lunes, 11 de agosto de 2025

SANTA CLARA DE ASÍS - 11 DE AGOSTO

 

¡Bendito seas, Señor, ¡porque me has creado! 
¡Bendito seas, Señor, ¡porque me has creado!...

Sí, y así lo estaría repitiendo hasta que todos lo supieran.
Éstas fueron mis últimas palabras antes de gustar mi partida a la otra Vida y es mi legado más valioso. Porque nada hay más bello como reconocer el gran regalo de haber sido creado.
"Clara, Hermana Luna"
Clara López Rubio "Teruko" 2017

30 PASOS PARA CONOCER A CLARA DE ASÍS

1. NACIMIENTO DE CLARA DE ASÍS, EN ASÍS 
Clara Scifi nació en Asís, pequeña ciudad italiana de la Umbría, en el año 1193, en el seno de una de las familias perteneciente a la nobleza ciudadana militar, de la región de Perusa. Clara creció en el palacio fortificado de los offreduccio, en la plaza de la Catedral de San Rufino, en la parte alta de la ciudad donde vivía la nobleza asisiense, 
cerca de la Puerta Vieja. 
Al frente de la familia estaba Monaldo, hermano del padre de Clara, de su padre es muy poco lo que las fuentes biográficas nos dicen al respecto, posiblemente murió cuando Clara era pequeña.

De la educación de Clara se hizo cargo su madre, de ella recibe Clara su espíritu emprendedor, su delicadeza y sensibilidad, su preocupación religiosa y por los pobres, y su dedicación a la oración ya desde su niñez, se dice que desde su más corta edad sobresalió en virtud pero se mortificaba duramente y rezaba todos los días tantas oraciones que tenía que valerse de piedrecillas para contarlas.

Es de suponer que al pertenecer a la nobleza su formación cultural, iría más allá de lo que era habitual en una mujer, también que fue educada según las costumbres de la época, en el arte de hilar y tejer, y también que fura preparada para el matrimonio con algún miembro de la nobleza, tratando de inculcar en ella los ideales de la mujer-esposa.

Cuando nace clara Francisco tiene 12 años

2. EXILIO EN PERUSA 1198
Siendo aún niña (6 años) CLARA ESTÁ EN LA EDAD DE LA “RAZÓN” ESTO SE SUPONÍA LA MAYORIA DE EDAD.

Tras la muerte del papa Celestino III y elección del joven Inocencio III, la burguesía comunal, el pueblo llano y algunos nobles de Asís se liberan del dominio imperial e instituyen el Comune o régimen comunal. Las familias más nobles de Asís, entre ellas la de Clara, se refugian en sus castillos a las afueras de Asís. Estas continuas luchas en Asís, obligaron a la familia de Clara, a dejar la ciudad de Asís, Clara tiene (2 años), y posteriormente, entre 1201 y1202, Los nobles tienen que abandonar también sus castillos. La familia de Clara, que tiene (7 años) (ATENCIÓN CON ESTE DATO) *, se exilian en Perusa.

En noviembre de 1202, ocurre la Batalla de Collestrada (Asís contra Perusa). (Es importante destacar esta fecha y esta batalla por que en Francisco marcará un antes y un después) Francisco tiene (20 años), cae prisionero y permanece un año prisionero en dicha ciudad.

Firmada la paz entre Asís y Perusa, la familia de Clara regresó a Asís, y Francisco que llevaba un año preso en Perusa también vuelve a Asís, en torno 1205 año de la conversión de Francisco. En 1206, Francisco repara la iglesia de San Damián, y profetiza que allí surgirá un monasterio de señoras santas.

*En el siglo XII, la mayoría de edad para las mujeres, en términos legales y sociales, no estaba definida por una edad específica como en la actualidad, sino más bien por su matrimonio o por la pérdida de la tutela paterna (Clara había perdido a su Padre, pero se hace cargo Monaldo el hermano del padre). Aunque se consideraba que la "razón" comenzaba a los siete años, la independencia real de una mujer y su capacidad para tomar decisiones importantes, como casarse, estaban ligadas a su edad fértil (14-15 años) y a las circunstancias familiares.

Matrimonio:
El matrimonio era el principal factor que marcaba la transición a la adultez para las mujeres. A menudo, las mujeres se casaban a una edad temprana, incluso a los 14 años, aunque la edad podía variar según la región y la clase social, según la historia medieval. Al casarse, dejaban la tutela paterna y pasaban a la del esposo.

Edad de la razón:
Se creía que a partir de los siete años, los niños (tanto hombres como mujeres) alcanzaban la "edad de la razón", lo que implicaba cierta responsabilidad moral y legal. Sin embargo, esta "razón" no les otorgaba independencia, sino que se sometían a la autoridad de sus padres.

3. CATEDRAL DE ASÍS (SAN RUFINO)
La catedral de San Rufino o simplemente catedral de Asís​ (en italiano: Cattedrale di S. Rufino) es un templo católico dedicado a San Rufino (Rufino de Asís) que constituye una importante iglesia de Asís, Italia, y destaca en la historia de la orden franciscana. En esta iglesia San Francisco de Asís (1182), Santa Clara (1193) y muchos de sus discípulos originales fueron bautizados. Fue en la audiencia de Francisco predicando en esta iglesia en 1209 que Clara se sintió "profundamente conmovida" por su mensaje y realizó su llamado.


Esta iglesia majestuosa en el estilo románico de Umbría era la tercera iglesia construida en el mismo sitio para contener los restos del obispo Rufino de Asís, martirizado en el siglo III. La construcción se inició en 1140 con el diseño de Giovanni da Gubbio, como atestigua la inscripción de la pared visible dentro del ábside.

En 1228, mientras estaba en Asís para la canonización de San Francisco, el Papa Gregorio IX consagró el altar mayor. El Papa Inocencio IV inauguró la iglesia terminada en 1253.

4. CLARA DE ASÍS (1193-1253+)
Clara representa no sólo un modelo de santidad sino un ejemplo de amistad.

“De personalidad fuerte, valerosa, creativa, fascinante, dotada de extraordinaria afectividad humana y materna, abierta a todo amor bueno y bello, tanto hacia Dios como hacia los hombres y hacia las demás criaturas. Persona madura, sensible a todo valor humano y divino, que está dispuesta a conquistarlo a cualquier precio” Sus padres proporcionaron a Clara la educación religiosa y cortesana propia de su linaje.

