Jesús recobró a Bartimeo para el camino del Reino. La meta del ciego no era caer por tantos precipicios escarpados que, con frecuencia, víctima de la oscuridad podía tener casi asegurados. Bartimeo está reservado para alcanzar el amor del Padre, gracias a la ayuda del Hijo y a la guía del Espíritu Santo.
Jesús volverá a enseñar a Bartimeo el camino. En la mejor compañía retoma la ruta de la existencia con más alegría y con la claridad del Corazón de Jesús, que transparenta ternura y misericordia.
Ojalá tengamos la humildad de presentarle nuestras cegueras a Jesús, para que Él las sane y nos haga, de verdad, seguidores, bienaventurados de su Luz. Recuerda: “Levántate, el Maestro te llama”. Él siempre está atento a nuestras cegueras.
Dibu: Patxi Velasco FANO
Texto: Fernando Cordero ss.cc.
Texto: Fernando Cordero ss.cc.
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