Estamos en la semana del DOMUND. El Evangelio del Domingo nos habla de ser humildes y pequeños, para encontrar al Niño que nos salva. Sencillez, humildad, entrega, donación… palabras que son parte del traje de nuestros misioneros, que “salen de su tierra” para “des-poseerse”, para que otros se “apropien” de su vida y de sus capacidades.
Los misioneros no utilizan el “yo”. Ellos rezan a Dios desde el “nosotros”. No hay “ellos” ni diferentes. Son mensajeros del Dios de la Vida. Se empeñan en construir, en allanar, en ser esperanza de los pueblos más periféricos, olvidados y desconocidos. Son vasijas de barro, no tesoros de porcelana.
Los misioneros no rezan de pie, erguidos, en primera fila. Ellos están en medio del pueblo, con el pueblo, consolando, aliviando, con el delantal del servicio siempre incorporado. Son transmisores del perdón del Dios misericordioso.
Nuestro recuerdo, nuestra oración agradecida a todos los misioneros. Los que están aquí peregrinando y los que están ya en el Cielo. Todos son generadores de un mundo nuevo. ¡Gracias!
Dibu: Patxi Velasco Fano
Texto: Fernando Cordero ss.cc.
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