Una hija le contaba a su madre que todo le sale mal: está suspendiendo, sus amigas no cuentan con ella y su mejor amiga se ha cambiando de colegio. Mientras, su madre estaba preparando un pastel.
Entonces la madre le pregunta a su hija que si quiere comer algo, y la hija dice: "Claro mamá, me encanta tu pastel." "Ten, tómate este aceite," le ofrece su madre. "¡Puaj!" dice la hija. "¿Qué tal un par de huevos crudos?" "¡Qué asco, Mamá!" "Entonces ¿quieres algo de harina? O ¿Qué tal bicarbonato?" "Mamá, todo eso es asqueroso!"
La madre con cariño le responde: "Sí, todas esas cosas parecen malas por sí solas. ¡Pero cuando las unes de la manera adecuada, hacen un pastel maravillosamente delicioso! Las cosas por separado pueden parecernos raras e incluso sabernos mal, pero si todo se une forman un gran pastel. Cuando miramos el lado negativo de las cosas todo parece estar mal, pero cuando Dios las ha puesto en tu camino por algo son para que aprendas de ellas y te demuestres a ti mismo de lo que eres capaz de hacer y superar.
«También está escrito: "No tentarás al Señor, tu Dios."» No caigamos en la tentación de valorar poco los pequeños detalles de cada día pues todos ellos hacen que demuestres ser una persona capaz y fuerte como Jesús.
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