viernes, 13 de noviembre de 2020

EVANGELIO DEL DOMINGO: USAR NUESTROS TALENTOS

«Porque es como un hombre que, al irse de viaje, llamó a sus criados y les confió su hacienda. A uno dio cinco millones, a otro dos y a otro uno, a cada uno según su capacidad; y se fue. El que había recibido cinco se puso en seguida a trabajar con ellos y ganó otros cinco. Asimismo el de los dos ganó otros dos. Pero el que había recibido uno solo fue, cavó en la tierra y enterró allí el dinero de su señor. Después de mucho tiempo, volvió el amo de aquellos criados y les tomó cuenta. Llegó el que había recibido cinco millones y presentó otros cinco, diciendo: Señor, me diste cinco millones; aquí tienes otros cinco que he ganado. El amo le dijo: ¡Bien, criado bueno y fi el!; has sido fi el en lo poco, te confiaré lo mucho. Entra en el gozo de tu señor. Se presentó también el de los dos millones, y dijo: Señor, me diste dos millones; mira, he ganado otros dos. Su amo le dijo: ¡Bien, criado bueno y fiel!; has sido fi el en lo poco, te confiaré lo mucho. Entra en el gozo de tu señor. Se acercó también el que había recibido un solo millón, y dijo: Señor, sé que eres duro, que cosechas donde no has sembrado y recoges donde no has esparcido. Tuve miedo, fui y escondí tu millón en la tierra. Aquí tienes lo tuyo. Su amo le respondió: Siervo malo y holgazán, ¿sabías que quiero cosechar donde no he sembrado y recoger donde no he esparcido? Debías, por tanto, haber entregado mi dinero a los banqueros para que, al volver yo, retirase lo mío con intereses. Quitadle, pues, el millón y dádselo al que tiene diez. Porque al que tiene se le dará y le sobrará; pero al que no tiene, aun lo que tiene se le quitará. Y a ese criado inútil echadlo a las tinieblas exteriores. Allí será el llanto y el crujir de dientes» (Mateo 25, 14-30)

PARA MEDITAR

Siendo semillas hay dos actitudes ante la lluvia: dejarse inundar de su gracia, sonreír, hacer malabares con las tareas de cada día y vivir a todo color o esconderse, vivir de una manera gris, sin gracia, impermeable…

Dejemos que nos cale el Evangelio. Pongamos nuestros talentos al servicio para llenar de colores y alegría la tierra. En este tiempo de pandemia cada uno podemos hacer algo concreto para llenar nuestro mundo, nuestro entorno de un poco más de esperanza, que buena falta hace. Por eso, pongámonos con actitud disponible a la gracia de Dios.

El Señor nos da unos talentos, unos dones para que saquemos el máximo partido de ellos. Hemos de responder a lo recibido con agradecimiento y trabajo. Gratitud a Dios por lo que nos brinda. Y, luego, ponerse a trabajar con los talentos recibidos.

No somos los cristianos gente de esconder el talento. Lo ponemos al servicio de los demás. Esto requiere esfuerzo, entrega, constancia, disponibilidad… y, al final, la satisfacción del deber cumplido, de la entrega que se va realizando en el día a día, de la alegría de poner en juego lo que gratuitamente el Señor nos regala.

Así que, ¡adelante!, a aprovechar al máximo esos talentos con los que el Señor ha tenido a bien ponernos en este mundo para que se note que estamos en él.


ORAMOS

Sólo Tú sabes lo que has regalado a cada uno,
las capacidades que hemos de poner en marcha,
la tarea de ser único y original.
Nos invitas a negociar lo mejor de nosotros mismos,
nos impulsas a cumplirnos en plenitud,
nos quieres activos comprometidos con lo recibido.
Nos has creado irrepetibles,
has hecho maravillas en nosotros,
pero, inseguros y miedosos,
tiramos el proyecto que somos
o lo arrinconamos sin desarrollar.
Ayúdanos a multiplicar nuestras capacidades.
Impúlsanos a ser en Ti,
a vivir una vida plena,
a llenar el mundo de tu Amor.

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