Así fue Santa Clara: apasionada, fiel, fervorosa, devota y firme en su camino y Dios quiso a través ella fundar una nueva orden para su servicio. Las clarisas son hoy un ejemplo de amistad y fraternidad, de pobreza y alegría, de oración y de fe. Son, las “plantitas” sembradas por el hermano San Francisco que dan cuenta de un carisma y de una mística que anima el camino del seguimiento y de la fidelidad en el amor de y para el Padre.

De origen noble al igual que Francisco, Clara buscaba algo más y su corazón no se conformaban con el destino que su tío Monaldo había pensado para ella. Es así como decide escaparse un día de su casa y de las ataduras que su padre y su tiempo le imponían, y huir de cara a vivir como Francisco: en pobreza, en oración, en alegría y en trabajo que, tiempo después, resultarán las virtudes de la vida franciscana.

5. ABUELO DE CLARA POR PARTE DE PADRE
Existen en Asís documentos relativos al abuelo de Clara, Ofreduccio de Bernardino (1146-1177+).

6. PADRE DE CLARA
Favarone Offreduccio, era un caballero rico y poderoso, pertenecía a la más augusta aristocracia de Asís. Tenía el título de Conde de Sasso-Rosso, murió cuanda Clara era pequeña. Su tío MONALDO será el que haga de padre durante su niñez y adultez.

7. MADRE DE CLARA
Ortolana Fiumi, descendiente de familia noble y feudal Fiumi, era una mujer muy cristiana, de ardiente piedad y de gran celo por el Señor. Ortolana era descendiente de una ilustre familia de una localidad cercana a Asís, Sterpeto. Era una mujer de mucha virtud y piedad cristiana, y era devota de hacer largas peregrinaciones a Bari, Santiago de Compostela y Tierra Santa. Dice la tradición que antes de nacer Clara, el Señor le reveló en oración que la alumbraría de una brillante luz que habría de iluminar al mundo entero, y fue por eso por lo que la niña recibió en el bautismo el nombre de Clara, el cual encierra dos significados, «resplandeciente» y «célebre».

Se uniría al monasterio de San Damián, fundado por su hija Clara. Su onomástica se celebra el 18 de agosto.

8. HERMANAS/o DE CLARA
Un hermano, BOSON, y tres hermanas RENENDA, BEATRIZ Y CATALINA (cuando ingresa en la comunidad de hermanas se cambia el nombre por el de INÉS una santa mártir romana, recordando como fue su entrada)*. (Beatriz Y Catalina se hicieron Clarisas)

*El biógrafo sabe que Clara ha rezado fervorosamente en Sant´Angelo por su hermana menor – a fin de que también ella tenga el valor de dar el paso definitivo hacia el seguimiento de Cristo. El que Catalina conociese perfectamente la violenta reacción de la familia ante la fuga de Clara y, a pesar de todo, diez y seis días más tarde, desaparezca de casa, también para juntarse con su hermana mayor, deja estupefacto al lector (Lcl 24). Clara se esfumó de su clan ya adulta. La apenas quinceañera hermana, y, apenas mayor de edad, arriesga mucho más con su fuga. De hecho, los varones de la dinastía la persiguen encendidos en ira y se lanzan en Sant´Angelo, sobre la indefensa con la más grosera violencia. De nuevo el relato del biógrafo reproduce sin atenuantes los recuerdos de las hermanas:

“…se lanzó sobre ella un caballero con ánimo enfurecido y, sin perdonar puñetazos ni patadas, trataba de arrastrarla por los pelos, mientras los otros la empujaban y la alzaban en brazos. A todo esto la jovencita, viéndose arrebatada de las manos del Señor como presa de leones, grita diciendo: “Ayúdame, hermana carísima, y no permitas que me aparten de Cristo Señor” En tanto que los enfurecidos asaltantes arrastran por la ladera del monte a la jovencita que se resistía, y le rasgan los vestidos, dejando señalado el camino con los cabellos arrancados, Clara, postrándose en oración entre lágrimas, pide para su hermana constancia en el propósito y suplica que la fuerza de aquellos hombres se vea superada por el divino poder (Lcl 25).

Catalina sobrevivió al ataque de su tío Monaldo. Los caballeros, después de unos metros, la dejaron medio muerta en el suelo. Cuando se repuso del brutal atropello, asume el nombre de “Sor Inés”, que recuerda a la santa mártir romana y define el comienzo de una nueva vida. Permite que Francisco le corte el cabello y promete iniciar el camino del seguimiento tras las huellas de Clara.

9. FRANCISCO DE ASÍS (1181-1226+)
Cuando nace Clara, Francisco era un adulto de la época de 12 años, cuando Clara entra en contacto con su forma de vida tenía unos 15 años (Clara está preparada para contraer matrimonio y comenzar una nueva vida) y Francisco unos 27 años (Lleva dos años desde su conversión)

Francisco natural de Asís, hijo de un comerciante de telas reconocido, era pequeño de talla, tenía el rostro alargado, la frente sin arrugas y algún tanto elevada, horizontales las cejas y la tez morena. Sus ojos, medianos y negros, irradiaban una sencilla y franca mirada; su nariz era regular, recta y fina; la barba, rala y negra, como sus cabellos; poco carnosos y pequeños los labios, y la voz vehemente, dulce, clara y sonora; el cuello, delgado; los hombros rectos, y cortos los brazos; las manos, finas, con los dedos largos y las uñas salientes; las piernas, delgadas, los pies pequeños y blanda la piel.

Si un amigo nos inspira y nos hace ser mejores, entonces San Francisco fue el mejor amigo de Santa Clara; famosa es su amistad en los comienzos de Clara. La amistad entre Francisco y Clara sólo puede ser un perfecto camino de santidad animándose el uno al otro. Francisco, tras su muerte es hecho santo, se cuenta que se hizo diácono, también conocido como “El hermano Francisco” es reconocido como fundador de la Orden Franciscana, de una segunda orden conocida como Hermanas Clarisas y una tercera conocida como tercera orden seglar.

