La Porciúncula, “la puerta de la vida eterna”
Haec est porta vitae aeternae
Cristo y la Virgen se aparecieron a San Francisco de Asís en la Porciúncula
La pequeña iglesia conocida como Porciúncula, que San Francisco dedicó a Santa María de los Ángeles, se encuentra en Asís (Italia), dentro de la gran Basílica que lleva el mismo nombre de esta advocación mariana. La Basílica data de los siglos XVI y XVII.
Esta iglesia fue la segunda morada del santo y de sus primeros hermanos, así como el lugar donde la tarde del 3 de octubre de 1226, San Francisco falleció. Allí, además, en el Domingo de Ramos de 1211, San Francisco recibió la consagración de Santa Clara, dando origen a las clarisas.
Bernardo de Quintavalle y Pedro Cattani
Después de dos años de predicar, san Francisco comenzó a tener discípulos que, convencidos por su doctrina, lo siguieron en la pobreza. El primero fue Bernardo de Quintavalle –uno de los nobles más ricos y sabios de la ciudad-, al ver cómo el santo soportaba burlas y escarnios, decidió renunciar a sus bienes para unírsele; el segundo fue Pedro Cattani que también se despojó de sus riquezas y lo siguió. San Francisco y sus dos compañeros confirmaron su vocación deseando conocer la voluntad de Cristo y leyendo tres pasajes del Evangelio en un misal, el primero fue: “Si quieres ser perfecto, vende todo lo que tienes y dalo a los pobres, luego ven y sígueme”; el segundo mencionaba: “No llevéis nada para el camino”; finalmente, el tercero decía: “El que quiera venir en pos de mí renuncie a sí mismo, tome su cruz y sígame”. Estos designios que Cristo había anunciado a sus apóstoles sirvieron de fundamento para escribir la regla franciscana.
1216 Papa Honorio III
La concesión de la indulgencia de la Porciúncula se dio en 1216, cuando San Francisco partió hacia Perusa junto al hermano Maseo para ver al Papa Honorio III. La noche anterior el mismo Cristo y la Virgen, rodeados de ángeles, se le habían aparecido en la capilla de Santa María de los Ángeles, en Asís.
En esta aparición, el santo le pidió al Señor que les concediese una indulgencia a cuantos visitasen la iglesia dedicada a la Virgen bajo la advocación de María de los Ángeles. El Señor aceptó y le ordenó que se dirigiese a Perusa, para obtener del Papa el favor deseado. El Santo Padre concedió la gracia.
1966 Papa Pablo VI
En 1966, el Papa Pablo VI publicó la carta apostólica Sacrosancta Portiunculae con ocasión del 750° aniversario de la concesión de la indulgencia de la Porciúncula, donde expresó su deseo de que el "aniversario de la institución de esta indulgencia sea celebrado de manera que verdaderamente la Porciúncula sea aquel lugar santo donde se consigue el perdón total y se hace estable la paz con Dios".
Además, refiriéndose a las peregrinaciones que los fieles realizan hacia el lugar, indicó que "quiera Dios que la peregrinación, transmitida durante siglos, a la iglesia de la Porciúncula, que Nuestro mismo Predecesor Juan XXIII emprendió con ánimo piadoso, no termine sino que más bien crezca continuamente la multitud de los fieles que acuden aquí al encuentro con Cristo rico en misericordia y con su Madre, que intercede siempre ante Él".
2 de agosto, PERDÓN DE ASÍS Y DE SANTA MARÍA DE LOS ÁNGELES DE LA PORZIÚNCULA
El 1 y 2 de agosto los fieles de todo el mundo podrán obtener indulgencia plenaria en cualquier iglesia franciscana gracias a la Capilla de la Porciúncula que reconstruyó San Francisco de Asís. Templo donde está “la puerta de la vida eterna” y cuyo origen estaría en la tumba de María.
el 'Perdón' de Asís se puede obtener en todas las iglesias franciscanas del mundo desde la víspera de la fiesta central".
1. Desde la tumba de María
En el libro San Francisco de Asís, del historiador Johannes Joergensen, converso al catolicismo, se narra que, según una antigua tradición, la capilla data del siglo IV. Al parecer fue construida por cuatro ermitaños que arribaron de Tierra Santa. Ellos llevaban consigo una reliquia de la tumba de la Virgen María que les había donado San Cirilo.
En el altar del recinto había un cuadro en el que se apreciaba la Asunción de la Virgen, rodeada de una gran cantidad de ángeles. De aquí proviene el nombre Santa María de los Ángeles. Mientras que el sobrenombre de Porciúncula, que significa pequeña porción, era usado por los benedictinos del monte Subasio, propietarios del terreno desde el siglo VI.
2. El pago de alquiler a los Benedictinos
La Abadía de San Benito en Subasio describe que San Francisco le pidió al abad del monasterio la pequeñita iglesia de Santa María de la Porciúncula. El superior benedictino, con la aprobación de su comunidad, le entregó generosamente el recinto. Pero el santo no quería ser propietario, sino inquilino.
