martes, 17 de enero de 2023

CUENTO: EL AGUJERO

Un hombre está paseando tranquilamente cuando, de repente, cae en un agujero. Es tan profundo y las paredes son tan inclinadas que no puede salir. Dolorido y agobiado, el hombre no sabe qué hacer.

Entonces, un médico pasa por allí y, al verle, el hombre grita desde el fondo del agujero «¡Doctor! ¡Ayúdeme!». El médico le dice “Claro”, rellena una receta, la arroja por el agujero y sigue adelante satisfecho por haber proporcionado su ayuda a aquel pobre hombre.

Poco después, un sacerdote pasa por el mismo lugar y el hombre grita esta vez «Padre, estoy aquí abajo, en el agujero. ¿Me puede ayudar?». El sacerdote le dice “Por supuesto”, escribe una oración, la tira por el agujero y sigue adelante despreocupado.

Casualmente, una amiga de aquel hombre también pasa cerca y este, desde lo más profundo del agujero, exclama “¡Eh! Soy yo ¿Me puedes ayudar?». Entonces, la amiga, sin decir nada, salta al agujero. Nuestro hombre exclama “¿Estás tonta? ¿Por qué lo has hecho? ¡Ahora los dos estamos aquí dentro!» y la amiga responde «Sí, pero yo ya he estado antes y sé la forma de salir"


Quizás si fuéramos capaces más a menudo de ponernos en el lugar de los otros. Si fuéramos honestos para reconocernos en la fragilidad tan compartida, y si fuéramos humanos para cuidarnos justo cuando nos vemos más vulnerables, nuestra sociedad podría ser algo distinta, y mejor.

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