10. HERMANO LEÓN, “OVEJUELA DE DIOS” (1195-1271+) COMPAÑERO Y AMIGO DE FRANCISCO E INTIMO AMIGO DE CLARA "PLANTITA DE DIOS" A LA QUE ACOMPAÑÓ HASTA EL DÍA DE SU MUERTE

El hermano León de Asís, nació en el condado de Viterbo en la región del lacio era un sacerdote que llegó a ser el más célebre de los compañeros de Francisco de Asís, uno de sus predilectos y más amados. Entro a formar parte de la Orden de Francisco en 1212, contaba con 17 años de edad, francisco llevaba, unos 5 años de recorrido, Francisco tenía unos 31 años cuando conoce a León, murió en 1271+. Un libro que a veces se atribuye a León, es el “Speculum perfectionis” (El Espejo de Perfección), ​ probablemente recopilado después de su muerte, basado en las historias que contó y en sus propios escritos. San Francisco lo tuvo como confesor, inseparable secretario (por ser conocedor del latín y suficientemente culto, fue su principal amanuense), y enfermero. Francisco le hacía a fray León confidente de sus secretos y, probablemente por su sencillez y simplicidad, le llamaba «ovejuela de Dios».

Francisco cuando estaba en Asís visitaba frecuentemente a la Hermanas y en especial a la hermana Clara, estando muy enfermo mandaría al hermano León a ver a las hermanas es de suponer que de estas visitas surge una profunda amistad entre Francisco y Clara, una vez muerto el hermano Francisco, Clara era la única que se asemejaba a lo que había aprendido de Francisco viendo la deriva que estaba tomando la Orden, León visitó a la hermana Clara hasta el día de su muerte.

11. CONVERSIÓN DE CLARA 1211 (CLARA 18 AÑOS – FRANCISCO 30 AÑOS)
Clara oye hablar de Francisco, todo Asís esta alterado, por el comportamiento del joven Francisco, también de la oposición de su familia porque su primo Rufino y algunos jóvenes de la ciudad se habían unido a Él.

A Clara le cuestiona la forma de vida de Francisco y sus primeros compañeros. Ella en su casa hacia oración, atendía con solicitud a los pobres, eran frecuentes sus ayunos y llevaba directamente sobre las carnes una camisa penitencial, todo ello según era propio de los penitentes.

La conversión de Clara hacia la vida de plena santidad se efectuó al oír un sermón de San Francisco de Asís. En 1211, cuando ella tenía 18 años, San Francisco predicó en la catedral de Asís los sermones de cuaresma e insistió en que para tener plena libertad para seguir a Jesucristo hay que librarse de las riquezas y bienes materiales. Al oír las palabras: "este es el tiempo favorable... es el momento... ha llegado el tiempo de dirigirme hacia El que me habla al corazón desde hace tiempo... es el tiempo de optar, de escoger..", sintió una gran confirmación de todo lo que venía experimentando en su interior.

Durante todo el día y la noche, meditó en aquellas palabras que habían calado lo más profundo de su corazón. Tomó esa misma noche la decisión de comunicárselo a Francisco y de no dejar que ningún obstáculo la detuviera en responder al llamado del Señor, depositando en El toda su fuerza y entereza.

12. FRANCISCO CORTA EL PELO DE CLARA, COMO SIGNO DE CONSAGRACIÓN EN SANTA MARÍA DE LOS ÁNGELES DE LA PORZIÚNCULA (DOMINGO DE RAMOS DE DE 1212)
Clara cuenta con casi 20 años, es una mujer preparada para los sueños de la familia Favarone, casarla con un noble y continuar con el linaje, pero Clara tiene otros pensamientos, para algo a lo que ella se ha ido preparando interiormente, Clara tiene que dar un paso importante, y el domingo de ramos por la noche huye de su casa hasta Santa maría de los Ángeles, donde la espera Francisco y sus hermanos con antorchas rezando y cantando salmos, Clara que desea ardientemente la forma de vida de Francisco, le pide que corte su larga cabellera (una mujer en aquella época con el pelo corto no se la podía tocar, pues era el signo de consagración)

13. Clara de Asís, “PLANTITA DE DIOS”
En Clara de Asís, la radicalidad del seguimiento de Francisco no admite tampoco los remordimientos ni arrepentimientos y conduce, con el amor de un hermano mayor, a Clara al convento de San Pablo, no sin antes y como símbolo de la renuncia a su vida hasta ese momento vivida y como entrada a su nueva misión al servicio de un Amor más grande, cortar el cabello de Clara que dejará de ser noble para convertirse en la “humilde plantita de San Francisco”, como le gustara llamarse en adelante, en alusión a la influencia que ejerció sobre ella el imán de la espiritualidad desbordante del pobrecillo de Asís.

Sucede entre amigos verdaderos, la preocupación por el bienestar y el futuro del otro es una constante que no faltó en San Francisco que procuraba a su “hermana menor” percibiendo lo duro que podía ser para Clara verse alejada y aislada de su amistad y por ello sus visitas, aunque esporádicas, bastaron para darse cuenta de que Dios tenía otro designio para Clara y pronto apresuró gestiones para que ella y sus hermanas Inés y Beatriz, quienes había logrado también escapar de la casa paterna en búsqueda del mismo anhelo que su hermana, pudieran vivir tranquilas y dedicarse a la oración y al trabajo como motivaba el Espíritu.

14. EN EL PRIMER MOMENTO DE SU CONVERSION CLARA VIVIÓ EN UN MONASTERIO DE MONJAS BENEDICTINAS


Clara fue trasladada temporalmente, por seguridad, a las monjas Benedictinas de San Pablo, ya que su tio MONALDO, al darse cuenta de su fuga, sale furioso en su búsqueda con la determinación de llevársela de vuelta al palacio. Pero la firme convicción de Clara, a pesar de sus cortos años de edad, obligan finalmente al Caballero MONALDO a dejarla.







15. SEMI-RELIGIOSAS EN EL BOSQUE DE SANT ' ANGELO DI PANZO
Clara sufre, en esta fase, etapas muy parecidas a las de Francisco en su ruptura propia con la familia y ciudad: también Francisco tuvo que servir como ayudante de cocina en una abadía benedictina. Así como él se separó de los monjes, después de unos pocos días, para vivir en las iglesias rurales en el entorno de Asís con marginados, así se cambia Clara, de la abadía de San Pablo, a una pequeña capilla llamada Sant´Angelo di Panzo, en el bosque del Subasio, al pie del barranco de le Carceri. De nuevo son Francisco, Bernardo y Felipe Longo los que acompañan, los tres juntos, a la hermana. El grupo pasa por delante de Asís a una capilla rural donde unas hermanas llevan una vida semieremítica. Por primera vez Clara vive aquí, a principios de abril del 1213, fuera de los rígidos muros, que caracterizan tanto la clausura doméstica de la vivienda-torre de los nobles como la clausura monástica de la abadía de San Pablo.