San Francisco, en su pobreza, quiso pagar como renta anual una cesta de pescado y el abad devolvía el humilde gesto dándole aceite para la lámpara de la capilla. Los Frailes Menores de Umbría, región italiana donde está Asís, enfatizan que actualmente este gesto simbólico se llama Rito de la fraternidad. Se suele renovar como “señal de amistad”.
3. El origen de las ramas franciscanas
Esta pequeña iglesia fue el lugar donde San Francisco “comprendió claramente su vocación y fundó la Orden de los Frailes Menores en 1209”. Además, sostiene que fue aquí donde Santa Clara recibió el hábito religioso de manos del santo, “dando origen a la Orden de las Damas Pobres” (Clarisas).
En este sentido resalta que la Porciúncula es el “centro del franciscanismo”. Además, cabe resaltar que con el paso de los siglos surgieron diversas comunidades franciscanas, pero todas tienen como referencia lo que vivió San Francisco en este pequeño lugar.
La pequeña capilla de la Porciúncula.
El Santoral Franciscano sobre la vida de santos de esta espiritualidad recoge algunos datos del libro Por los caminos de Francisco de Asís, escrito por Fr. Fernando Uirbe O.F.M. En dicha obra se indica que a un lado de la Porciúncula está la lápida de la tumba de Fray Pedro Catáneo, segundo discípulo de San Francisco, quien murió en 1221.
Una leyenda cuenta que tras morir el fraile, los fieles empezaron a obtener varios milagros por su intercesión. Muchos querían ir a su tumba y esto perturbó el espíritu de recogimiento de la comunidad. Entonces San Francisco le pidió que ya no hiciera más milagros y el difunto Fray Pedro, aún después de muerto, obedeció.
5. El lugar favorito de San Francisco de Asís
En la obra Asís, corazón del mundo. Guía turística, escrito por Fray Gualterio Bellucci O.F.M. y recogido por el Santoral Franciscano, se destacan dos hechos que muestran el amor de San Francisco por la Porciúncula.
San Francisco le dijo a sus frailes: “nunca abandonéis este lugar. Si os expulsan por un lado, volved a entrar por el otro, porque este lugar es verdaderamente santo y morada de Dios… Aquí el que ore con corazón devoto obtendrá lo que pida y el que profane este lugar será castigado con mucho rigor”.
Por otro lado San Buenaventura señaló que “amó el varón santo este lugar con preferencia a todos los demás del mundo, pues aquí comenzó humildemente, aquí progresó en la virtud, aquí terminó felizmente el curso de su vida”.
San Francisco de Asís anunciando la indulgencia.
6. Cristo y la Virgen se aparecieron en una visión mística
Una noche de 1216 un ángel se apareció a San Francisco y le ordenó que fuera a la Porciúncula. Cuando llegó, vio una gran cantidad de ángeles y serafines alrededor de Cristo y la Virgen. El santo se postró en el suelo y el Señor le dijo: “Pídeme, Francisco, lo que quieras”.
El santo le imploró: “que concedáis la gracia de que todos los que vengan confesados a esta iglesia alcancen perdón e indulgencia de todos sus pecados y queden en vuestra presencia lo mismo que quedaron después de recibir el santo bautismo”. Cristo aceptó, por la intercesión de la Virgen, y lo mandó ante el Papa para que le confirmara esta gracia.
7. Oculta por la gran Basílica está “la puerta de la vida eterna”
La capilla de la Porciúncula se encuentra en el interior de la Basílica de Santa María de los Ángeles que, según el propio sitio web de la Porciúncula, fue construida entre 1569 y 1679.
En la fachada de la Porciúncula, justo arriba de la puerta, está escrito en Latín Haec est porta vitae aeternae (Esta es la puerta de la vida eterna). Los Frailes Menores de Umbría enfatizan que estas palabras “deben tomarse en serio porque aluden al misterio que encierra este cofre”.
La indulgencia de la Porciúncula se obtiene en cualquier iglesia franciscana entre el 1 y 2 de agosto con las condiciones habituales (confesión, comunión y oración por las intenciones del Papa), pero aquí se puede conseguir todos los días del año al atravesar esta puerta.
La fe católica enseña que la indulgencia plenaria "devuelve" el alma al estado en el que estuvo al recibir el Bautismo. Si una persona fallece después de recibir esta gracia se va directo al cielo.
Parte superior de la fachada de la Porciúncula.
Oración para ganar la indulgencia de la Porciúncula
(Actualizada)
¡Dios y Señor mío!, yo creo que estáis realmente presente en este templo; te adoro con toda mi alma; me arrepiento, Señor, de todos mis pecados y pido qie sean perdonados; te pido, Dios mío, me concedáis la gracia de ganar la santa indulgencia que concediste a vuestro siervo el humilde San Francisco, y que aplico por mí mismo y por… (aquí se dice el nombre de alguien que quieras recordar). Te pido, por las intenciones del Papa, por la Iglesia, por la paz del mundo y por la conversión de todos los pecadores.
Santa María de los Ángeles, interceded por mí, con tu mediación.
Protector de todas las almas, bendito San José, amparadme con vuestra protección. Ángel de mi guarda, acompañadme en este momento. Hermano San Francisco y todos los Ángeles y Bienaventurados, interceded por mí.
Amén.
Rezar Padrenuestro, Avemaría y Gloria al Padre por la intención del Papa.
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