lunes, 15 de junio de 2020

HASTA EL CURSO QUE VIENE

Hoy desperté viendo un hermoso día a mi alrededor, y es que la vida está llena de muchos momentos buenos. Sí, también los hay malos y a veces nos sentimos tristes, como si no pudiéramos con ese dolor, un dolor que es pasajero. Pero es hora de descubrir que el amor está en todas partes, en la sonrisa de la gente, en la cena que me preparará hoy mi mamá, en hablar con mis amigos hoy, en los mensajes de los profes... en simplemente vivir y disfrutar lo que Dios pone en nuestro camino. Los errores pueden ser una mina de oro si los usamos para evolucionar; en lugar de ignorarlos, negarlos o utilizarlos para mortificarnos. Siempre se podrá rectificar y cambiar.

Dejemos los temores y los miedos a un lado todos. Al terminar el curso, acordémonos de todo lo bueno que vivimos: los compañeros, los profes, los recreos, las fiestas, las excursiones, los grupos y actividades deportivas. Y tantas cosas más que ahora podemos recordar (Pensémoslo un momento en silencio).

Después de un verano lleno de cosas bonitas, de descansar y descubrir tantas cosas nuevas estaremos preparados, para continuar con más ilusión y ganas otra etapa de nuestra vida, que será el nuevo curso. Y lo que hicimos mal, nuestras equivocaciones u errores, los olvidamos para que así comencemos más libres y sin ninguna carga, para recorrer otro curso nuevo e ilusionante. Seremos un año más mayores y lo aprovecharemos todavía mejor que éste que terminamos.

¡FELICES VACACIONES!

domingo, 14 de junio de 2020

EVANGELIO DEL DOMINGO: SOLEMNIDAD DE CORPUS CHRISTI

«Yo soy el pan vivo bajado del cielo. El que coma de este pan vivirá eternamente; y el pan que yo daré es mi carne por la vida del mundo». Los judíos discutían entre ellos: «¿Cómo puede éste darnos a comer su carne?». Jesús les dijo: «Os aseguro que si no coméis la carne del hijo del hombre y no bebéis su sangre no tendréis vida en vosotros. El que come mi carne y bebe mi sangre tiene vida eterna y yo lo resucitaré en el último día. Porque mi carne es verdadera comida y mi sangre verdadera bebida. El que come mi carne y bebe mi sangre vive en mí y yo en él. Como el Padre que me ha enviado vive y yo vivo por el Padre, así el que me come vivirá por mí. Éste es el pan que ha bajado del cielo; no como el que comieron los padres, y murieron. El que come este pan vivirá eternamente». (Juan 6, 51-58)

PARA MEDITAR
Jesús nos habla del pan y el vino en este Evangelio de hoy de la fiesta del Corpus Christi. Jesús nos habla de la Comunión que todas las personas creyentes hemos vivido a lo largo de nuestra vida. Seguro que recuerdas tu Primera Comunión como un día muy importante y bonito en tu vida. Pero es vital para nosotros comulgar, recibir a Jesús que es quien nos da la fuera para evangelizar y para vivir la fe con intensidad. Que la fi esta de hoy nos sirva a todos para darnos cuenta de lo fundamental que es la Comunión en nuestras vidas como creyentes.

PARA HACER VIDA EL EVANGELIO
  • Es posible que debido a la pandemia durante unas semanas no hayas podido ir a tu parroquia a comulgar. Escribe una situación de tu vida en la que hayas vivido de forma intensa la comunión.
  • ¿Podemos ser cristianos sin participar de la misa y sin comulgar? ¿Qué podemos hacer para vivir con intensidad en nuestra vida la Comunión?
  • Escribe un compromiso para vivir de forma especial la Comunión el primer día que vuelvas a la misa de tu parroquia.
REZAMOS
Te las ingeniaste, Jesús, para hacerte presente,
para quedarte entre nosotros,
para recordarnos que la vida es un banquete
al que todos estamos invitados.
Elegiste el pan,
algo que no falta en nuestra mesa;
es lo más sencillo,
lo más fácil de compartir,
lo más humano…
Así te quedaste entre nosotros.
Nos invitaste a vivir así,
partiéndonos y repartiéndonos,
para que sepamos que hemos nacido para darnos,
no quedándonos nada sólo para nosotros.


viernes, 12 de junio de 2020

CUENTO: LAS PIEDRECITAS DE COLORES

Iba un hombre caminando por el desierto cuando oyó una voz que le dijo: agarra unos puñados de piedritas, mételos en tu bolsillo y mañana te sentirás a la vez triste y contento. Aquel hombre obedeció. Se inclinó, recogió un puñado de piedritas y se los metió en el bolsillo. A la mañana siguiente, vio que las piedritas se habían convertido en diamantes, rubíes y esmeraldas. Y se sintió feliz y triste. Feliz por haber recogido las piedritas; triste, por no haber recogido más.

