martes, 24 de marzo de 2020

REFLEXIÓN: LAS PEQUEÑAS COSAS DE CADA DÍA

Muchas personas piensan que las cosas muy importantes son solo las que aparecen en los Medios de Comunicación y son famosas. Sin embargo la vida está hecha de las pequeñas cosas de cada día. El camino más largo comienza con un paso, el árbol más grande con una pequeña semilla, el libro más grande con una palabra, el cuadro más inmenso con una simple pincelada... Sí... no hay nada grande, no hay nada importante que no empiece por algo pequeño. ¡Así es la vida!

Y esto, lo pequeño, nos convierte en grandes poderosos, porque todos, tú también, podemos hacer lo pequeño; a lo mejor no podemos grandes cosas, pero podemos hacer pequeñas cosas. Somos poderosos... por lo tanto es necesario descubrir cuál es tu poder, cuál es tu ‘gesto’ para cambiar el mundo: contigo mismo, con los demás, con las cosas,... piénsalo por un instante. Ponle nombre a tu poder, a tu superpoder, a tu pequeño gran poder.

Todo lo pequeño, lo sencillo, lo humilde... es muy querido por Jesús. Así... la cuestión será qué gesto puedo y quiero hacer yo para contribuir al cambio del mundo. El Dios de Jesús alienta y promueve en nosotros la capacidad de hacer realidad nuevos pequeños gestos cada día para cambiar el mundo.

CANCIÓN
Esta canción de Serrat nos invita a aprovechar el momento. “Hay que aprender que la felicidad se encuentra en el propio detalle”.
De forma muy resumida, Serrat es capaz de transmitir la cara y la cruz de la vida porque “sí, es maravillosa, pero de vez en cuando nos gasta una broma”.
La vida puede darnos la espalda muchas veces, pero debemos estar bien atentos a los momentos de asombro, sorpresa, descubrimiento, deslumbramiento, luminosidad, porque cuando aparecen “uno es feliz como un niño, cuando sale de la escuela”.
Es tiempo de amigos que “atrapan sueños al vuelo”, “abren su corazón como las flores”, “son gente cumplidora que acuden cuando saben que yo espero…si les toca la muerte disimulan, que para ellos la amistad es lo primero”.


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