lunes, 18 de diciembre de 2023

CELEBRACIÓN DE LOS 800 AÑOS DE LA NAVIDAD DE FRANCISCO DE ASÍS EN GRECCIO 1223-2023

 https://www.centenarifrancescani.org

HASTA EL 2 DE FEBRERO PODEMOS GANAR LA INDULGENCIA PLENARIA POR EL ACONTECIMIENTO DE LA NAVIDAD DE SAN FRANCISCO EN GRECCIO
IGLESIAS QUE SE PUEDEN VISITAR:




VILLANCICOS🔊


Hakuna "Del Cielo", Cáritas Navidad 2023




Digno de recuerdo y de celebrarlo con piadosa memoria es lo que hizo Francisco tres años antes de su gloriosa muerte, cerca de Greccio, el día de la natividad de nuestro Señor Jesucristo. Así comienza el relato que nos cuenta lo que sucedió hace ya 800 años…



El pesebre es desde su origen franciscano una invitación a “sentir”, a “tocar” la pobreza que el Hijo de Dios eligió para sí mismo en su encarnación. (Admirabile signum 3).

La Encarnación en Greccio nos invita a recuperar la conciencia de que «somos depositarios de un bien que humaniza, que ayuda a llevar una vida nueva. No hay nada mejor para transmitir a los demás»
(Evangelii gaudium 264).

Greccio es una llamada a encontrarlo y servirlo con misericordia en los hermanos y hermanas más necesitados» (Admirabile signum 3).

“El Hijo de Dios como niño, como un verdadero hijo de hombre, es lo que conmovió
profundamente el corazón del Santo de Asís, transformando la fe en amor”

Quien no acoge a Jesús con corazón de niño, no puede entrar en el reino de los cielos; esto es lo que san Francisco quiso recordar a la cristiandad de su tiempo y de todos los tiempos, hasta hoy


Invocación a la Sagrada Familia y a San Francisco de Asís

Oh Buen Jesús, contemplando este Nacimiento/Belén, te pido la gracia del perdón de mis pecados. Tú eres el sol que nace de lo alto, hecho carne para iluminar a los que viven en tinieblas y en sombra de muerte. Tú pusiste tu morada entre nosotros y nos amaste hasta dar la vida por nosotros. No viniste a condenar al mundo sino a salvarlo. Dame la gracia del arrepentimiento sincero y la humildad de reconocer mi fragilidad. Dame fe en tu misericordia y renueva en mí el gozo de tu salvación.

María, Madre de Jesús y Madre de la Iglesia, enséñanos la alegría de los humildes y de los que creen en las promesas del Señor. Ayúdanos a proclamar la grandeza del Dios que acompaña y salva a nuestra sufriente humanidad. Tú eres la aurora de una nueva creación. Tú eres Virgen hecha Iglesia, eres Madre de gracia y de misericordia. Escucha nuestra súplica con la ternura de tu corazón inmaculado.

San José, siervo justo y fiel del Señor. Tú eres custodio santo y generoso. No apartes tus cuidados de nosotros, peregrinos extraviados en busca de la patria verdadera. Protege a la Iglesia de las insidias del maligno y enséñanos a confiar en Aquél que entregó a su único Hijo para rescatarnos del pecado, del mal y de la muerte.

San Francisco de Asís, tú que tanto amaste al Cristo pobre y humilde que quisiste revivir en Greccio, con fe y devoción, la noche de su nacimiento en Belén, intercede por nosotros para que podamos contemplar con un corazón limpio la belleza de la encarnación del Hijo de Dios y la bondad de su mirada que nos llama a una vida nueva. Amén. 

 


Con el pesebre preparado por san Francisco, recordamos que la Navidad, la alegrísima “fiesta de las fiestas”, es certeza del presente, celebración simultánea de la vida y gratitud que se abre y experimenta la verdadera esperanza.


800 ANIVERSARIO 
DE LA NAVIDAD DE FRANCISCO 
EN GRECCIO
1223-2023

A los hermanos y hermanas de la Familia Franciscana

Hace algunas semanas se anunció el gran don que el Santo Padre ha querido concedernos con ocasión del 800 aniversario de la Navidad en Greccio mediante el don de la Indulgencia. Nos apresuramos a transmitirla inmediatamente, para que cada realidad pudiera tomarla en consideración y encontrar la mejor manera de valorizarla para nosotros y para los fieles que frecuentan nuestras iglesias.

Más recientemente, el 14 de noviembre de 2023, llegó el Decreto oficial de la Penitenciaría Apostólica (adjunto), cuyo contenido ya había sido anticipado en sus rasgos esenciales y transmitido a todos ustedes en muchas lenguas. Destacamos aquí sólo dos aspectos: se especifica que es posible recibir el don de la Indulgencia visitando como peregrinos cualquier Iglesia franciscana del mundo; y se recuerdan las condiciones habituales (Confesión Sacramental, Comunión Eucarística y oración según las intenciones del Sumo Pontífice) y se especifica también que es necesario participar devotamente en los ritos jubilares, o al menos estar ante el Pesebre allí preparado, dedicando un tiempo adecuado a la meditación piadosa, concluyendo con el Pater Noster, el Símbolo de la Fe y las invocaciones a la Sagrada Familia de Jesús, María, José y San Francisco de Asís.

Adjunto Decreto apostólico:



EL SOL SALE SOBRE ASÍS

Fray Eloi Leclerc Ofm.


Hasta el fin de su vida, Francisco se esmeró en desear por encima de todo el Espíritu del Señor. Y el Espíritu no dejo de conducirlo por un camino de desasimiento de sí cada vez mas profundo. Pero este despojo íntimo, que lejos de empobrecer su verdadera personalidad, fue creando en él un espacio de acogida cada vez mayor. Era una especie de capacidad creciente de comunión y fraternidad. Al no tener nada para sí, se hacía presente a toda criatura. Su pobreza era su riqueza. Era la llave del reino. En el Espíritu de dulzura, Francisco nacía a la vez a Dios, al mundo y a sí mismo.

La mejor forma de comprender esta andadura consiste en evocar el suceso que iluminó sus últimos años. Más que un simple episodio maravilloso en su vida, la Navidad que celebró tres años antes de su muerte, en medio de las pobres gentes de la montaña, fue una experiencia mística, un nuevo nacimiento. Su primer biógrafo no se equivocó a este respecto. Esa noche -escribió-, Francisco devino “niño con el Niño” (1 Celano, 35). El Espíritu del Señor renovaba con él su “advenimiento de la dulzura” en el corazón del rudo invierno de la naturaleza y de los hombres.