Lo mismo ocurre con la educación. Los profesores nos enseñan, nos exigen, nos animan a estudiar y nosotros no siempre trabajamos todo lo que podemos. ¿Y mañana? ¿Nos arrepentiremos de no haber trabajado más cuando teníamos a ese profesor a nuestro lado que nos ayudaba y daba su tiempo, su paciencia...por nosotros? ¿Agradecemos todo lo que los profesores hacen por nosotros? ¿Les damos las gracias por su tiempo regalado y su esfuerzo por conseguir que seamos personas bien formadas?

Es el momento de dar gracias a Dios y a nuestra “familia del cole”, la cual formamos cada uno de nosotros. Padre, gracias por los maestros que saben escuchar y liderar con suavidad. Gracias por los docentes que esperan mucho de sus alumnos, y que por amor les exigen más. Gracias también por aquel maestro o maestra que todos recordamos con cariño. Concede fuerzas a los profesores que dan todo lo que tienen. Dios que todo lo puedes, motiva a los profesores a inspirar a sus alumnos a crecer y ser mejores cada día. Motívales a seguir intentando que los jóvenes puedan disfrutar de la oportunidad de aprender. Te lo pedimos en el nombre de nuestro gran maestro, Jesús. Amén.

miércoles, 10 de junio de 2020

REFLEXIONAMOS: DAR FRUTO

Por vuestros frutos os conocerán. (Mt 7, 20)

Un árbol es bueno cuando da frutos buenos. Y para que llegue a darlos, el árbol requiere muchos cuidados. Lo primero que hay que hacer es preparar la tierra para plantarlo, ha de estar la tierra bien removida, sin malas hierbas, ni piedras que impidan a sus raíces extenderse y agarrar profundamente la tierra.

Después, es necesario tener paciencia para permitirle crecer a su ritmo. También es necesario regarlo con abundante agua, brindarle los abonos y cuidados correspondientes. Hay que podar y quitar las ramas secas para que la savia pueda llegar sin dificultad hasta las ramas más pequeñas y más alejadas del tronco.

Si es necesario, se le puede ayudar con algún puntal para sostener aquellas ramas más pesadas y largas. Así mismo, hay que preservarlo de los bichos que se cobijan en él y le destruyen quitándole las fuerzas. Solo así, será capaz de dar los frutos esperados, sabrosos y nutritivos.

Nosotros somos parecidos a los árboles. Nuestros frutos son nuestras obras y nuestras palabras. Si permanecemos plantados en la Palabra de Jesús, en su Evangelio, entonces daremos frutos -nuestras obras y palabras- en las cuales se podrá saborear la Palabra de Jesús. Si nos preocupamos de que nuestras raíces estén asentadas en Jesús; entonces nuestros frutos serán frutos buenos, frutos de amor.

Cada uno de nosotros somos esas ramas que unidas al tronco que es Jesús y alimentados de la sabia que son los sacramentos, se darán frutos buenos que perdurarán hasta la vida eterna.

lunes, 8 de junio de 2020

ORAMOS: SEÑOR, AUMENTA MI FE

Señor, dame más fe.
Cada día quiero creer más en Ti, Jesús.
Te quiero confiar mi vida
y seguir tu camino.
Dame fuerzas para alimentar mi fe,
para hacerla crecer,
para que se mantenga fuerte
cuando tengo dudas
o cuando quiero olvidarme
lo que Tú me enseñaste
porque me cuesta vivirlo.
Quiero tener una fe grande Señor,
que me ayude a llevar mucho amor
a todos los que me rodean,
que me muestre el camino
de la alegría y la esperanza.
Que así sea, Señor.


domingo, 7 de junio de 2020

EVANGELIO DEL DOMINGO: DOMINGO DE LA TRINIDAD

Porque tanto amó Dios al mundo que dio a su hijo único, para que quien crea en él no perezca, sino que tenga vida eterna. Pues Dios no envió a su hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo se salve por él. El que cree en él no será condenado; pero el que no cree ya está condenado, porque no ha creído en el hijo único de Dios. (Juan 3, 16-18)

PARA MEDITAR
Dios no envió al mundo a su hijo para condenarlo... Esto se nos dice en el evangelio de hoy. Jesús no vino a estar entre nosotros para estar enfadado con nosotros por las cosas que hacemos mal, ni para estar todo el día haciéndonos reporches. Jesús es el mensajero de lo bueno, nos propone el camino bueno, nos trae la Buena Noticia. Nosotros debemos hacer lo mismo, ser mensajeros de buenas noticias para los demás. Ofrecerles a los demás lo bueno que es ser cristiano. Esta es la forma que nos propone Jesús de vivir la fe.

PARA HACER VIDA EL EVANGELIO
  • Piensa en algunas de las cosas más bonitas que para ti tienen la fe. Piensa también en alguien a quien le puedas contar esta experiencia tan chula que has tenido.
  • ¿Cómo podemos hacer los cristianos para que otras personas puedan vivir la fe? ¿Qué puedes hacer para conseguir que alguien que conozcas pueda empezar a participar en tu parroquia?
  • Escribe un compromiso para animar a alguna persona a participar en la vida de tu parroquia.

