Hace una semana celebrábamos en toda la Iglesia que Jesús ha resucitado, es decir, Jesús ha vencido a la muerte, y a partir de ahora estamos seguros de que Jesús vive para siempre.
Estamos seguros de que siempre podemos estar con él, hablarle y sentirle cerca, porque está vivo. Estamos seguros de que él nos ayuda a vencer todas aquellas situaciones malas que vemos cuando hay guerras, injusticias, acoso, egoísmo, etc.
Jesús vive y está en todas partes. Jesús está en ese sepulcro vacío, en la cocina de tu casa, en un campo de refugiados, en el supermercado, en el balcón del vecino…
Jesús vive para siempre y porque está vivo, te invita a que estés alegre, a que vivas agradecido.
Buenos días, Jesús, qué alegría saludarte de nuevo, sintiendo que vives entre nosotros.
Te ofrecemos este día para llenar de alegría a cuantos nos rodean.
Jesús, enséñanos a ayudar en todo momento.
Enséñanos a estar atento a las necesidades de los demás.
Enséñanos a mostrar mucho amor en lo que hacemos,
a dar mucho amor a los que viven con nosotros.
Jesús, enséñanos a hacer felices a los demás.
Jesús, enséñanos a hacer felices a los demás.
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