Estamos a finales del año 1223, en una pequeña aldea de montaña que domina el
valle de Rieti, en el centro de Italia. Esta aldea se llama Greccio. Para sus habitantes, parece que el año va a terminar como todos los demás: en medio del frío, el aislamiento y la pobreza. Han caído las primeras nieves, y la aldea ha adquirido un aspecto invernal.

Las pequeñas casas se acurrucan bajo su capa blanca. Las actividades exteriores son cada vez más escasas. Las mujeres hilan la lana dentro de las casas. Los hombres cortan y parten la madera… Y cuando llega la tarde, reunidos todos ante el hogar, miran en silencio el fuego que chisporrotea y hace soñar. Esperan. ¿Qué esperan? ¿La vuelta de días mejores, de la primavera, del sol? Sin duda, pero más todavía un poco de calor humano, un poco de amistad y alegría. Sueñan con un soplo de inocencia y ternura. Pero, ¿Quién les dará ese instante de felicidad verdadera?

En toda la cristiandad, a través de la liturgia de adviento, se eleva de nuevo la voz suplicante del profeta, la gran súplica que llega del fondo de los siglos: «¡Ah, si rompieses los cielos y descendieses…!» (Is 63,19). «Destilad, cielos, como rocío de lo alto, derramad, nubes, la victoria» (Is 45,8). Y ésta es la respuesta de lo alto, radiante de esperanza: «Consolad, consolad a mi pueblo -dice vuestro Dios-. Hablad al corazón de Jerusalén y decidle bien alto que ya ha cumplido su milicia…» (Is 40,1-2).

Pero en Greccio no hay nadie que hable al corazón de las pobres gentes. Las pesadas nubes descienden sobre la montaña, y caen copos de nieve; el cielo no se abre, y el Justo no desciende.

Por la mañana no se ve llegar a nadie sobre la nieve intacta. Y por la tarde tampoco, cuando las laderas blancas y desoladas se tiñen de malva al paso de la noche. Nadie. Es la gran soledad del invierno. ¡Ah, las largas noches de invierno en la montaña…! No se oye más que el gemido de los árboles bajo el peso de la nieve y el soplo del viento en el bosque cercano. Y a veces también el aullido de los lobos. Tierra apagada, tierra que alberga un largo deseo, esperando un poco de amor: «¿Cuándo verás alborear la aurora divina?». Sin embargo, los habitantes de esta pequeña aldea saben que en todo el país se habla mucho de un hombre llamado Francisco. Lo llaman también «el Pobre de Asís». Su fama de santidad es grande. Hijo de un rico comerciante de telas, se ha convertido al Evangelio después de una juventud un tanto alocada y disipada. Ha renunciado al dinero, a los honores, al poder y a la violencia. Se ha hecho pobre por amor a Cristo y para ser el hermano de todos.

Se le han unido muchos jóvenes, primero por decenas, después a cientos. Ahora son miles y proceden de todos los estratos y situaciones sociales. Francisco les enseña a vivir según el santo Evangelio, inculcándoles la fraternidad entre ellos y con todos los hombres y revelándoles el verdadero rostro de Dios, que no es el Dios de los señoríos de la Iglesia, ni de las cruzadas, ni del dinero, sino el Dios de los pequeños, que adviene en la dulzura y la mansedumbre. «¡Fijáos en la humildad de Dios!», suele decirles, a la vez que les muestra el ejemplo de Cristo humilde y pobre.

Ahora bien, en este mes de diciembre de 1223, cercana ya la Navidad, al hermano Francisco le embarga un gran deseo, y se lo comunica a sus hermanos: «Deseo hacer memoria del divino niño que nació en Belén y de las incomodidades que sufrió al ser reclinado en un pesebre y puesto sobre húmeda paja junto a un buey y un asno; quisiera hacerme de ello cargo de una manera palpable y como si lo presenciara con mis propios ojos» (1C, 84).

En aquel tiempo no existían los «nacimientos» ni, muchos menos, los belenes vivientes. La idea, totalmente nueva y verdaderamente ingenua, había brotado de pronto en el corazón de Francisco como una chispa de amor. Era una idea en verdad extraordinaria, como que sólo los poetas pueden concebirlas. Los poetas nos devuelven los ojos de la infancia y nos permiten reencontrar los secretos perdidos. Un buey y un asno en la sombra de un establo…, y la Navidad es recuperada en todo su realismo y ternura.

«Ver» y «hacer ver» al Hijo altísimo de Dios, naciendo al mundo en la humildad y la pobreza de un pesebre entre animales: nada era más importante para el futuro del mundo. En una sociedad de mercaderes, en la que el dinero era el rey, ¿qué podía haber más útil que hacer brillar la gratuidad de Dios? En un mundo de clérigos ávidos de honores y poder, ¿qué más saludable que recordar la humildad de Dios? En un tiempo de violencia, de cruzadas y guerras santas, ¿qué cosa más urgente y necesaria que hacer ver la dulzura y mansedumbre de Dios?

No se trataba, evidentemente, de una mera idea conmovedora ni de un arrebato de sentimentalismo.

Era toda la vida ardiente de Francisco, todo su ser, toda su búsqueda de Dios, lo que se expresaba en ese deseo de ver al Niño divino en la desnudez del pesebre. «Reinventar» la Navidad, reencontrar la humanidad y la ternura de Dios, es lo que Francisco quería para sí, para sus hermanos y para el mundo entero, al imaginar el belén viviente. Miraba lejos, muy lejos. Y del modo más sencillo del mundo. Fuera de los caminos trillados, él encontraba la fuente escondida de la ternura y la fraternidad.



¿Y quién mejor que las gentes pobres de la montaña podría comprender y acoger este mensaje? Como en otro tiempo los pastores de Belén, ellos serían los primeros en escuchar la Buena Noticia. Sin dudarlo, Francisco decide realizar su belén en Greccio.

Para ello se apresura a confiar su proyecto a su amigo Juan Velita, quien, a pesar de su alto linaje y sus importantes cargos, es sumamente sencillo y cercano a los frailes. Francisco lo estima mucho. «Si deseas», le dice, «que celebremos en Greccio la próxima fiesta del natalicio divino, adelántate y prepara con diligencia lo que voy a indicarte. 
Deseo hacer memoria de aquel divino niño…» (1C 84)

Juan, entregado por completo al proyecto de Francisco y dichoso por la confianza de que el Poverello le da muestras, se apresura a acudir a la humilde aldea de la montaña. ¡Qué alegría entre los habitantes de Greccio, y qué orgullo, cuando se enteran de que el hermano Francisco, de quien todo el mundo habla con veneración, ha elegido su aldea para celebrar la inminente fiesta de la Navidad! ¡Y qué sorpresa y qué asombro cuando Juan les hace saber que el hermano Francisco quiere que se le prepare un establo exactamente igual al de Belén, con un pesebre provisto de heno y con un asno y un buey!

