Jesús, tan dócil y obediente, se perderá a propósito, y lo encontrarán en el templo, preguntando y hablando de Dios con los Doctores de la Ley como experto en la materia. Jesús, al que hemos visto tan callado en los años de Nazaret, aparecerá por fin hablando como Maestro sin igual.
Del mismo modo que Jesús, desde pequeño, contó lo que había visto y oído del Padre, así quienes conocieron a Jesús y creyeron en Él contaron lo que habían visto y oído de Él. Luego vendrían discípulos que, sin haber conocido a Jesús personalmente, lo experimentarían por la fe; también esos tenían algo que contar: el paso de Jesús por sus vidas, cambiándolo todo. La fe se trasmite así, como una noticia que hay que contar, que no se puede guardar, porque ¡hemos vivido algo extraordinario! Y eso mismo es la corriente misionera: no poderse callar, no aguantarse las ganas de contarlo, pues ¡hemos experimentado a Dios entrando en nuestras vidas! ¿Te imaginas a un misionero que no tuviera nada que contar de lo que Dios ha hecho en su vida? ¿Cómo iba a contagiar a otros para que creyeran en Jesús?
ORACIÓN DEL DOMUND 2021
Señor, contigo he visto y oído
que las cosas pueden ser diferentes;
que el desánimo y el cansancio no tienen la última palabra,
porque Tú no abandonas a nadie al borde del camino.
Contigo he visto y oído
que Tú vives y quieres que yo también viva,
que eres bondad y misericordia,
y que me envías a compartir este anuncio
–el anuncio más hermoso–
dejando brotar la alegría
con la que inundas mi corazón.
Señor, yo quiero ser
amor en movimiento, como Tú.
Te lo ruego: pon en marcha
al misionero de esperanza que llevo dentro,
para que cuente lo que he visto y oído
a todos mis hermanos del mundo. Amén.
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