martes, 10 de mayo de 2022

¡GRACIAS MARÍA!

¡Gracias, María, porque en tu persona se concentra la historia de la fe!

¡Gracias, Madre, porque eres el vivo testimonio de que la promesas de Dios se cumplen siempre!

¡Gracias, María, porque Tú me enseñas que se puede vivir en el abandono y en la confianza!

¡Gracias, María, porque eres un modelo para mi fe pequeña y sencilla!

¡Gracias, Señora, porque eres el icono de la fe en quien inspirarme!

¡Gracias, María, porque eres el modelo de fe que debo imitar cada día!

¡Gracias, Madre, porque Tú me enseñas a acoger la Palabra de Dios y obedecerle siguiendo su voluntad!

¡Gracias, María, porque tu fe me enseña que no hay que temer a las dificultades, ni a los problemas, ni a las oscuridades que se presentan en el camino de la vida!

¡Gracias, María, porque tu fe está llena de esperanza, de entrega, de autenticidad, de compromiso hasta las últimas consecuencias!

¡Gracias, María, porque tu fe me invita a estar siempre abierto al querer de Dios incluso en aquellos momentos en que no acabo de entender ese querer!

¡Gracias, María, porque cuando mi fe flaquea puedo acudir a Ti!

¡Gracias, Madre, porque contemplándote a Ti comprendo que la fragilidad y la pequeñez no son nunca obstáculos para la gracia!

¡Y a ti, Padre, gracias por darnos a María como Madre! ¡Siento que camina a mi lado, que me acompaña, que me ama, que me protege y me ayuda!

¡Santa María, bienaventurada porque has creído!

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