José, que era bueno y no quería denunciarla, decidió rechazarla en privado. Pero apenas había tomado esta triste decisión se le apareció en sueños un ángel del Señor, que dijo: José, hijo de David, no tengas reparo en aceptar a María, tu mujer, porque la criatura que hay en ella viene del Espíritu Santo. Dará a luz un hijo, y tú le pondrás por nombre Jesús, porque él salvará a su pueblo de los pecados.
Cuando José se despertó hizo lo que le había mandado el ángel del Señor y se llevó a casa a su mujer.
Señor Jesús, te pedimos que las luces exteriores de este tiempo no lleguen a eclipsar tu venida a nuestras vidas, Tú que eres el verdadero brillo de la Navidad. Llénanos con tu alegría y con tu amor.
Señor Jesús, te pedimos por nuestras familias. Que tu Luz brille en medio de nuestras relaciones y que, por la gracia de tu encarnación, todas las enemistades, indiferencias y peleas cesen, abriendo espacio de amor y de paz.
Señor Jesús, te pedimos por todas las personas que están en la oscuridad, por los que no encuentran el sentido de la vida, por los que no te conocen. Ayúdales a encontrar Tu Luz en esta Navidad.
Dios nuestro, iluminados por la luz de tu Hijo y guiados por tu Espíritu de Amor, concédenos la gracia de permanecer en esta luz todos los días de nuestra vida, de manera que caminemos siempre de tu mano, alegres y junto a ti, por Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina por siempre. Amén.
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