De pronto, toda la aldea despierta de su letargo. Todos quieren ayudar a Juan a preparar la fiesta. Se escoge como lugar una gruta bastante profunda, en la ladera de la montaña, donde instalan un pesebre lleno de heno y llevan un asno y un buey. En suma, todo está listo cuando, al atardecer del 24 de diciembre, llega el hermano Francisco con algunos de sus frailes. Ha llegado la noche bendita en la que toda la cristiandad celebra el nacimiento del Salvador. Las gentes de Greccio y de los alrededores acuden en gran número con antorchas y lámparas encendidas. En los bosques resuenan sus cánticos. Es una noche extraordinaria, iluminada por centenares de luces que llenan la gruta y sus inmediaciones. Una «noche placentera tanto para los hombres como para los animales», refiere Tomás de Celano (1C 85).

Francisco «contempla extático el pesebre… rebosante de ternura y nadando en mar de celestiales goces» (ibidem). En verdad, aquella noche experimentó un largo éxtasis, fija su mirada en el pesebre, como si en él viese al Niño divino acostado sobre el heno, entre los animales. Era indudable que su espíritu se encontraba en el mismísimo Belén.


Pero ¿Qué veía el Poverello en aquella noche de Navidad? No era sólo una escena enternecedora. Francisco estaba contemplando el misterio de la Navidad en toda su profundidad. Si había querido aquel pesebre, no era para procurarse una representación meramente emotiva. Su mirada iba mucho más lejos: veía toda la creación con Dios en un misterio profundo. Todo cuanto existía, todo cuanto vivía, había sido querido para aquel instante único, para aquella comunión con la vida divina en el Niño-Dios.

No había, pues, que buscar la vida divina fuera de las fragilidades de la vida humana y sus oscuras raíces, fuera de la creación material. Todo se encontraba en el Niño-Dios. Y lo que estaba oculto se hacía visible. El sentido del mundo se hacía patente. La unidad de la creación se revelaba abiertamente. Era una epifanía de luz. No era posible acoger la vida divina sin respetar toda vida: la vida humana, desde luego, pero también las formas de vida más humildes. No era posible comulgar en la vida divina sin fraternizar con toda vida, con toda criatura. Con toda la creación.

Y el camino de esta comunión y de esta fraternidad era la humildad del pesebre: esa humildad original que nos acerca a las criaturas más humildes; esa cercanía y esa dulzura que nos hacen retornar al amplio círculo de la creación. Éste había sido el mensaje de los ángeles a los pastores en la noche de Navidad: «Hoy os ha nacido un Salvador… y esto os servirá de señal: encontraréis un niño envuelto en pañales y acostado en un pesebre». Toda la creación, con sus más humildes criaturas, se había convertido en la «cuna divina». Sólo era posible acercarse al Niño, encontrarlo, entrando en el pesebre, acercándose a las criaturas más humildes. Y en la noche de Navidad, en la que Dios mismo venía a nosotros en la humildad de un establo, era preciso manifestar un infinito respeto y una gran ternura hacia toda vida, por humilde que fuese. Francisco quería que aquel día no sólo los pobres y hambrientos fueran saciados por los ricos, sino que incluso se diese a los bueyes y a los asnos más pienso del acostumbrado (2C 200). Y no olvidaba ni siquiera de los pájaros: «Si hablase al emperador, le suplicaría dictara esta ley: que todos cuantos pudieren arrojasen por los caminos trigo y otros granos, para que en día de tanta solemnidad se refocilasen las avecillas, en especial las hermanas alondras» (ibidem).

Toda esta ternura desbordaba el corazón de Francisco, mientras contemplaba extasiado el pesebre, como si estuviese de verdad en Belén y viese al Niño con sus propios ojos. Entonces se renovó para él de manera sensible el misterio de un Dios que nace en las profundidades de la tierra, entre los animales. «Un hombre piadoso de los que allí había», cuenta Tomás de Celano, «contempló una admirable visión. Vio un niño exánime reclinado en el pesebre, al cual se acercó el santo varón de Dios y lo resucitó tan suavemente como si le despertara del sopor del sueño» (1C 86).

Pero no deberíamos quedarnos en el aspecto maravilloso del acontecimiento sin ver su significación profunda. Si se hubiera procurado traducir de una manera simbólica la experiencia espiritual de Francisco en aquella noche, sin duda no se habría logrado mejor que narrando este rasgo maravilloso. Tomás de Celano no se equivocó a este respecto. Escribe en su Vida segunda: «Éste fue el lugar [Greccio] donde celebró el nacimiento del Niño de Belén, haciéndose pequeño con el pequeñito» (2C 35). Así pues, para su biógrafo la celebración exterior traducía un devenir interior: «Hecho niño con el Niño (factus cum Puero puer)».

El pesebre viviente, en la profundidad de una gruta donde se despierta por la noche un niño muy hermoso al acercarse Francisco, simboliza el nacimiento escondido del Niño divino en las profundidades del alma, en un hombre plenamente reconciliado con sus orígenes. Es la expresión sensible de un acercamiento interior de Dios por el camino de la humildad y la reconciliación: por el camino de la encarnación.

Se atribuye al teólogo Bultmann esta frase: «Quiero a Cristo sin el pesebre». Querer a Cristo sin el pesebre es quererlo sin sus humildes vínculos naturales, sin su matriz cósmica. En tal perspectiva idealista, el acontecimiento de la salvación ya no tiene nada que ver con la Madre Tierra, con todo cuanto nos religa al cosmos y a la vida; se sitúa, de entrada, en la pura interioridad, por encima de nuestra condición carnal, sin afectar para nada a nuestras raíces vitales y psíquicas. En una palabra, sin asumir el destino total del hombre, de este ser que «tiene su raíz en la naturaleza animal y, rebasando lo que es meramente humano, se eleva hasta la divinidad» (Jung). Se deja de lado la creación material y animal. El acontecimiento de la salvación no la alcanza. No hay, por tanto, reconciliación del hombre con sus fuerzas oscuras, ni tampoco transfiguración de la agresividad ni de la libido. Cristo no desciende a nuestras profundidades. La paz de la Navidad queda colgada de las estrellas.

