La iglesia celebró ayer la fiesta del Corpus Christi, la fiesta de la Eucaristía. La Eucaristía es la reunión que todo creyente necesita cada domingo para unirnos a Cristo, celebrar la fe en comunidad, para alimentarla, para crecer en fraternidad y reavivar nuestra esperanza en Jesús, que se ha quedado para siempre con nosotros.
Pero los que participamos de la Cena del Señor debemos también compartir con los más pobres y así construir un mundo más justo. Por eso también se celebró el día de Cáritas con el lema “Tú tienes mucho que ver. Somos una oportunidad, una esperanza”. Hay muchos invisibles entre nosotros, y Jesús nos pide que no apartemos la vista y que miremos de frente a los que nos necesitan, así un día nos dirá “tuve hambre y me disteis de comer”.
Señor Jesús,
Tú me dices hoy:
“Yo soy el pan vivo…
el que coma de este pan vivirá para siempre...
El pan que yo daré es mi carne para la vida del mundo”.
Tú, Señor Jesús,
antes de dejar este mundo,
a punto de marcharte a la casa del Padre
te haces alimento cotidiano,
comida como la que estaba
en todas las casas de tu pueblo,
Tú te haces alimento ordinario,
para ser comido, para alimentarnos.
Tú estás en el Pan de la Eucaristía
para alimentarnos, para ser comida.
Tú quieres ser comido,
servir de alimento puesto en la mesa
para que compartido alimente a muchos.
Ayúdanos, Señor Jesús, para que comulgando tu Cuerpo,
comulguemos con toda tu Persona:
con tu confianza y fidelidad a Dios,
con tus entrañas de misericordia
ante toda miseria humana,
con tus predilección por los últimos.
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