A san Buenaventura le recomendaron que escribiera la biografía de san Francisco de Asís (la cual resultó muy hermosa), y dicen que cuando estaba redactándola, llegó a visitarlo el sabio más famoso de su tiempo, Santo Tomas de Aquino, el cual al asomarse a su celda y verlo sumido en la contemplación y como en éxtasis, exclamó: "Dejemos que un santo escriba la vida de otro santo". Y se fue. Así que estos dos sabios tan famosos no se trataron en vida pero se admiraron mutuamente.
En el año 1274 se celebró el Concilio de Lyon (o reunión de todos los obispos católicos del mundo). Terminando el Concilio con gran éxito, todo dirigido por san Buenaventura, por orden del Sumo Pontífice, el santo sintió que le faltaban las fuerzas, y el 15 de julio de 1274 murió santamente asistido por el Papa en persona. Todos los obispos del Concilio asistieron a sus funerales y caso único en la historia, el Papa ordenó que todos los sacerdotes del mundo celebren una misa por el alma del difunto.
El mismo Papa Inocencio V predicó la homilía en el entierro de San Buenaventura y dijo de él: "Su amabilidad era tan grande que empezar a tratarlo era quedar ya amigos de él para siempre. Y su unción al predicar y escribir era tan admirable, que escucharlo o leer sus escritos, era ya empezar a sentir deseos de amar a Dios y conseguir la santidad".
Hoy tambien es la Fiesta del Sagrado Corazón de Jesús, por eso agradecemos el amor generoso y fiel de Cristo por toda la humanidad y le pedimos que una nuestros corazones con el suyo.
ORAMOS
Señor Jesús,
tú tienes un corazón amante,
palpitante de ternura
y desbordante de cuidados
por tus hermanos los hombres,
especialmente los más necesitados
y los que sufren por cualquier motivo.
Te rogamos nos concedas un corazón solidario
como el tuyo para ponernos al servicio
de todos los que sufren.
Amén.
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