Y Francisco de Asís es un ejemplo claro de humanidad. Descubrió a un Jesús pobre y entregado que es como nosotros y que no se avergüenza de ello. Descubrió al hermano del que no se apartará, aunque falle mil veces en sus propias narices. Descubrió una Iglesia materna en el duro envoltorio de una Iglesia poderosa y violenta. Descubrió en las criaturas una posibilidad de conectar con la esencia de lo humano.
El camino a seguir queda claro: tú que eres humano, habrás de ser siempre más humano. Tú que anhelas entrar en el corazón del otro, has dejar la puerta del tuyo siempre abierta. Tú que puedes mirar a quien se relaciona contigo con los ojos del corazón, has de entender que unos ojos humanos son los que siempre están del lado de quien sufre. No te canses de ser más humano.
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