Completamente distinto es el camino de Francisco, que encuentra al Niño divino en la humildad del pesebre, fraternizando con nuestros hermanos los animales, con toda vida. Lo encuentra allí donde están nuestras raíces. Dios, para nacer en el hombre, necesita todo el hombre, y primero sus raíces oscuras, vitales y cósmicas. Es aquí donde él espera: «Fijaos en la humildad de Dios», decía Francisco a sus hermanos.

Después de la larga vigilia de oración y cánticos en la gruta transformada en establo, se celebró la misa de Navidad utilizando el pesebre como altar. Francisco, que se había puesto la dalmática, en su calidad de diácono, cantó el Evangelio de la Navidad. Con su voz «vibrante y dulce, clara y sonora», proclamó la Buena Noticia: «No temáis, pues os anuncio una gran alegría, que lo será para todo el pueblo: hoy os ha nacido hoy un Salvador…» (Le 2,10-11).

Después de este anuncio, Francisco se dirigió a la gente, invitándola a alegrarse por el acontecimiento. No lo hizo con una predicación. Era su propia vibración interior la que se lo comunicaba. Con palabras muy sencillas, evocó el pequeño pueblo de Belén y el nacimiento del Niño en la pobreza del pesebre. Al escucharlo, se tenía verdaderamente la impresión de que en aquella noche el cielo había perdido todo su orgullo y se había vuelto enormemente próximo y fraternal. El Dios de majestad se había hecho nuestro hermano en María, su madre.

Se puede encontrar un eco de la homilía de Francisco en la oración que compuso para las vísperas de Navidad, en su Oficio de la Pasión del Señor:

«En aquel día envió el Señor Dios su misericordia, y por la noche sus canciones.
Éste es el día que hizo el Señor: gocémonos y regocijémonos en él. Porque un niño santísimo y dilecto nos ha sido dado, y nació por nosotros en despoblado, y fue colocado en un pesebre, porque no le dieron albergue en la posada. Gloria al Dios Señor en las alturas, y en la tierra, paz a los hombres de buena voluntad. Alégrense los cielos y alborócese la tierra, conmuévase el mar y lo que él contiene: se holgarán los campos y cuanto ellos encierran».

«¡Paz en la tierra!». Esa paz que Francisco había ido a anunciar a los cruzados, y después al Sultán, en el Cercano Oriente, florece en esta noche de Navidad en una pequeña aldea de montaña. No era preciso acudir al país de Jesús para encontrarla: 
Greccio se había convertido en un nuevo Belén.

El Niño divino nace en todas partes donde hay hombres lo bastante humildes como para reconocerse hermanos entre sí y de toda criatura.





jueves, 7 de diciembre de 2023

CAMPAÑA ADVIENTO SOLIDARIO 2023
COLEGIO SAN BUENAVENTURA 
(DEL 13 AL 21 DE DICIEMBRE)


Bajo el lema ‘Tú tienes mucho que ver’, la campaña de Navidad de Cáritas urge a “ver la Navidad que no vemos”: la que viven tres millones de hogares en España bajo el umbral de la pobreza severa una vez que consiguen pagar los gastos básicos de la vivienda y los alimentos. “Convencidos de que el Amor es el motor que nos impulsa a ponernos en el lugar del otro, Cáritas invita a la sociedad a descubrir que todos tenemos mucho que ver en las oportunidades que otras personas pueden tener”, recuerda Manuel Bretón.

La Campaña de Navidad es, junto a la del Día de Caridad (Corpus Christi), una de las dos ocasiones del año en las que Cáritas lanza a toda la sociedad una invitación expresa a la colaboración económica para sostener el trabajo de lucha contra la pobreza que realizan las 70 Cáritas Diocesanas de todo el país.

La colaboración privada es uno de los pilares que permiten a Cáritas desarrollar su misión y ofrecer oportunidades de vida digna a millones de personas en situación de gran vulnerabilidad dentro y fuera de nuestro país.

En el último ejercicio, Cáritas destinó más de 457,2 millones de euros para acompañar a 2,8 millones de personas dentro y fuera de España con problemas crecientes de inseguridad alimentaria, desempleo, vivienda y salud mental. Este importante esfuerzo económico fue posible gracias a la generosidad de miles de socios, donantes y colaboradores privados, que aportaron más de 304,2 millones, lo que supone más del 66 por ciento del total de los recursos invertidos.

La enorme solidaridad de la sociedad española es sin duda un signo de esperanza para todos. Tú tienes mucho que ver. ¡Feliz Navidad!

VILLANCICO CAMPAÑA DE NAVIDAD 2023
Cáritas presenta por cuarto año consecutivo su tradicional villancico para su campaña de Navidad. En esta ocasión llega de la mano de Hakuna Group Music. Este grupo de jóvenes católicos ha logrado en menos de una década posicionar sus canciones en los primeros puestos de las aplicaciones de música de moda.

La pieza inédita, que lleva por título ‘Del Cielo’ , ha sido producida gracias a la colaboración solidaria de la Fundación San Pablo CEU y CADENA 100. El villancico cuenta además con un videoclip, que Hakuna Group Music ha grabado junto al coro de niños del colegio CEU San Pablo Sanchinarro.

Somos forofos de la labor de Cáritas y estamos muy agradecidos de poder colaborar con ellos. Componer para Cáritas ha supuesto reconocer que Dios nace pobre para no dejar de lado a nadie. Desde la fragilidad y la pobreza quiere hacer suyo el corazón de cada hombre”, explica Ignacio, miembro de Hakuna Group Music.

“Ante la locura de Dios que se hace niño todos compartimos nuestra indigencia. Todos somos igual de pobres porque somos igual de incapaces de corresponderle. Que nuestra sencillez, ilusión y cariño sea el pesebre donde pueda nacer”, remarca Ignacio.

Hakuna "Del Cielo", Cáritas Navidad 2023 


  • 1º y 2º Bach: Gel, champú, material de higiene
  • 1º a 4º ESO: Tomate frito, aceite
  • 1º a 6º PRIMARIA: Pasta, Sopa, Latas de atún, aceite
  • 1,2,3,4,5 AÑOS INFANTIL: Dulces de navidad, aceite

COMUNICADO A LA COMUNIDAD EDUCATIVA DEL COLEGIO SAN BUENAVENTURA:

ADVIENTO SOLIDARIO 2023
"VIENE PARA SANARNOS"
COLEGIO SAN BUENAVENTURA
CAPUCHINOS-MURCIA

Un saludo de Paz y Bien A TODA LA FAMILIA EDUCATIVA DEL COLEGIO SAN BUENAVENTURA.

