A lo largo de su vida, María nos muestra la bondad y felicidad de la persona que se ha entregado a una causa, a un ideal. Ella es consciente de las dificultades y misterios que tendrá que afrontar. Sin embargo, esto no es obstáculo para acompañar y seguir a Jesús. Esa es la gran aventura de María y lo hace con verdadera entrega.
María, tú que eres una mujer alegre, enséñame a tener siempre una sonrisa sincera para los demás. Que allí donde vaya sepa llevar alegría. Te pido por todos los que están tristes, que descubran la alegría de tener un Dios bueno que les acompaña siempre.
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