MARÍA SERVIDORA

La vida de María fue una vida de servicio. La ayuda que prestó a su prima Isabel, a los novios de Caná y a los temerosos discípulos reunidos en el Cenáculo, son un botón de muestra. Con esta actitud de servicio, María nos enseña que a Dios lo encontramos en el hermano que tiene necesidad de ayuda.

Servir a los demás… ¡Cuánto nos cuesta! Siempre pensamos en nosotros mismos antes que en los demás. Pero María hoy nos enseña otra manera de actuar. Y nos recuerda, que como ella, hay mucha gente a nuestro alrededor que trata de vivir desde el servicio a los demás.

Hay gente que se preocupa por los otros, que siempre está dispuesto a ayudar, a echar una mano, a escucharte y atenderte aunque tenga otras cosas que hacer.

Y el servicio lo podemos ver en muchas partes: en el personal de comedor, de limpieza, en las personas que me preparan y limpian la ropa, en las personas que me preparan la merienda, la comida, la cena en mi casa… Servicios que se hacen para que estemos bien y que no esperan recompensa.

Vamos a hacer como ella. Seguro que nosotros podemos hacer como María y servir a los que lo necesiten sin pedir nada a cambio.

ORAMOS

¡Que suerte tenemos, María, porque tú eres madre de Jesús y también nuestra madre!

Todos los hijos quieren parecerse a sus madres, y nosotros queremos aprender a ser como Tú.

Queremos abrir todas las puertas de nuestro corazón a Jesús y a los demás,

para ser mejores día a día y cambiar aquello que no es del todo bueno en nosotros.

Ayúdanos a servir a quien lo necesite como tú hacías.

María, enséñanos a parecernos a ti.