EN LA CELEBRACIÓN DE LOS 800 AÑOS DEL BELÉN VIVIENTE DE SAN FRANCISCO DE ASÍS.

Hace poco iniciamos con ilusión el tiempo de Adviento en el Colegio, un momento clave en la educación en la fe cristiana. Para tenerlo presente, decoramos nuestro centro para recordar los días tan emocionantes que estamos a punto de vivir.

En medio del bullicio y el consumismo que a menudo caracterizan esta temporada festiva, nos gustaría tomarnos un momento para reflexionar sobre el verdadero espíritu de la Navidad: el amor, la generosidad y la solidaridad.

En esta ocasión, queremos invitaros a ser parte de las acciones solidarias que se llevarán a cabo en Educación Infantil, Primaria, Secundaria y Bachillerato.

Un año más NOS PONEMOS EN MARCHA CON DOS INICIATIVAS QUE NOS PIDEN CON URGENCIA Y PIDEN NUESTRA COLABORACIÓN:

1. AYUDA ECÓNMICA (Asilo ancianos HERMANITAS DE LOS POBRES) Os adjuntamos carta enviada por la superiora a todo el colegio. 

CAJAS QUE ESTÁN REPARTIDAS POR LAS CLASES (OPERACIÓN 1ALUMNO/A = 1 EURO) "TIRITAS DE GUSO", QUE LOS NIÑOS IRÁN
PEGANDO EN UN MURAL
, LOS NIÑOS/AS TOMARÁN CONCIENCIA DE CUANTAS MÁS TIRITAS ESTÉN PEGADAS MÁ FELICES VAN A ESTAR QUIENES RECIBAN LA AYUDA ECONÓMICA (pueden colaborar cuantas veces quieran)

LOS ALUMNOS/AS DE BACHILLERATO QUIEREN APORTAR SU GRANITO DE ARENA VENDIENDO PULSERAS SOLIDARIAS A 1€, (durante estos días pasarán por las clases para venderlas, os lo comunicaremos para que les deis el dinero a vuestros hijos/as).

DEL 13 AL 21 DE DICIEMBRE (Haremos la entrega del dinero y los alimentos)



2. ALIMENTOS Y OTROS MATERIALES PARA (CÁRITAS DIOCESANA REGIÓN DE MURCIA). Lo hemos distribuido de esta manera: (LOS LLEVARÁN A CLASE Y PASAREMOS A RECOGERLOS)
  • 1º y 2º Bach: Gel, champú, material de higiene
  • 1º a 4º ESO: Tomate frito, aceite
  • 1º a 6º PRIMARIA: Pasta, Sopa, Latas de atún, aceite
  • 1,2,3,4,5 AÑOS INFANTIL: Dulces de navidad, aceite
DEL 13 AL 21 DE DICIEMBRE (Haremos la entrega del dinero y los alimentos)

MUCHAS GRACIAS POR VUESTRA GENEROSIDAD.

Equipo de Pastoral

¡FELIZ Y SANADOR ADVIENTO 2023!


ADVIENTO SOLIDARIO 2023
UNA PREPARACIÓN PARA LA NAVIDAD


Hace poco iniciamos con ilusión el tiempo de Adviento en el Colegio, un momento clave en la educación en la fe cristiana. Para tenerlo presente, decoramos nuestro centro para recordar los días tan emocionantes que estamos a punto de vivir.
En medio del bullicio y el consumismo que a menudo caracterizan esta temporada festiva, nos gustaría tomarnos un momento para reflexionar sobre el verdadero espíritu de la Navidad: el amor, la generosidad y la solidaridad.
En esta ocasión, queremos invitaros a ser parte de las acciones solidarias que se llevarán a cabo en Educación Infantil, Primaria, Secundaria y Bachillerato.



jueves, 30 de noviembre de 2023

ADVIENTO - NAVIDAD 2023

 






8 DE DICEMBRE
INMACULADA CONCEPCIÓN DE MARÍA

El corazón de María, un corazón que sana

Celebración de la Inmaculada

San Buenaventura 2023

5 de diciembre de 2023


1. INVITACIÓN A LA CELEBRACIÓN Y EL SILENCIO
2. MONICIÓN


¿Cómo era el corazón de María? La historia de la generación de Jesús nos revela que se trata de un corazón disponible: «Hágase en mí según tu palabra». Ella quería hacer la voluntad de Dios. Su corazón no es un espacio vacío que se fue llenando automáticamente de la voluntad divina. Su corazón es humano, como el de cualquier ser humano «¿Cómo será si no conozco varón?». Su corazón se hacía disponible a la voluntad de Dios en la medida en la que ella le iba cediendo el terreno de su corazón, poco a poco: «Su madre conservaba todo esto en su corazón».

Por eso, en su corazón caben también las angustias: «Hijo, ¿por qué nos has tratado así? Tu padre y yo te buscábamos angustiados». Esa angustia de buscar a Jesús y no encontrarlo llegará a inundar su corazón el día de su muerte. El amor de su vida es su hijo y que al mismo tiempo es su único Dios.

Dios tiene el mismo corazón para ti que tuvo para María. Él conoce las heridas que las personas y las circunstancias han causado en tu vida. Él sabe con qué luchas, los hábitos que te impiden vivir la vida abundante que ha planeado para ti. Y él tiene tanto el deseo como el plan para sanar esas heridas. Dios desea sanar tu corazón. Dios quiere que vivas una vida llena de amor y bendición.

PROCESIÓN CON LA VIRGEN DESDE LA PORTERIA A LAS ESCALERAS, PORTADA POR ALUMNOS/AS DE 2º BACHILLERATO (DURANTE LA PROCESIÓN CANTA LA CORAL)

CANTO: CORAL SAN BUENAVENTURA

3. EVANGELIO

Evangelio: Lucas 2, 41-51

Los padres de Jesús solían ir cada año a Jerusalén por la fiesta de Pascua.
Cuando Jesús cumplió doce años, subieron a la fiesta según la costumbre y, cuando terminó, se volvieron; pero el niño Jesús se quedó en Jerusalén, sin que lo supieran sus padres.
Estos, creyendo que estaba en la caravana, anduvieron el camino de un día y se pusieron a buscarlo entre los parientes y conocidos; al no encontrarlo, se volvieron a Jerusalén buscándolo.
Y sucedió que, a los tres días, lo encontraron en el templo, sentado en medio de los maestros, escuchándolos y haciéndoles preguntas. Todos los que le oían quedaban asombrados de su talento y de las respuestas que daba. Al verlo, se quedaron atónitos, y le dijo su madre:
«Hijo, ¿por qué nos has tratado así? Tu padre y yo te buscábamos angustiados». Él les contestó:
«¿Por qué me buscabais? ¿No sabíais que yo debía estar en las cosas de mi Padre?». Pero ellos no comprendieron lo que les dijo.
Él bajó con ellos y fue a Nazaret y estaba sujeto a ellos. Su madre conservaba todo esto en su corazón.

