- ¿A dónde vas, caracol? – preguntó la lombriz al caracol.
- Voy a construir un mundo mejor.
- ¿Y este rastro que dejas?
- Lo dejo por si alguien quiere seguirme. ¿Tú quieres seguirme?
- Yo estoy bien aquí: éste es mi mundo mejor.
- ¿A dónde vas, caracol?
- Voy a construir un mundo mejor.
- ¿Y qué llevas en esa concha?
- Llevo el dolor del mundo. ¿Quieres ayudarme a desterrarlo?
- No, - dijo la cigarra -. Me encuentro muy bien aquí comiendo y cantando.
En la tapia de un huerto se le acercó otro caracol y le preguntó:
- ¿A dónde vas, caracol hermano?
- Voy a construir un mundo mejor. ¿Quieres seguirme?
- Sí, te sigo, te estaba esperando.
Los dos caracoles siguieron caminando. Iban dejando un
rastro cada vez más marcado. A ellos se fueron uniendo otros caracoles que siguieron
su rastro.
Querido Dios,
Padre de todos,
enséñanos a vivir
como hermanos.
Sin divisiones
ni diferencias.
Ayúdame a ver
en cada persona
el rostro de Jesús.
Que sea capaz de amar
sin fijarme en
el color de la piel,
la escuela donde uno va,
El barrio donde uno vive,
la cara que uno tiene,
o los amigos con los que se junta.
Que aprenda a amar
a todos los que me rodean.
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