miércoles, 23 de junio de 2021

VALORAR LO QUE TENEMOS

Cuando vemos que los problemas son difíciles tratamos de buscar ayuda. Pedimos ayuda a quien puede ofrecerla. Y el apoyo que recibimos nos produce confianza y serenidad.

Fácilmente nos quejamos de las cosas que tenemos y queremos otras más agradables y bonitas. No valoramos el alimento de cada día, ni los cuidados de la familia, ni el interés de los profesores para que aprendamos, ni el esfuerzo de los compañeros para hacer las cosas en beneficio de todos.

Somos afortunados porque no vivimos en un país en guerra, si no vivimos en un país en el que los niños pasen hambre. Somos afortunados si tenemos escuela, si nuestros profesores se esfuerzan por ayudarnos, si en nuestras familias somos bien acogidos. Si sólo nos quejamos y no ayudamos nada, estaremos siempre insatisfechos.

También estaremos insatisfechos si tenemos envidia de otros, si no sabemos valorar lo que tenemos. Tenemos todo lo que necesitamos para vivir, aunque otros puedan tener más. Hagamos el esfuerzo de valorar todo lo que tenemos. 

 

Perdona, Señor, si no he sabido reconocer todo lo bueno que hay en mi vida.
Con frecuencia me he quejado de algunas dificultades,
otras veces me he enfadado porque no tengo los caprichos que quiero,
otras veces he deseado las cosas que otros tienen,
y en ocasiones he criticado a mis padres y profesores,
otras no he colaborado para el bien de todos.
Ábreme los ojos para valorar lo que tengo, aunque no sea muy rico,
ayúdame a valorar el esfuerzo de mis padres y educadores,
ayúdame a reconocer los gestos de amistad y compañía de quien está a mi lado.
Dame ojos y corazón para ver a quien está más necesitado que yo,
lánzame a ayudar al más débil y pobre, como Tú lo hiciste.
Así viviré feliz como Tú y participaré de tu resurrección junto al Padre Dios. 

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