CUENTO: DIOS ES DE AZÚCAR

Un día la profesora le preguntó a los niños si sabían explicar quién era Dios. Uno de los niños levantó la mano y dijo: -Dios es nuestro Padre, él hizo la tierra, el mar, y todo lo que está en ella. Nos hizo como los hijos de él. La profesora, buscando más respuestas, fue más lejos: -¿Pero cómo sabemos que Dios existe, si nunca lo hemos visto?

Todo el salón quedó en silencio ... Pedro, un niñito muy tímido levantó sus manos y dijo: -Mi madre dice que Dios es como el azúcar que está dentro de la taza mezclada con la leche, pero, si no la tuviera no tendría sabor... Dios existe, él está siempre en medio de nosotros, solo que no lo vemos, pero si se fuera, nuestra vida quedaría sin sabor. 

La profesora le felicitó: -Muy bien Pedro, yo os enseño muchas cosas a vosotros, y hoy tú me enseñaste algo más profundo que todo lo que yo sabía. Ahora sé que Dios es nuestro azúcar y que está todos los días endulzando nuestra vida. Le dio un beso en la frente y agradeció a Dios la respuesta de aquel niño. 

La verdadera sabiduría no está en el conocimiento, sino en la vivencia de Dios en nuestras vidas. Teorías existen muchas, pero dulzura como la de Dios, aún no existe ni en los mejores azúcares. 

No olvides colocar azúcar en tu vida. De esta azúcar no hay dosis, endulza tu alma y los momentos más amargos de tu vida. Tenla siempre a mano, y que nunca te falte esa buena azúcar que es Dios.