REZAMOS:
Tu presencia lo envuelve todo,
es viento que libera,
es fuerza que anima,
es impulso que dinamiza,
es sensación de consuelo,
es aire renovador,
es Espíritu tuyo que está en nosotros siempre.
Sois Tres; sois Uno, ¿qué más da?…
Lo importante es que formáis parte de todo
y que mi vida descansa en Ti y en vosotros,
se alimenta de Ti y de los Tres,
se siente amada por Ti,
aleccionada por Jesús y acompañada por tu Espíritu.
¿Se puede desear un regalo mejor?


viernes, 5 de junio de 2020

CUENTO: QUE TENGAS UN BUEN DÍA

Cuenta una historia que un buen hombre trabajaba en un secadero de jamones. Un día terminando su horario de trabajo, fue a uno de los refrigeradores para inspeccionar algo; se cerró la puerta con el seguro y se quedó atrapado dentro del refrigerador.
Golpeó fuertemente la puerta y empezó a gritar, pero nadie respondía. La mayoría de los trabajadores se habían ido a sus casas, y era casi imposible escucharlo por el grosor que tenía esa puerta. Llevaba cinco horas en el refrigerador al borde de la muerte. De repente se abrió la puerta. El guardia de seguridad entro y lo rescató. Después de esto, le preguntaron al guardia como se le ocurrió abrir ésa puerta.
Él explicó: llevo trabajando en ésta empresa 35 años; cientos de trabajador entran a la planta cada día, y me tratan como si fuera invisible, ninguno me saluda, pero él sí, es el único que me saluda al entrar cada mañana y se despide de mi por las tardes.
Hoy me dijo al entrar al trabajo “hola, amigo, que tengas un buen día”, esperaba su salida para agradecerle con mi sonrisa, y escuchar su voz despidiéndome hasta mañana, sinceramente la eche en falta e intente buscarle. Yo espero sus saludos cada día, me hace sentirme bien, es todo un caballero.
Así fue como el guardia de seguridad salvó la vida al trabajador.

Si quieres contar para los demás, cuenta con ellos, saluda, ayuda, sonríe...
Dios te creo con una sonrisa, no dejes que nada te la quite, y regálala a los demás.


miércoles, 3 de junio de 2020

REFLEXIÓN: EL CORAZÓN DE JESÚS

La imagen del Sagrado Corazón de Jesús nos recuerda el núcleo central de nuestra fe: todo lo que Dios nos ama con su Corazón y todo lo que nosotros, por tanto, le debemos amar. Jesús tiene un Corazón que ama sin medida. Y tanto nos ama, que sufre cuando su inmenso amor no es correspondido.

La Iglesia dedica todo el mes de junio al Sagrado Corazón de Jesús, con la finalidad de que los católicos lo veneremos, lo honremos y lo imitemos especialmente en estos 30 días.

Esto significa que debemos vivir este mes demostrandole a Jesús con nuestras obras que lo amamos, que correspondemos al gran amor que Él nos tiene y que nos ha demostrado entregándose a la muerte por nosotros, quedándose en la Eucaristía y enseñándonos el camino a la vida eterna. Todos los días podemos acercarnos a Jesús o alejarnos de Él. De nosotros depende, ya que Él siempre nos está esperando y amando.

Debemos vivir recordandolo y pensar cada vez que actuamos: ¿Qué haría Jesús en esta situación, qué le dictaría su Corazón? Y eso es lo que debemos hacer (ante un problema en la familia, en el trabajo, en nuestra comunidad, con nuestras amistades, etc.). Debemos, por tanto, pensar si las obras o acciones que vamos a hacer nos alejan o acercan a Dios.

Tener en casa o en el trabajo una imagen del Sagrado Corazón de Jesús, nos ayuda a recordar su gran amor y a imitarlo en este mes de junio y durante todo el año.

Concédenos Señor un corazón nuevo,
capaz de perdonarnos y perdonar,
capaz de dejarse querer.
Un corazón nuevo, dispuesto a amar sin cálculos,
con comprensión y ternura,
incluso en aquellas situaciones y personas
que nos lo ponen más difícil.

lunes, 1 de junio de 2020

ORAMOS: DIME CÓMO HACERLO

Si puedo hacer, hoy, alguna cosa,
si puedo realizar algún servicio,
si puedo decir algo bien dicho,
dime cómo hacerlo, Señor.

Si puedo arreglar un fallo humano,
si puedo dar fuerzas a mi compañero,
si puedo alegrarlo con mis palabras,
dime cómo hacerlo, Señor.

Si puedo ayudar a quien me necesite,
si puedo aliviar algún dolor,
si puedo dar más alegría,
dime cómo hacerlo, Señor.