«Oíd otra parábola: Un hacendado plantó una viña, la cercó con una valla, cavó en ella un lagar, edificó una torre para guardarla, la arrendó a unos viñadores y se fue de viaje. Cuando llegó el tiempo de la vendimia, mandó sus criados a los viñadores para recibir su parte. Pero los viñadores agarraron a los criados, y a uno le pegaron, a otro lo mataron y a otro lo apedrearon. Mandó de nuevo otros criados, más que antes, e hicieron con ellos lo mismo. Finalmente les mandó a su hijo diciendo: Respetarán a mi hijo. Pero los viñadores, al ver al hijo, se dijeron: Éste es el heredero. Matémoslo y nos quedaremos con su herencia. Lo agarraron, lo echaron fuera de la viña y lo mataron. Cuando venga el dueño de la viña, ¿qué hará con aquellos viñadores?». Le dijeron: «Hará morir de mala muerte a esos malvados y arrendará la viña a otros viñadores que le paguen los frutos a su tiempo». Jesús les dijo: «¿No habéis leído nunca en las Escrituras: La piedra que los constructores desecharon, en piedra angular se ha convertido; esto ha sido obra del Señor, una maravilla a nuestros ojos?» «Pues bien, os digo que se os quitará a vosotros el reino de Dios para dárselo a un pueblo que pague sus frutos. (Mateo 21, 33-43)
PARA MEDITAR
Jesús nos llama para llevar a cabo la misión de cuidar de su viña. Pero cuidar de su viña no es estarse en posesión de un territorio. Cuidar la viña de Dios es contagiar nuestra fe a los demás, proponerles que conocan a Jesús para conocer a Dios y que ellos también formen parte de la Iglesia, de la viña del Señor. Nosotros no somos los dueños, ni valemos más que los demás. Debemos anunciar la fe a los demás con carino y sobre todo con humildad. Lo peor que podemos hacer es acercarnos a los demás como mirándoles por encima del hombro.
PARA HACER VIDA EL EVANGELIO
- ¿Alguna vez le has contado a un amigo o compañero de clase lo que haces en la parroquia?
- ¿Qué es cuidar de la viña del Señor como nos pide Jesús? ¿Qué podemos hacer para que más personas se una a la Iglesia como creyentes?
- Escribe un compromiso para que esta semana puedas animar a alguna persona a que participe en la vida de la parroquia.
Nos has dejado al cargo de este mundo,
somos los responsables de lo que ocurre alrededor,
de lo positivo y de lo negativo,
en todo tenemos algo que ver,
nos vas a pedir cuenta de todo lo que acontece.
Hoy quiero agradecerte por tantas personas que me avisan
con denuncias, quejas y propuestas;
quiero unirme al dolor de los otros,
a la injusticia del mundo,
y ofrecerme a trabajar para que esto mejore.
Hoy quiero decidir dar frutos de Amor en mi vida,
hoy quiero empezar a responderte a Ti y a mis hermanos,
hoy quiero apartarme de la mediocridad,
y dejarme arrastrar por Ti a la plenitud.
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