La Navidad está cerca; no, mejor, la Navidad está ya aquí.
Todo parece preparado: ya casi estamos de vacaciones, la televisión, los medios de comunicación, los anuncios, sólo hablan de Navidad; en nuestra casa ya hemos montado el Belén o el árbol; se escuchan villancicos por las calles, en los comercios… pero, ¿sólo esto va a ser nuestra Navidad?
María, contenta por lo que siente que va a suceder, tiene la necesidad de correr a comunicar a su familia la Buena Noticia de la cercana Salvación y por eso visita a su prima Isabel.
Al igual que María nosotros los cristianos, que hemos ido preparando la venida de Jesús en este Adviento, sentimos la necesidad de ser anunciadores de su próximo nacimiento, para que todos puedan vivir la Navidad.
Con alegría nos acercamos a tu nacimiento Jesús, es tiempo de gozo y celebración, pero no tenemos que olvidarnos que esta alegría debe acompañarnos durante todo el año, ahora porque te esperamos, y el resto del año porque ya estás con nosotros.
Que alegría saber que estás siempre en nuestras vidas, que nos acompañas, nos arropas y estás pendiente de nosotros en todo momento. ¡Esta es la alegría del cristiano! Saber que tenemos el mejor compañero de viaje para nuestra vida. Gracias Señor por tu venida y por estar siempre presente en nuestras vidas.
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