martes, 27 de septiembre de 2022

CUENTO: EL RASTRO DEL CARACOL

  • ¿A dónde vas, caracol? – preguntó la lombriz al caracol.
  • Voy a construir un mundo mejor.
  • ¿Y este rastro que dejas?
  • Lo dejo por si alguien quiere seguirme. ¿Tú quieres seguirme?
La lombriz lo pensó unos instantes; después, contestó:
  • Yo estoy bien aquí: éste es mi mundo mejor.
El caracol se despidió de la lombriz y siguió caminando. Al pasar bajo la sombra de un avellano, el caracol se encontró con una cigarra. La cigarra preguntó al caracol:
  • ¿A dónde vas, caracol?
El caracol respondió:
  • Voy a construir un mundo mejor.
  • ¿Y qué llevas en esa concha?
El caracol hizo un gesto de fatiga y contestó:
  • Llevo el dolor del mundo. ¿Quieres ayudarme a desterrarlo?
  • No, - dijo la cigarra -. Me encuentro muy bien aquí comiendo y cantando.
El caracol bajó entristecido la cabeza y siguió caminando.
En la tapia de un huerto se le acercó otro caracol y le preguntó:

  • ¿A dónde vas, caracol hermano?
  • Voy a construir un mundo mejor. ¿Quieres seguirme?
  • Sí, te sigo, te estaba esperando.

Los dos caracoles siguieron caminando. Iban dejando un rastro cada vez más marcado. A ellos se fueron uniendo otros caracoles que siguieron su rastro.


Querido Dios,
Padre de todos,
enséñanos a vivir
como hermanos.
Sin divisiones
ni diferencias.
Ayúdame a ver
en cada persona
el rostro de Jesús.
Que sea capaz de amar
sin fijarme en
el color de la piel,
la escuela donde uno va,
El barrio donde uno vive,
la cara que uno tiene,
o los amigos con los que se junta.
Que aprenda a amar
a todos los que me rodean.

No hay comentarios:

Publicar un comentario