Dentro de pocos días nos juntaremos con la familia y celebraremos la Navidad, un tiempo de fiesta, felicidad, alegría… un año más de cantar villancicos, de hacer regalos y estar de fiesta.
¿Pero, qué pasa con las personas que no pueden celebrar nada estos días? Porque también se sufre en Navidad. La gente que pasa hambre también lo pasa en Navidad, la gente que está marginada en nuestra sociedad también lo está en Navidad y muchas otras injusticias que se siguen cometiendo aunque estemos en Navidad.
Nosotros tenemos la última palabra, Dios ya ha bajado para estar con nosotros, pero sólo se quedarán donde se le acepte y donde lo importante sean las personas y no el poder, donde el compartir se imponga al acumular, donde la fraternidad sea la forma de vida en lugar del odio y la discriminación.
Dios se hace hermano, se hace pequeño y sencillo. Aprendamos de él y vivamos en Navidad todo el año.
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