miércoles, 2 de marzo de 2022

MIÉRCOLES DE CENIZA

Tradicionalmente la Cuaresma está asociada a una actitud de conversión. Este curso, y tomando como punto de partida nuestro lema “Hermanados”, proponemos convertirnos a la fraternidad, a la amistad social.

Este tiempo de cuaresma es un tiempo perfecto para cultivar la “fraternidad”, trabajando los valores que nos hacen más hermanos. Son cinco semanas en las que desentrañamos qué hay detrás de eso de “ser hermanos”. Por eso el lema es “HAY UN AMIGO EN MÍ” y durante este tiempo de cuaresma vamos a cultivar y hacer emerger ese amigo que tenemos cada uno dentro. 

 

Hay una amigo en potencia en cada uno de nosotros que descubre la valía de otras personas aunque tengan ideas diferentes, religiones diversas, orígenes alejados. El corazón no tiene fronteras y se siente afectado cuando cualquier ser humano sufre o padece una injusticia.

Por eso nos duele que haya personas que no tienen donde vivir porque son de países del sur, o que haya niños que no pueden ir a la escuela porque están exiliados, o que tantos mueran en las fronteras o en el Mediterráneo buscando un futuro mejor para su familia.

¿Y qué podemos hacer para que salga ese “amigo” que llevamos dentro? Vamos a ver un vídeo de una parábola que nos va a ayudar. “La parábola del sembrador” de Valibán.

Señor, quiero ser el amigo
con quien compartir la alegría y el fracaso.
aquel a quien recurrir cuando hay un problema;
el amigo que critica y da consejos
estando presente el interesado;
el Amigo que comprende
aunque las apariencias engañen;
el amigo que desde lejos,
hace sentir su presencia.

Quiero ser, Señor,
un amigo que no distingue razas,
ni edades, ni credos, ni política, ni distancias.
Quiero saber conservar la verdadera amistad
como el más maravilloso de los regalos.

Quiero ser el amigo que profesa
un afecto desinteresado y personal,
que cuida del trato
y es generoso con el tiempo.
Quiero ser un amigo leal,
llegar a sentirme como verdadero hermano.

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