jueves, 3 de diciembre de 2020

LOADO SEAS: CANTAD LAS ALABANZAS DE DIOS

Altísimo, omnipotente, buen Señor, tuyas son las alabanzas, la gloria y el honor y toda bendición

Así comienza el cántico de san Francisco y así queremos que comience hoy nuestra oración y nuestra alabanza, Señor. A ti queremos darte gracias y pedirte que no nos perdamos en los caminos que el mundo pone ante nuestros ojos y que, muchas veces, nos deslumbran con sus destellos artificiales. Que sepamos, Señor, mirar hacia dentro, hacia el centro, al corazón. Que sepamos caminar hacia lo importante… que sepamos gustar tu cercanía y tu amor. Con alegría, como los enamorados. Con lágrimas en los ojos y con manos llenas de tu ternura. Que seamos capaces de vivir abiertos, muy abiertos, a todo lo que nos hable de ti.

Gracias, Señor, por la oración que brota de nuestros corazones y que es regalo tuyo.
Gracias porque al orar nos sentimos hermanados,
no sólo entre nosotros, sino con toda la creación.
Sentimos que somos polvo y viento.
Que somos tierra y somos cielo a la vez.
Te pedimos que nos hagas sensibles a todo lo que nos rodea.
Que, como Tú, pasemos por el mundo haciendo el bien.

 

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