A tu lado, Madre, el camino se hace corto.
Tú nos conduces con misericordia y ternura.
Queremos sentir siempre:
la limpieza de tu mirada,
el amor de tu corazón de Madre,
la acogida de tus manos maternales,
y la fortaleza de tu cayado,
para dirigir nuestros pasos hacia tu Hijo Jesús.
AMÉN.
Queremos sentir siempre:
la limpieza de tu mirada,
el amor de tu corazón de Madre,
la acogida de tus manos maternales,
y la fortaleza de tu cayado,
para dirigir nuestros pasos hacia tu Hijo Jesús.
AMÉN.
Rezamos un AVEMARÍA.
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