martes, 20 de septiembre de 2022

LA ZARZA ARDIENTE

Los tristes y numerosos incendios no naturales de este verano son un signo de los efectos devastadores que el cambio climático tiene sobre los sectores más vulnerables de nuestro planeta.

Por el contrario, el fuego que llamó a Moisés mientras cuidaba el rebaño en el monte Horeb no consumió ni destruyó la zarza. Era una llama del Espíritu que revelaba la presencia vital de Dios. Este fuego sagrado afirma que Dios escucha los gritos de todas las personas que sufren, y promete estar con nosotros si luchamos por la paz y la justicia.

Durante el Tiempo de la Creación, este símbolo nos llama a escuchar la voz de la creación, y a responder fielmente mediante la oración, la reflexión y las pequeñas acciones.

Oh, Dios de toda la creación. Tú has creado la tierra y los árboles, los animales y todos los seres vivos de la tierra. Estamos destruyendo los bosques a través de venenos y de la tala, las voces de los pájaros, los insectos y los habitantes del bosque son silenciadas.

Tú creaste las maravillas del océano, los peces, las conchas marinas, los arrecifes, las ballenas, las olas, los corales. Los océanos se están calentando y mientras se ahogan en plástico, sus voces son acalladas.

Nos volvemos a ti con dolor y arrepentimiento. Ayúdanos a cuidar los océanos, la tierra y el bosque, y a reconocer que es tu bendición para nosotros y para nosotras. La creación nos habla, pero sus voces han sido silenciadas por el rugido de nuestra codicia.

Señor, en tu Misericordia, escucha nuestra oración. Amén.

No hay comentarios:

Publicar un comentario