Este domingo es la fiesta de Cristo Rey. Seguro que cuando éramos muy pequeños
nos han dicho eso de que somos “los reyes de la casa”. Con eso nos
querían decir que nos quieren mucho y que somos muy importantes para
nuestros padres y abuelos.
Pues Jesús debe ser algo así para
nosotros. Debe ser el rey de nuestra casa, el rey de nuestro corazón, el
rey de lo que hacemos. Debe reinar en nuestra vida. Hay veces que nos
olvidamos de lo importante que debe ser Jesús para cada uno de nosotros,
por eso la fi esta de hoy puede servir para tener esto más presente y
reforzar nuestra fe.
viernes, 20 de noviembre de 2020
EVANGELIO DEL DOMINGO: CRISTO REY
DECLARACIÓN DE LOS DERECHOS DEL NIÑO
Este día, en 1959, se firmó la Declaración de los Derechos del niño. Son 10 principios básicos que sirven de guía a todos los países para elaborar leyes sobre el menor. Artículo 1º: “Estos derechos serán reconocidos a todos los niños sin excepción alguna por motivos de raza, color, sexo…”
Si un niño vive criticado, aprenderá a criticar,
Si un niño vive con hostilidad, aprenderá a pelear,
Si un niño vive avergonzado, aprende a sentirse culpable,
Si un niño vive con tolerancia, aprende a ser tolerante,
Si un niño vive con estímulo, aprenderá a confiar,
Si un niño vive apreciado, aprende a apreciar
Si un niño vive con equidad, aprende a ser justo,
Si un niño vive con seguridad, aprende a tener fe,
Si un niño vive con aprobación, aprende a quererse,
Si un niño vive con aprobación y amistad, aprende a hallar amor en el mundo.
jueves, 19 de noviembre de 2020
LOADO SEAS: LA HERMANA TIERRA
"Loado seas, mi Señor, por nuestra hermana la madre tierra, la cual nos sustenta y gobierna, y produce diversos frutos con coloridas flores y hierba".
Desde que nos levantamos hasta que nos acostamos estamos pisando tierra. No de manera literal: pisamos baldosas, cemento, césped... Pero por debajo de todas esas construcciones del ser humano, se encuentra la tierra que nos regala Dios cada día. Todo el universo material es lenguaje de amor de Dios, de su desmesurado cariño hacia nosotros. El suelo, el agua, las montañas, todo es caricia de Dios.
Un regalo que nos hace no para que la dominemos y explotemos, sino para que la labremos y cuidemos. Eso también significa custodiar, preservar, guardar, vigilar... Y todos sabemos que a veces se nos olvida lo hermoso de este regalo y descuidamos la tierra que nos da la vida.
El medio ambiente se ha convertido en causa de sufrimiento directa para muchos pueblos. Las inundaciones y las sequías, la contaminación de las aguas, la destrucción de bosques y zonas de pesca, la desertificación o la construcción de grandes presas han obligado a millones de personas a abandonar sus hogares o a vivir bajo una permanente amenaza.
Datos de Cruz Roja estiman que el número de refugiados por desastres naturales alcanzará los 150 millones en el año 2050. De hecho, los problemas ambientales se han convertido ya en una de las mayores causas de migraciones en todo el mundo.
ORACIÓN
que estás presente en todo el universo y en la más pequeña de tus criaturas,
Tú, que rodeas con tu ternura todo lo que existe,
derrama en nosotros la fuerza de tu amor
para que cuidemos la vida y la belleza.
para que vivamos como hermanos y hermanas sin dañar a nadie.
Dios de los pobres, ayúdanos a rescatar
a los abandonados y olvidados de esta tierra
Sana nuestras vidas,
para que seamos protectores del mundo y no depredadores,
para que sembremos hermosura
y no contaminación y destrucción.
de los que buscan sólo beneficios
a costa de los pobres y de la tierra.
Enséñanos a descubrir el valor de cada cosa, a contemplar admirados,
a reconocer que estamos profundamente unidos con todas las criaturas
en nuestro camino hacia tu luz infinita.
Gracias porque estás con nosotros todos los días.
Aliéntanos, por favor, en nuestra lucha
por la justicia, el amor y la paz.
miércoles, 18 de noviembre de 2020
SOLARIDAD
Oración.
Señor... Hoy quisiera pedirte por esos hombres y mujeres que no tienen donde permanecer. Te pido por ellos, por los que van de pueblo en pueblo; de ciudad en ciudad; de albergue e albergue; de portal en portal, con todo su ajuar a cuestas estrujado en un miserable saco.
Te pido por esos hijos de nadie, por esos, porque precisamente por eso son más hijos tuyos... Te pido por todos los desencajados de la sociedad. Que encuentren cobijo cuando lo necesiten.
Ellos son también tus hijos, Padre. Hazles descubrir que esta vida nuestra es hermosa. Que encuentren amor y comprensión y no personas que les juzgan y condenan.
Te pedimos, Señor, por los ancianos olvidados, por tantos niños explotados, y por quienes sólo conocen la calle como hogar. Que encuentren alguien que les ame totalmente. Que encuentren.
Gloria al Padre…
martes, 17 de noviembre de 2020
CUENTO: LOS TRES REYES
En un lejano país hubo una vez una época de gran pobreza, donde sólo algunos ricos podían vivir sin problemas. Las caravanas de tres de aquellos ricos coincidieron durante su viaje, y juntos llegaron a una aldea donde la pobreza era extrema. Era tal su situación, que provocó distintas reacciones a cada uno de ellos, y todas muy intensas.
El primer rico no pudo soportar ver aquello, así que tomó todo el oro y las joyas que llevaba en sus carros, que eran muchas, y los repartió sin quedarse nada entre las gentes del campo. A todos ellos deseó la mejor de las suertes, y partió.
El segundo rico, al ver su desesperada situación, paró con todos sus sirvientes, y quedándose lo justo para llegar a su destino, entregó a aquellos hombres toda su comida y bebida, pues veía que el dinero de poco les serviría. Se aseguró de que cada uno recibiera su parte y tuviera comida para cierto tiempo, y se despidió.
El tercero, al ver aquella pobreza, aceleró y pasó de largo, sin siquiera detenerse. Los otros ricos, mientras iban juntos por el camino, comentaban su poca decencia y su falta de solidaridad. Menos mal que allí habían estado ellos para ayudar a aquellos pobres...
Pero tres días después, se cruzaron con el tercer rico, que viajaba ahora en la dirección opuesta. Seguía caminando rápido, pero sus carros habían cambiado el oro y las mercancías por aperos de labranza, herramientas y sacos de distintas semillas y grano, y se dirigía a ayudar a luchar a la aldea contra la pobreza.
Y eso, que ocurrió hace tanto, seguimos viéndolo hoy. Hay gente generosa, aunque da sólo para que se vea lo mucho que dan, y no quieren saber nada de quien lo recibe. Otros, también generosos, tratan de ayudar realmente a quienes les rodean, pero sólo para sentirse mejor por haber obrado bien. Y hay otros, los mejores, a quienes no les importa mucho lo que piense el resto de generosos, ni dan de forma ostentosa, pero se preocupan de verdad por mejorar la vida de aquellos a quienes ayudan, y dan mucho de algo que vale mucho más que el dinero: su tiempo, su ilusión y sus vidas.
Estar atento a los que necesitan algo.
No dar la espalda a los que me piden ayuda.
Animar al que está triste.
Acompañar al que se siente solo.
Tener en cuenta al que está apartado.
Así haré que se cumpla eso que tantas veces he rezado: