viernes, 14 de enero de 2022

EVANGELIO DEL DOMINGO: HACED LO QUE ÉL OS DIGA

Había una boda en Caná de Galilea y la madre de Jesús estaba allí; Jesús y sus discípulos estaban también invitados a la boda. Faltó el vino y la madre de Jesús le dijo: No les queda vino. Jesús le contestó: Mujer, déjame, todavía no ha llegado mi hora. Su madre dijo a los sirvientes: Haced lo que él os diga.

Había allí colocadas seis tinajas de piedra, para las purificaciones de los judíos, de unos cien litros cada una. Jesús les dijo: Llenad las tinajas de agua. Y las llenaron hasta arriba. Entonces les mandó: Sacad ahora y llevádselo al mayordomo. Ellos se lo llevaron.

El mayordomo probó el agua convertida en vino sin saber de dónde venía (los sirvientes sí lo sabían, pues habían sacado el agua), y entonces llamó al novio y le dijo: Todo el mundo pone primero el vino bueno y, cuando ya están bebidos, el peor; tú en cambio has guardado el vino bueno hasta ahora.

Así, en Caná de Galilea, Jesús comenzó sus signos, manifestó su gloria y creció la fe de sus discípulos en él. (Juan 2, 1-11)

El Evangelio del próximo domingo nos cuenta lo que pasó en las bodas de Caná. Nosotros no nos vamos a quedar con cómo Jesús convirtió el agua en vino, sino que nos vamos a fijar en que la primera que se da cuenta es María, que le dice a Jesús: “No tienen vino”. Es María la que está atenta a lo que está pasando, lo que necesitan las personas y se lo hace saber a Jesús.

Y todo sucede en una boda, en una gran fiesta. La vivencia de la fe, ser creyentes es para vivir con alegría de que estar cerca de Jesús es la mayor fiesta a la que podemos ir, es saber lo que es la alegría de verdad. No somos creyentes para estar tristes y con caras mustias. La fe es alegría y felicidad que se contagia.

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