La joven comunidad de Sant´Angelo consta de pocas mujeres, que experimentan aquí una nueva forma de vida religiosa: son una especie de beguinas rurales (fueron mujeres que, en la Edad Media, formaron comunidades laicas sin votos permanentes, dedicándose a la oración, el trabajo y la asistencia a los necesitados. Surgieron en el siglo XII en Flandes, extendiéndose por Europa, incluyendo la península ibérica. Eran mujeres libres que buscaban una vida espiritual intensa fuera de la vida conventual y del matrimonio tradicional.), sin protección alguna y sin un reglamento firme, retiradas en el campo y al servicio de familias cercanas de campesinos. Son mujeres que se mantienen a sí mismas de su trabajo y de las ofrendas que les brindan las gentes de la vecindad. Se presume que fueron los hermanos, que ya conocían a esta comunidad, quienes comunican a Clara que existe este nuevo campo de aprendizaje y, al mismo tiempo, señalan a las primeras aspirantes de Asís el camino hacia allí.

16. PRIMERAS HERMANAS DE LA COMUNIDAD DE LAS DAMAS POBRES
Clara ha rezado fervorosamente en Sant´Angelo por su hermana menor – a fin de que también ella tenga el valor de dar el paso definitivo hacia el seguimiento de Cristo. El que su hermana Catalina conociese perfectamente la violenta reacción de la familia ante la fuga de Clara y, a pesar de todo, diez y seis días más tarde, desaparezca de casa, también para juntarse con su hermana mayor Clara. Clara se esfumó de su clan ya adulta. La apenas quinceañera hermana, y, apenas mayor de edad, arriesga mucho más con su fuga. De hecho, los varones de la dinastía Offreducciola persiguen encendidos en ira y se lanzan en Sant´Angelo, sobre la indefensa con la más grosera violencia.

Catalina sobrevivió al ataque de su tío Monaldo. Los caballeros, después de unos metros, la dejaron medio muerta en el suelo. Cuando se repuso del brutal atropello, asume el nombre de “Sor Inés”, que recuerda a la santa mártir romana y define el comienzo de una nueva vida. Permite que Francisco le corte el cabello y promete iniciar el camino del seguimiento tras las huellas de Clara. Poco después, con Pacífica de Guelfuccio, ingresa otra amiga de la vivienda torre vecina. Las tres mujeres sobrepasan la capacidad de hospitalidad del convento.

17. TRASLADO A SAN DAMIÁN (AQUÍ SE LAS EMPIEZA A CONOCER COMO “DAMIANITAS”)
Salen en busca de algo más apropiado y encuentran en San Damián el lugar que corresponde a su propia vocación: aquella pequeña iglesia rural en la que Francisco descubrió al Cristo pobre y que conserva aquella imagen del Cristo, para la que el desheredado comerciante renovó la arquitectura cinco años antes.

Clara recuerda al final de su existencia este etapa de su vida llena de necesidades y desprecio”, por la que Francisco llegó a la convicción de que, tanto a ella como a sus compañeras, había que reservarles definitivamente un espacio vital en su movimiento religioso:

“Pero como San Francisco se daba cuenta de que no éramos corporalmente fuertes y robustas, y, sin embargo, no retrocedíamos ni ante necesidad, pobreza y trabajo, ni ante las dificultades, ni ante el aborrecimiento y menosprecio de parte del mundo, se alegraba mucho en el señor. Movido por su cordial inclinación hacia nosotras, se comprometió a mantener una solícita preocupación por nosotras, sea personalmente o sea a través de sus hermanos, y a ejercer sobre nosotras la misma responsabilidad que sobre ellos” (TestCl 27-30).

El traslado a san Damián deja a las hermanas, a solo 800 metros de las puertas de Asís, bajo la custodia directa del obispo. La iglesia rural les ofrece una estructura deficiente. El sacerdote Pedro, que recibió aquí a Francisco, parece haber desaparecido entre tanto. Las tres compañeras se acomodan, como pueden, en su pobre casa cedida. El lugar es similar, en su estilo, a la Porciúncula, pero se halla mucho más cerca de Asís. Se diferencia, sin embargo, indiscutiblemente, de la abadía de monjas de San Pablo y del refugio de las semireligiosas en el bosque de San Ángel. Mientras las benedictinas viven en clausura, aseguradas por sus ricas propiedades, Clara, junto con sus compañeras sin propiedades, depende de la ciudad. Mientras las hermanas del bosque viven apartadas del mundo y ocultas a tres kilómetros fuera de Asís, Clara elige su sede ante la puerta de San Jorge en una carretera que sale de Asís.

Ya a lo largo del verano ingresa, con Felipa de Leonardo de Gislerio, otra nueva compañera. La hermana Bienvenida se agrega a principios de otoño, de Perusa. Su llegada muestra que Clara, ya en sus años de exilio, trabó amistades capaces de superar distancias de años y hasta de 40 Km. Hay testimonios de que pocos meses después ya entra a actuar el primero de los hermanos que sostendrá a la comunidad de hermanas espiritual y económicamente.

18. SAN DAMIÁN (CLARA COMENZÓ A VIVIR CON LAS PRIMERAS HERMANAS Y AQUÍ MURIO EN 1260)
No sólo san Damián es lugar importante para los franciscanos, también lo es para las clarisas, ya que entre el año 1211 y 1212, santa Clara, después de una profecía de san Francisco, funda su orden claustral, que estuvo activa hasta 1260.

Esta misma iglesia fue protagonista de los principales milagros de la santa, como: la multiplicación del pan, el don del aceite, la fuga de los sarracenos del claustro, algunos exorcismos y curaciones, la aparición de la cruz sobre el pan frente al papa.

La iglesia se encuentra en las afueras de la ciudad de Asís, en la zona sur. Anexo se encuentra el pequeño convento, ahora convertido en museo, con un delicioso patio, donde se siente la inmensa paz que trasmiten las almas de los dos grandes santos que la habitaron.

Como dijimos antes, la iglesia fue sede por mucho tiempo de la famosa “Cruz
de san Damián”.
 

Cuando las clarisas se trasladaron a la ciudad donde actualmente se encuentra la basílica dedicada a la santa, se llevaron con ellas la cruz. Actualmente se puede visitar allí.

San Damián, la iglesia que Francisco había restaurado en su primer intento de obedecer la voz de Dios de forma tangible y material, resultó ser el lugar idóneo para que Clara y su hermana se instalaran y comenzaran una obra paralela a lo que San Francisco había empezado con sus hermanos, pero con la muy particular visión femenina más fieles al carisma franciscano de abrazar la pobreza como medio para el cumplimiento y vivencia plena de los deseos de Dios.

