1. INVITACIÓN A LA CELEBRACIÓN Y EL SILENCIO
2. MONICIÓN
¿Cómo era el corazón de María? La historia de la generación de Jesús nos revela que se trata de un corazón disponible: «Hágase en mí según tu palabra». Ella quería hacer la voluntad de Dios. Su corazón no es un espacio vacío que se fue llenando automáticamente de la voluntad divina. Su corazón es humano, como el de cualquier ser humano «¿Cómo será si no conozco varón?». Su corazón se hacía disponible a la voluntad de Dios en la medida en la que ella le iba cediendo el terreno de su corazón, poco a poco: «Su madre conservaba todo esto en su corazón».
Por eso, en su corazón caben también las angustias: «Hijo, ¿por qué nos has tratado así? Tu padre y yo te buscábamos angustiados». Esa angustia de buscar a Jesús y no encontrarlo llegará a inundar su corazón el día de su muerte. El amor de su vida es su hijo y que al mismo tiempo es su único Dios.
Dios tiene el mismo corazón para ti que tuvo para María. Él conoce las heridas que las personas y las circunstancias han causado en tu vida. Él sabe con qué luchas, los hábitos que te impiden vivir la vida abundante que ha planeado para ti. Y él tiene tanto el deseo como el plan para sanar esas heridas. Dios desea sanar tu corazón. Dios quiere que vivas una vida llena de amor y bendición.
PROCESIÓN CON LA VIRGEN DESDE LA PORTERIA A LAS ESCALERAS, PORTADA POR ALUMNOS/AS DE 2º BACHILLERATO (DURANTE LA PROCESIÓN CANTA LA CORAL)
CANTO: CORAL SAN BUENAVENTURA
3. EVANGELIO
Evangelio: Lucas 2, 41-51
Los padres de Jesús solían ir cada año a Jerusalén por la fiesta de Pascua.
Cuando Jesús cumplió doce años, subieron a la fiesta según la costumbre y, cuando terminó, se volvieron; pero el niño Jesús se quedó en Jerusalén, sin que lo supieran sus padres.
Estos, creyendo que estaba en la caravana, anduvieron el camino de un día y se pusieron a buscarlo entre los parientes y conocidos; al no encontrarlo, se volvieron a Jerusalén buscándolo.
Y sucedió que, a los tres días, lo encontraron en el templo, sentado en medio de los maestros, escuchándolos y haciéndoles preguntas. Todos los que le oían quedaban asombrados de su talento y de las respuestas que daba. Al verlo, se quedaron atónitos, y le dijo su madre:
«Hijo, ¿por qué nos has tratado así? Tu padre y yo te buscábamos angustiados». Él les contestó:
«¿Por qué me buscabais? ¿No sabíais que yo debía estar en las cosas de mi Padre?». Pero ellos no comprendieron lo que les dijo.
Él bajó con ellos y fue a Nazaret y estaba sujeto a ellos. Su madre conservaba todo esto en su corazón.
María, la mujer que nos trae un Corazón nuevo
En el tiempo de Adviento María es siempre una presencia llena de significado. La madre que espera, la mujer que acoge la palabra, la muchacha que arriesga, la amiga que ayuda, la creyente que calla y medita. Todo esto lo encontramos en María. Que se convierte en espejo en el que mirarnos. Porque también nosotros necesitamos acoger, arriesgar, servir y dejar que la buena noticia sea semilla que arraigue en la tierra que somos.
Dos miradas a María pueden ayudarte hoy a pensar en el camino de adviento que hemos iniciado con el lema “VIENE A SANARNOS”. La mirada a la mujer que habla y la mirada a la mujer que ama.
ADAPTACIÓN DE LAS 3 AVEMARÍAS
PRIMER AVEMARÍA
LECTOR 1
Pocas veces hablas en los evangelios, y sin embargo tus palabras son rotundas, definitivas, inapelables. «Hágase», «No tienen vino», «Haced lo que él os diga». Y, sobre todo, ese «Magníficat» que es un himno de libertad, de justicia y de alabanza. También nosotros hablamos. En familia, en el trabajo, entre amigos… Hablamos de otras personas. De política, de fútbol, de cine… Hablamos de lo que nos preocupa o lo que nos entretiene. Quizás también –ojalá– de Dios. Hay mucho poder en las palabras. Poder para herir y sanar, para levantar y para derribar. Ojalá, María, aprendamos de ti a hablar con verdad.
Nosotros, como María, queremos preparar este adviento con alegría serena, una alegría interior que se desborde y transmita a todos. TE LO PEDIMOS. CANTANDO EL AVE MARÍA
CANTO: NIÑOS DE INFANTIL (AVE MARÍA)
SEGUNDA AVEMARÍA
LECTOR 2
Entre los personajes cercanos a Jesús, pocos como María. Pocas veces hablas en los evangelios, y sin embargo tus palabras son rotundas, lo que se dice de ti es sorprendente. Madre, testigo, seguidora… Una mujer fiel a Dios, y capaz de ver más allá de lo cotidiano y establecido. Una creyente capaz de arriesgarlo todo. Una mujer valiente. Mucho más que un 'icono', mucho más que una idea, mucho más que un nombre… de ti decimos que eres madre.
Queremos vivir este adviento con esperanza, sin caer en el desánimo o en el pesimismo porque sabemos que tu venida cambia el mundo y está en nosotros y en nuestros pequeños o grandes detalles el que tu Reino crezca más y más cada día. TE LO PEDIMOS, CANTANDO EL AVE MARÍA
CANTO: NIÑOS DE INFANTIL (AVE MARÍA)
TERCER AVEMARÍA
LECTOR 3
Pocas veces hablas en los evangelios, y sin embargo tus palabras son rotundas. Donde todos hubiesen visto una locura, Tú viste un horizonte. Donde muchos hubiesen visto una trasgresión, Tú intuiste la promesa de Dios. Donde tantos se hubiesen estremecido ante la perspectiva y hubiesen exigido más pruebas, más seguridades o más garantías, Tú exclamaste: «Hágase». Donde la ley era la referencia y la condena, Tú fuiste capaz de cantar la grandeza del Dios que está con los más pequeños y da la vuelta a todos los órdenes establecidos. Donde todo era convencional, Tú, María, con una acogida hecha al tiempo de ignorancia y valentía, de confianza y entrega, fuiste capaz de colaborar con Dios de un modo radical.
Nosotros queremos llevar esa presencia de Dios al mundo, anunciando la llegada del Mesías, de nuestro Salvador, a toda la tierra. TE LO PEDIMOS, CANTANDO EL AVE MARÍA
CANTO: NIÑOS DE INFANTIL (AVE MARÍA)
PETICIÓN DE LAS 3 AVEMARÍAS
LECTOR 4
María eres la mujer del Corazón que sana, porque todo lo vives desde Jesús. Eres transparente pues sólo dejas pasar por tu vida los rayos del infinito amor y ternura del Corazón de tu Hijo. María, nuestra vida se debe de caracterizar porque, aprendemos de ti a SANAR NUESTRO CORAZON, A ABRIR NUESTRO CORAZÓN, a vivir en la espera gozosa de un nuevo adviento, una nueva navidad. Esta es nuestra misión.
CANTO: CORAL SAN BUENAVENTURA