COSAS DE CUARESMA: EL AYUNO

La tradición cristiana tiene unas propuestas simpáticas y cariñosas para este tiempo de Cuaresma. Son recomendaciones de tipo alimenticio que hoy, cualquier dietista recomienda como muy propias y saludables. Y, sin embargo, que a veces los propios cristianos hemos ridiculizado… al tiempo que alabamos y admiramos, por ejemplo, el radical ayuno del ramadán que practican los musulmanes.

Te invito a que durante todo el tiempo de Cuaresma propongas en familia, o al menos vivas tú personalmente, dichas prácticas, dándoles un sentido religioso: lo hago porque estoy haciendo el camino de la Cuaresma. En concreto:

• Ayuno (desayuno breve, comida normal, no cena, agua sin límite… ¡vamos, lo que hoy se dice el ayuno intermitente!), y esto, al menos el viernes santo; si te pones a ello, incluso miércoles y/o los viernes de las cinco semanas de Cuaresma.
• Abstinencia de comer carne todos los miércoles y viernes de las semanas de Cuaresma, por ejemplo (¡vamos, lo del régimen vegetariano puntual, que hoy se lleva tanto!).

Muy importante en todo caso: cada vez que te toque una de estas prácticas, acompáñala con un breve pensamiento hacia Dios, una oración, un saludito al Señor, un ofrecimiento del día, etc. De lo contrario, perderá todo su sentido. Al fin y al cabo, estas privaciones son una especie de alarma de móvil que te recuerda que Dios está pensando en ti y amándote constantemente, y que le hace ilusión que de vez en cuando, le digas: “Hola, Dios, estoy aquí, te quiero”.