miércoles, 8 de junio de 2022

MANSOS Y HUMILDES DE CORAZÓN

El Corazón de Jesús es el Corazón del amor misericordioso de Dios Padre. Un corazón de misericordia es el corazón de Cristo. El corazón de Cristo es un corazón que mana, que palpita, un corazón paciente, un corazón que ama, que perdona, que te conoce y te acoge siempre. Es un corazón que llora, que acompaña, que mira, que lucha, que salva, que muestra su herida, un corazón siempre solidario con las heridas de los demás. Un corazón que sana y en cuyas cicatrices están todas nuestras cicatrices del cuerpo y del alma. Es el corazón de Cristo, corazón del Evangelio, corazón de misericordia.

En los Evangelios encontramos diversas referencias al Corazón de Jesús, por ejemplo en el pasaje en el que Jesús dice: “Venid a mi todos los que estáis cansados y agobiados y yo os aliviaré. Aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón y encontraréis vuestro descanso”.

Nos acordamos también de la Virgen María con su corazón inmaculado, corazón de madre, que ha compartido al máximo la «compasión» de Dios, especialmente a la hora de la pasión y de la muerte de Jesús. Que María nos ayude a ser mansos, humildes y misericordiosos con nuestros hermanos.

ORACIÓN

Amado Sagrado Corazón de Jesús,
te entrego mi corazón.
Ayúdame amar a Dios y al prójimo,
y permíteme amarme a mí mismo
como hijo que soy de Dios.
Junto mis manos en oración, Señor,
para que me des paz, sabiduría,
paciencia y luz en mi camino.
Gracias por conocerte y sentir tu amor.
Oh amado Sagrado Corazón de Jesús,
te entrego mi corazón.
Ayúdame a amar a Dios y al prójimo,
aquí estoy para amarte y servirte.
Amén.

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