jueves, 5 de noviembre de 2020

LOADO SEAS: LA HERMANA AGUA

Loado seas, mi Señor, por la hermana agua, que es muy útil y humilde y preciosa y casta.

La gran pregunta cuando se descubre un nuevo planeta es... ¿hay agua? Porque si no la hay, no puede haber vida. Dependemos del agua como del aire. Y además, necesitamos una gran cantidad de agua para vivir. No sólo para beber sino también para producir alimentos, asearnos o cocinar. No hay nada que se pueda fabricar sin agua: desde una manzana hasta un teléfono móvil. Por ello, tenemos la responsabilidad de hacer un uso responsable de este bien, que es de todos. 

Piensa esta mañana, cuando te has lavado la cara y los dientes... Has abierto el grifo... El acceso al agua es un derecho humano. El agua es la base de toda vida. Sin embargo, un gesto tan común en España como abrir el grifo y que salga agua fresca, potable y abundante es misión imposible para millones de personas en todo el mundo. Actualmente casi 750 millones de personas en nuestra Tierra no tienen acceso a una fuente de agua limpia en su vida diaria, lo que original “todo tipo de enfermedades”. 

ORACIÓN
Creo que el agua pertenece a la tierra y a todas las especies.
Creo que el agua debe ser conservada en todo tiempo.
Creo que ante la contaminación del agua hay que reclamar.
Creo que el agua debe ser protegida en sus vertientes naturales.
Creo que el agua es un buen público.
Dios Creador, cuyo Espíritu aleteaba sobre la superficie de las aguas,
que reúnes las aguas del mar en su lugar, y diriges los cursos de los ríos,
que envías la lluvia sobre la tierra para que produzca vida:
te alabamos por el don del agua.
Crea en nosotros tal sentido de admiración y regocijo
en este don y en todos tus dones,
para que podamos recibirlos con gratitud y los cuidemos con amor
y generosamente los compartamos con todas las criaturas. Amén.

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