jueves, 24 de marzo de 2022

BAJO LOS ESCOMBROS

Sucedió en una iglesia de Londres durante el brutal bombardeo nazi sobre las ciudades inglesas.

Las casas caían unas tras otras bajo los proyectiles y unos ayudaban a otros. La iglesia de un barrio se había convertido como tantas en un centro de ayuda, y también seguía siendo lugar donde seguir reuniéndose para alimentar la fortaleza y la esperanza de todos.

El pastor recuerda un domingo de final de verano en que estaban celebrando la lectura del segador. La Iglesia estaba preciosa, los niños la habían adornado con haces de espigas recién segadas que habían colgado de paredes y lámparas. También habían puesto frutas, flores, hojas de todas las formas, dibujos de animales, algunas herramientas de granja: la Iglesia estaba llena de vida en aquellos tiempos de ira y destrucción.

De repente una alarma hizo callar a todos y todo el mundo abandonó corriendo el templo para protegerse en los refugios.

Una de las bombas cayó sobre la nave de la iglesia y la explosión la demolió, quedando convertida en un monte de ruinas.

Pasaron meses de todavía mayores penalidades, de mucha sangre, sudor y lágrimas. La comunidad siguió uniéndose en casa de la gente, ayudando a todos, sosteniendo los corazones rotos. Pasaron los meses y llegó la primavera y una mañana se extendió una voz asombrada por todo el barrio: entre aquellos escombros de piedra había brotado una multitud de espigas y flores que se elevaban al cielo. Era fruto de aquellas semillas que habían caído bajo el bombardeo.

Dios nos ha "sembrado" aquí en esta tierra y espera que demos buenos frutos en nuestra vida. ¿Qué clase de frutos espera? Él desea ver cosas como amor, gozo, paz, paciencia, bondad, perdón, amistad... Hay ocasiones que puede sentirse desilusionado por lo que ve, pero siempre está dispuesto a darnos otra oportunidad.

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