María, la mujer que nos trae un Corazón nuevo


4. MONICIÓN
En el tiempo de Adviento María es siempre una presencia llena de significado. La madre que espera, la mujer que acoge la palabra, la muchacha que arriesga, la amiga que ayuda, la creyente que calla y medita. Todo esto lo encontramos en María. Que se convierte en espejo en el que mirarnos. Porque también nosotros necesitamos acoger, arriesgar, servir y dejar que la buena noticia sea semilla que arraigue en la tierra que somos.

Dos miradas a María pueden ayudarte hoy a pensar en el camino de adviento que hemos iniciado con el lema “VIENE A SANARNOS”. La mirada a la mujer que habla y la mirada a la mujer que ama.

ADAPTACIÓN DE LAS 3 AVEMARÍAS
PRIMER AVEMARÍA
LECTOR 1
Pocas veces hablas en los evangelios, y sin embargo tus palabras son rotundas, definitivas, inapelables. «Hágase», «No tienen vino», «Haced lo que él os diga». Y, sobre todo, ese «Magníficat» que es un himno de libertad, de justicia y de alabanza. También nosotros hablamos. En familia, en el trabajo, entre amigos… Hablamos de otras personas. De política, de fútbol, de cine… Hablamos de lo que nos preocupa o lo que nos entretiene. Quizás también –ojalá– de Dios. Hay mucho poder en las palabras. Poder para herir y sanar, para levantar y para derribar. Ojalá, María, aprendamos de ti a hablar con verdad.

Nosotros, como María, queremos preparar este adviento con alegría serena, una alegría interior que se desborde y transmita a todos. TE LO PEDIMOS. CANTANDO EL AVE MARÍA

CANTO: NIÑOS DE INFANTIL (AVE MARÍA)


SEGUNDA AVEMARÍA
LECTOR 2
Entre los personajes cercanos a Jesús, pocos como María. Pocas veces hablas en los evangelios, y sin embargo tus palabras son rotundas, lo que se dice de ti es sorprendente. Madre, testigo, seguidora… Una mujer fiel a Dios, y capaz de ver más allá de lo cotidiano y establecido. Una creyente capaz de arriesgarlo todo. Una mujer valiente. Mucho más que un 'icono', mucho más que una idea, mucho más que un nombre… de ti decimos que eres madre.

Queremos vivir este adviento con esperanza, sin caer en el desánimo o en el pesimismo porque sabemos que tu venida cambia el mundo y está en nosotros y en nuestros pequeños o grandes detalles el que tu Reino crezca más y más cada día. TE LO PEDIMOS, CANTANDO EL AVE MARÍA

CANTO: NIÑOS DE INFANTIL (AVE MARÍA)

TERCER AVEMARÍA
LECTOR 3
Pocas veces hablas en los evangelios, y sin embargo tus palabras son rotundas. Donde todos hubiesen visto una locura, Tú viste un horizonte. Donde muchos hubiesen visto una trasgresión, Tú intuiste la promesa de Dios. Donde tantos se hubiesen estremecido ante la perspectiva y hubiesen exigido más pruebas, más seguridades o más garantías, Tú exclamaste: «Hágase». Donde la ley era la referencia y la condena, Tú fuiste capaz de cantar la grandeza del Dios que está con los más pequeños y da la vuelta a todos los órdenes establecidos. Donde todo era convencional, Tú, María, con una acogida hecha al tiempo de ignorancia y valentía, de confianza y entrega, fuiste capaz de colaborar con Dios de un modo radical.

Nosotros queremos llevar esa presencia de Dios al mundo, anunciando la llegada del Mesías, de nuestro Salvador, a toda la tierra. TE LO PEDIMOS, CANTANDO EL AVE MARÍA

CANTO: NIÑOS DE INFANTIL (AVE MARÍA)

PETICIÓN DE LAS 3 AVEMARÍAS
LECTOR 4
María eres la mujer del Corazón que sana, porque todo lo vives desde Jesús. Eres transparente pues sólo dejas pasar por tu vida los rayos del infinito amor y ternura del Corazón de tu Hijo. María, nuestra vida se debe de caracterizar porque, aprendemos de ti a SANAR NUESTRO CORAZON, A ABRIR NUESTRO CORAZÓN, a vivir en la espera gozosa de un nuevo adviento, una nueva navidad. Esta es nuestra misión.

CANTO: CORAL SAN BUENAVENTURA


5. FIN DE LA CELEBRACIÓN
María "conservaba en su interior todo aquello", ya que María es la mujer del gran corazón. Esto significa que, aunque en su mente no entendía muchas cosas, ama, espera y cree. Jesús le cambia los planes de su vida. Ella, sin entender sus palabras, guarda silencio y confía. No siempre entendemos las cosas nos que pasan. No siempre comprendemos el modo de actuar de Dios. Pero, aunque no se entienda, Dios se hace presente en nuestra vida y nos regala la salvación. “Guardar las cosas en el corazón” es aceptar las sorpresas que Dios guarda para nosotros. María era especialista en descifrar los mensajes que Dios tenía para ella en cada momento. También nosotros tenemos que aprovechar los mensajes que Dios nos da a través de la celebración que hemos vivido hoy y de los acontecimientos y de las personas que tenemos cerca cada día.

Al igual que “María guardaba cuidadosamente todas las cosas en su corazón” te invitamos a cerrar los ojos, respirar profundamente y disfrutar de un tiempo de silencio personal. Es una invitación a escuchar tu corazón. ¿Qué resuena en él? ¿Qué tienes guardado en tu corazón que cuidas con especial cariño en el día de hoy?

