En este contexto, puedo dedicar un tiempo a ir recorriendo los nombres, los rostros, las historias que se han ido cruzando con la mía en el curso que termina. Y, ante todo, le doy gracias a Dios: por lo que han aportado, por lo que han enseñado, por lo compartido, por lo buscado, por lo encontrado y lo que aún sigue pendiente; por los sueños y por las presencias; por las palabras dichas y los silencios acompañados; por los nombres de mi vida y sus historias. Y siento que en mi descanso también esas historias reposan conmigo.
cuidamos y nos cuidaron, compañeros, profesores,
por las amistades nuevas y las que ya tenemos,
por todos aquellos que nos dieron su mano y
por todas las personas que hemos ayudado,
por todos con quienes hemos compartido la vida,
el trabajo, los momentos alegres y los tristes.
Llénanos de bondad y de alegría
para que en estas próximas vacaciones ,
todos los que conviven o se acercan a nosotros
encuentren en nuestra vida algo de TI.
Ayúdanos a cuidar unos de otros y a tener un verano feliz.
Amén.