viernes, 27 de enero de 2023

EVANGELIO DEL DOMINGO: LAS BIENAVENTURANZAS

En aquel tiempo al ver Jesús el gentío, subió al monte, se sentó y se acercaron sus discípulos; y, abriendo su boca, les enseñaba diciendo: «Bienaventurados los pobres en el espíritu, porque de ellos es el reino de los cielos. Bienaventurados los mansos, porque ellos heredarán la tierra. Bienaventurados los que lloran, porque ellos serán consolados. Bienaventurados los que tienen hambre y sed de la justicia, porque ellos quedarán saciados. Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia. Bienaventurados los limpios de corazón, porque ellos verán a Dios. Bienaventurados los que trabajan por la paz, porque ellos serán llamados hijos de Dios. Bienaventurados los perseguidos por causa de la justicia, porque de ellos es el reino de los cielos. Bienaventurados vosotros cuando os insulten y os persigan y os calumnien de cualquier modo por mi causa. Alegraos y regocijaos, porque vuestra recompensa será grande en el cielo. (Mateo 5, 1-12a)
 


El Evangelio de este domingo es el que se conoce como el de las bienaventuranzas, porque Jesús dice que hay una serie de personas que son los bienaventurados. Y esas personas no son precisamente las personas que mejor les va en la vida, sino a lo que Jesús, y por lo tanto todos los cristianos debemos prestar más atención y estar más cerca.

Jesús nos habla de los que lloran, los que tienen misericordia, lo que trabajan por la justicia, los limpios de corazón… Seguramente que no son las personas que podemos decir que están llamadas a ser las personas más famosas o protagonistas en el mundo en el que vivimos.

Pero para los creyentes no es importante que alguien esté bien valorado por los demás. A veces, ser creyente supone decir o hacer algo que sabemos que tenemos que hacer, pero que puede suponer que una parte de la sociedad piense que no está bien. NO hacemos las cosas por quedar bien; hacemos las cosas porque nuestra preocupación es estar con los que más sufren, es hacer realidad el sueño de Dios que no es otro que todos nos sintamos hijos suyos y que consideremos a todas las personas como nuestros hermanos. Las bienaventuranzas son como una guía para las personas que somos cristianas.

Hoy, que celebramos el Día escolar por la no-violencia y la paz, tenemos más presente la enseñanza de Jesús que nos dice: Bienaventurados los que trabajan por la paz, porque ellos serán llamados hijos de Dios. Que estas palabras de Jesús nos animen a ser instrumentos de paz y bien para cuantos nos rodean.

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