Los cristianos compartimos un mismo Bautismo y creemos en Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo, que es nuestra base común. A lo largo de la historia, sin embargo, las diferencias (culturales, doctrinales, etc.) hicieron que se produjeran divisiones en la Iglesia y surgieran las distintas Iglesias que hoy encontramos (católicos, orientales, ortodoxos, luteranos, reformados, anglicanos, etc.). Hay elementos que nos diferencian, pero es mucho más lo que nos une que lo que nos separa.
Así como cada miembro de una familia tiene apellidos comunes, y un nombre que los diferencia, los seguidores de Jesús somos todos cristianos, aunque nos denominemos: católicos, protestantes, ortodoxos (son las tradiciones fundamentales).
El siguiente cuento nos puede ayudar a entender la riqueza de la diversidad que aporta cada tradición cristiana, el respeto mutuo y la búsqueda de aquello que nos une.
Si observamos el cuento podemos ver la similitud de las diferentes herramientas con las distintas confesiones cristianas. La moraleja del cuento sería que Jesús, el carpintero, busca la unidad para un proyecto común dejando de un lado las diferencias de cada uno y centrándose en lo que nos une.
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