Escuchamos la canción “Guardabas en tu corazón” – Hna. Glenda

6. UNIDOS EN ORACIÓN 
María, corazón de Madre María, tú tienes un corazón de Madre, fuerte, sensible, tierno… ¡Qué bien entiendes tú lo que nos hace falta! Míranos, intercede por nosotros, dile a tu Hijo Jesús que nos regale un corazón como el tuyo: sensible para intuir lo que se necesita a nuestro lado; capaz de guardar dentro lo que nos desconcierta, lo que no comprendemos; fuerte para permanecer en pie junto al dolor de nuestros hermanos; tierno con los más pequeños; un corazón apasionado en el amor donde todos tengan sitio. PJNS. AMÉN

7. BENDICIÓN DE SAN FRANCISCO Y DESPEDIDA

CANTO: CORAL SAN BUENAVENTURA



MATERIAL SOBRE EL TIEMPO DE ADVIENTO
Este Adviento 2023 nos tiene que acercar más que nunca 
al verdadero sentido de la Navidad, y así lo queremos transmitir 
a nuestros alumnos y alumnas. 

El Adviento es un tiempo especial de preparación con el que se da inicio a un nuevo “Año Litúrgico”, es decir, un nuevo año para la Iglesia Católica. El término "Adviento" proviene del latín “adventus”, que significa “venida”, “llegada”.
El Adviento está organizado en torno a los cuatro domingos previos a la Navidad, que luego se integran en la gran celebración del Nacimiento de Jesucristo, y su posterior Epifanía. Los días de Adviento componen un camino litúrgico y espiritual cuyo núcleo es la espera de la llegada de Jesús.
El Adviento es como cuando esperamos que lleguen invitados a nuestras casas, encendemos las luces; Anticipamos su llegada y los recibimos con alegría. En Adviento, preparamos nuestros hogares e iglesias mientras anticipamos con alegría Su llegada, y la luz también se vuelve más brillante a medida que nos acercamos al día de Navidad, el día en que nació la Luz del Mundo.
El Adviento es un tiempo de preparación, reflexión y esperanza:
  • Tiempo de preparación: no se trata de la preparación material de la navidad que, paradójicamente, es lo que más nos preocupa. La comida, los regalos, el dinero que hay que gastar. Dónde y con quiénes la pasamos (¡los conflictos que esto genera!). No. Se trata de preparar el corazón. Sin Jesús no hay Navidad. Sin Jesús la Navidad se vuelve una fiesta pagana. Hay que preparar el corazón. Y el adviento es un tiempo privilegiado para ello.
  • Tiempo de reflexión: Un precioso momento para pensar y preguntarnos por el sentido de nuestra existencia. Ponemos la mirada en esa primera venida del Señor, aquella que cambió la historia. Nos adentramos al interior del pesebre y contemplamos al niño envuelto en pañales. Ese niño que da sentido a nuestra vida. Y, al mismo tiempo, nuestra mirada se posa en el horizonte, esperando la última venida, al final de los tiempos.  Ahora bien, ese Jesús que ya vino y que va a volver, sigue viniendo. Es la venida permanente, cotidiana. Jesús viene en su palabra, en la Eucaristía, en el día a día del colegio, en los compañeros y compañeras, en el enfermo, en el pobre, en el que sufre. Si dos mil años atrás, alguno de los pobladores de Belén hubiese estado convencido de que quien estaba en el vientre de María era el Mesías, seguramente no habría cerrado sus puertas. ¿No será que nosotros no terminamos de convencernos y por eso cerramos las puertas a los hermanos? Cómo nos cuesta descubrir la presencia de Dios en lo cotidiano. Pues bien, el adviento es un tiempo para reflexionar y agudizar la mirada, un tiempo para SANAR.
  • Tiempo de esperanza: Si la Navidad es el tiempo de la alegría, el Adviento es el tiempo de la esperanza. Cuesta esperar en la cultura de la inmediatez y lo instantáneo. Hoy basta apretar un botón o abrir un WhatsApp y ya está. Todo es rápido. Todo es instantáneo. Cómo cuesta esperar. El adviento es el tiempo de la espera. Nos ejercita en la paciencia. No se trata de cualquier espera. Es una espera dichosa. No esperamos con angustia, desde la incertidumbre. Sabemos, creemos, que Jesús viene. Y ese es el motivo de nuestra esperanza.
Este 2023 el Tiempo de Adviento empieza el domingo 3 de diciembre y termina el domingo 24 de diciembre.

La liturgia
Durante el Adviento, el color que se usa en la liturgia de la Iglesia es el morado. Este color simboliza austeridad y evoca sentido de penitencia. Se usa porque ayuda a que los fieles sean conscientes de la necesidad de la conversión, de “estar preparados”, de que hay que avivar los corazones ante la inminente llegada del Señor.
Las lecturas bíblicas durante el Adviento están tomadas sobre todo del profeta Isaías (primera lectura), pero también de otros pasajes proféticos del Antiguo Testamento. Todas en referencia a la llegada del Mesías.
El profeta Isaías, San Juan Bautista y María de Nazaret son presentados por la Iglesia como los grandes modelos para estar debidamente preparados para recibir al Salvador.

El Tiempo de Adviento está dividido en dos partes:
Primera parte
Desde el domingo 3 de diciembre, Primer Domingo de Adviento, hasta el 17 de diciembre. Esta etapa tiene marcado carácter escatológico, de cara a la “segunda venida”, es decir, la venida del Señor al final de los tiempos.

Segunda parte
Desde el lunes 18 de diciembre al domingo 24 de diciembre. A estos días se les denomina la "Semana Santa" de la Navidad. Como último tramo previo al Nacimiento de Jesús, la Iglesia intensifica la preparación de los corazones orientándose a la meditación del misterio de la Encarnación: la Navidad.

  SIGNOS DEL ADVIENTO


¿Qué simbolizan las cuatro velas de Adviento?
Las cuatro velas de Adviento representan los cuatro domingos de Adviento y simbolizan respectivamente esperanza, paz, alegría y amor. En algunos hogares y parroquias, la gente también enciende una quinta vela en Nochebuena o el día de Navidad para representar el nacimiento de Jesús; Esta vela, cuando se agrega a la corona de Adviento, suele ser blanca y más grande que las otras velas y se coloca en el centro de la corona.

EL CALENDARIO DE ADVIENTO
Los calendarios de Adviento son una de las tradiciones navideñas más esperadas por los niños. Las familias compran un calendario en los supermercados o lo hacen en casa para sus hijos, para que empiecen a disfrutarlo del día 1 al día 24 de diciembre. Es una manera que usan muchas familias para preparar a los niños para la llegada de la Navidad.
Nosotros en Clase también podemos tener nuestro calendario, haciendo propósitos que nos ayuden a vivir el Adviento, para llegar preparados a la Navidad (Podemos utiliza el que ha preparado el Departamento de Pastoral)

COMENZAMOS ESTE CAMINO DE SANACIÓN...

