COSAS DE PASCUA

El encuentro de Jesús Resucitado con sus discípulos tuvo lugar el primer día de la semana, es decir, el domingo. Ellos estaban reunidos y Jesús se les apareció resucitado. Al igual que ellos, nosotros también nos reunimos todos los domingos en la eucaristía, ya que, ayer como hoy, el Resucitado se hace presente.

El primer día de la semana, el domingo, Jesús se aparece a los discípulos: les saluda con la paz, les envía el Espíritu y los invita a sanar. El domingo es para nosotros el día del Señor. Este día, como familia en Jesús, se nos ofrece la oportunidad de sanar nuestras relaciones con Dios, con nosotros mismos, con los demás y con el mundo.

La celebración del domingo, la Eucaristía, no es un acto cualquiera. No puede reducirse a una reunión donde aparentamos ser los mejores, sino que nos reunimos porque Jesús resucitado nos convoca y nos da la fuerza para ser más amigos de todos y para cuidar más la creación de Dios.

Te damos gracias, Señor,

y te pedimos que continúes enviando tu Espíritu,

para que cada domingo nos reunamos en tu nombre,

haciendo memorial de tu muerte y Resurrección,

y asumamos el envío que nos compromete a sanar el mundo en tu nombre

y ser más amigos de todos. Amén.