Jesús nos dice: «Yo soy el camino y la verdad y la vida. Nadie va al Padre sino por mí. Si me conocierais a mí, conoceríais también a mi Padre. Ahora ya lo conocéis y lo habéis visto».
Quien me ha visto a mí ha visto al Padre. El Padre, que permanece en mí, él mismo hace las obras. Creedme: yo estoy en el Padre y el Padre en mí.
En verdad, en verdad os digo: el que cree en mí, también él hará las obras que yo hago, y aun mayores, porque yo me voy al Padre. (Juan 14, 1-12)
¡Jesús sigue mostrándonos el camino hacia Dios, la Verdad de Dios y la Vida de Dios! En este domingo, y ya en más de la mitad de este tiempo Pascual, celebramos a Jesús no como “un camino más” sino como el CAMINO que nos lleva hacia el Padre. ¿Nos damos cuenta de lo que ello significa? Creer en Jesús nos empuja a optar por Él con todas nuestras fuerzas y verle como la salvación que el mundo, las personas y nuestras vidas necesitan.
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