19. CRISTO DE SAN DAMIAN (EL ORIGINAL SE ENCUENTRA EN LA BASÍLICA DE SANTA CLARA)
Se trata de un Crucificado del mismo estilo que otros la región de Umbría del siglo XII. 
Se trata de una cruz que artística y religiosamente es considerada como un icono, por su forma y por los las pinturas que la decoran. Entra en la tipología del Christus triumphansel Cristo triunfante que, aunque está herido, la aureola muestra que se trata de una cruz glorificada, y que parece mirar con ternura con los brazos abiertos a quien se acerca a Él con fe.
En el Cristo de San Damián, se encuentran a la izquierda la Virgen María y san Juan Evangelista y a la derecha santa María Magdalena, María la de Santiago y el centurión. En los brazos del Crucificado hay ángeles. En los laterales de estos santos, y a menor escala, están Longinos, que atravesó el costado de Cristo con la lanza, y Stephanatus, que le dio la esponja con vino y hiel para que bebiese.

En la parte superior del Crucificado está representado Cristo con diez ángeles ascendiendo al Cielo, donde está Dios Padre.

20. ORDEN DE LAS HERMANAS POBRES (CLARISAS)

La Orden de Santa Clara (O.S.C.) o de las Hermanas Pobres de Santa Clara, cuyas monjas son conocidas como Clarisas, fue fundada por San Francisco de Asís y Santa Clara en 1212 en la iglesia de San Damián, cerca de Asís (Italia). Como el IV Concilio de Letrán de 1215 prohibía la aprobación de nuevas Reglas, las Hermanas Pobres tuvieron que profesar la Regla de San Benito (que incluía el título de abadesa y la posibilidad de poseer propiedades). Para evitar lo último, en 1216 Santa Clara obtuvo del Papa Inocencio III el “privilegio de la pobreza” para su monasterio de San Damián, por el que nadie las podía obligar a tener rentas y propiedades.

21. LA POBREZA EN SANTA CLARA
Para Santa Clara la pobreza era el camino en donde uno podía alcanzar mas perfectamente esa unión con Cristo. Este amor por la pobreza nacía de la visión de Cristo pobre, de Cristo Redentor y Rey del mundo, nacido en el pesebre. Aquel que es el Rey y, sin embargo, no tuvo nada ni exigió nada terrenal para si y cuya única posesión era vivir la voluntad del Padre. La pobreza alcanzada en el pesebre y llevada a su cúlmen en la Cruz. Cristo pobre cuyo único deseo fue obedecer y amar.

La vida de Sta. Clara fue una constante lucha por despegarse de todo aquello que la apartaba del Amor y todo lo que le limitara su corazón de tener como único y gran amor al Señor y el deseo por la salvación de las almas.

La pobreza la conducía a un verdadero abandono en la Providencia de Dios. Ella, al igual que San Francisco, veía en la pobreza ese deseo de imitación total a Jesucristo. No como una gran exigencia opresiva sino como la manera y forma de vida que el Señor les pedía y la manera de mejor proyectar al mundo la verdadera imagen de Cristo y Su Evangelio.

22.“El privilegio de la pobreza”

Al hablar de santa Clara es preciso relacionarla con la pobreza y más exactamente con el “privilegio de la pobreza”. Clara, defendió este privilegio como si defendiera el mayor tesoro del mundo. Era, quizá, lo más original, lo más propio de su vocación, junto con la fraternidad y la continua oración contemplativa



23. CUSTODIA QUE LLEVA SANTA CLARA EN LAS MANOS Y SE REPRESENTA A CLARA SIEMPRE.
Una imagen frecuente de santa es la que le representa con la Custodia en la mano: Clara alza la Custodia y la muestra. En pinturas se la puede ver asomada al muro del monasterio. Ante la Custodia huyen los enemigos, que son los Sarracenos.

El gesto recuerda, aunque en una actitud más solemne, la realidad humilde de esta mujer que, ya muy enferma, se postraba, sostenida por dos hermanas, ante el tabernáculo de plata que contenía la Eucaristía colocado delante de la puerta del refectorio, donde estaba a punto de irrumpir la furia de las tropas.




Los testimonios de las hermanas referentes a la invasión de los Sarracenos, una vez entraron los sarracenos en el claustro del monasterio, y madonna Clara se hizo conducir hasta la puerta del refectorio y mandó que trajesen ante ella un cofrecito donde se guardaba el santísimo Sacramento del Cuerpo de nuestro Señor Jesucristo. Y, postrándose en tierra en oración, rogó con lágrimas diciendo, entre otras, estas palabras: «Señor, guarda Tú a estas siervas tuyas, pues yo no las puedo guardar». Entonces una testigo oyó una voz de maravillosa suavidad, que decía: «¡Yo te defenderé siempre!» Entonces la dicha madonna rogó también por la ciudad, diciendo: «Señor, plázcate defender también a esta ciudad». Y aquella misma voz sonó y dijo: «La ciudad sufrirá muchos peligros, pero será protegida». Y entonces la dicha madonna se volvió a las hermanas y les dijo: «No temáis, porque yo soy fiadora de que no sufriréis mal alguno, ni ahora ni en el futuro, mientras obedezcáis los mandamientos de Dios». Y entonces los sarracenos se marcharon sin causar mal ni daño alguno.

24. EN 1253, EL PAPA INOCENCIO IV APROBÓ LA REGLA DE SANTA CLARA (FORMA DE VIDA DE LAS HERMANAS POBRES)
CLARA TIENE 60 AÑOS, FRANCISCO HACE 27 AÑOS QUE MURIÓ, POR AQUEL ENTONCES CLARA TENÍA 33 AÑOS

Clara presentó para la aprobación pontificia su propia Regla franciscana, redactada teniendo como base la Regla de Francisco y los escritos del Santo para las hermanas de San Damián. En septiembre de 1252, el cardenal Rainaldo, en su condición de cardenal protector de la Orden de los Hermanos Menores y de la Orden de San Damián, aprobó en nombre del papa, para el solo monasterio de San Damián, la Regla de Clara.

