El tesoro oculto en el campo, no es otro que el trabajo y el esfuerzo. La viña, sin embargo, representa tu vida, que solo es fértil y da fruto si la trabajas con esmero y extraes de ella los tesoros que encierra.