Muchas veces necesitamos de los demás, y los demás necesitan de nosotros. No hace falta que sea una persona pobre o con necesidad, ya que nuestros propios amigos y compañeros necesitan nuestra compañía, nuestra ayuda, porque tiene una dificultad, porque no están pasando un buen momento... Como el perrito del video, al ayudar sentimos que dando es como recibimos, que ayudando es cómo somos ayudados, que compartiendo es como nos hacemos ricos.
¡Señor, haz de mí un instrumento de tu paz!
Que allí donde haya odio, ponga yo amor;
donde haya ofensa, ponga yo perdón;
donde haya discordia, ponga yo unión;
donde haya error, ponga yo verdad;
donde haya duda, ponga yo fe;
donde haya desesperación, ponga yo esperanza;
donde haya tinieblas, ponga yo luz;
donde haya tristeza, ponga yo alegría.
¡Oh, Maestro!, que no busque yo tanto
ser consolado como consolar;
ser comprendido, como comprender;
ser amado, como amar.
Porque dando es como se recibe;
olvidando, como se encuentra;
perdonando, como se es perdonado;
muriendo, como se resucita a la vida eterna.
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