Ahora sí podía descansar en paz: paz para su débil y frágil cuerpo, y paz para su vigoroso espíritu, que buscó siempre, por encima de todo, «seguir la pobreza y humildad de nuestro Señor Jesucristo» (RCl 12), y tuvo como su mayor delicia el encuentro con Aquel de quien dice, en su última carta a Santa Inés de Praga, que «su amor enamora, su contemplación reanima, su benignidad llena, su suavidad colma, su recuerdo ilumina suavemente, su perfume hace revivir a los muertos y su visión gloriosa hace dichosos a todos los ciudadanos de la Jerusalén celestial» (4 CtaCl 11-13). En su serena y confiada agonía, se le oyó decir, refiriéndose a sí misma: «Ve segura, porque llevas buena escolta para el viaje. Ve, porque aquel que te creó te santificó, y, guardándote siempre, como la madre al hijo, te ha amado con amor tierno. Bendito seas, Señor, porque me creaste» (Leyenda 46).

Dos días más tarde, el 11 de agosto de 1253, moría Clara en San Damián, y al día siguiente era enterrada en la iglesia de San Jorge en Asís.

Además, ha sido la primera y única mujer en escribir una regla de vida religiosa para mujeres, de contenido y estructura muy diferentes de las reglas monásticas que habían existido hasta el siglo Xlll en el que Clara la redactó; que es Fundadora y su Orden cuenta en la actualidad con unas 18.000 Hermanas, repartidas por los cinco continentes, entre los cerca de 900 conventos de su Orden (en 1228 se fundó el primer convento de la Orden de Santa Clara en España)

25. MUERTE DE SANTA CLARA. CLARA ESTUVO 27 AÑOS ENFERMA EN EL CONVENTO DE SAN DAMIÁN(A LOS 59 AÑOS EL 11 DE AGOSTO DE 1253)
Murió el 11 de agosto, rodeada de sus hermanas y de fray León. De ella se dijo: «Clara de nombre, clara en la vida y clarísima en la muerte».
La noticia de la muerte de la religiosa conmovió de inmediato, con impresionante resonancia, a toda la ciudad. Acudieron en tropel los hombres y las mujeres al lugar. Todos la proclamaban santa y no pocos, en medio de las frases laudatorias, rompían a llorar. Acudió el podestá con un cortejo de caballeros y una tropa de hombres armados, y aquella tarde y toda la noche hicieron guardia vigilante en torno a los restos mortales de Clara. Al día siguiente, llegó el papa en persona con los cardenales, y toda la población se encaminó hacia San Damián. Era justo el momento en que iban a comenzar los oficios divinos y los frailes iniciaban el de difuntos; cuando, de pronto, el papa dijo que debía rezarse el oficio de las vírgenes, y no el de difuntos, como si quisiera canonizarla antes aún de que su cuerpo fuera entregado a la sepultura. Muy pronto comenzaron a llegar verdaderas multitudes de peregrinos al lugar donde yacía la religiosa, popularizándose una oración a ella dedicada: «Verdaderamente santa, verdaderamente gloriosa, reina con los ángeles la que tanto honor recibe de los hombres en la tierra. Intercede por nosotros ante Cristo, tú, que a tantos guiaste a la penitencia, a tantos a la vida».

Al cabo de pocos días, su hermana Inés siguió a Clara a la muerte.

26. PARROQUIA DE SAN JORGE (ACTUAL BASÍLICA DE SANTA CLARA)
En vida de san Francisco, se levantaba, en la zona donde está la actual Basílica de Santa Clara, la iglesia de San Jorge, que ha quedado incorporada a la propia Basílica. Aquí en San Jorge el Santo se hizo mendicante en los comienzos de su conversión. San Jorge fue también el lugar de la primera sepultura de san Francisco, hasta 1230, y de santa Clara después, hasta 1260. Aquí Francisco fue proclamado Santo (1228).

Después de la canonización de santa Clara, que tuvo lugar en 1255, se construyeron el monasterio para las clarisas y la Basílica dedicada a la Santa (1257-1265). En la Basílica están ahora sepultadas: santa Clara, sus hermanas santa Inés y la beata Beatriz, y su madre la beata Ortolana. Todas ellas fueron monjas del monasterio de San Damián. En este templo gótico se guarda el Crucifijo que habló a Francisco en San Damián.

27. EL CUERPO DE CLARA ESTUVO ESCONDIDO DURANTE 6 SIGLOS, LO ENCONTRARON EN 1850 EL 29 DE SEPTIEMBRE DE 1872 ES TRASLADADO EL CUERPO DE CLARA HASTA LA BASÍLICA
El 11 de agosto de 1253, moría Clara en San Damián, y al día siguiente era enterrada en la iglesia de San Jorge en Asís. (actual BASÍLICA DE SANTA CLARA) A la muerte de la Santa eran numerosos los monasterios reconocidos como «Orden de Santa Clara». En agosto de 1255 tuvo lugar la canonización de Clara de Asís en la catedral de Anagni: era la primera mujer que sin ser de estirpe regia, subía desde hacía siglos al honor de los altares. En 1260 se efectuó el traslado de sus restos a la basílica donde años más tarde desapareció, las hermanas por miedo a que lo robaran lo escondieron.

28. CLARA DE ASIS PATRONA DE LA TELEVISIÓN
El Papa Pío XII buscaba ofrecer la bendición y protección de la Iglesia a la televisión que vivía su impulso a finales de los 50. Así que en 1958 publicó la Carta Apostólica proclamando a Santa Clara Patrona de la Televisión.

En esta se proclama que la Iglesia apoya la innovación tecnológica, el avance y recomienda el uso de la tecnología moderna para la proclamación del Evangelio. Reconoce que la televisión es capaz tanto del bien como del mal, por lo que quiere que tenga un santo patrono para la protección espiritual.

El Santo Padre eligió a Santa Clara de Asís (del siglo XIII) por el siguiente motivo: Cuenta la historia de que en una Navidad, Santa Clara estaba enferma y no podía salir de su cama para asistir a la Misa.

Sin embargo, milagrosamente, Dios le dio una visión de la Eucaristía en su convento en tiempo real, algo parecido a una “televisión espiritual”.

Clara murió el 11 de agosto de 1253 a los 60 años de edad y con 41 años de religiosa. Su cuerpo fue sepultado en la iglesia de San Jorge. En esas mismas fechas, el Papa Inocencio IV, encarga a Bartolomé de Espoleto la investigación de la vida y milagros de Clara.

El 15 de agosto de 1255, en la Catedral de Agnani, se llevó a cabo la canonización de Santa Clara de Asís, por el papa Alejandro IV y el 3 de octubre de 1260, se realizó el traslado del cuerpo de Santa Clara de la iglesia de San Jorge a la Basílica construida en su honor, situada junto a la misma iglesia de San Jorge.

