El Espíritu, regalo del Padre, lo inunda todo, lo envuelve todo, lo invade todo para que no triunfe el desánimo, la indiferencia o la falta de coraje en aquello que hemos de llevar adelante.
El Espíritu, memoria del Resucitado, está por todos lados. No estamos huérfanos, sino en la mejor de las compañías. Así es el Espíritu, con su suavidad, entra en nuestra escena cotidiana y nos eleva con su empuje, con su altura de miras. Su música lo invade y penetra todo.
¡Ven, Espíritu Santo, anima nuestras vidas!
¡Ven, Espíritu Santo, custodio de los pobres y amante de los pequeños!
¡Ven, Espíritu Santo, artífice de la Paz!
¡Ven, Espíritu Santo, transforma nuestros corazones con el fuego de tu Amor!
Dibu: Patxi Velasco FANO
Texto: Fernando Cordero sscc
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