¡Qué revuelo se armó el día que nació Jesús!
Mi vecina Miriam vino a contarnos que había nacido un niño en un establo de animales. Pero no era un niño cualquiera, era un rey.
También llegó el pastor Aaron a decirnos que teníamos que ir a conocer a ese niño, que era el Mesías, el Señor.
¡Estábamos todos emocionados! El mismo Dios se hacía pequeño y cercano. Era un bebé.
Pero yo pensaba en lo solos que podrían sentirse María y José, que eran forasteros, en aquel lugar, sin su familia... ¡Con todos los cuidados que necesita un bebé! Así que me fui corriendo al establo y me ofrecí a lavar la ropa y los pañales del niño en el río.
¡Tú también puedes anunciar la cercanía de Dios con pequeños gestos de amor!
PARA LA REFLEXIÓN PERSONAL Y GRUPAL
- Mira a tu alrededor... ¿Crees que hay personas que se sienten solas?
- ¡El Señor ya viene! ¡Ya va a entrar en nuestras vidas! Viene a hacerse cercano. ¿Dejarás que entre en tu vida?
- Piensa qué gesto de cariño y ternura puedes tener esta semana con alguien que necesite de tu cercanía. Al hacerte cercano a los demás estás anunciando la cercanía de Jesús.
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