29. LA CUESTIÓN DE LAS OBSERVANCIAS
La Orden de Santa Clara o de las Hermanas Pobres de Santa Clara, cuyas monjas son conocidas como Clarisas, fue fundada por San Francisco de Asís y Santa Clara en 1212 en la iglesia de San Damián, cerca de Asís (Italia).

Como el IV Concilio de Letrán de 1215 prohibía la aprobación de nuevas Reglas, las Hermanas Pobres tuvieron que profesar la Regla de San Benito que incluía el título de abadesa y la posibilidad de poseer propiedades. Para evitar lo último, en 1216 Santa Clara obtuvo del Papa Inocencio III el “privilegio de la pobreza” para su monasterio de San Damián, por el que nadie las podía obligar a tener rentas y propiedades.

Este estilo de vida que se llevaba en San Damián se implantó en otros monasterios italianos. Por ello el Cardenal Hugolino, su protector, redactó en 1218 unos Estatutos para todos los monasterios de “Damianitas”.

En 1247 dichos Estatutos y la Regla benedictina fueron sustituidos por una nueva Regla impuesta por Inocencio IV que pronto cayó en desuso.

Santa Clara no estaba conforme con nada de lo hecho anteriormente, pues no recogían estas Reglas y Estatutos el genuino espíritu de pobreza y minoridad al que se sentían llamadas. Santa Clara redactó su propia Regla, la primera compuesta por una mujer, y dos días antes de su muerte, el 11 de agosto de 1253, Inocencio IV la aprobaba.

Esta Regla de Santa Clara fue implantada en el Monasterio de San Damián, teniendo poca repercusión en el resto.

Intentando uniformizar la Orden, en 1263 el Papa Urbano IV aprobó una nueva Regla que tenía en cuenta algunos puntos de la Regla de Santa Clara. También les impuso el nombre oficial de Orden de Santa Clara. Esta Regla de Urbano IV abolía el privilegio de la pobreza en sentido estricto y establecía el sistema de rentas y la propiedad en común como el medio normal para la subsistencia de los monasterios.

Este hecho provocó la primera división en la Orden entre Damianitas que profesaban la Regla de Santa Clara (Primera Regla) y Urbanistas, la mayoría de los monasterios, que profesaban la Regla de Urbano IV (Segunda Regla).

Con el transcurrir del tiempo, casi todos los monasterios aceptaron la propiedad en común de bienes, incluido el Protomonasterio de Santa Clara que sustituyó al de San Damián después de la muerte de la Santa. Por consiguiente, y salvo algunas excepciones, los monasterios de Clarisas seguían la Regla de Urbano IV.

A partir del s. XIV, la relajación se apoderó de muchos conventos de Franciscanos y monasterios de Clarisas.

Entre los frailes surgieron reformas (Observantes, Alcantarinos, Capuchinos…), que paralelamente afectaban a las Clarisas.

La principal reformadora de las Clarisas fue Santa Coleta de Corbie (+1447), que en 1406 puso en todo su vigor la Regla de Santa Clara y redactó unas Constituciones específicas para los monasterios que se adherían a su reforma. Estas Constituciones Coletinas fueron aprobadas en 1454 por Pío II, y sus monjas son denominadas Clarisas Coletinas o Descalzas. En 1462 esta reforma llega a España y desde entonces se expande por numerosos monasterios.

Otras reformas menores fueron las de las Clarisas Recoletas, Clarisas de la Estricta Observancia y Clarisas Descalzas Alcantarinas.

Otra reforma que adquirió relevancia fue la de las Clarisas Capuchinas llevada a cabo por la española Madre María Lorenza Llonc en 1535 en Nápoles. Ésta impuso en su monasterio la Regla de Santa Clara con todo su rigor, añadiéndole unos estatutos inspirados en las Constituciones de los Hermanos Menores Capuchinos. En 1587 las Clarisas Capuchinas fundan en Granada su primer monasterio.

DIFERENTES MONASTERIOS

la Orden de Santa Clara (Segunda Orden Franciscana) está formada por los diferentes monasterios de monjas enclaustradas que profesan la Regla de Santa Clara aprobada por Inocencio IV en 1253:
– Con Regla de Santa Clara y Constituciones comunes: Clarisas.
– De acuerdo a las dispensas otorgadas por Urbano IV en 1263: Clarisas Urbanistas.
– Conforme a las Constituciones redactadas por Santa Coleta: Clarisas Coletinas o Descalzas.
– Conforme a la tradición capuchina: Clarisas Capuchinas.



30. CLARISAS EN LA ACTUALIDAD
Actualmente, y por impulso del Concilio Vaticano II que invitó a los Institutos Religiosos a regresar a las fuentes, la mayoría de los monasterios de Clarisas profesan la Regla de Santa Clara y unas Constituciones comunes que la interpretan. Se denominan simplemente Clarisas y son la mayoría.

No obstante, siguen existiendo las ramas de Urbanistas y Coletinas, aunque las diferencias reales entre todas ellas son mínimas. Por ejemplo, en 1953, a tenor de una encuesta se dio el resultado de que la mayoría de los monasterios de Clarisas españoles profesaban la Regla de Urbano IV, y hoy en día la situación ha cambiado, ya que muchos se mudaron a la observancia de la Regla de Santa Clara sin más.

Donde sí pueden percibirse diferencias, desde la vivencia de la pobreza, la cuestión del hábito, la guarda de la clausura, o el cuidado de la liturgia, es en cada monasterio en sí, sea cual sea la rama a la que pertenece. Cada monasterio es diferente, cada comunidad concreta es diferente.

    30.1 ESTADÍSTICAS
Se estima que en el mundo hay 892 monasterios (617 en Europa, 198 en América, 74 en Asia, 42 en África y 5 en Oceanía) de la Orden de Santa Clara:
– Clarisas: 566 monasterios y 8960 monjas.
– Clarisas Urbanistas: 88 monasterios y 1200 monjas.
– Clarisas Coletinas o Descalzas: 61 monasterios y 750 monjas.
– Clarisas Capuchinas: 157 monasterios y 2300 monjas.

FORMA DE VIDA

La contemplación es el corazón de la vida de la hermana clarisa; a través de ella se unen también al corazón de todos los hombres, a quienes encomendamos al Señor en sus penas y alegrías.

La Santa Misa es el centro de su jornada monástica, y a lo largo del día se unen a la oración de toda la Iglesia con las alabanzas del Oficio Divino (Oficio de Lecturas, Laudes, Tercia, Sexta, Nona, Vísperas y Completas).

Con el Santo Rosario oran a la Virgen Madre y con Ella, siempre al pie de la Cruz de su Hijo y Esposo Nuestro.