El viernes 1 de diciembre encendimos la PRIMERA VELA DE ADVIENTO: Esperanza (Vela de la Profecía)

Así dio comienzo  un nuevo tiempo litúrgico. La primera vela es violeta, el color primario del Adviento y un color que simboliza la realeza. A veces llamada la “vela de la profecía”, TODO SE CUMPLIRÁ CON EL NACIMIENTO DE JESÚS.
“¡Ven, Señor Jesús, a sanar nuestra vida!”

CAMINO DE ADVIENTO COLEGIO SAN BUENAVENTURA 2023
Te presentamos el camino por donde andaremos en estas cuatro semanas en las que PREPARÁNDONOS, REFLEXIONANDO Y CELEBRANDO, sanaremos con el nacimiento de Jesús en la noche de la Navidad

   
EL LEMA DEL ADVIENTO QUE VAMOS A TRABAJAR ESTE CURSO ES: 
"VIENE PARA SANARNOS"
El lema que hemos cogido para celebrar el Adviento en nuestro colegio es: VIENE PARA SANARNOS, y esa va a ser nuestra misión, ATRAVÉS DE LA ORACIÓN DE BUENOS DÍAS, ATRAVES DE LA SOLIDARIDAD CON EL ASILO DE LAS HERMANITAS DE LOS POBRES, DE AYUDAR A NUESTRO PROYECTO DE SERCADE DE ACOGIDA A INMIGRANTES “PROYECTO AFRIQUE, COLABORAR CON CÁRITAS Y JESÚS ABANDONADO Y COMO ACTUAMOS CON MISERICORDIA CON NUESTROS COMPAÑEROS Y COMPAÑERAS, PROFESORES, FAMILIARES, NUESTRO PLANETA. DE NOSOTROS DEPENDE SANAR O DEJAR QUE AGONICE Y PERDER LA OCASIÓN DE ENCONTRAR LA RECETA PARA QUE JESÚS NAZACA EN NUESTRO CORAZÓN


¿CÓMO PODEMOS SANAR EN ADVIENTO?
Cuando acogemos, cuando somos solidarios y cuando practicamos la misericordia.

Un cuento para comenzar nuestro camino a Belén.
Hace muchos años, en un tiempo lejano, un viajero llegó a un poblado. Le llamó la atención la belleza del lugar, sus arroyos, los campos, los sembrados. Después de caminar un largo rato se encontró con las casas de la aldea. Casas sencillas, coloridas, con puertas abiertas de par en par. No podía creerlo. Él venía de un lugar muy distinto.

Se fue acercando. Tres niños salieron a recibirlo. Los padres de los niños invitaron al viajero a quedarse con ellos unos días.

El viajero aprendió muchas cosas: por ejemplo, a hornear el pan, trabajar la tierra, ordeñar las vacas, pero había una de la cual no podía descubrir el significado. Cada día -y algunos días en varias ocasiones- el papá, la mamá y los hermanitos, se acercaban a una mesa donde habían colocado las figuras de María y José, un burrito marrón y una vaca. Despacito, dejaban un poco de heno y hierba seca entre María y José. Con el pasar de los días aquello comenzó a parecerse un colchón para recostar a alguien, cada vez se hacía más mullido.

Cuando le llegó al viajero el momento de partir, la familia le entregó un pan caliente y frutas para el camino, lo abrazaron y lo despidieron. Ya se iba cuando, dándose vuelta, les dijo:

– Una cosa quisiera llevarme de este hermoso momento.

– Por supuesto, le contestaron. ¿Qué más podemos darte para el camino?

- ¿Por qué –preguntó el viajero- iban dejando esas ramas de heno y hierba seca a los pies de María y José?

Ellos sonrieron y el niño más pequeño respondió:

– Cada vez que hacemos algo con amor buscamos un poco de heno, hierbas, piedrecitas y la llevamos al pesebre. Y así vamos preparándolo para que, cuando llegue el niño Jesús, María tenga un lugar donde recostarlo. Si amamos poco, el colchón va a ser un colchón delgado y por lo mismo frío; pero si amamos mucho, Jesús va a estar más cómodo y caliente.

El viajero parecía comprenderlo todo. Sintió ganas de quedarse con esa familia hasta la Nochebuena, pero una voz dentro suya lo invitó a llevar por otros pueblos lo que había aprendido.

Cuando acogemos, cuando somos solidarios y cuando practicamos la misericordia.
Acogida:

Solidaridad:




Misericordia:

https://www.youtube.com/watch?v=0WCn5ZxaKSk (parábola del buen samaritano)

RECUERDA:
  • La Navidad es la celebración de la presencia de Jesús entre los hombres.
  • Jesús nace en nosotros y nosotros somos sus testigos, no vale esperar que sean otros los que se muevan.
  • Hay muchas necesidades en nuestro mundo (hambre, paro, emigrantes, soledad,…)
Cuento – “Alicia busca a Dios”

Un día, una niña llamada Alicia pensó: “Quisiera conocer a Dios. ¿Dónde lo podré encontrar?”.

Dios escuchó su pregunta y a la mañana siguiente le regaló un bello amanecer. Pero Alicia no le dio importancia. En el colegio, le preguntó a la profesora de religión y ella le respondió:

– Dedica todos los días unos minutos a estar en silencio y sentirás a Dios.

Alicia lo intentó, pero no lo consiguió, pues le gustaba mucho hablar.

Dios deseaba que Alicia lo encontrara así que siguió enviándole señales de su presencia. Una tarde, unos pajaritos se posaron en su ventana y comenzaron a piar una bella melodía, pero Alicia estaba tan distraída jugando que no los oyó.

Salió a pasear al parque y entró en una iglesia. Pero allí sólo vio imágenes inmóviles que no hablaban, y se marchó de allí.

Cuando llegó a su casa, su madre se acercó y le dio un beso. Alicia no se dio cuenta; estaba muy ensimismada pensando en cómo podía encontrar a Dios.

Esa misma noche se acostó muy triste porque le parecía que era imposible encontrarse con Dios. Pero mientras dormía, Dios le dijo en sueños:

– Alicia, hoy te he enviado muchas señales: el bello amanecer, los pajaritos, la iglesia y el beso de tu mamá. Todos son regalos para que te puedas encontrar conmigo.

Al día siguiente, Alicia sintió un cambio muy importante en su interior. Al fin lo había encontrado. Sintió que Dios estaba en su corazón, en las personas cercanas y en la naturaleza.



¡FELIZ Y SANADOR ADVIENTO!