La oración mental alimenta sus almas en la unión con Dios, y con la Adoración de su Cuerpo y Sangre testimonian su fe en su Presencia Real y le agradecen el don de sí mismo para que vivan en Él.

La fraternidad evangélica es para San Francisco y Santa Clara uno de los ejes entorno al que gira la vida de la clarisa. Esta fraternidad parte de una experiencia de fe: “cuando el Señor me dio Hermanos”, dirá San Francisco en su Testamento; “juntamente con las pocas Hermanas que el Señor me había dado a raíz de mi conversión”, dice en su Testamento Santa Clara.

Siguiendo el ejemplo de nuestros Santos Padres Francisco y Clara, el “privilegio de la pobreza”, el “vivir sin nada propio”, es para la calrisa la prueba de su fe y de la autenticidad de su compromiso con el Señor. En la pobreza auténtica experimentan hasta qué punto son amadas y custodiadas por un Padre espléndido y misericordioso. Es una forma de amar a Quien las amó primero, dejándose en sus manos providentes; es una confianza radical en la fidelidad y amor de Dios para con ellas, teniendo en cuenta que no hay verdadera pobreza sin humildad, sin minoridad y sin asumir la humillación que puede venir de los otros y del mundo.

La vida de penitencia virginal y esponsal es para nosotras una vida de continua conversión evangélica, como experiencia del amor a Dios y a los hermanos. Nuestra vida es una contemplación de las profundidades del Amor Trinitario, a través del cual se aprende el amor a Cristo, el amor entre las mismas Hermanas y el amor hacia todos los hombres y mujeres del mundo.

El trabajo era considerado por San Francisco y Santa Clara consideraron como un don de Dios y lo llamaron “gracia”, por lo que las clarisas realizan diversos trabajos dentro de los monasterios para su sostén, tales como: elaboración de formas, bordado y costura de ornamentos litúrgicos, encuadernación, elaboración de pastas y dulces artesanos, trabajos de marquetería, lavado y planchado de ropa, etc. Cada monasterio se especializa en una o varias de estas tareas u otras.

La clausura de Santa Clara y de sus hijas nace del deseo de amar sin reservas a Aquél que se nos ha dado totalmente por amor. Se retiran al claustro para formar una fraternidad de Hermanas en la que Dios se hace presente como Padre, y el Señor Jesús como Esposo. En este contexto, el silencio y la clausura papal son medios para la escucha de la voz del Amado y para el encuentro con Él.

Escondidas a los ojos del mundo, oran por los hombres, por el apostolado de sus Hermanos Menores y por toda la Iglesia.

Salen de la clausura por necesidades tales como la asistencia médica, la asistencia a las reuniones federales o a cursos de formación, o para votar en las elecciones democráticas. Consideran la clausura no como un fin sino como un medio para guardar mejor su forma de vida.

    30.2 SER CLARISA
La Iglesia establece un tiempo de discernimiento gradual, denominado etapa de formación inicial, antes de que la mujer cristiana profese los votos solemnes en la Orden de Santa Clara. Es un margen de tiempo suficiente para conocer a fondo el carisma clariano y la obligación que lleva consigo la vocación de clarisa: un tiempo de conocimiento con la Comunidad, un año de postulantado, dos años de noviciado y tres años de juniorado.

Estos primeros años son tiempo de formación. Es asignada una Hermana Maestra que ayuda a las formandas a madurar la elección libre de entrar en la Orden. A este objetivo final están ligados otros elementos: la comprobación, por parte de la formanda y de la Comunidad, de la autenticidad de la llamada; y la maduración a una nueva disposición de ánimo, en ruptura con su precedente condición de vida.

Tras un tiempo de conocimiento y aproximación a la Comunidad, el postulantado comienza cuando la joven, mediante una solicitud explícita, llama a la puerta del monasterio, aceptando las exigencias de un periodo de contacto interno más estrecho con la Comunidad. Acaba cuando pasado el tiempo de maduración establecido por la Orden, como ya se ha dicho de un año, la candidata manifiesta la libre y clara decisión de iniciar su noviciado.

Para ello la Comunidad habrá verificado con los hechos de la joven su capacidad de ruptura con relación al estilo precedente de vida, pero sin exigirle aún que sea capaz de satisfacer todas las exigencias de la vida monástica.

El noviciado comienza con la toma del santo hábito, y la recepción de un nuevo nombre religioso (según los monasterios). Durante el mismo, la Maestra ayudará a la novicia a ver su realidad personal y a descubrir sus verdaderas motivaciones y aspiraciones, orientándola, a través de un proyecto de maduración humana y religiosa, hacia una opción libre y responsable. Los contenidos de esta formación se estructuran en cuatro áreas: espiritual, psicológica, humana y afectiva.

Alcanzada esta formación optará con el beneplácito de toda la Comunidad a profesar los votos temporales. Tres años después será aceptada, Dios mediante, a la profesión solemne o perpetua.

    30.3 FEDERACIONES EN ESPAÑA
Las clarisas se agrupan en España las siguientes Federaciones:
  • Federación de Nuestra Señora de Aránzazu (de Cantabria) Provincias: Burgos, Cantabria, Valladolid, Soria, La Rioja, Navarra, Bizkaia, Álava, Gipuzkoa, Zaragoza, Madrid.
  • Federación del Sagrado Corazón de Jesús (de Santiago) Provincias: Palencia, Salamanca, Zamora, León, Coruña, Lugo, Pontevedra, Orense, Asturias, Huesca.
  • Federación de la Inmaculada Concepción (de Valencia, Aragón y Baleares) Provincias: Valencia, Alicante, Castellón, Zaragoza, Huesca, Teruel, Mallorca, Gerona.
  • Federación de Nuestra Señora de Regla (de Granada) Provincias: Granada, Jaén, Málaga, Sevilla, Cádiz.
  • Federación de Nuestra Señora de Loreto (Bética) Provincias: Cáceres, Badajoz, Córdoba, Sevilla, Tenerife. 
  • Federación de San Gregorio Magno (de Castilla) Provincias: Madrid, Ávila, Segovia, Toledo, Guadalajara, Ciudad Real.
  • Federación del Inmaculado Corazón (de Cartagena-Murcia) Provincias: Murcia, Alicante, Granada, Almería, Albacete, Cuenca.
  • Federación de la Inmaculada Concepción (de Cataluña, Castellón y Menorca) Provincias: Gerona, Barcelona, Tarragona, Castellón, Menorca.